miércoles, 18 de septiembre de 2013

ORGONITA ROJA Y LA ANTENA FEROZ



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
16/09/2013
Orgonita roja y la antena feroz
por Eva Martínez Cabañas






ORGONITA ROJA Y LA ANTENA FEROZ


Si queremos hablar de orgonitas y orgón tenemos que hacerlo despacito, con buena letra, empezando por el principio y con la mente de par en par… 

Pues bien, el doctor Wilhem Reich fue inventor, postulador de la teoría del orgón, médico, psiquiatra, psicoanalista y discípulo del mismísimo Freud. Nació en Dobrzanica, Imperio austrohúngaro, en 1897 y falleció en Pensilvania, Estados Unidos. Y mientras que algunos lo consideran uno de los pensadores más lúcidos y revolucionarios del siglo XX, otros aseguran que sus teorías son delirantes. Fue expulsado de los círculos comunistas y de la escuela psicoanalítica por radical. También fue perseguido en Alemania por los nazis debido a su libro Psicología de masas del fascismo. Fue expulsado de Dinamarca y Noruega por presiones del gobierno nazi y fue juzgado en Estados Unidos durante la famosa Caza de Brujas del senador McCarthy, donde le diagnosticaron esquizofrenia progresiva. Sus manuscritos fueron quemados en el incinerador Gansevoort de Nueva York en 1956. Un año después, Reich falleció en la cárcel de un ataque al corazón, justo la víspera de la apelación de su sentencia. 

El doctor Reich detectó y midió la existencia de la energía etérea. Esa que a lo largo de la historia sabios más antiguos han denominado éter, energía vital, prana, kundalini o chi. Él la llamó orgón. Y la definió como una energía cósmica primordial, libre de masa y que fluye a través de cada organismo como fuerza vital de energía. También afirmó que esta energía etérea podía atraerse y acumularse, e incluso desarrolló un método para transformarla. Así determinó tres tipos de orgón: el orgón negativo, que es energía estancada, orgón neutral y orgón positivo, aquel que es estable, saludable y está en equilibrio energético. De esta forma, limpiando el medio conseguía beneficios en la salud física, emocional y energética de las personas. 

El matrimonio norteamericano formado por Don y Carol Croft perfeccionaron el invento de Reich. Para ello mezclaron fibra de vidrio con metal, añadieron cuarzo y lo recubrieron todo con resina orgánica. Consiguieron así que el cuarzo sufriera un cambio eléctrico y sus puntas se polarizasen debido a la presión a la que lo somete la resina. Junto al metal actúa como un filtro para todo tipo de radiaciones, operando como un elemento electromodulador y estabilizador de corrientes electromagnéticas. Este sencillo aparato se conoce como orgonita.

La teoría del orgón está basada en los efectos de la Reactancia e Inducción Magnética entre los Campos Eléctricos. Mediante un espectrómetro se pueden medir campos electromagnéticos y comprobar las diferencias en un espectro concreto antes y después de colocar una orgonita. 

¿Y para qué sirve esto? Pues para protegernos de las redes electromagnéticas a las que estamos expuestos continuamente. Nuestra televisión, ordenador, vídeo, móvil, microondas, frigorífico, lavadora, lavavajillas, red wi-fi, etc. producen radiaciones de orgón negativo, por lo que es interesante tener una orgonita en casa que atrape estas frecuencias y las transforme. 

Actualmente se conocen cuatro tipos diferentes de orgonita: 

La orgonita táctica es la que solemos regalar o tener en casa para transformar el orgón negativo en positivo. Dicen los partidarios de este invento que regalar orgonitas es invertir en nuestra salud y en la del planeta. 

La orgonita de protección personal es una variación de la orgonita táctica. Se le suele añadir combinaciones de minerales como la pirita, malaquita, turmalina, etc, así como espirales de cobre, cuarzos más llamativos y combinaciones de metales y colores para que funcionen con más potencia y sean decorativas. También las encontramos más pequeñas, y pueden llevarse como colgante o llavero para protegernos a nosotros mismos y a los que nos rodean.

Luego tenemos la orgonita tumbatorres. Transforma las emisiones producidas por las antenas HAARP o GWEN, las cuales emiten una radiación que afecta especialmente a nuestro cerebro y sistema nervioso provocando insomnio, ansiedad, apatía y depresión entre otros síntomas. 

La orgonita Rompenubes es la más reciente. Está diseñada para regenerar la atmósfera alta y su campo de acción puede llegar hasta los 90 km. a la redonda. Fue creada por Don Croft, y sus efectos positivos son mayores si hay más orgonita básica en los alrededores, ya que se produce una sinergia entre los dos tipos. Está formada por un bloque de orgonita de entre 7 o 10 litros y seis tubos de cobre de 1’80 metros de altura que se fijan en su interior. Cada uno de estos lleva una gran pieza de cuarzo de doble punta. También son eficaces contra radiaciones de grandes antenas y efectos producidos por chemtrails. 

Entre los beneficios de las orgonitas encontramos que funcionan las veinticuatro horas del día, mejoran considerablemente el medio donde vivimos, hacen crecer las plantan, nos protegen de radiaciones nocivas producidas por nuestros aparatos electrodomésticos, mejoran la calidad del sueño y nos guardan de radiaciones poco saludables para nuestro cuerpo. Las orgonitas no dependen de otras fuentes de energía y su duración es ilimitada, ya que no necesitan ser recargadas. Tienen un amplio espectro de actuación y trabajan sobre radiaciones electromagnéticas de distinta longitud de onda. 

Existen muchos partidarios de estos aparatos que los están fabricando y colocando en sus casas, huertos, pueblos y otros espacios donde todos puedan beneficiarse de sus beneficios, o bien las regalan a familiares y amigos para proteger sus hogares. Pero también hay muchos reaccionarios que dudan que estas piezas de construcción casera puedan producir algún tipo de provecho, ya que la ciencia no ha podido demostrar que exista la energía universal y vital que se supone que es el orgón. Si la energía no existe, se supone que el transformador de poco nos sirve…

Lo cierto es que hoy en día la ciencia es exigente en lo referente a criterios y comprobaciones empíricas... como debe ser. Pero también es cierto que desconoce todavía muchas cosas y que otras que nos ofrece en muchos aspectos no son nada saludables para nosotros. 

Wilhem Reich ha sido tildado de loco y de no poder demostrar sus teorías. Pero cuidado… los locos siempre van por delante. A muchos de ellos el tiempo les ha dado la razón. Albert Einstein tampoco pudo demostrar sus teorías sobre la relatividad porque no era matemático. Esto lo hicieron otras personas durante las décadas siguientes. Por cierto, Einstein no empezó a hablar hasta los tres años de edad y evitaba relacionarse con otros niños a excepción de su hermana, por lo que todos pensaban que tenía algún tipo de discapacidad… 

A lo mejor dentro de unos años la ciencia puede demostrar que Wilhem Reich estaba loco; o que realmente fue un visionario y sentó las bases de un invento sencillo y beneficioso… o las dos cosas a la vez, que también es posible. En el siglo XV una calculadora de bolsillo hubiese sido considerada un elemento mágico y diabólico, no tecnológico. Pero vivimos en una época en la que todavía hay quienes dudan que el hombre haya pisado la Luna; o que macrobiótica, reiki, acupuntura, flores de Back y otros maravillosos remedios, poco científicos, sean de alguna utilidad.

Las orgonitas las hemos visto muchas veces. Sobre todo en mercadillos temáticos, puestos hippies, tiendas de artículos exotéricos o en cibertiendas. Algunos los consideran pisapapeles llamativos cuya finalidad es sacar dinero a los ingenuos; o simplemente entienden que se trata de un cuento más…

Otros, sin embargo, las regalan e incluso invierten su dinero en materiales para su construcción, pensando así en el beneficio común. Sea como sea, este invento está rodeado de buenas intenciones y el deseo de cambiar el mundo. Se trata de ayudarnos a nosotros mismos y a otras personas. En Internet existen numerosas páginas y vídeos que explican cómo fabricarlas uno mismo en casa.

El psicólogo y escritor alemán Thorwald Dethlefsen (1946-2010) dijo: “No se puede comprobar lo que en realidad existe, su existencia es la prueba”.

YO SÍ CREO A MARCO POLO



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
09/09/2013
Yo sí creo a Marco Polo
por Eva Martínez Cabañas



YO SÍ CREO A MARCO POLO


Cuentan que en el lecho de muerte de Marco Polo, su familia le pidió que confesase que había mentido al contar sus fabulosos relatos sobre China. Marco se negó diciendo: “Solo he contado la mitad de lo que vi”.

Y es que sus historias atesoraban templos dorados, minas de rubíes, refinadas cortes, sorprendentes costumbres y misteriosos objetos. Dicen que a su regreso, Marco Polo introdujo en Italia algunos productos chinos como helados, piñatas, o espaguetis. Pero a pesar de las novedades y riquezas que trajo consigo, los venecianos del medievo lo tacharon de fantasioso.

El padre y el tío de Marco, Nicolás y Mateo Polo, eran dos prósperos mercaderes venecianos dedicados al comercio con Oriente en pleno siglo XIII. Ambos emprendieron un viaje de negocios a Constantinopla siguiendo el itinerario de la ruta de la seda. En aquel viaje llegaron a tierras gobernadas por mongoles, a quienes los europeos llamaban tártaros. Como la presencia de extranjeros constituía un hecho insólito en el territorio, el emperador mongol Kublai Khan los mandó llamar. Por cierto, Kublai Khan era nieto del Gran Genghis Khan, quien unificó las distintas tribus mongolas y conquistó China, Asia Central, Rusia, Irak, Siria y Anatolia... Los Polo regresaron después de catorce años con riquezas y una carta de Kublai Khan para el Papa, en la que solicitaba cien sabios sacerdotes para que enseñasen el cristianismo en su imperio. Al regresar a casa, Nicolás supo que su esposa había muerto tras dar a luz a su hijo Marco. 

En el segundo viaje a China, los hermanos Polo llevaron consigo al muchacho y la respuesta del Papa. Los esfuerzos del pontífice católico para satisfacer los deseos del khan fracasaron estrepitosamente: solo consiguió convencer a dos frailes para viajar hasta Oriente, y en el camino abandonaron a los Polo fingiendo estar enfermos.

El jovencísimo Marco se preocupó en escribir un diario de la expedición. En su escrito no se extendió demasiado en molestias personales, sino que narró con detalle todo lo que llamaba su atención.

En el golfo Pérsico pasaron por pueblos ocultos detrás de altas paredes de barro para protegerse de los karaunas, unos bandidos que asaltaron la caravana de los Polo en medio de una tempestad de polvo y arena.  Marco relata que aquellos hombres habían “adquirido el conocimiento de las artes mágicas y diabólicas, merced a las cuales producen oscuridad… [de suerte que] las personas no pueden verse unas a otras, de no estar muy cerca”.  Muchos de sus compañeros fueron “capturados y vendidos, y otros fueron muertos”.  Marco, finaliza la aventura diciendo: “Pasemos ahora a otras cosas”.

En Badajshán (Tayikistán) escribe: “En esta provincia nacen las piedras preciosas llamadas balax, que son bellas y de gran valor. Nacen en las rocas de la montaña... El rey la manda horadar solo para él, y nadie puede ir a esa montaña para buscar los balax, so pena de muerte; tampoco se pueden sacar del país… porque si el rey permitiera extraerlas, llegarían a abundar tanto que perderían su valor”.

En Cachemira (India) habla de "carneros salvajes muy grandes, cuyos cuernos miden sus buenos seis palmos.  Con estos cuernos hacen los pastores grandes cuencos para comer". 

Con la esperanza de evitar las regiones donde los cruzados y los musulmanes combatían, la caravana se dirigió al norte. En el mar Negro, el muchacho se sorprende al descubrir un manantial del que brotaban grandes cantidades de petróleo, “un aceite que no se usaba como alimento, sino como ungüento para tratar la sarna del hombre y el camello y para quemarlo en lámparas”. 

Al llegar a Mongolia, nos cuenta: “Los tártaros prósperos se visten con paños de oro y seda, con pieles de cibelina, de armiño y de otros animales, siempre de la manera más rica”. “Son valientes en la batalla, casi hasta la temeridad…  Soportan toda suerte de privaciones, y [si es preciso] pueden vivir un mes entero de la leche de sus yeguas y de las piezas que por azar lleguen a cazar...  Los varones aprenden a pasar a caballo dos días con sus noches, sin desmontar; así duermen mientras los caballos pacen. No hay pueblo en el mundo que los supere en fortaleza ante las dificultades, ni de mayor paciencia en las penurias de toda especie...” “Si las circunstancias lo imponen… pueden viajar diez días sin encender una hoguera ni comer como es debido.  Se alimentan de la sangre de sus caballos; les abren una vena y beben de sus propias monturas”.

Marco adoptó enseguida las costumbres tártaras y aprendió a leer y conversar en cuatro idiomas, llegando a ser consejero y emisario de Kublai Khan. Conoció así las diferentes regiones chinas. Mientras, su padre y su tío se dedicaron a los negocios y actuaron como consejeros militares del emperador.

Marco describe así la ciudad de Kinsai: “Abundan las piezas de caza de todo género, esto es, corzos, ciervos, gamos, liebres, conejos, perdices, faisanes, codornices, gallinas, capones y tantos patos y ocas que no alcanzan las palabras...” “Hay en todo tiempo, en dichas plazas, toda clase de hierbas y frutas y, sobre todo, unas peras grandísimas que pesan cinco kilos cada una, blancas por dentro como una pasta y olorosísimas.  También hay duraznos amarillos y blancos muy delicados… Cada día llega [del mar] gran cantidad de pescado... y también abunda el del lago... de diversas clases según las estaciones del año”.

A Marco Polo también le impresionaron los baños públicos de agua sin calentar, adonde los chinos concurrían a diario.  Al parecer consideraban los baños de agua fría “muy conducentes a la salud”. 

También describe los gremios de artesanos de Kinsai y señala que Kublai Khan no imponía la antigua ley china según la cual todo hombre debía seguir ejerciendo el oficio de su padre: “Cuando adquirían riqueza, se les permitía evitar el trabajo manual, a condición de conservar el establecimiento en buen estado y de dar empleo a personas que practicasen los oficios paternos”.

Con el paso de los años la familia Polo empieza a plantearse el regreso. Marco explica: “Cada vez estaban más empeñados en ello, [sobre todo] cuando pensaban en la edad muy avanzada del khan, cuya muerte, de producirse antes de su partida, podría despojarlos de aquella asistencia general, única con que podrían contar para vencer las dificultades de un viaje tan largo…” “Así que Nicolás Polo aprovechó la ocasión un día, al notar que el Khan estaba más contento que de costumbre; se postró a sus pies y solicitó, en nombre propio y de su familia, el gracioso permiso de Su Majestad para partir”. Por lo visto, el khan contestó que “por la consideración que les tenía, debía decididamente rechazar su petición”, así que los Polo se convirtieron en prisioneros.

Pero la suerte se puso de su parte… A la corte llegaron unos emisarios solicitando una nueva esposa para el rey de Persia, pariente del khan. Se eligió para ello a la princesa china Kokacín. Los Polo escoltaron su caravana por tierra y más tarde la acompañaron por mar hasta alcanzar su destino. Tan lejos de China, el khan no tuvo más remedio que acceder a sus deseos y dejarlos partir. Por cierto, cuando Kokacín llegó a Persia el rey había fallecido, por lo que decidieron casarla con su hijo.

A su regreso a Venecia, y tras veinticuatro años de ausencia, los Polo habían adquirido “cierto matiz tártaro indefinible, tanto en el aspecto como en el acento”, y fueron recibidos con tanto interés como incredulidad. Aunque mostraron sus riquezas, la gente no creyó sus historias de princesas, joyas y costumbres inimaginables.

Como Venecia estaba en guerra, Marco se alistó como capitán de una galera y fue capturado por los genoveses. En prisión relató sus historias a su compañero de celda, el escritor Rustichello de Pisa. Cautivado con el relato, el escribano persuadió a Marco para que pidiera a Venecia los libros de notas que había compilado durante todos aquellos años. Así Rustichello escribió la historia y de paso agregó algún que otro embellecimiento literario de su propia cosecha. El libro que surgió de esta unión carcelaria se conoce en castellano como Los viajes de Marco Polo. Lamentablemente el original se perdió, y las copias que circularon por Europa presentan contradicciones, errores de traducción y exageraciones. Los Polo no fueron los primeros europeos en llegar a China por tierra. Sin embargo, el libro de Marco es el primer testimonio que tenemos sobre las costumbres de la China del siglo XIII y de sus países vecinos.

Tras su liberación, Marco vivió en Venecia como un rico mercader. Se casó, tuvo tres hijas y fue miembro del Gran Consejo de la República de Venecia. Falleció a los setenta años de edad.

También fue sin duda una celebridad gracias a sus relatos. Aún así sus conciudadanos lo acusaron de “contar patrañas”. Y hoy en día todavía encontramos algunos historiadores que piensan que Marco no llegó tan lejos en su viaje, y que solo contó la información que escuchó de boca de otros. Los escépticos argumentan que su relato falla, ya que no menciona la escritura china, los palillos para comer, el té, los pies vendados de las mujeres o la impresionante Gran Muralla.

Sin embargo, la mayoría de historiadores opina que Marco dijo la verdad, ya que solo estuvo en la región norte de China y durante la dinastía Ming. En aquel momento la muralla defensiva no se había terminado, lo cual explica que no la mencionase. En cuanto al té, Marco convive con la élite gobernante mongola, la cual no lo consumía demasiado, a diferencia de sus súbditos chinos. Sin embargo sí hace mención a las bebidas preparadas a base de leche y típicamente mongolas. Lo mismo ocurre con el tema de los pies vendados. Los mongoles no vendaban los pies a las niñas. También quitan importancia a que no mencione la escritura china, ya que muchos europeos la conocían gracias al comercio.

Pero la polémica continúa… Los archivos chinos de la época no mencionan a Marco Polo, a pesar de haber servido como emisario especial del Kublai Khan, lo cual resulta insólito en aquel tiempo. Sin embargo, otros estudios concluyen que Marco sí es mencionado en archivos chinos con el nombre de Po-Lo.

En fin, debe ser que soy bastante crédula, pero si alguien de lejanas tierras me regala mi primer helado, yo me creo la historia de su procedencia a pies juntillas. Curiosamente, los avatares de los pioneros son difíciles de “digerir” en cualquier siglo. A la mayoría de las personas les cuesta dejar paso a lo nuevo y cambiar sus creencias, legado familiar la mayoría de las veces. Y así, prefieren ignorar ideas diferentes antes que revisar las propias.


Así que, en el día de hoy, me nombro a mí misma defensora de la verdad de Marco Polo, el Veneciano. No se me ocurre nada mejor ni más honorable que hacer a estas horas. Y es que me encanta Marco Polo. Es uno de mis personajes históricos preferidos y además se parece a Gary Cooper. En casa tengo una vieja película de 1938 que lo demuestra. Me ha gustado mucho recordar su historia.

NUEVO CICLO SOLAR



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
02/09/2013
Nuevo ciclo solar
por Eva Martínez Cabañas

 

 

 
En estos momentos el Sol se encuentra en un período de alta actividad. Su superficie muestra mayor número de llamaradas o agujeros coronales, vientos solares de alta velocidad y erupciones o emisiones de plasma. Toda esta frenética actividad causa tormentas magnéticas en la Tierra y nos regala bellas auroras boreales. Además ahora sabemos por qué ha aumentado esta actividad.

Mi querida Nasa recientemente ha comunicado que nuestro también querido Sol, realizará en breve un cambio de polaridad en su campo magnético. Esto suena un poco raro. ¿Cómo va a invertir el Sol su polaridad? ¡El Norte es el Norte y el Sur es el Sur! Pues nos cuentan los expertos de la Nasa que el polo norte del Sol ya muestra indicios de estar listo, y que el polo sur se está preparando para realizar el cambio. 

Pues sí, señores y señoras… ¡Y resulta que lo hace cada 11 años! Así que es reincidente. Nuestro astro rey reorganiza su sistema magnético como quien reorganiza los armarios de su casa. El Observatorio Solar de Wilcox, en California (EE.UU.) ya ha detectado el proceso en tres ocasiones.

¿Y cómo lo hace? Pues parece ser que invirtiendo sus polos. En el proceso primero se debilita el campo magnético, luego se reduce a cero y vuelve a aparecer pero con la polaridad invertida. ¡Alucinante! También nos cuentan que se llevará a cabo en tres o cuatro meses, y que provocará un poco de revuelo en nuestro sistema solar.

Todd Hoeksema, director del observatorio Solar de Wilcox, explica que este fenómeno se produce cuando el ciclo del Sol llega a su nivel más alto y reorganiza su dinámica magnética interna. 

Y es que, al invertirse el campo magnético solar, el Sol inicia una rotación lenta que induce una corriente eléctrica. Toda la heliosfera (es decir, la influencia magnética solar que se extiende desde el Sol hasta millones de kilómetros más allá de Plutón) está organizada alrededor de este manto magnético, el cual se vuelve entonces muy ondulado. Como La Tierra gira alrededor del Sol, estas ondas pueden crear tormentas espaciales a su alrededor. 

Los científicos nos dicen que no hay razones para preocuparse, a pesar de que podrán verse afectados los rayos ultravioleta y los rayos cósmicos (que son partículas de alta energía aceleradas a la velocidad de la luz producidas por explosiones de supernovas y otros eventos violentos de la galaxia. ¡Os prometo que esto no lo he sacado de un cómic! Los rayos cósmicos pueden ser problemáticos para las sondas espaciales y los astronautas que se mueven por la heliosfera.

Nos explican que el cambio provocará un efecto dominó en todo el sistema solar. Y podría afectar a las comunicaciones por radio, a la nubosidad, y a la temperatura de la Tierra.

Sin embargo, el experto ruso Serguéi Bogachov, colaborador del Instituto de Física Lebedev, opina que el cambio pasará inadvertido para nuestro planeta y no cree que los métodos modernos puedan detectar fenómenos tan sutiles como este cambio de polaridad. Añade que no existe peligro alguno, pues todas las explosiones y tormentas magnéticas guardan relación con el campo de manchas solares, no con el campo global del Sol. A diferencia del campo magnético terrestre, formado en el centro planetario, el del Sol se forma principalmente en la superficie. Las manchas solares son su manifestación más fuerte, dice Bogachov.

Y digo yo, si un simple cambio de tiempo nos provoca mal humor, y un cambio de presión atmosférica nos produce dolor de cabeza, ¿no será esta la causa de que parezca que últimamente el mundo está al revés? Que ya lo dice Fito, (experto en canciones galácticas): “ya no sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo”. Y no será que la causa de que estemos todos como estamos la tenga Lorenzo? Porque para muestra de locura colectiva sirve cualquier telediario… Que no es que yo quiera echarle la culpa de todo a ningún astro, simplemente se me ocurre que a la fuerza tiene que influirnos de algún modo. 

Por cierto, ¡feliz ciclo nuevo!


EL MÁGICO TRISKEL


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
26/08/2013
El mágico Triskel
por Eva Martínez Cabañas



EL MÁGICO TRISKEL


Hay símbolos que se repiten en todas partes. Los vemos dibujados en multitud de láminas, en escaparates, en forma de joya, en tatuajes… pero lo cierto es que no conocemos su historia y su significado. A mí me pasó con el triskel. Por si hay algún otro despistado o despistada por ahí, os cuento la historia…

Pues resulta ser (como diría mi madre) que el triskel es un antiguo símbolo mágico celta. Es un emblema geométrico formado por una hélice de tres brazos curvos dentro de un círculo. También se conoce como trinacria celta, trisquel, trikele, triscel o triskellion (tres tristes tigres comían trigo…)

Su origen es indoeuropeo y se documenta por primera vez en pinturas neolíticas. Y, al ser tan antiguo, también podemos encontrarlo en el escudo de la Isla de Man, situada entre Irlanda y Gran Bretaña y, con una cara central de Medusa, en el escudo de la isla de Sicilia, en Italia.

En sus orígenes, fue la representación del Sol en movimiento, la rueda solar, con propiedades de luz y calor para curar enfermedades y disponer de abundancia.

Pero también representa el poder y la fuerza del número 3. Es el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu; la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Todo está en movimiento, como la hélice que asemeja. También representa la triple manifestación del Dios único: Fuerza, Sabiduría y Amor, y las tres clases de la sociedad céltica: guerreros, druidas y artesanos. Así mismo es símbolo de los tres mundos conocidos: Mundo Absoluto, Mundo Espiritual y Mundo Humano o de la Prueba. También nos habla de las tres fases solares: alba, mediodía y puesta de Sol; es la triple manifestación humana: cuerpo, emoción y espíritu; o las tres fases de la edad: infancia, madurez, y vejez. En cuanto al tiempo, representa el pasado, presente y futuro.

San Patricio desplegó el concepto de santísima trinidad cristiana sobre este símbolo. Acabó convirtiéndose en un símbolo universal, ya que también podemos hallarlo en el árbol sefirótico de la cábala hebrea, en la kundalini indú o en la cultura guerrera china.

Al principio, solo los druidas podían llevar esta insignia sagrada. Los magos celtas lo utilizaban para curar heridas y fiebres. Meditaban mirando el triskel y lo reproducían en los claros del bosque, grabándolo en la piedra a modo de petroglifos o grabándolo en las cortezas de los árboles. Se consideraba un poderoso símbolo de transformación, por lo que solo los autorizados y portadores del orden y el poder divino podían llevarlo. Los druidas consideraban que se trataba de una herramienta mágica: la puerta de acceso al estado divino. Para los celtas ser portador de un triskel significaba tener las cualidades necesarias para ser honrado con la magia de las tres esencias de la divinidad. Por lo tanto, el triskel era un poderoso talismán protector, ya que aportaba paz de espíritu y estado de ánimo a aquellos que lo invocaban.

Con el paso del tiempo se grabó en las puertas de las casas y en los establos a modo de protección. En los negocios también se ponía un triskel para que el dinero entrara (tal y como se hace en la actualidad con la figura de San Pancracio y el perejil). Lo encontramos especialmente en hornos, tahonas y panaderías, ya que al ser un símbolo solar también representa el calor y el fuego.

En España, estos vestigios se encuentran fácilmente en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Y también se han encontrado triskeles romanos, que fueron los que echaron a los celtas (a excepción de un poblado galo llamado Celtiberia, Aldea Irreductible o El pueblo de los locos… para más información pregunten por los guías turísticos Astérix u Obélix…) Estos símbolos prerromanos se han encontrado en la septentrional Vizcaya y en la meridional Granada (septentrional significa Norte y meridional Sur, que luego decís que no me explico bien). Hoy en día el triskel ha pasado a ser el símbolo universal de la cultura celta.

Bueno, con todo esto, yo creo que deberíamos sustituir el recuerdo de cerámica que lucimos en casa por uno de estos símbolos protectores. Total, el botijillo ya sabemos que no nos va a refrescar ni a traer abundancia. Pero ¡ojo! no olvidéis que primero debemos ser merecedores de ello… Tampoco el Santo Grial o la magia de la espada Excálibur estaba al alcance de cualquiera… Por ello yo invoco al más poderoso de antaño: ¡Oh, sabio Merlín, si en verdad soy merecedora, trae a mi vida un bello triskel…!


CARTAS DE VINDOLANDA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
19/08/2013
Cartas de Vindolanda
por Eva Martínez Cabañas






CARTAS DE VINDOLANDA


Hace mucho, mucho tiempo un emperador romano llamado Adriano ordenó a sus tropas levantar una muralla en una isla llamada Britania. Con ella pretendía defender el territorio que habían ocupado del ataque de los pictos, quienes se habían asentado en el Norte. Así que los soldados se pusieron manos a la obra. Piedra sobre piedra los sillares fueron apilándose. Y con el esfuerzo de todos, el orgullo del trabajo bien hecho (tal y como se supone al ejército romano) y el paso del tiempo, la obra llegó a tener un grosor de 2-3 m. y una altura de 3-5 m. extendiéndose hasta el horizonte como un dragón de piedra de más de 100 km. Se delimitaba así el poder del Imperio y se mantenía alejada a la legión de la desidia y la inactividad.

El muro de Adriano contaba con 14 fuertes y 80 fortines donde albergar puestos de vigilancia, un foso en el norte y un camino militar que lo recorría. Y, como no se fiaban del enemigo, también construyeron otro foso con dos terraplenes de tierra para evitar posibles ataques desde el Sur.

Por cierto, los pictos atravesaron el muro en tres ocasiones… Años más tarde, cuando el conflicto terminó, la muralla fue abandonada y los habitantes de la región reutilizaron muchos de sus sillares para construir iglesias o granjas. A pesar de todo, hoy en día se conservan importantes tramos de esta construcción, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

Pues bien, justo al sur de la muralla de Adriano, y cerca de la frontera moderna con Escocia, están las ruinas de uno de los fuertes. En una de las excavaciones se encontró escrito el hermoso nombre de la fortificación: Vindolanda. De este lugar se conservan las ruinas del cuartel general, la residencia del comandante de la guarnición, algunos barracones, letrinas, casas, tiendas, baños y templos; y se ha construido allí un museo con todos los objetos encontrados: calzado, joyas, monedas, armaduras y las preciadas cartas de Vindolanda: más de 750 fragmentos de tablillas postales.

Las tablas fueron halladas por el arqueólogo Robin Edgar Birley, para regocijo de todos, y actualmente son los documentos manuscritos más antiguos encontrados en Gran Bretaña. En definitiva, se trata de un par de finas tablillas de madera de abedul o aliso de la zona, unidas entre sí por una tira de cuero. Tras pulirse las superficies, se escribía sobre ellas con estilo de madera y punta de hierro; y con tinta negra hecha a base de carbón, agua y goma arábiga. La dirección de envío se escribía en la tabla exterior, y se sellaban los bordes de ambas con cera. Estas antiquísimas cartas están escritas en latín y se han datado entre los siglos I y II.

Los documentos registran asuntos oficiales, así como correspondencia personal de soldados, familiares y esclavos. Entre todas ellas, destaca una invitación para una fiesta de cumpleaños, entre otras cosas porque está escrita por una mujer (Tab. Vindol. II 291).

“Saludos de Claudia Severa a Lepidina. 
En el tercer día antes de los Idus de Septiembre, hermana mía, para el día de celebración de mi cumpleaños te hago llegar una cálida invitación para asegurarme de que vengas a vernos, y que hagas más agradable esta jornada con tu presencia.
Saluda de mi parte a tu Cerial. Mi Aelio y mi hijo os envían sus saludos.
Te esperaré, hermana.
Adiós hermana mía, mi alma querida, a quien deseo prosperidad y salud.
A Sulpicia Lepidina, esposa de Cerial, de parte de Severa”.

Las tablas originales se guardan en el Museo Británico, y sus textos se han traducido, transcritos y publicado hace unos años. Aquí tenemos otro ejemplo.

“Masculus a Cerialis su rey, saludos.
Por favor, mi señor, dame instrucciones acerca de lo que quieres que hagamos mañana. ¿Regresamos todos o solo la mitad? (líneas perdidas) …los más afortunados y me seguirán con buena resolución. Mis soldados no tienen cerveza, por favor, ordena que nos la manden”. 

Las caligrafías son diversas y los emisores y destinatarios también son muy variados. Esto descarta el trabajo de escribas, tal y como vemos en las películas de romanos, y nos hace suponer que el nivel de alfabetización debía ser generalizado.

Toda esta correspondencia también nos ofrece numerosos datos de cómo vivían estas personas en el campamento fronterizo. Las tablas hablan al menos de 46 tipos diferentes de alimentos: especias, aceitunas, vino, miel, ostras… Algunas cartas hablan sobre el número de esclavos asignados a la casa del comandante, la organización del tiempo libre, las relaciones entre los familiares de los militares, las actividades del ejército (quiénes estaban de guardia, de permiso, en misión de exploración o de baja por lesión o enfermedad), así cómo de la organización logística del campamento y algunas órdenes de reparación de armas y fortificaciones.

La tablilla 261, inventariada con el número 86501, nos muestra el comienzo de una carta enviada a Cerialis por parte de Hostilius Flavianus, que seguramente estuvo allí como prefecto. 

“Hostilio Flaviano saluda a su Cerealis.
Te deseo un año nuevo próspero y feliz”.

En la tablilla 265, inventariada con el número 87599, alguien informa a Cerialis que, de conformidad con él, realizará un sacrificio en Año Nuevo.

”A su Cerialis, saludos.
Tal como tu deseabas, hermano, he consagrado el día de las Kalendas con un sacrificio...”

Me imagino a los romanos y romanas del siglo II quitando la cera de su correspondencia con urgencia… ¡El correo! Carta de madera desde lejanas tierras conquistadas… Cartas como tesoros, que se guardarán durante años llegando a ser parte de las reliquias de la casa y la herencia familiar. Cartas con instrucciones urgentes, con un “te echo de menos” o resolviendo transacciones comerciales. Y sin atender a faltas ortográficas o errores gramaticales porque, en definitiva, lo importante es que lleguen a su destino y a la mayor brevedad posible. Cartas que nos llegan a nosotros, después de dos milenios y en pedacitos, envueltas en tierra, piedra y polvo de siglos dispuestos en fila india. Un puzzle de vestigios lejanos que nos ofrece sus secretos en cómodos fascículos para encuadernar en museos. Y es que solo las cartas a los Reyes Magos o a Papá Noel superan en belleza a las del castrum de Vindolanda, ¿no es así?