lunes, 27 de octubre de 2014

PIDIENDO PERMISO A LAS HADAS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
20/10/2014
Por Eva Martínez Cabañas




Paracelso fue un minero, minerólogo, alquimista, astrólogo y médico suizo medieval. Le dio su nombre al zinc. Produjo numerosos medicamentos, descubrió las características de muchas enfermedades, defendió con insistencia que la cirugía la debían practicar los médicos y no los barberos, introdujo el uso del láudano en las operaciones, fue el primero en identificar una enfermedad producida por el trabajo, enumeró los cuatro sabores básicos, y de él se pensaba que podía transmutar plomo en oro. Su verdadero nombre fue Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, pero como no le gustaba ni a él, se lo cambió por el de Paracelso, que significa igual o mejor que Celso, que era un médico romano del siglo I.

“Lo que se forja con el fuego es alquimia, ya sea en un horno o en la estufa de la cocina”, decía nuestro maestro alquimista.

Le interesaba el orden cósmico, que buscó en la astrología, y pensaba que el humano era un microcosmos que llevaba el firmamento en su propio metabolismo. También opinaba que únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico, y que la medicina estaba compuesta por astronomía, ciencias naturales, química y amor.

Se ganó bastante enemigos y obtuvo fama de mago, pero también contribuyó a que la medicina fuera más científica y se alejase de las teorías de la escolástica, una corriente religiosa y filosófica que subordinaba la razón a la fe.

Fue uno de los grandes alquimistas de la historia. Se le atribuye la idea de los cuatro elementos: Tierra, Fuego, Aire y Agua; y la de los seres etéricos que cuidan de cada uno de ellos: ondinas, salamandras, gnomos y sílfides. A estos seres los llamó Elementales, y es en sus libros donde aparecen reflejados por primera vez.

Podríamos decir que los Elementales son campos cuánticos en un estado preorgánico y formados de materia elemental. En la mitología se los representa con figura humanizada para poder identificarlos, como a los ángeles, aunque son energía pura y carecen de cuerpo físico. Son tan antiguos que habitaban la Tierra cuando esta aún estaba formándose.

En los cuatro reinos o elementos, las salamandras cuidan la masa de gases, la materia incandescente, y los volcanes. Los silfos se ocupan de la evolución de los gases, los vientos y las tormentas. Las sirenas, ninfas y nereidas atienden el agua y los animales que la habitan, la lluvia, lagos, mares y ríos. Los gnomos, hadas y duendes se preocupan de rocas y montañas, árboles y demás flora, de los animales que habitan la tierra, valles, desiertos, bosques, selvas...

Desde antiguo, las distintas culturas los han representado de manera muy similar, tal y como nos muestran los antiguos egipcios, sumerios, celtas, polinesios, africanos y otros pueblos, sin importar si estaban geográficamente alejados o la época en que vivieron. Las imágenes que se conservan así lo atestiguan.

Los elementales se comunican con los seres humanos energéticamente y poseen una vibración electromagnética muy alta que les permite trasladarse de un lugar a otro a velocidad de la luz. Participan en ritos consagrados a la agricultura o a aplacar las fuerzas de la naturaleza, y son muy traviesos, inconscientes e inocentes, como niños pequeños.

Y ahora un ligero toque mágico de geografía...

Islandia es un país localizado en el noroeste de Europa, muy cerca de la gélida Groenladia. Cuenta con una gran actividad volcánica y geológica debido a la dorsal mesoatlántica, una enorme placa tectónica ubicada en el fondo oceánico Atlántico. Gracias a la actividad de esta placa cuenta con montañas, glaciales, desiertos, y numerosos ríos glaciales. A pesar de su latitud, su clima es templado gracias a los efectos de la corriente oceánica del Golfo, que desplaza una gran masa de agua cálida desde el golfo de México hasta el Atlántico Norte, arrastrando con ella flora y fauna marina.

Históricamente es tierra de vikingos y escandinavos, y hoy en día cuenta con asistencia sanitaria universal, educación superior gratuita, impuestos muy bajos, y es uno de los países más acaudalados y desarrollados del planeta.

Pues bien, aunque pueda parecerles bastante peculiar, Islandia ha creado un organismo estatal cuya principal competencia son hadas, elfos y otros seres de carácter féerico. La institución oficial se llama Álfaskólinn, y está dedicada a la investigación y análisis de seres de fauna sobrenatural como trolls, hadas, enanos, elfos, gnomos...

También cuentan con una escuela para aprender sobre los elfos, y la  formación que imparte se complementa con trabajos de campo, organizando excursiones a lugares donde aparecen estos seres.

Y por supuesto cuentan con un museo élfico, que reparte a los visitantes mapas que reflejan los caminos, viviendas y otros datos de interés sobre estos seres; aconsejando evitarlos si no se les conoce, ya que adoran hacer fechorías a los extraños.

A finales de los años 90 se realizó una encuesta para averiguar cuántos islandeses creían en la existencia de estos espíritus de la naturaleza. El 54,4% de los encuestados afirmó creer en su existencia, y curiosamente el restante 45,6% afirmó no estar seguro, pero tampoco querían ponerse a mal con ellos por si acaso existían.

“Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos” decía El Principito de Saint-Exupéry.

A muchos homo sapiens sapiens (cuyo significado en español es “hombre que sabe, que sabe”), la mente le dice: No puedo verlo, entonces no existe. Pero la realidad muestra que aun así tenemos pensamientos y emociones que no podemos cuantificar; y que creemos en  Dios, en ángeles y en otros seres que no podemos experimentar con los sentidos físicos.

La misma ciencia nos dice que si no se puede pesar o medir el tema no es interesante. Entonces, ¿qué hacemos con esa sensación de que existen más cosas de las que podemos ver? ¿La ignoramos? No, no...

El inconsciente colectivo es un término que debemos al psiquiatra suizo Carl Jung, quien en el siglo pasado manifestó la existencia de un fundamento común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares, con el que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón. Digamos que es la caja donde guardamos todo aquello en lo que creemos a nivel de grupo.

En Islandia se ha requerido en numerosas ocasiones de la señora comisionada del organismo mágico para resolver cuestiones de carácter “elemental”, ya que los elfos se enojan cuando se les molesta. Los casos más habituales tienen que ver con percances, accidentes o retrasos que ocurren en obras y construcciones, al retirarse grandes rocas, excavar en colinas o al talar árboles.

La mejor forma de evitar catástrofes es hablar con ellos, solicitarles permiso a la hora de hacer cambios, y ofrecerles rituales mágicos para reconocer su existencia y buen hacer.

Dijo el poeta William Blake: “Un Espíritu y una Visión no son, como supone la filosofía moderna, un nubloso vapor, o una nada: se hallan organizados y articulados meticulosamente, más allá de lo que pueda producir la naturaleza mortal perecedera”.

¿Qué pienso yo al respecto? Lo mismo que Peter Pan, of course. Pero yo no bato palmas, más bien aplaudo.


Fuentes: Wikipedia, Atenea 33, Senderos de sabiduría mágica, Mitología, leyendas y universo poético.


DÍA DE LA BIBLIOTECA 2014 - LA LEYENDA DEL TIEMPO




Luego de un tiempo incontable, levantó la vista y vio sobre la repisa una hilera de libros. Eran libros de cuentos, los únicos objetos de aquel lugar que no habían acumulado polvo ni telarañas. Con un temblique en el dedo índice de la mano derecha, impropio de todo un príncipe, fue recorriendo los títulos: Cuentos de antaño , de Charles Perrault, Cuentos de los hermanos Grimm...

Manifiesto Día de la Biblioteca
Pregón homenaje a Ana María Matute.
Antonio Rodríguez Almodóvar



Desde 1997, se celebra el Día de la Biblioteca, en conmemoración de la destrucción en 1992 de la Biblioteca de Sarajevo. Por ello nuestras Bibliotecas Municipales llevarán a cabo actividades extraordinarias para conmemorar esta fecha.



La leyenda del Tiempo

El 22 de octubre, a las 17:30, en la Biblioteca Municipal San Juan de Ávila, tendrá lugar un encuentro entre los componentes de los Clubes de Lectura con la escritora local Eva Martínez Cabañas, en torno a su libro La Leyenda del Tiempo.





Gracias a los coordinadores de las Bibliotecas Municipales del Ayuntamiento de Ciudad Real, a sus bibliotecarios y a todas las niñas y niños de los Clubes de Lectura por vuestro interés y cariño.

Un abrazo,

Eva
 

viernes, 10 de octubre de 2014

CIUDAD REAL CÉLEBRE: CHURRIEGOS Y CULIPARDOS EN LA BATALLA DE MALAS TARDES


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
06/10/2014
Por Eva Martínez Cabañas





Antes de la batalla de Malas Tardes los miguelturreños eran conocidos como calatravos, y los vecinos de Ciudad Real ostentaban el gentilicio de pozueleños. El pantalón del uniforme del ejército comunal de Villarreal era de color marrón o pardo, y así los antiguos ciudadrealeños fueron llamados culipardos por la vecina localidad, ya que jocosamente esa noble zona era la que destacaba en su huida. El término churriego, utilizado para los vecinos de Miguelturra, significa "mal hecho" o "contrahecho".

Esta escaramuza se libró en 1328 en el pago del mismo nombre, que estaba situado entre Villareal y la aldea de Miguel Turra, que por supuesto son las actuales Ciudad Real y Miguelturra. En estas tierras sembradas de viñas se enfrentaron a fuego y espada las milicias urbanas de Villarreal contra los caballeros y religiosos calatravos. O dicho de otra forma, las huestes del rey, quien estaba muy relacionado con la iglesia, contra las de una parte de la iglesia, que quería los poderes del rey. ¿Ha quedado claro, no?

Todo empezó por lo de siempre: política, poder y sometimiento de un territorio. La Orden de Calatrava, que era una acaudalada institución militar y religiosa, había renovado y concedido más privilegios a la incipiente Miguel Turra. Con ello quería hacer prosperar la aldea y debilitar y despoblar la cercana Villareal, a solo 3 km. de distancia, ya que esta había sido fundada por el rey Alfonso X, el Sabio.

En esta época, el infante Felipe (que era hermano de Alfonso X y que llegaría a ser arzobispo de Sevilla, abad de la Colegiata de Valladolid y de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias antes de casarse con una princesa noruega), intentaba contener con todos los medios de los que disponía a Garci López de Padilla, un ambicioso noble y señor feudal de la Casa de Padilla que llegó a ser Gran Maestre de la Orden de Calatrava.

Entonces las cosas se complican...

El calatravo López de Padilla fue derrotado por la taifa de Jaén y por los musulmanes granadinos. Y fue entonces cuando una parte de su misma Orden aprovechó el momento de debilidad y se levantó contra él bajo el mando del clavero Juan Núñez de Prado. Antiguamente, el clavero era un caballero de alcurnia encargado de la protección de un castillo o convento. Se trataba de un puesto de relevancia dentro de la institución. Algunos de los caballeros insurrectos eran de Villarreal.

Quesada, alcaide del alcázar de Villarreal, acogió a estos freires disidentes (así eran llamados los caballeros profesos de una orden militar) tras las murallas de la villa (esas que entre todos dejamos que se cayeran). Pidió refuerzos a otras ciudades reales como Baeza, Córdoba y Toledo, e informó al infante Felipe de la delicada situación.

Al enterarse el maestre calatravo López de Padilla de la traición y ataque de parte de su comunidad, reunió a los freires que le eran fieles y quemó y arrasó las viñas y campos de trigo de Villarreal como si fueran tierra de infieles, asediando la villa para presionar a las autoridades a que entregaran a los freires desleales protegidos tras las murallas. Los vecinos que intentaban cultivar sus campos eran azotados, apaleados y enviados al Sacro Convento de Calatrava la Nueva.

Como los refuerzos solicitados a otras ciudades del realengo no llegaban, las tropas del rey contraatacaron por sorpresa para romper el sitio de Villareal, bajo el mando del clavero Diego Sánchez de Viezma. El campo de batalla fue el pago de Malas Tardes. Perdieron los calatravos y su maestre huyó herido.

Crecidos en la victoria, las huestes reales, formadas por freires calatravos sediciosos y la milicia urbana de Villarreal, marcharon hacia Miguel Turra y asaltaron y saquearon la aldea. Se enfrentaron a hombres escasamente armados, mataron a mujeres, ancianos y niños, y quemaron y arrasaron casas, una torre fuerte y el palacio de Clavería.

Posteriormente, el clavero y algunos freires rebeldes acudieron a las Cortes de Valladolid pidiendo justicia. Acusaron formalmente al maestre López de Padilla de desabastecimiento y desatención de las fortalezas de Alcaudete, Locubín, Susaña, Chist y Mathet, entre otras; de haber huido en combate en la batalla de Baena, abandonando a los freires que le acompañaban; de autoritarismo y crueldad en el trato con sus freires; y de haber atacado lugares y vasallos de realengo, particularmente a los de Villarrreal.

El maestre fue citado ante el tribunal real, pero este huyó a Alcañiz, principal señorío aragonés de la Orden de Calatrava. Ante la traición, Alfonso XI ordenó a los freires presentes que organizaran un cisma algo irregular, donde se eligió como nuevo maestre a Juan Núñez de Prado. El depuesto maestre intentó hacer valer sus derechos ante  la Orden del Císter, quien acabó reconociendo la legitimidad de su cargo y restituyó su maestrazgo. No obstante, renunció a él en 1929, presionado por el respaldo que el rey castellano prestaba a Juan Núñez de Prado.

La contienda entre calatravos y seguidores del rey se resolvió cuando Alfonso XI de Castilla, llamado el Justiciero, accedió a la mayoría de edad y asumió la corona. Este fue biznieto del rey Alfonso X el Sabio, e hijo de Fernando IV, el Emplazado.

Y aquí se acaba la historia de la rivalidad entre dos pueblos vecinos a causa de sus impulsores y dirigentes. Hoy en día, churriegos y culipardos nos llevamos bien y hasta nos mezclamos. Y conservamos con orgullo los apodos que la Edad Media nos legó, que como afirma el escritor Paulo Coelho, “El mejor guerrero es aquel que consigue transformar al enemigo en amigo”.



Fuentes: Miguelturra.es, blog Los archivos del bardo, Wikipedia, blog El sayón.

EL GRAN CONEJO ROSA CAÍDO DEL CIELO Y EL NAUFRAGIO DE LOS PATITOS DE GOMA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
29/09/2014
Por Eva Martínez Cabañas






Hoy vamos a hablar de grandes catástrofes. De esas que nos gustan a todos porque son duras de digerir, nos ponen el vello de punta, nos arrastran hacia las emociones más bajas, e incluso nos alegran secretamente por no habernos ocurrido a nosotros. Así que ahí vamos con dos desgracias a gran escala, que ya nos dijo Séneca en el siglo I: “Con el fuego se prueba el oro. Con las desgracias, los grandes corazones”.

Veréis, desde 2005 en lo alto del monte Colletto Fava, cerca de la ciudad italiana de Génova, descansa en paz Hase, un conejo gigantesco de trapo rosa que misteriosamente un día cayó del cielo.

No sabemos si pertenecía a alguna niña gigante que viva en otro planeta, o si viajó en asteroide hasta que este chocó con nuestra atmósfera, pero sí que el pobre se encuentra en mitad de la montaña con la mirada desorbitada y los intestinos de trapo desparramados a causa de la brutal caída.

El colosal peluche mide 6 m. de alto, 60 m. de largo y está relleno de paja. Dicen los expertos forenses que, al estar fabricado con materiales biodegradables, el tiempo, el viento, la lluvia y el Sol lo irán deteriorando como a cualquier otra mascota de trapo, y seguramente en el año 2025 ya no quedará nada de él. De hecho, a día de hoy ya pueden apreciarse como por las costuras se le escapa el relleno. Se me saltan las lágrimas...

También existe una leyenda urbana que asegura que Hase es en realidad una escultura creada por un grupo de artistas austriacos llamados Gelitin, cuyos miembros aman el Arte Relacional, que es una corriente artística que surge en los años 90 prestando gran atención a las interacciones entre obra y observador, y que además estos artistas poseen gran sentido del humor. Pero... Nooo. Hase no puede ser una estatua... ¿acaso no veis que las estatuas no son blanditas ni de color rosa? Además, para ver al conejo hay que subir 1.500 m. de monte. ¡Las estatuas se ponen en las plazas! En Google Maps podéis contemplarlo gracias al satélite. Sus coordenadas son 44 14´37.61¨N 7 46´10¨E.

En cuanto a la segunda catástrofe, os diré que ocurrió en 1992. Un buque que había zarpado de Hong Kong rumbo a América tuvo una avería una noche de tormenta en pleno Océano Pacífico, para que veáis que no es tan pacífico como dicen. Como el barco se balanceaba furiosamente, algunos de los contenedores que transportaba se desprendieron de sus amarras y cayeron al agua. Uno de ellos se abrió y liberó su cargamento: nada menos que 29.000 animalitos de plástico para jugar en la bañera.

Me imagino la alegría de delfines y focas... En fin, tortugas, patitos, castores y ranas de 5 cm. se encontraron de repente náufragos y a la deriva. Tan pequeños y tan solos...

El oceanógrafo estadounidense Curtis Ebbesmeyer aprovechó entonces para estudiar las corrientes oceánicas y aplicar los resultados a problemas de pesca, así que les ha seguido la pista por el Polo Norte y el océano Atlántico, e incluso los ha recuperado en las playas, exhaustos por la experiencia. A su vez, Ebbesmeyer ha colaborado con la policía en la investigación de varios asesinatos, estudiando el movimiento de los cuerpos a la deriva a lo largo de su última travesía.

Por si fuera poco, nuestro oceanógrafo también sigue el rastro de un barco abandonado, a la deriva y cubierto de percebes que apareció en Estados Unidos. El barco ha sido bautizado como “El intrépido”, y este se soltó de un yate de lujo durante una tormenta en el Triángulo de las Bermudas allá por el año 2000.

Ya nos aseguró el inventor Benjamín Franklin: “El más desgraciado de los hombres es aquel que no sabe soportar una desgracia”, así que sacaremos fortaleza de lo acontecido, le pediremos a la vida que todo sea eso, y procuraremos que no nos falte nunca buen humor.


Fuentes: Tejiendo el Mundo, Wikipedia, Xataka Ciencia, El Mundo.es.


ESCRITORA LOCA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
22/09/2014
Por Eva Martínez Cabañas






Leo en el periódico digital El País.com una noticia que me deja un poquito desasosegada, que es una palabra que me gusta porque con solo pronunciarla te deja un poco confusa, ahogadilla, como con necesidad de respirar...

Y armo un triángulo imaginario. De los equiláteros. En un lado pongo el mensaje del artículo, que habla de la capacidad que tienen los escritores de oír hablar a sus personajes. En otro, coloco la capacidad de la ciencia de etiquetar el “fenómeno” como alucinación auditiva. Y en el tercer lado pongo mi capacidad de no sorprenderme ya de nada. Lástima. Con lo que a mí me gustaba sorprenderme.

Como buena escritora o escribidora, que también significa decir cosas con los dedos, me siento aludida y me intereso por el escrito. La parte que más me gusta es esta: “A los novelistas se les suele conceder bula para hacer dos cosas que al resto de población le son frecuentemente censuradas o provocan alarma: mentir y escuchar voces”. Uy, muy interesante, pero difiero un poquito, señores... Cuando se escribe no se miente, sino que se trae a esta realidad personajes e historias que quieren Ser. Las ideas son cosas reales, y están a disposición de todo aquel que sepa escuchar con atención. Los personajes de las novelas, los objetos, las plantas, y hasta las piedras nos hablan ¿Acaso no les ocurre a los inventores? ¿No sabe el mecánico donde está la avería solo con escuchar el motor? Pregúntenle a Eric Rolf, que descubrió varios problemas en el Apolo XIV de la NASA escuchando su propia intuición.

Los escritores no oímos voces, sino que las sentimos dentro de nosotros, que es mucho mejor. Los personajes te van susurrando como son, lo que quieren decir, e incluso el tiempo que quieren permanecer en la novela. Algunos aparecen cuando menos lo esperas, otros imponen su personalidad en el relato, simplemente no tienen más que decir, o se convierten en tus amigos o incómodos conocidos solo porque has sabido escuchar lo que tenían que decir.

Entonces, los escritores no oímos voces. Pero sí estamos locos.

A mí no me molesta. Y desde este pequeño espacio aprovecho para solicitar paciencia y un poquito de buen humor a todos los que tienen que convivir con nosotros. ¿No veis que los escritores locos también necesitamos cariño?

“El novelista tiene una capacidad para la empatía que lo puede volver más vulnerable (o más sádico): puede sintonizar la radio de lo que piensa la gente a su alrededor, al menos desde la conjetura”, añade la Universidad de Durham en el artículo.

Acceder al campo bioelectromagnético de las personas no me parece algo tan raro. Solo hay que prestar atención; es lo que siempre aconsejamos los locos: escuchar. Pero reconozco que habrá quienes digan que esto es un cuento chino. Me parece respetable.
Los novelistas, y los que no lo son, no tenemos capacidades auditivas sobrenaturales, pero sí disponemos de sensibilidad para conectarnos con esta radiofrecuencia electromagnética que emitimos todos, si así lo deseamos. Para muchos, esta sutil conexión suele pasar desapercibida, pero todos tenemos la facultad de conectarnos a ella. Prueben. Lo mismo acaban experimentándolo por sí mismos.

Interpretar las cosas literalmente a veces impide comprender realidades que van más allá de nuestros cinco sentidos básicos de percepción. Abrir un espacio a ideas abstractas es una buena forma de ampliar el mundo de la física newtoniana y descubrir que existen otras realidades que se nos presentan solo cuando prestamos atención.

Expresar cosas muy sutiles mediante palabras y frases en ocasiones es difícil. Sirva de ejemplo que llevamos siglos y siglos hablando del amor, y todavía no sabemos ni definirlo en términos generales. Así, aunque los personajes literarios tienen vida propia, no los oímos, pero sí que los escuchamos, que no es lo mismo. No se preocupen demasiado por lo que intento expresar, ¿no les dije que estoy loca?

El escrito periodístico continúa diciendo que “esta capacidad auditiva puede resultar catastrófica, ya que Virginia Woolf se suicidó lamentándose de las voces que escuchaba”. Pero bueno... “Otros genios ilustres supieron sacar mayor partido de esta aptitud. Charles Dickens solía decir que ni siquiera inventaba: los personajes se le aparecían y le chivaban las líneas de diálogo”. ¿Qué significa esto? ¿Qué Dickens era más listo que Woolf? Pero bueno... Sin duda es más feo ser sensacionalista que sensacional.

Si les hablo del sentido común, del sentido del humor, o del sentido del pudor ¿acaso los etiquetarían como alucinaciones extraordinarias? En fin, el que tenga oídos que oiga, y el que tenga “escuchos” que escuche.

Al llegar la noche, la sincronicidad de la vida me hace sonreír. Pongo un video prestado de la biblioteca: es la serie televisiva “Los pilares de la tierra”. El guión está basado en la novela del escritor Ken Follett; y en el capítulo, el aprendiz de cantero y la joven noble hablan sobre este tema. Les transcribo la conversación:

“-Cuando trabajo oigo voces.
-¿De quién? ¿Voces de ángeles? ¿Eres como un santo?
-No. Voces que salen de la piedra. Al tallarla ella me dice cómo hacerlo.
-¿Entonces la piedra te habla?
-No, no la piedra, sino lo que anhela ser. Sea un santo o una gárgola, o un rincón de la catedral. No es necesario que tenga rostro. Puede ser la línea de un dibujo, o la curva de un arco. No me habla con una voz, es más bien una imagen, pero es el sonido de la imagen. Luego... No, no sé describirlo, lo siento. Solo sé que cuando mi cincel golpea la piedra, esta se afina y canta una canción. Eso es. La canción de lo que va a ser”.

Así es.

Para terminar, me gustaría añadir a este desahogo lo que opinaba otro novelista. Decía Oscar Wilde: “No voy a dejar de hablarle solo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo”.

Otro loco...



RAYAS DE CEBRA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
15/09/2014
Por Eva Martínez Cabañas






“Nadie sabía por qué las cebras tienen esa coloración llamativa, pero la resolución de enigmas evolutivos aumenta nuestro conocimiento del mundo natural y pude provocar mayor compromiso con la conservación” ha asegurado Tim Caro. Y es que este profesor de biología ha conseguido descifrar uno de esos pequeños acertijos con los que la naturaleza nos pone a prueba.

Ya en el siglo XIX los naturalistas Darwin y Wallace se preguntaron por qué estos equinos africanos lucían tan vistoso traje, y durante más de un siglo hemos tenido tiempo de reflexionar sobre camuflaje, confusión visual en una estampida, función social, cuestión térmica y otras suposiciones que no de darnos una respuesta convincente, pero no ha sido hasta nuestros días que hemos dado con la respuesta.

La revista digital Nature Communications ha publicado un artículo de la Universidad UC Davis de California donde el equipo de investigación que lidera Tim Caro cree tener la respuesta: ¡mosquitos, moscas tse-tsé y tábanos! Estos desesperantes insectos son los causantes de la evolución en el elegante diseño de la piel de las cebras.

El estudio se ha llevado a cabo en siete especies de cebras, caballos y asnos y en sus subespecies, estudiando ubicación, ubicación e intensidad de las picaduras en sus cuerpos. También han comparado su distribución geográfica y variables como depredadores, temperatura, zonas boscosas, etc.

Nos cuenta Caro: “Me quedé sorprendido por los resultados. Una y otra vez comprobamos una mayor creación de rayas corporales en aquellas partes del mundo donde los mosquitos son más molestos”.

Las cebras evolucionaron a este diseño porque tienen el pelo más corto que otros mamíferos de pezuña. A lo que hay que añadir que los tábanos y otros insectos hematófagos se sienten atraídos por la luz que se refleja, llamada luz polarizada, similar a la del agua donde ponen sus huevos.

Según un estudio del equipo de la bióloga Susanne Akesson, profesora y directora de la Universidad Lund, en Suecia, el pelaje de color negro refleja la luz mejor que el de color marrón o blanco, y las rayas blancas y negras hacen a la cebra menos atrayente para estos insectos que el caballo negro, y más que el blanco.

Así pues, las rayas son un buen repelente contra los insectos, y cuando más estrechas mejor, tal y como encontramos en la cabeza y patas de las cebras, donde la fiel es más fina. Según la profesora Akesson son perfectas a la hora de alterar la señal de la luz polarizada, ya que al reflejar la luz alternativamente en patrones polarizados y no polarizados, la cebra destaca menos en el entorno, escondiéndose mejor tanto de tábanos como de felinos.

Pero entonces surge la duda de por qué los caballos negros no han desarrollado rayas en su piel.

El equipo de Akesson tiene a bien añadir al respecto que los experimentos se realizaron en Hungría y con modelos de cebra, por lo que el hallazgo no tiene por qué suponer la última palabra sobre los dibujos de las cebras. El calor, o aliento del animal podrían ser elementos atractivos para los insectos que anularan el camuflaje rayado. La doctora también opina que también puede deberse a que en África hay muchas más especies y número de tábanos que en las zonas de clima templado, y que este diseño seguramente ha sido alterado por la mano del hombre en caballos, al crear patrones atractivos pero poco útiles en la naturaleza.

Una curiosidad... solo los mosquitos y tábanos hembra pican al ganado y a los humanos, ya que obtienen de la sangre una proteína necesaria para producir huevos fértiles. Los machos de estas especies comen polen y néctar, y pican solo en raras ocasiones.

¿Remedios naturales contra estos ataques veraniegos? Hay muchos: aceite esencial de citronela, lavanda, clavo de olor, eucalipto... Y la ropa a rayas, claro.


Fuentes: Abc.es, National Geographic, 20 minutos.es, Mentes, eHow en español, Yahoo! Respuestas