martes, 27 de enero de 2015

LUZ BUENA PARA ÁFRICA



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
26/01/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Evans Wadongo nos cuenta que cuando era niño caminaba nada menos que 10 km. cada día para poder asistir a la escuela; pero lo relata sin quejarse y con el corazón lleno de agradecimiento, ya que se sentía afortunado porque sus padres, ambos maestros, podían permitirse comprar queroseno para una lámpara con la que estudiar de noche. En su casa no había agua corriente, ni  electricidad corriente, ni baño corriente... por lo que el queroseno era todo un lujo.

Pero el queroseno le ocasionó graves problemas de vista a causa del humo que emanaba… Y es que según unos tristes datos del Banco Mundial, en Kenia solo el 18% de la población tiene acceso a la electricidad.

Pero en las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz. dijo el filósofo Kant.

Pues bien, este joven keniano de 27 años y el afamado diseñador neoyorquino Reed Krakoff han aunado fuerzas y han presentado en el Pabellón de Arte y Diseño de Londres (PAD) una lámpara solar llamada MwangaBora (LuzBuena) que une diseño y ganas de arreglar el mundo de una vez por todas. Cada unidad se vende por 182 euros a beneficio de la ONG “Desarrollo Sostenible para toda Kenia”. Para el proyecto “Solo Una Lámpara” el coste es de 18 euros.

Ewans Wadongo es ingeniero electrónico y de computación por la Universidad “Jomo Kenvatta” de Kenia. Y fue en la universidad donde inventó la MwuangaBora, un sencillo farol fabricado con un 50% de materiales reciclados y que funciona con la luz del Sol.

La lámpara cuenta con un panel solar, una bombilla led y una batería para 3.000 cargas. La exposición al Sol debe ser de cuatro horas y su duración es de seis. La intensidad de su luz es 200 veces más potente que la del queroseno, y las emisiones de CO2 que nos ahorramos todos al no utilizar este combustible es incalculable

En definitiva es un proyecto social de gran importancia, sobre todo si tenemos en cuenta que al principio el joven solo pretendía hacerle un regalo a su abuela.

Wadongo nos dice: “Cuanto más estudie un chaval con una lámpara de queroseno, mayor será el riesgo para su salud. Muchos de mis amigos abandonaron la escuela porque no podían hacer los deberes y eran castigados. Los profesores no lo entendían”. “Los niños en el mundo rural deben atender el ganado durante el día y van al colegio por la noche, o estudian ya cuando ha anochecido, después de cumplir con otras obligaciones que contribuyen al sustento de sus hogares. Aunque haya una red cerca, la conexión es muy cara”.

El siguiente paso que dio fue pensar en un modelo de ingresos que hiciera posible su compra: unos 18 euros.

De igual forma organizó talleres que formaran a los jóvenes en la técnica artesanal de confeccionar las lámparas; e inició un programa que reparte unas 30 lámparas a una asociación comunitaria local de mujeres, a las que se anima a crear un fondo común con el dinero que en principio destinarían a la compra de queroseno. Este dinero se invierte en algún proyecto comunitario, como puede ser la cría de conejos o la piscicultura.  El proyecto pretende extenderse a Uganda y a otras zonas del continente africano que también necesitan un poco de esperanza.

Nuestro joven ingeniero trabaja en sus faroles en un humilde taller de Nairobi. Desde 2004 se han distribuido más de 15.000 lámparas, y su objetivo es llegar a 100.000 en 2015. El proyecto que denomina “El Uso Solar Salva Vidas” también ayuda a sacar a la gente de la pobreza extrema. Y en la actualidad  está diseñando un modelo de gestión energética sostenible para Nyaobe, su pueblo natal, que permitirá a sus vecinos conectarse a una red local de energía local y tener acceso a Internet.

En 2010 Ewans Wadongo fue nombrado Héroe por la cadena CNN premiando así su  iniciativa. Y por cierto... fue portador de la antorcha de Kenia en los Juegos Olímpicos de Verano de 2012.

Nos asegura Ewans Wadongo: “Si pensáramos en los demás antes de preocuparnos en nosotros mismos este mundo sería un mejor lugar”.

Que levante la mano quien piense lo mismo...


Fuentes: Blog de Tijuana, Wikipedia, CNN, El País y Strambotica.
Foto: Gstriatum.com

lunes, 19 de enero de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: HERNÁN PÉREZ DEL PULGAR, EL DE LAS HAZAÑAS



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
19/01/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Decía Miguel de Cervantes que Las grandes hazañas, para los grandes hombres están guardadas. 

En su tiempo lo conocían como El de las hazañas, o también como el Alcaide de las hazañas, y en su escudo rezaba el lema Quebrar y no doblar. Hoy amos a recordar la vida y obras de este guerrero medieval que nació en Ciudad Real un 27 de julio corriendo el año 1451, y que en la actualidad es hijo predilecto de la ciudad.

Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio fue diestro espadachín, mejor escritor, valiente, ingenioso, capitán del ejército castellano en la guerra de Granada, e historiador. Al menos, eso cuentan las crónicas…

La casa donde nació es el actual museo municipal Manuel López-Villaseñor, ubicado en la calle Reyes, 11 de Ciudad Real y junto a la catedral, donde le bautizaron cristianamente. El registro del bautismo se conserva en la parroquia de La Merced.

Aunque desconocemos casi todo de sus primeros años de vida, sabemos que siendo niño realizó trabajos de escudero al servicio de la reina Isabel II en la guerra de Portugal y contra Juana de Trastámara, ya que ambas mujeres se disputaban la sucesión al trono tras la muerte de Enrique IV de Castilla. Con el paso de los años su arrojo le valió el título de Gentilhombre, y posteriormente el de Continuo de la Casa Real.

El 28 de febrero de 1482, sitiado junto al duque de Cádiz por las tropas musulmanas en la estratégica Alhama, rompió el cerco, atravesó el ejército enemigo y llegó a Antequera pidiendo auxilio. La toma y conservación de esta plaza constituyó el inicio de la guerra de Granada. Como testimonio nos queda el Romance de la pérdida de Alhama. Por si alguien tiene curiosidad, sus primeros versos se expresan de esta guisa:

Paseábase el rey moro - por la ciudad de Granada
desde la puerta de Elvira - hasta la de Vivarambla
-¡Ay de mi Alhama!
Cartas le fueron venidas - que Alhama era ganada. 
Las cartas echó en el fuego, - y al mensajero matara.
-¡Ay de mi Alhama!...

Cuatro años después de esta conquista, los Reyes Católicos lo nombraron capitán general de la localidad mediante Real Cedula.

Con solo ochenta hombres, Pérez del Pulgar conquistó el castillo de Salar, situado entre las poblaciones de Granada y Loja. El hecho sería recordado en el tiempo mediante la creación del marquesado de Salar, creado a petición de la ciudad de Granada. De la misma manera se le otorgó el título de Grandeza de España en 1834, y fue llamado por Fernando el Católico para participar en la toma de Vélez-Málaga y en la batalla de Bentomiz. También fue nombrado emisario del trono castellano en las negociaciones de rendición de Málaga, tomó Baza, y dio muerte al general musulmán Aben-Zaid.

Por esta última hazaña, Fernando el Católico le otorgó el título de Caballero, así como un escudo nobiliario: El de los Pulgares, con un león coronado sobre fondo azul, una lanza entre las garras, y una bandera blanca en el su extremo con el lema Ave María. El león estaba orlado por once castillos que representaban los once alcaides granadinos derrotados, y además podía leerse el lema Tal debe el hombre ser como quiere parecer. Bueno, ni sencillo ni elegante, pero si encontramos el emblema ya sabemos a quién perteneció… 

Una noche entró en la musulmana Granada y la recorrió a sus anchas sin ser descubierto. Iba acompañado por quince caballeros y por su escudero, del cual sabemos que se llamaba Pedro. Aunque no logró incendiar la ciudad, como era su intención, al llegar a la mezquita clavó sobre la puerta principal un cartel escrito de su puño donde se leía la oración cristiana del Ave María y estas bravuconas palabras: Sed testigos de la toma de posesión que realizó en nombre de los reyes y del compromiso que contraigo de venir a rescatar a la Virgen María a quien dejo prisionera entre los infieles. Después, los infiltrados se dirigieron a la alcaicería, que era el antiguo recinto comercial de las antiguas ciudades islámicas. Con nocturnidad y alevosía la incendiaron sin contemplaciones. Por supuesto fueron atacados por la guardia granadina, pero lograron deshacerse de ella huyendo hasta el río Genil. La hazaña le valió al cristiano que se añadiera otro castillo más a su escudo y el derecho a ser enterrado en la futura catedral de Granada, la cual se construyó sobre la antigua mezquita siguiendo la intolerante costumbre de la época.

¿Se acuerdan de Boabdil? Fue el último rey musulmán en la península ibérica después de nada menos que ocho siglos de dominio árabe. Cuenta la leyenda que al abandonar la taifa de Granada camino del exilio, se detuvo en las Alpujarras y volvió la cabeza para ver la ciudad por última vez. Mientras lloraba, oyó decir a su propia madre Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre. Durilla la señora…

Pues bien, en 1490 nuestro héroe local fue asediado por las tropas de Boabdil en la granadina ciudad de Salobreña. Los pozos de la ciudad estaban secos, y aun así se negó a rendirse, arrojando al enemigo desde lo alto de las murallas el último cántaro de agua. Sorprendentemente el resultado del combate fue Hernán 1 Boaddil 0. 

En 1492, tras la rendición de Granada, que ya sabemos que fue la última taifa musulmana, Pérez del Pulgar abandonó las armas, se instaló en Sevilla, se casó en segundas nupcias con Elvira Pérez del Arco y se hizo historiador. El emperador Carlos V le encargó que escribiese Breve parte de las hazañas del excelente nombrado Gran Capitán, que contaba las campañas de Gonzalo Fernández de Córdoba en Nápoles.

En 1524, cuando contaba con setenta y tres años de edad, volvió a ser requerido por el emperador para dirigir la guerra contra Francia en los Pirineos. El anciano conquistador aceptó el cargo, pero dos años después cedió su cargo de Regidor de Loja, y el privilegio de sentarse en el coro de la Iglesia Mayor, a su hijo Rodrigo de Sandoval.

Falleció el 11 de agosto de 1531 a los ochenta años de edad, y fue enterrado en la catedral de Granada junto a los Reyes Católicos, un privilegio que no se ha repetido en la historia de España.

En nuestros días, Ciudad Real recuerda al valeroso conquistador mediante una céntrica calle, el nombre de un instituto de enseñanza secundaria, y una estatua de bronce del escultor Carlos Guerra situada en la rotonda de la carretera de la Fuensanta. El héroe de bronce clava su rodilla en tierra y en dirección a la avenida del Hospital General, donde se encuentra la estatua de su protectora Isabel la Católica.

Para saber más de nuestro protagonista, contamos con una novela histórica escrita en el siglo XIX por el escritor Francisco Martínez de la Rosa. Su título es Hernán Pérez del Pulgar, el de las hazañas.

¿Cerramos con una cita?

Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma. La frase es de Thomas Carlyle, que fue un historiador y pensador inglés que vivió entre los siglos XVIII y XIX.

Ya saben… otro día, otra historia.


Fuentes: Ciudad-Real.es, La Tribuna de Albacete.es, Wikipedia, Juglaría.es, Lanza Digital.
Foto: elsayon.blogspot.com


martes, 13 de enero de 2015

HO'OPONOPONO


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cutural
12/01/2015
Por Eva Martínez Cabañas





¿Joo... pono.. pono…? ¿Qué es eso? Pues se trata de un milenario método hawaiano que practica la sanación por medio del perdón. Seguro que no te lo esperabas…

Dijo Dostoievski en el siglo XIX: “Si la gente a su alrededor no le oye, arrodíllese y pídale perdón, porque en realidad usted es el culpable”. Y así lo entiende esta técnica, ya que la persona que aplica Ho'oponopono repite ciertas palabras "mágicas" ante aquello que provocó la enfermedad mientras solicita ayuda a su Dios interior. Los términos más utilizados son: Perdóname, Lo siento, Te amo y Gracias. ¡Magia ancestral!

Existen otras prácticas similares en algunas islas de Oceanía como Samoa, Tahití y Nueva Zelanda. En la antigüedad lo practicaba el sacerdote o kahuna junto a la familia del enfermo, pero actualmente se encarga el miembro de la familia de más edad o incluso el propio enfermo.

Joe Vitale es un norteamericano especialista en técnicas de mercado y marketing, también conocido por ser uno de los colaboradores del conocido libro y vídeo “El Secreto”, de Rhonda Byrne. Ha escrito libros como “Una nueva psicología de ventas y marketing”, “Hay un cliente llevado cada minuto” o “Mercadotecnia Espiritual”. Entre sus clientes figuran empresas de gran envergadura, como la Cruz Roja o el Hospital de Niños Memorial Hermann, en Texas, Estados Unidos. Sus seminarios y audios sobre ventas y técnicas de mercado han ayudado a personas de todo el mundo a la hora de gestionar sus negocios con éxito.

Vitale nos habla de un terapeuta hawaiano: el doctor Ihaleakala Hew Len, que ha ayudado notoriamente a pacientes criminales y desequilibrados mentales de un pabellón psiquiátrico, y sin ver a ninguno de ellos. El terapeuta cuenta que estudiaba los expedientes de los presos y meditaba sobre los hechos que habían creado las enfermedades de esas personas. Mientras tanto, repetía palabras de perdón y gratitud. Vitale entrevistó al doctor Len, interesado por el Ho’oponopono.

El médico hawaiano contó cómo había trabajado en el Hospital del Estado de Hawai durante cuatro años. Firmó un acuerdo para tener una sala en el hospital donde poder revisar sus expedientes médicos, y mientras trabajaba sobre sí mismo, los pacientes comenzaron a mejorar. Vitale confiesa haberse quedado asombrado con los resultados.

El doctor Len nos enseña que tenemos única responsabilidad de todo lo que sucede en nuestra vida, ya que todo lo que nos pasa es creación nuestra. Echar la culpa a otras personas es mucho más fácil que asumir que somos los creadores de nuestra realidad, pero sin embargo, asumir nuestra responsabilidad nos sana.

Estoy recordando el momento en que Winona Ryder dice en la película “Inocencia interrumpida”: ¿Cómo puedo curarme cuando ni entiendo mi enfermedad?”

Ante la pregunta de Vitale sobre qué es lo que había hecho, Len contestó:

“Yo simplemente permanecía diciendo Lo siento mucho y Te amo, una y otra vez, y después otra. Sucede que amarse a sí mismo es la mejor forma de mejorarse a uno mismo, y en la medida que usted mejora, mejora su mundo”.

Cuando Joe Vitale le pregunta sobre el proceso, el doctor le responde:

“En hawaiano, Ho’oponopono significa corregir un error o hacer lo correcto. El Ho’oponopono tradicional forma parte del sistema de cura Huna, pero este Ho’oponopono es muy diferente. En el sistema Huna el proceso es interpersonal y requiere la participación de todos los implicados. Este nuevo Ho’oponopono es uno mismo en comunicación con la Divinidad, y fue desarrollado por la kahuna hawaiana Morrnah Nalamaku Simeona. El intelecto no dispone de los recursos para resolver problemas, solo puede manejarlos. Y manejar no resuelve problemas. Al hacer Ho’oponopono usted pide a Dios que limpie el origen de estos problemas, que son los recuerdos, las memorias. Así usted neutraliza la energía que asocia a determinada persona, lugar o cosa”.

“En el Ho’oponopono no hay culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el porqué del problema, de quién es la culpa, ni su origen. En el momento que usted nota dentro de sí algo incómodo en relación a una persona, lugar, acontecimiento o cosa, inicie el proceso de limpieza y utilice las frases Lo siento mucho. Perdóname. Te amo. Estoy agradecido. Deje a su intuición guiarle”.

“Cuando usted dice Lo siento mucho, reconoce que algo (no importa el qué) penetró en su sistema cuerpo/mente. Usted quiere el perdón interior por lo que le trajo aquello. Al decir Perdóname no está pidiendo a Dios que le perdone, le está pidiendo que le ayude a perdonarse. Te amo transmuta la energía bloqueada, que es el problema, en energía fluyendo. Gracias o Estoy agradecido son expresiones de gratitud que implican la creencia de que todo será resuelto para el bien de todos los involucrados”.

“En la medida en que usted mejora, el mundo también mejora. Asuma esta responsabilidad. Nadie más necesita hacer este proceso, solo usted”.

De la misma manera, en una entrevista a Saul Maraney, entusiasta de Ho’oponopono de Johannesburgo, en Sudáfrica, el doctor Len hizo estas observaciones:

“Limpiar visualizando un resultado no funciona. Pero cuando usted limpia por limpiar, quedará agradablemente sorprendido por lo que la Divinidad escoge como resultado para usted. Esto libera a la mente consciente de tener que decidir lo que debe o no limpiarse”.

“Uno de los mayores problemas de los terapeutas es que piensan que están allí para salvar a las personas, cuando en realidad están allí para limpiarse a sí mismos”.

“Con el Ho’oponopono estamos asumiendo la responsabilidad por las memorias en común que compartimos con otras personas. El intelecto no tiene la capacidad de asimilar y valorar toda la información que se presenta en relación a cualquier problema, por tanto no sabemos lo que realmente está sucediendo en momento alguno”.

“Ser cien por cien responsables es un camino difícil de andar, porque el intelecto es muy insistente. Cuando un problema aparece, el intelecto siempre busca a alguien o algo que culpar. Nosotros seguimos buscando fuera de nosotros el origen de nuestros problemas. No percibimos que el origen está siempre dentro de nosotros”.

“Morrnah Simeona, enseña que estamos aquí para traer paz a nuestra propia vida. Y si traemos paz a nuestra propia vida, todo a nuestro alrededor encuentra su propio lugar, su propio ritmo y paz. Y eso es todo lo que es el Ho’oponopono”.

Actualmente, el doctor Ihaleakala Hew Len es presidente y administrador de la Fundación de Ho’oponopono, junto a Morrnah Nalamaku Simeona. Trabaja con personas de todo el mundo y organizaciones tan conocidas como la UNESCO, organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Ha impartido numerosas conferencias, entre las que destacan la Conferencia Internacional por la Paz Mundial, Conferencia de la Medicina Tradicional Indígena o Sanadores por la Paz en Europa. También colabora con la Asociación de Profesores del Estado de Hawai, en Estados Unidos.

Ya decía William Shakespeare en el siglo XVII: “El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”.

Si queréis saber más de esta práctica, en YouTube podemos encontrar el vídeo “Ho oponopono... borrar memorias – Dr. Hew Len”, o este otro: “Dr Hew Len. El secreto del Ho’oponopono”.



Fuentes: Wikipedia, Slideshare, YouTube y Hunahooponopono.
Foto: Tu rincón de luz.com



martes, 6 de enero de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: LAS CUEVAS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
05/01/2015
Por Eva Martínez Cabañas



En 1998, el escritor ciudadrealeño José Golderos Vicario contó en su libro “Ciudad Real. Siete siglos a través de sus calles y plazas, 1245-1945” esto que sigue:

“Los Reyes Católicos residieron en algunas ocasiones en el Alcázar e hicieron donación del mismo en 1475, a don Fernando de Cervera, natural de Ciudad Real y aposentador de sus altezas. Sabemos que este palacio poseía unos subterráneos, que por los años de 1950 fueron lodados. Eran estas unas cuevas amplísimas, muy interesantes geológica e históricamente, de lisas paredes veteadas por estratos cuaternarios horizontales, de diversos colores, y con inclusiones de cenizas y bombas volcánicas, con techos planos por haberse construido aprovechando esa horizontalidad perfecta de los estratos”.

Hoy vamos a recordar la historia y origen de estas misteriosas cuevas, y para ello necesitamos empezar por las aguas del río.

“Eres como el Guadiana”, dice el saber popular cuando alguien va y viene sin previo aviso. Y leyendo, leyendo, descubro que nuestro río en realidad no es subterráneo, sino que sus aguas se filtran por las fisuras de la roca haciendo que circule bajo tierra para posteriormente emerger de nuevo. La verdad es que no distingo la diferencia: un río fluye con el terreno, ya sea sobre o bajo la superficie.

En nuestro término municipal, el río Guadiana se encarga de regar los campos, pero se niega a atravesar el casco urbano de Ciudad Real. Somos una ciudad sin río… Debe su nombre en primer lugar a los romanos, que lo llamaron “flumen Anas”, y cuyo significado es “Río de patos”. Con el paso de los siglos los musulmanes sustituyeron la palabra “río” por la de “valle”, que en árabe es “wadi”.

Y dice un proverbio chino: “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”.

Nada más complejo, ya que no existe consenso a la hora de identificar cuál es el punto exacto de su nacimiento. Decía mi querido Plinio el Viejo, en el lejano siglo I, que nacía en las Lagunas de Ruidera. Existe otra teoría que localiza su origen en unas fuentes redondas denominadas Ojos del Guadiana, que están situadas en los términos municipales de Villarrubia de los Ojos y Daimiel. No obstante, parece que lo más probable es que su brote esté en una cabecera compuesta por la confluencia de varios ríos, acuíferos y arroyos.

Nuestra ciudad se asienta sobre sustrato calizo, y cuenta con toda una red de galerías subterráneas que conocemos como “Las cuevas”. Se trata de un entramado de grutas naturales horadadas por el río a través de los siglos, así como galerías excavadas por sus antiguos habitantes, quienes supieron aprovechar las peculiaridades del terreno volcánico y cárstico, que fue originado por la meteorización química de rocas compuestas por minerales solubles en agua.

En Ciudad Real todos hemos oído contar las historias de “Las cuevas” a nuestros mayores, o incluso hemos visto la boca de alguna de ellas en las excavaciones por nuevas obras. Gracias a los objetos encontrados en estos subterráneos  sabemos que son de época mudéjar.

Bajo tierra todo está oculto, escondido, lejos de la vista de los demás…

A Villa Real, la Ciudad Real medieval, le tocó vivir una larga época de trifulcas y avasallamientos: cristianos contra almohades, las distintas órdenes religiosas frente a las tropas del rey de turno, ambos bandos contra los musulmanes, y por último los católicos acosando a los judíos. Ante tal panorama, esconderse y huir era prioritario.

Estas grutas se construían en las casas a modo de bodegas para almacenar alimentos perecederos, elaborar vino o almacenar aceite, pero también sirvieron para ocultar tesoros y personas; y los pasadizos fueron empleados para pasar de un lugar a otro sin ser vistos. Nos dicen algunos textos que durante la Guerra Civil, los ciudadrealeños las utilizaron para ponerse a salvo de los bombardeos aéreos, aunque no recuerdo oír a mis abuelos contar historias sobre esto. En tiempos de paz “Las cuevas” quedaron ocultas bajo tierra.

Pero, como dice el proverbio italiano: “La tos y el amor no pueden esconderse”.

A pesar de haber permanecido ocultos durante siglos, muchos corredores y cuevas han sido redescubiertos en las últimas décadas gracias a las obras de cimentación de nuevos edificios. Así salen a la luz las llamadas “riquezas de los moros”… y el enfado de los constructores. A pesar del vistoso nombre, muchos de los tesoros encontrados son de origen judío, o incluso romano.

En 1974 se llevaron a cabo obras de construcción en el barrio de El Torreón, y apareció la galería subterránea conocida como del Alcázar Real de Alfonso X. Está ubicada bajo el asfalto de las calles Palma y Alcántara, y cuenta con una bonita escalera del siglo XIV. Debido a que no se le concedió la importancia histórica que merecía y a intereses económicos, la galería se cubrió de nuevo.

En 2005 comenzaron las obras del conflictivo aparcamiento subterráneo de El Torreón, y las cuevas volvieron a ser noticia. Sabemos que la galería principal tiene una longitud de 15 m, 2 m de ancho y 3 m. de altura, y cuenta con dos salidas secundarias a cada lado.

Y existen otros subterráneos… En el barrio de la Morería las galerías cuentan con habitaciones y escaleras bajo las calles de En Medio, Lentejuela, Jara, Lirio o Refugio. Y también son conocidos los pasadizos que comunicaban los distintos edificios religiosos de la ciudad, como el del antiguo convento de los Mercedarios, convertido actualmente en museo, y que comunicaba con la Catedral.


En Villa Real existió una importante judería que emergió en el barrio de El Perchel y que propició la instauración de un tribunal del Santo Oficio durante el siglo XV. A principios del siglo XX se encontró la puerta de la antigua sinagoga al llevarse a cabo unas obras frente a la calle Libertad. También apareció un precioso azulejo. Actualmente ambos se exponen en el Museo Provincial de Ciudad Real junto a otros objetos de la época.

Si echamos un vistazo a nuestra historia, descubrimos que con la llegada del Tribunal de Inquisición, muchos sefardíes tuvieron que hacerse cristianos conversos. Algunos reincidentes en su fe fueron ejecutados en la Plaza Mayor o en las cercanías de la Puerta de la Mata. Cuando los Reyes Católicos decidieron expulsarlos de España en 1492, un reducido grupo quedó en Ciudad Real, pero poco a poco fueron vendiendo sus tierras y sus casas a sus cristianos vecinos. La Casa del Arco (en la Plaza Mayor y con el reloj carillón de don Quijote en la actualidad) fue propiedad del rabí judío Alvar García en el siglo XV.

Otro vestigio judío que atesoramos es una puerta de estilo mudéjar del siglo XIV encontrada en la calle Estrella. Se expone en el patio trasero del edificio del Rectorado.

En la iglesia de Santiago Apóstol apareció su cementerio medieval con varias lápidas judías reutilizadas. Un albañil lo descubrió por casualidad a mediados del siglo XX, junto a una red de estancias subterráneas con vasijas rojas y azules llenas de ceniza y colocadas en anaqueles de madera. El descubridor aseguró que pasó a través de varias galerías con puertas y escalones desde la calle Libertad hasta la plaza de las Terreras, donde salió por una alcantarilla.
Las vasijas quedaron en su lugar al sellarse la estancia, y los pasadizos y galerías se ocultaron de nuevo debido a la especulación inmobiliaria. Actualmente duermen el sueño de los grandes misterios. El terremoto de Lisboa de 1755 y el uso como fortín contra las tropas napoleónicas en 1809 acabaron destruyendo casi toda la Judería. 
Si seguimos investigando, descubrimos que el desaparecido palacio del chantre de Coca, que estuvo ubicado en el actual nº 17 de la calle Real, también disponía de una cueva.

Y en las cercanías de la ciudad también encontramos este tipo de galerías…

En el siglo XIX el obispo Hervás y Buendía escribió en su crónica de Ciudad Real como existía una cueva en las cercanías del cerro de Alarcos, y a mediados del siglo XX el perro de un pastor descubrió una cueva en dicho cerro que llevaba a una trama de galerías cuadradas que ocultaban armas y equipos de caballería. También se han encontrado este tipo de subterráneos en poblaciones como Las Casas o Miguelturra.

Si queremos saber más del tema, debemos saber que el historiador Antonio José Martín de Consuegra Gómez confeccionó un plano con todos los túneles, pasadizos y cuevas de Ciudad Real.

Y nada más. Aquí acaba la historia de “Las cuevas”. Ya saben, culipardos: Si no encuentran a alguien, miren bajo tierra…


Fuentes: Wikipedia, Medioambientales.com, Ciudad-Real.es, Monumental.miciudadreal.net.

Foto: Ciudad-Real.es





LA HISTORIA DE JOSEFA LARRA Y EL AMERICANO


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
29/12/2014
Por Eva Martínez Cabañas





Me gustaría recordar una historia que tiene que ver con la pobreza, el romance, y la poderosa fuerza de las imágenes.

Pero desde el principio...

La Deleitosa es el bonito nombre que luce un pequeño pueblo cacereño, cercano a Trujillo y a Navalmoral de la Mata. El municipio está localizado en la extremeña falda de las Sierras de Las Villuercas y cuenta con una población que no supera los mil habitantes.

Su nombre se atribuye a razones “sancionadoras”, aunque no se acaba de tener claro si por una antigua prisión llamada Prisión Delitosa, o si proviene de la palabra deleite por un convento que fundó San Pedro de Alcántara, al cual iban a expiar sus culpas los monjes que habían cometido pecado carnal.

Lo que sí sabemos es que su origen está datado en el año 1000 a raíz de un asentamiento cristiano. Durante la guerra de la independencia del siglo XIX, se estableció allí un campamento para defender la comarca del ataque francés; y en su cementerio está enterrado un general carlista del siglo XIX que murió a causa de sus heridas en combate. Estos sucesos, junto con las viejas leyendas, dan colorido a la historia de La Deleitosa.

Pero la historia que hoy nos acompaña sucedió hace algo más de sesenta años. A mediados del siglo XX, Estados Unidos ya veía venir los cambios generados por la política de aislamiento económico al régimen de Franco. En 1953 España permitió la instalación de bases militares a cambio de ayuda económica. Años antes, las autoridades franquistas habían considerado que un reportaje sobre la carencia de alimentos era perfecto para conseguir el apoyo estadounidense.

En 1950, el fotógrafo William Eugene Smith publicó en la prestigiosa revista norteamericana Life su reportaje fotográfico titulado Spanish Village (Pueblo español), con las fotos que había tomado de las calles y gente de La Deleitosa. El artículo tenía como objetivo mostrar la precariedad y miseria en la que vivía una sociedad sumida en la dictadura.

Smith nació en 1918 en Wichita, Estados Unidos. Con dieciocho años escribió una carta a su madre en la que le decía: “Mi aspiración es captar la acción de la vida, la vida del mundo, su humor, sus tragedias; en otras palabras, la vida tal y como es. Una imagen verdadera, real, sin poses”. “Yo no hago fotos por el simple placer de hacerlo, sino que, como muchos de los antiguos maestros de la pintura, quiero que simbolicen algo”.

El fotógrafo eligió La Deleitosa para cubrir su reportaje, así que llegó al pueblo escoltado por la Guardia Civil, que interrogaba a todo aquel que se acercaba a hablar con el extranjero. En la aldea lo llamaron El americano.

Con la honestidad del blanco y negro, sus fotografías nos muestran personas con miedo en los ojos, rostros de cuero, niños descalzos, flacas mujeres que cargan agua de la fuente, burros y asnos como único medio de carga, miseria, la religión, la guardia civil, tristeza y carencia de todo.

En La Deleitosa, El americano trabó amistad con dos de las familias más humildes de la aldea: los Larra y los Curiel-Montero, quienes fueron los protagonistas de la mayoría de sus fotografías. Ambas familias vivían de las cabras que pastoreaban. Los Larra convivían casi puerta con puerta con los delatores de sus tres familiares asesinados durante la guerra civil, y habían sido acusados de ser simpatizantes del bando republicano.

Uno de los niños Curiel contaba años después en un programa de TVE cómo le tomaron una fotografía recogiendo boñigas en la calle; y cómo antes quisieron ponerle unos zapatos, ya que no resultaba correcto que saliera descalzo. La intervención del fotógrafo evitó que calzasen al niño. Poco después, a los Curiel les aparecieron muertas todas las cabras, y tuvieron que abandonar el pueblo para poder ganarse la vida. El hombre manifestó en el programa que seguramente fue la guardia civil quien mató a los animales.

Cincuenta y siete años después, Lorenza Nieto Curiel (la niña que aparece en una de las fotos vestida de blanco para hacer la primera comunión) también nos cuenta lo que ocurrió el día que le tomaron la fotografía. Había recibido la eucaristía en La Deleitosa un mes antes, junto a una treintena de niños del pueblo. Smith convenció a la madre, Alfonsa, para volver a vestir a la niña de blanco. La madre al principio se mostró reacia porque quería cortar el vestido para reutilizarlo en verano. Lorenza cuenta que no tuvo regalos, pero que todos los niños desayunaron chocolate caliente y galletas en el colegio, lo cual era todo un lujo. Y añadió: “El resto del año solo teníamos migas porque había que desayunar fuerte para pasar el día en el campo”.

Un año después de la visita de Smith a La Deleitosa, la revista Life mostraba el artículo a la sociedad norteamericana, que se conmovió con la situación en la que se encontraba España. Se vendieron diez millones de ejemplares. Sin embargo, Life generalizaba la situación sin considerar que podía tratarse solo de una de las caras de una sociedad compleja.

Una de aquellas imágenes impactó de manera especial: a doble página, apareció la foto titulada El velatorio, donde las seis mujeres de la familia Larra velaban el cuerpo del abuelo Juan. El difunto nos nuestra su único traje, unos rasgos afilados y las manos cruzadas sobre el cuerpo según la costumbre. Las mujeres enlutadas, cubren sus cabellos con pañuelos anudados, mientras estrujan en el puño otro que recoge sus lágrimas. Son mujeres enjutas, tristes y unidas en la desgracia, que aceptan la vida con resignación y dolor. En medio de todas, la más joven: Josefa. Su rostro es el único que pone luz a la escena. Su cara serena mira al abuelo mientras la mano de su abuela se apoya en ella. Es un rostro que enamora y que se eleva por encima de la tristeza y la pobreza extrema.

Al otro lado del mundo, un joven californiano llamado Charles H. Calusdian se encontró con la templada imagen de aquel rostro. Le conmovió tanto, que decidió que tenía que salvarla del desastre y la pobreza. Como se sintió enamorado, escribió al alcalde de La Deleitosa explicándole la situación, comenzando así una relación epistolar con la joven de la foto.

Josefa Larra era la hija mayor de cuatro hermanos, y comenzó a recibir cartas escritas en inglés de un desconocido que se ofrecía a llevarla a Estados Unidos.

Podemos imaginar con facilidad el revuelo que esto originó en el pueblo. Por su procedencia, a Charles Calusdian también lo apodaron El americano. Sus cartas incluían fotos. En ellas mostraba su aspecto de galán de cine, ya que era atractivo, rico y conducía un coche de lujo. La correspondencia con Josefa duró varios años, y cada carta recibida era un gran acontecimiento social en el pueblo, ya que muchos creían que Calusdian vendría a buscar a la muchacha en su flamante coche para convertirla en una artista o cubrirla de joyas y pieles.

La familia Larra vio en aquello una oportunidad para que una de sus hijas tuviese una vida mejor. Pero Josefa no pensaba así, ya que en el pueblo tenía un novio llamado Saquín con el que quería casarse. De pronto se veía envuelta en un escandaloso asunto que se prestaba a cotilleos, burlas y juicios. En aquella época la “decencia” en las mujeres era utilizada como arma, y el sueño americano levantaba envidias y celos. Pero su familia no estaba dispuesta a desaprovechar la ocasión. Su madre incluso llegó a prohibirle que viese a su novio. Al final, Saquín dejó a Josefa debido a los celos que sentía por el americano, y la joven acabó emigrando a la lejana Cataluña. En Barcelona se ganó la vida como camarera de un hotel.

Con el paso del tiempo, el romántico deseo de Charles Calusdian se fue enfriando. Josefa ya no escribía desde La Deleitosa, el desamparado entorno que la convertía en la princesa prisionera del cuento, por lo que dejó de escribir a una muchacha que solo era un sueño en el papel de una revista.

¿Y qué pasó con los protagonistas de esta historia?

El fotógrafo Eugene Smith falleció en Tucson, Arizona (Estados Unidos) en 1978.

Actualmente Josefa Larra y Charles Calusdian son dos ancianos. Cuando los medios preguntaron a Josefa por qué no se había marchado con El americano, esta contestó: “¡Ay, chica! ¿Pero qué iba a hacer yo en California? Vive con sus hermanos en Sant Feliú de Guixols, Gerona, y nunca se casó. Todavía conserva las cartas, postales y fotografías que El americano le enviaba durante su juventud.

Calusdian lucha contra el alzheimer en Fresno, California, y sus familiares no saben nada de esta historia.

El joven Saquín se marchó a trabajar a Alemania.

Y los Curiel-Montero emigraron a Ingrés, Francia, ya que se necesitaba mano de obra en las fábricas. Hoy en día continúan allí y en Isla Reunión, Francia.

Me hubiera gustado mucho ofreceros otro final, pero así son las cosas... La vida real es tan generosa, que otorga los bellos finales a los cuentos, alejándolos así de decepciones y penas. Sin embargo, siempre nos quedará la imaginación para hilar una romántica historia de amor entre Josefa y Charles, o entre Josefa y Saquín... a elegir.

La Sociedad Americana de Fotógrafos Media descubrió hace poco una entrevista realizada por Phillippe Halsmann al fotógrafo Eugene Smith. Se había llevado a cabo en Nueva York alrededor del año 1956. Este pequeño fragmento de la conversación resume muy bien cómo fue su trabajo en La Deleitosa:

“P: Recuerdo una de tus fotografías en particular, en un velatorio en España. La gente mirando a la cara del hombre muerto, ¿cuántas exposiciones tomaste?

R: Dos, y una para encender. No quería molestar.

P: La gente estaba muy apenada y pusiste la luz del flash en sus ojos interrumpiendo su dolor. ¿Cómo justificaste esta intromisión?

R: Creo que no hubiera podido hacer esto si no hubiera estado enfermo el día anterior. Había estado con dolor de estómago en un campo y vino un desconocido y me ofreció beber vino. No me apetecía, pero por no ser descortés a tal amabilidad, acepté. Y al día siguiente, por casualidad, se acercó a mí con prisas y me dijo: Por favor, mi padre acaba de morir y debemos de enterrarlo, ¿podría llevarme al lugar donde tengo que rellenar todos los papeles? Fui con él a su casa, yo estaba muy conmocionado por el dolor y la belleza compasionada del velatorio, cuando vi que venía hacia la puerta. Me acerqué a él y le dije: Por favor, señor, no quiero deshonrarle en estos momentos, pero ¿podría hacer fotografías? Y me respondió: Sería un honor.

P: Recuerdo una foto de una mujer española arrojando agua en la calle. ¿Fue una puesta en escena?

R: No hubiese dudado en pedirle que tirase el agua. No me importa montar una escena si creo que va a intensificar algo que es totalmente auténtico del lugar.

P: ¿Por qué romper una regla básica de la fotografía?

R: Yo no escribí las reglas, ¿por qué iba a seguirlas? Dedico mucho tiempo e investigación en saber lo que quiero tratar. Pregunto y lo arreglo cuando siento que es legítimo. La honestidad recae en mi capacidad como fotógrafo para comprender”.

Y colorín colorado...


Fuentes: José Barahona, Wikipedia, El País, Lim1ted Pictures, RTVE.es, Maestros y Margaritas, Hoy.es y Siéntate y Observa.
Foto: blogtonisoto.wordpress.com