miércoles, 30 de septiembre de 2015

LAS BILAS DE ALEXANDER Y MARK


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
28/09/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Las bilas forman parte de un instrumento musical de los que se degustan con más de un sentido. A la vista son resplandecientes, luminosas como el Sol, y doradas cual tesoro pirata. Al olfato y al tacto deben traer sensaciones metálicas de hierro, y peso de plomo cuando se cargan. Pero sin duda, al oído son un placer, un lejano recuerdo, amor hecho sonido, y sanación a través de la vibración.

Estas campanas planas y rectangulares parecen enormes chocolatinas de dorado envoltorio puestas a secar en un “tendedero” de madera y cuerdas.  Su sonido te hace soñar, calmar tu mente, te ayuda a tomar conciencia y a compartir la experiencia con los demás.

Es un instrumento joven, pues nació en Rusia en 1988, y su potencia sonora permite realizar conciertos tanto en espacios abiertos como cerrados sin necesidad de amplificarlo. La increíble duración de su resonancia y el amplio espectro de sus armónicos y frecuencias hace viajar el sonido a grandes distancias.

Mark Pulido es el artista e investigador de estos sonidos. Nos cuenta que con 19 añitos sufrió un accidente de tráfico que casi le costó la vida, pero como no hay mal que por bien no venga, durante su convalecencia se volcó en la música y así experimentó en su propio cuerpo el efecto sanador que producen algunos instrumentos como el didgeridoo, un artefacto musical de viento utilizado por los aborígenes australianos que más o menos es como una trompeta de madera larga, larga... Está muy ligada a la espiritualidad de los aborígenes, quienes le otorgan una antigüedad de 40.000 años, y se han encontrado pinturas rupestres que reflejan su antiquísima existencia.

Mark viajó a Suiza y allí conoció a Félix Rohner y a Sabina Schärer, creadores del hang, un instrumento musical de percusión redondo y metálico que nació de una investigación científica con acero y otros instrumentos de metal. Como su sonido era armónico y melódico, Mark decidió especializarse en él.

Nuestro músico, como es inquieto, también vivió en la India. y fue allí donde se enamoró de la voz y altas frecuencias de las bilas. Supo que un ruso llamado Alexander Zhikharev las había donado a la comunidad espiritual donde Mark se alojaba. El impacto fue tal que Mark estuvo buscando a Alexander durante 2 años sin dinero y sin hablar ruso. Y justo cuando pensaba que no lo encontraría, conoció en Barcelona a una chica rusa, quien a través de su familia puso en contacto a ambos músicos.

Alexander Zhikharev es un maestro campanero que ha dedicado casi 20 años a investigar metales sonoros y crear nuevos instrumentos. Cuenta que de niño escuchaba en su interior unos armoniosos y fuertes sonidos que no conseguía encontrar fuera, aunque se parecían a los que producen las campanas clásicas. Esto le llevó en su madurez a estudiar y crear un nuevo instrumento que reprodujese lo que el sentía su ser.

Entonces pasó 10 años fabricando y estudiando campanas tradicionales. Y no debió ser fácil, ya que no acababa de encontrar lo que buscaba y tenía que enfrentarse a todos los que opinaban que el proceso que buscaba no era adecuado o no podía llevarse a cabo. Y había quienes opinaban que no se podía elevarse el alma de una persona más allá del sonido de las conocidas campanas.

Entonces decidió hacerlo sencillo, encontrar formas simples y buscar en la tradición...

La bila era un antiguo instrumento que llegó a Rusia a finales del siglo X a través de los cultos religiosos bizantinos. Se utilizaba en monasterios rusos para reunir a la gente y originalmente estaba hecha de madera. De aquí nació el nuevo instrumento.

Así que se dedicó a investigar el equilibrio ideal entre forma y material, utilizando una aleación especial de metales laminados para conseguir lo que siempre había buscado. Al combinar bilas de diferentes tonos creó un instrumento único con una sonoridad poderosa, cristalina, y yo diría que hasta emocional.

El instrumento creó mucho interés en Europa. Al principio fueron los sacerdotes ortodoxos quienes le encargan los primeros modelos para sus campanarios. Luego lo hicieron médicos, psicoterapeutas y artistas. Alexander tuvo que rechazar encargos debido a que la fabricaba con sus propias manos y no podía atender el volumen de pedidos ni decidir a quién debía fabricárselas y a quién no. Así que solo las fabricó de manera puntual.

Después de 3 años de intentos, Mark consiguió que Alexander viniera a Tarrasa en 2011. A Zhikharev le interesó el proyecto de Mark y decidió construirle un juego de bonitas y sonoras bilas...

El proyecto de Mark Pulido se denomina Khyma (su dirección de Internet es khyma.es) y fusiona arte, ciencia y medicina alternativa. Y es un trabajo de investigación y creación artística que durante años ha venido experimentando con bilas y otros instrumentos musicales en busca de nuevas sonoridades y experiencias.

Alexander dijo: “El instrumento que he fabricado para Mark es el único en Europa. No hay ningún otro instrumento con estas características, ya que solo se han fabricado campanas sueltas para centros de psiquiatría en Suiza y Alemania, que no se pueden valorar como un instrumento completo. Me alegra saber que ahora en estas tierras existen estos preciosos sonidos. He trabajado como si lo hubiera hecho para mí. Estoy contento con mi trabajo. Confieso que ha sido bastante complicado porque no fue solo crear un instrumento musical, sino dotarlo de propiedades adicionales para que influencie positivamente en las personas. Para esto hay que afinarlo con mucha más dedicación, hay que excluir cualquier fallo posible, ya que uno puede engañar el oído de una persona pero nunca puede engañar a su subconsciente”.

Sabemos que desde antiguo el sonido ha sido terapéutico y sanador. Solo tenemos que recordar el cántico de los chamanes, los mantras de los monjes tibetanos o las campanas repicando continuamente en tiempos de lepra.

Las bilas tienen la capacidad de elevar anímicamente al que escucha (y al que toca). Emiten infrasonidos y ultrasonidos por encima y debajo de nuestros umbrales auditivos, y aunque no los escuchamos, nuestro subconsciente los recoge y los procesa.

Recientemente varios estudios han demostrado la influencia positiva que aporta el sonido de la campana. Shipunov F. J. es un científico ruso y académico del Instituto de Ciencias de la Biosfera, que nos dice que las campanas funcionan como generadores de energía en el rango ultrasónico y destruyen campos patógenos. Su sonido elimina el virus de la gripe, de la ictericia y otras infecciones, ya que las estructuras moleculares de estos microbios no toleran este tipo de vibración y las proteínas de sus células se transforman en estructuras cristalizadas. Además añade que cada tipo de virus muere en un rango de sonido concreto. 

El psiquiatra A.V. Gnezdilov de Sant Petersburgo nos cuenta que la campana influye notablemente en nuestro estado anímico, ya que es capaz de liberarla del estrés, y ayuda con la rehabilitación después de traumas o choques graves.

Las vibraciones sonoras activan nuestro sistema nervioso, nuestros órganos internos y aumentan la actividad del sistema inmunológico; así como eleva nuestra energía y defensas. A nivel psíquico nos aporta relajación, paz interior y transforma nuestras emociones y conciencia. 

¿Qué más queremos?

Pues hay más... Y esto es un poco más complicado, pero nosotros somos listos... En un concierto de bilas se producen frecuencias de pulso binaural, un proceso automático que provoca nuestro cerebro a través de la audición alterna de las ondas de sonido que son captadas por una oreja y por otra. Se produce así una resta entre una frecuencia de sonido y otra, equilibrándose de esta manera los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro.
En la actualidad, Alexander y Mark están investigando una afinación especial de los binaurales y comparten con nosotros sus logros y emociones a través de las redes sociales ¡Gracias, chicos por vuestra dedicación y curiosidad!

Podéis encontrar la generosa música de Mark Pulido en YouTube, y os vais a llevar una sorpresa, porque Mark no toca en cualquier parte... Realiza sus maravillosos conciertos en espectaculares grutas, preciosas iglesias, verdes montañas frente a la puesta de Sol y auditorios con imágenes caleidoscópicas. ¿A qué estáis esperando?


Fuentes: Khyma, Biodescodifica-T, YouTube, Facebook Mark Pulido y Galactic Resonance.

Foto: gaiaplanet.tv


CIUDAD REAL CÉLEBRE: LA HISTORIA DE AMOR Y VENGANZA DE LA CRUZ DE LOS CASADOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
21/09/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Sé que me gusta a hablar de historias ocurridas hace mucho tiempo. Hablar de ellas es como lavarle la cara al pasado, hacerle hueco a antiguos acontecimientos que marcaron el curso de quienes somos ahora. Nunca escribo en orden cronológico pues no creo en el tiempo, y aunque siempre he huido de derramamientos de sangre y tragedias, me sorprendo cocinando mis trocitos salteados de Ciudad Real Célebre, que solo tienen como objetivo difundir lo que otros han conservado e investigado. Así pues hoy regreso al prolongado litigio medieval entre pozueleños y calatravos.

Ciudad Real y Miguelturra, la eterna batalla… Recuerdo a mi culipardo abuelo tomando el pelo a mi abuela por ser churriega. Tú sí que sabías curar con risas, Daniel. Llevo los acontecimientos escondidos en mis células, en los chistes y cuentos de mi infancia, así pues tecleo crónicas del pasado para  recuperarlas y amarlas.

Además, Evita, ¿no ves que tu casa está justo en la línea fronteriza que separa una población de otra? No ves que la Tierra habla de sus viejas historias, de lo que guarda en su recuerdo, del dolor que esconde y de todo lo que hay que perdonar. Por este motivo comienzo mi cuento de hoy hablando de lo que sucedió hace mucho tiempo en este llano y solariego territorio manchego.

Cuenta la Historia que en pleno Medievo fueron muchos los enfrentamientos entre Villa Real y las cercanas poblaciones calatravas. Los pozueleños o villarealengos disponían de autorización del rey para buscar leña, pastos y otros recursos más allá de sus límites, pues tenían gran escasez, y obviamente sus fieles enemigos calatravos respondían a los saqueos con violencia y desquites.

En el siglo XIV estos enfrentamientos generaban duras represalias por parte de ambos bandos, y así ardió Miguelturra en una ocasión y se aniquiló prácticamente la villa en varias más. Sin embargo siempre remontó su vuelo como el pájaro Fénix. No fueron grandes batallas, pero sí crueles escaramuzas que se repetían continuamente en saqueos recíprocos, luchas a porrazos, piedras, y herramientas de labranza. ¿Recuerdan que ya desmigamos la batalla de Malas Tardes?

Pero esto es una historia de amor… y de odio.

Alrededor del año 1340 y siendo maestre de Calatrava Garci López de Padilla, el poderoso y acaudalado vecino de Miguelturra Alvar Gómez regresó a sus tierras para encontrarse a su padre asesinado, a sus hermanas deshonradas y con su casa saqueada. El causante había sido el jefe de sus enemigos: Remondo Núñez de Villa Real, que había capitaneado el saqueo a Miguelturra, así que juró vengarse de él. Y tal era su odio que todos los años él y sus hijos tenían a bien conmemorar la desgracia. Sin embargo, cuenta la leyenda que llegó un año en el que el primogénito de Alvar, de nombre Sancho, reiteró su promesa de venganza sin demasiado entusiasmo, y esto extrañó al padre. La causa de su cambio de talante se debía a que el joven se había enamorado de Blanca, la hija de Remondo, y ambas familias desconocía la relación entre ambos.

Cuando estos amores se hicieron públicos, los vecinos de las dos villas pensaron que aquellas era la mejor manera de reconciliar a ambas familias, y acabó interviniendo en el conflicto Fray Ambrosio, prior del convento franciscano de Villa Real, que se apiadó de la desgracia de los jóvenes.

Sin embargo Alvar Gómez y Remondo Núñez no estaban dispuestos a ser familia y encerraron a la novia y reprendieron al muchacho respectivamente.

El joven Sancho no vio otra solución que raptar a su novia, así que el fraile quiso casarlos antes de que emprendieran su huida. Y así lo hizo, de noche, y tras salir Blanca de Villa Real por la puerta de Alarcos para reunirse con su amado en el humilladero. El humilladero era el nombre que se le daba al lugar devoto marcado con una imagen o cruz, y que se situaba a la entrada de algunos pueblos en la vereda de un camino.

Sin embargo, una vez casados la pareja no pudo emprender su viaje de huida, ya que apareció Remondo Núñez con sus hombres armados. Tras apartar al fraile, que protegía con su cuerpo a Blanca, dio muerte con la espada a su propia hija. Sancho a su vez mató al padre de su novia y cayó atravesado por las lanzas de los hombres de este.

“El manto de la noche me esconderá de ellos, con tal de que me quieras que me encuentren aquí. Más vale que acabe mi vida por su odio, que prorrogar la muerte sin tener tu amor…” nos dice Shakespeare en su Romeo y Julieta.

Se enterró a los dos jóvenes en el lugar, y los vecinos de Villa Real colocaron al día siguiente sobre la tumba una cruz conmemorativa que los recordara, a la que se originariamente se conoció como Rollo del humilladero. La actual cruz de hierro forjada es un sencillo monumento sobre una columna corintia apoyada en una escalinata circular a la que damos el nombre de Cruz de los Casados. Se realizó el 19 de febrero de 1929, y la podemos encontrar al final del paseo principal del Parque Gasset de Ciudad Real.

En 1987, Neftalí Mulas Fernández (1927-1992), que fue un culto profesor de lengua y literatura que enseñó en el instituto “Santa María de Alarcos” de Ciudad Real y miembro de la Asociación Mundial de Escritores, escribió en prosa la obra “La Cruz de los Casados”. Por haber sido don Neftalí mi profesor me gustaría añadir que fue un hombre afable, que amaba las letras, escribía con pasión y compartía sus anécdotas de viajes y experiencias vitales con generosidad. Lo recuerdo de estatura pequeña, peinado siempre hacia atrás con brillantina, con su traje de chaqueta, conversación fácil y “perdiendo el tiempo” con adolescentes atolondrados que apenas llegaban a escuchar sus anécdotas de soltero empedernido y la riqueza de sus proyectos literarios. Gracias por todo, don Neftalí, me hubiera gustado aprender de sus enseñanzas durante más tiempo, y creo sinceramente que esta ciudad no ha hecho justicia a su talento. Sin embargo, esta ex alumna guarda su recuerdo en el corazón.

Pero la vida sigue rodando y rodando, por lo que para terminar me gustaría hacerles una moderna recomendación.

En 2015 se ha publicado un precioso cómic que recuerda la historia. Sus autores son Raúl Sierra y José Luis Sobrino Pérez, y ha colaborado con ellos la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Miguelturra. Su título es “La Cruz de los Casados” y Serendipia editorial es quien se ha encargado de su publicación. Un precioso relato en imágenes para todos los que amamos la historia.

Ya me marcho, pero sin duda nos encontraremos en el camino. Hasta otro día.


Fuentes: Ciudad-Real.es, Elsayon.blogspot.com, El Crisol de Ciudad Real.

Foto: Wikipedia.org


EL RATÓN DE ALFONSO XIII


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
14/09/2015
Por Eva Martínez Cabañas





¿Se han preguntado alguna dónde van a parar nuestros dientes una vez que se los entregamos al Ratoncito Pérez? ¿Para qué los quiere? ¿Dónde los almacena? Por qué nos paga por la noche y a escondidas? Definitivamente la su vida está llena de misterios…

El jesuita Luis Coloma Roldán, queridos niños y niñas, en su etapa de escritor infantil fue muy amigo del ratón de los dientes.

Así que vamos a contar su historia.

Nació en la gaditana Jerez de la Frontera en 1851, y fue hijo de un popular médico. Con solo doce años entró en la Escuela Naval preparatoria de San Fernando, pero pronto decidió cambiar el rumbo y estudiar Derecho en Sevilla. Fue en esta época de su vida cuando se hizo amigo de la escritora Fernán Caballero, quien por aquel entonces ya era anciana. Posteriormente trabajó en un bufete de abogados de Madrid, y empezó a frecuentar tertulias, a colaborar en periódicos, y a defender la restauración de la monarquía borbónica en España.

Fue tras un grave accidente mientras limpiaba un revólver cuando tomó la decisión de hacerse jesuita en la Compañía de Jesús, y se marchó a Francia para hacer allí su noviciado. Al regresar a España ejerció de educador en Sevilla, Galicia, Murcia y Madrid.

Pero no dejó de lado la literatura ni el periodismo. Cultivó la sátira social en la conocida novela “Pequeñeces”, la cual se publicó por entregas en una revista bilbaína jesuita, y que suscitó gran revuelo social al asociar varios de sus personajes con personas reales de la época. Entre sus apoyos contó con el de la aristócrata y escritora Emilia Pardo Bazán. Entre los detractores tuvo al escritor y político Juan de Valera. Algunas de sus obra son “Retratos de antaño”, “La reina mártir” y “Jeromín”, novelas todas de corte histórico.

Entró en la Real Academia de la Lengua Española en 1908 y falleció en 1915, a los sesenta y cuatro años de edad.

Como jesuita Coloma sirvió entre la aristocracia, y fue desde la corte que le solicitaron que escribiera un cuento para el rey Alfonso XIII, que en aquel momento tenía ocho años y se le acababa de caer un diente. Fue entonces cuando creó la historia del Ratoncito Pérez y el rey Buby, que era el cariñoso nombre que la reina María Cristina daba a su hijo.

El cuento nos dice que el ratón es muy pequeño, y lleva sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo y una cartera roja colocada a la espalda. Además vive con su familia dentro de una gran caja de galletas en el almacén de la conocida confitería Prast, que está situada en el centro de Madrid, a unos cien metros del Palacio Real. A través de las tuberías llega hasta el cuarto de los niños a los que se les cae un diente, esquivando a sus mayores enemigos: los gatos.

El ratoncito Pérez visita a todos los niños españoles e hispanoamericanos dejándoles un pequeño regalo o monedas bajo la almohada a cambio de sus dientes. En México, Perú y Chile se le conoce como el Ratón de los Dientes, en Francia como Ratoncito y en Italia como Topino.

Si desean escribirle una carta su dirección es: Ratoncito Pérez – Calle del Arenal, nº 8 – 28013 Madrid, pues así lo indica una placa del Ayuntamiento de Madrid. Así mismo, en internet pueden encontrar varias páginas donde enviarle un mail.

Por cierto, yo creo que el ratoncito le compra los dientes a los niños para hacer las dentaduras portátiles de los abuelos. Ya saben, esas que se sacan de la boca y se ponen en un vaso de agua. ¿Qué otra cosa podría ser?



Fuentes: Muy Historia, Wikipedia, ElMaestroCuentaCuentos.wikispaces.com
Foto: es.wikipedia.org


SUMANDO CON LOS DEDOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
07/09/1015
Por Eva Martínez Cabañas





Los neurocientíficos, psicólogos y pedagogos nos dicen que discalculia es el nombre que recibe un trastorno que afecta a entre un 3-7% de la población, y que suele padecer aquellas personas que utilizan los dedos para resolver una sencilla suma o resta.

Cuando nos enfrentamos a un cálculo se inicia un proceso al activarse unos circuitos neuronales en el giro temporal inferior de nuestro cerebro. También se ponen en marcha las neuronas de los lóbulos frontal y parietal.

La discalculia es el déficit que presentan los niños que tienen dificultades en el aprendizaje de las matemáticas, es la equivalente a la dislexia en el lenguaje, y casi nunca se diagnostica ni se trata adecuadamente.

Sus causas pueden ser problemas de percepción visual o de orientación. Los discalcúlicos poseen un coeficiente intelectual normal, pero sin embargo tienen problemas con las matemáticas, las direcciones o las señas.

Los síntomas que se producen son causas genéticas o biológicas, factores ambientales, de tipo perceptivo-visual, dificultades amnésicas, orientación espacial, esquema corporal, figura y longitud, o de distancia y tamaño.

Sus síntomas más característicos son: deficiencias relacionadas con la comprensión de términos matemáticos, en reconocer y entender símbolos, ordenar números, falta de destreza matemática en operaciones básicas, e incluso ansiedad ante operaciones matemáticas.

Cuando encontramos estos signos en un niño, es preciso acudir a un profesional para que realice una valoración completa del problema. La edad habitual para detectar el problema está en torno a los 8 años, ya que a esta edad se puede comparar el rendimientos de unos niños con otros. Para realizar el diagnóstico es necesario que se produzca un rendimiento por debajo del nivel esperado, y realizar algunas pruebas para medir diferentes habilidades. La mayoría de ellas son tests, aunque pueden ir acompañados de dictados o copiados de números, cálculos mediante juegos o gráficos o resolución de problemas de la vida cotidiana.

En los casos en que se diagnostique discalculia, y una vez descartados problemas neuropsicológicos, es necesario comenzar con la reeducación del niño para que asimile de forma correcta la información matemática.

Es importante que las sesiones sean individuales, graduales, sin límites de tiempo, motivadoras y sin presionar en exceso. Es importante animar al aniño a visualizar los problemas, hacerle leer los problemas en voz alta, ponerle ejemplos, dotarle de estrategias cognitivas que le ayuden en el cálculo mental y el razonamiento visual, proporcionarle hojas de trabajo sin amontonamiento visual y adaptar el aprendizaje a las capacidades del alumno.

Los niños con discalculia moderada que no reciben tratamiento pueden presentar dificultades académicas relacionadas con baja autoestima, frustración o depresión, lo cual también podría provocar rechazo en el colegio y trastornos de comportamiento.


Fuentes: Wikipedia, Discalculia.es, FNC, Muy Interesante, Educa Peques y Psicopedagogías.
Foto: Viu.es

jueves, 3 de septiembre de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: UN ESCUDO PARA TODOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
31/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Decía el escritor Pitigrilli que “El hombre no vive, como las bestias salvajes, en un mundo de cosas meramente físicas, sino en un mundo de signos y símbolos”. Con su permiso hoy hablamos sobre uno de ellos, uno que nos representa, nos une y nos identifica.

Es de saber que el actual escudo de nuestra querida ciudad fue diseñado por Federico Pérez Castilla que, jubilado en la actualidad, fue profesor de dibujo y artes plásticas, alumno del escultor Jerónimo López-Salazar, y director de la Escuela de Bellas Artes. Descubrió que amaba el arte y la arquitectura gracias a su tío, el famoso maestro de obras Federo, y fue amigo del escultor Joaquín García Donaire y de uno de mis artistas preferidos de nuestro tiempo: Antonio López.

Ha formado parte de la ciudad de una manera muy activa, pues ejerció como aparejador en el Ayuntamiento de Ciudad Real. Como curiosidad contaré que se encargó de montar los belenes de Navidad, y lo hizo con dedicación y arte. El primero que elaboró fue una reproducción de un cuadro renacentista, y se instaló en la parte trasera de la Casa Consistorial. Cuenta don Federico que para realizar los vaciados pidió consejo al escultor García Donaire. También que las figuras las hizo de barro junto a los trabajadores del Ayuntamiento, que acudían de noche a su propia casa para elaborarlas. Los vestidos de las figuras los confeccionó la desaparecida Galería Barcelonesa, así que el belén debió ser todo un regalo para los vecinos de Ciudad Real.

Así mismo llevó a cabo trabajos como decorador en establecimientos que forman parte de la memoria de la ciudad. Algunos de ellos son los Almacenes de los Reyes, situados en la calle Toledo, los Almacenes Buendía, en la calle General Aguilera, la tienda Boliche, de José Ruiz, o las farmacias de Calatayud o de Rogelio Burgos.

En cuanto a la arquitectura de la ciudad, Pérez Castilla ha lamentado públicamente la destrucción de inmuebles de valor histórico-artístico que ha sufrido Ciudad Real a causa de la especulación inmobiliaria. “Se ha tirado demasiado” y “Yo soy de Ciudad Real y la quiero mucho, pero los intereses han hecho lo que han hecho” afirmó en una reciente entrevista en la Tribuna de Ciudad Real.

Sinceramente hemos visto mil veces su escudo sin verlo realmente. Así que saquemos la lupa filatélica o las “gafas de ver”, como decimos los manchegos, porque tenemos trabajo…

Podremos observar que sobre campo de azur, que es una manera elegante de decir que el fondo es de color azul intenso, encontramos a un rey sentado en su trono con su espada y cetro en las manos. Me recuerda al rey de espadas de la baraja de cartas, pero en realidad representa a Alfonso X el Sabio. Oh, perdón, majestad.

Su trono se encuentra bajo un arco de sillares de oro, levantado sobre dos columnas de plata con base y capitel también de oro. Como protegiéndolo lo rodea una muralla hexagonal con seis torres también de oro y con puerta de gules, que no tengo ni idea de lo que es… Gules: color rojo heráldico, que en pintura se expresa por el rojo vivo y en el grabado por líneas verticales muy espesas. Gracias señora Rae. Dentro de la muralla las casas e iglesias de la villa.

También lleva bordura de gules con ocho castillos almenados de oro, aclarados de azur y mazonados de sable (realzados en negro). Va timbrado (se refiere a la insignia que se coloca en la parte superior del escudo de armas) con corona real cerrada, y suele llevar una cinta donde podemos leer “Muy noble Ciudad Real muy leal”, concedida por el rey Juan II al otorgarle el título de ciudad.

¿A que hablar de heráldica es como hablar otro idioma?

Me preguntó en cierta ocasión una “forastera”: ¿Por qué en el escudo aparece una muralla si Ciudad Real no tiene? (Qué vergüenza, el mismo tema de siempre) Pero la tuvo (contesté). ¿Y qué paso con ella? (volvió a preguntar la señora). Pues que la tiramos (respondí). ¿Por qué? (re-repreguntó curiosa). Porque no pasaba el aire (contesté en broma). Y se acabó la conversación... Así que hablo conmigo misma: Ay, Evita, qué mal estuvo contestar así, pero en seguida salgo en mi defensa: ¡peor estuvo lo de la muralla!


Fuentes: Ciudad-Real.es, Wikipedia, La Tribuna de Ciudad Real.es
Foto: Wikipedia


LA DUDA DE NEFERTITI


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
24/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Decía el filósofo renacentista Michel Eyquem de Montaigne que “Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso”. Hoy nos viene que ni pintada esta reflexión, pues vamos a recordad un bello hallazgo histórico del que en los últimos años han surgido dudas muy serias.

Me refiero a un busto muy antiguo, es una de las obras más bellas del arte egipcio, y se ha llegado a conocer con el nombre de Mona Lisa de Amarna, la región donde se halló. Por supuesto estoy hablando del busto de Nefertiti.

La reina egipcia de carne y hueso (1370-1330 a.C) fue hija del faraón Ay, esposa de Akenatón, y suegra de Tutankamón (aunque algunos historiadores piensan que pudo ser su madre), así como un personaje fundamental en la historia antigua de Egipto.

La legendaria belleza de Nefertiti no es discordante con el ojo derecho vacío, ni con su cráneo ovalado; porque, señores y señoras: el busto de Nefertiti tiene una cabeza apepinada, alargada, rarísima... Los egiptólogos más tradicionales sostienen que se trata de una manipulación neurocraneal practicada en su etapa infantil a los miembros de la realeza (sin embargo esta extraña práctica no era propia de Egipto). Aun así, en las representaciones de la familia real se puede apreciar que todos los miembros, a excepción del faraón, tienen el cráneo ovalado. Los historiadores más atrevidos sostienen la teoría de que la forma de estos cráneos (también encontrados en la costa de Perú y en Australia) eran propios de una raza que cohabitó el planeta Tierra con nuestros antepasados humanos en la antigüedad.

Sean de la raza que sean, Nefertiti y Akenatón tuvieron seis hijas: Meritatón, Meketatón, Anjesenpaatón, Neferneferuatón-Tasherit, Neferneferura y Setepenra. Sé que se morían por conocer sus nombres…

El legado histórico-artístico que nos ha quedado de la realeza destaca sobre todo por las escenas familiares de Nefertiti y Akenón con sus hijas, ya que hasta ese momento el arte nunca había mostrado la intimidad real a su pueblo.

Tras la muerte de Akenón, le perdimos la pista a la reina, pues desaparece de grabados, vasijas o escritos. No obstante nos queda su bello busto pintado, ¿o no? “Lo que ha sido creído por todos siempre y en todas partes, tiene todas las posibilidades de ser falso”, nos enseñó el filósofo Paul Ambroise Valéry.

En principio el busto se atribuía al artesano y escultor real Tutmose, del siglo 1330 a.C. Fue descubierto en 1912 (el busto, no el escultor) en unas excavaciones dirigidas por el egiptólogo alemán Ludwig Borchardt.

Sin embargo, hoy en día se cree que en realidad es una copia de 1912 realizada para poner a prueba los pigmentos utilizados por los antiguos egipcios, según el historiador suizo Henri Stierlin. Se atribuye al artista Gerardt Marcas, por encargo del egiptólogo Borchardt.

En 2008 Stierlin publicó un libro titulado “El busto de Nefertiti: ¿una importora de la egiptología?”. Basa sus conclusiones en varios hechos irrefutables. En primer lugar el busto no tiene ojo izquierdo, y no pudo ser diseñado así porque en el antiguo egipcio se habría considerado un insulto. Además, los hombros están cortados verticalmente, y los antiguos egipcios hacían el corte horizontal. Stierlin también asegura que los rasgos recuerdan al Art Nouveau, y que los arqueólogos no se preocuparon de desarrollar ni siquiera un informe de las excavaciones donde fue supuestamente encontrada. “Borchardt sabía que era falso” –asegura el egiptólogo.

La obra está realizada en piedra, se encuentra recubierta de yeso, y los pigmentos de su pintura son muy antiguos, aunque no han sido datados con exactitud. El busto, icono de belleza femenina del arte universal, retrata a Nefertiti en su madurez, sin ocultar sus arrugas.

Stierlin continúa diciendo que el origen de la farsa del busto comienza durante una visita a las excavaciones de la familia real sajona. Estas se encontraban situadas a orillas del río Nilo. La realeza se interesó por el bello busto, y hasta le hicieron fotografías. Los arqueólogos presentes no se atrevieron a aclarar que no era una obra auténtica…

En fin, el caso es que el busto de nuestra princesa de Éboli egipcia puede que sea falso, falsísimo. Sin embargo, es indiscutible que posee una belleza extraordinaria.

El filósofo Blaise Pascual nos regaló este pensamiento: “El espíritu cree naturalmente y la voluntad naturalmente ama; de modo que, a falta de objetos verdaderos, es preciso apegarse a los falsos”. Colorín, colorado, el cuento de Nefertiti se ha acabado.


Fuente: Wikipedia, Blog Luz para Todos, Blog La Túnica de Neso, Emol.com, Europa Press.es, Mas Libertad. Com, El País.es.
Foto: Historia y arqueología.com

CIUDAD REAL CÉLEBRE: JERÓNIMO LÓPEZ-SALAZAR MARTÍNEZ



CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
17/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Dijo Leonardo Da Vinci, “Después de la pintura viene la escultura, un arte muy noble aunque su ejecución no requiere la ingenuidad suprema que requiere el arte de la pintura, ya que hay dos puntos muy importantes y difíciles, la perspectiva y la luz y la sombra, para los cuales el pintor tiene que inventar un proceso, mientras la escultura se ve favorecida por la naturaleza. Por otra parte, la escultura no imita el color que el pintor se esfuerza por armonizar de manera que las sombras acompañen a las luces”.

Habitualmente recurro a las palabras del maestro Leonardo, pero hoy con mayor razón, ya que me gustaría recordar a otro artista. Se trata de un escultor ciudadrealeño cuya obra es de corte clásico, y siempre en bronce o escayola. Su nombre fue Jerónimo López-Salazar Martínez.

Su legado no es muy amplio, pero sí es representativo en la historia de nuestra ciudad. Destacan un busto de Ángel Andrade, una figura alegórica de la primavera situada en el Parque Gasset, y la escayola conocida como “Desnudo de joven”. También pintó el óleo de un estandarte, propiedad de la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, que podemos contemplar cada Semana Santa. Y colaboró con el arquitecto Mateo Gayá en la ejecución de la farola homenaje al alcalde José Maestro, que se erigió en la calle Postas durante la II República.

Me gustó esto que encontré: “La esencia de una escultura debe entrar de puntillas, tan ligero como las huellas de los animales en la nieve”. Nos lo enseña inspirado el escultor Hans Arp.

Pero conozcamos más a nuestro artista…

Jerónimo López-Salazar Martínez nació en Ciudad Real en 1899, y fue allí donde vivió la mayor parte de su vida. Se casó con Isabel Pérez Valera, directora de la Biblioteca Pública-Casa de Cultura de Ciudad Real. 

En cuanto a su formación artística, hay que decir que estudió en las Escuelas de Artes y oficios de Ciudad Real y Valencia. Y gracias a una beca de la Diputación de ciudad Real, completó sus estudios en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. También obtuvo una beca para estudiar imaginería religiosa en Murcia y Sevilla, y viajó a París e Italia de nuevo becado por la Diputación de Ciudad Real.

Ejerció como profesor y director de la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real, y fue miembro del Instituto de Estudios Manchegos y de la Comisión Provincial de Monumentos. En 1975 se le nombra Conservador de Bienes Artísticos de la Diputación de Ciudad Real, y como tal se le encomienda la redacción del Catálogo de Obras Artísticas de esta entidad.

Encontramos en el libro “Cien años de comercio e industria en Ciudad Real”, escrito por Cecilio López Pastor y editado por la Cámara de Comercio e Industria de Ciudad Real: “El gran artista Jerónimo López Salazar, que fuera director de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos en los años 60, tuvo su taller-estudio de escultura en el número 25 de la calle Toledo”.

En 1920 recibió el Premio de Escultura en la Exposición Nacional de Bellas Artes por dos retratos del pintor Ángel Andrade, uno en bronce y el otro en escayola con imitación a bronce. Y en 1945 fue Premio de Escultura en la Exposición Manchega de Artes Plástica de Valdepeñas, con una obra titulada “Toro”.

Sabemos que nuestro escultor falleció en 1979.

Terminada esta pequeña biografía, nos quedamos con unas bellas palabras del escultor de los escultores, Miguel Ángel: “Vi el ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad”. Y añadió: “Todo lo que la mano del escultor puede hacer es romper el hechizo y liberar las figuras dormidas en la piedra”. 

Cincel, piedra, arte y trabajo… y se hizo la magia.


Fuentes: Wikipedia, Ciudad-Real.es, “Estilos y tendencias de las artes plásticas en la provincia de Ciudad Real (1900-2005)” de Enrique Pedrero Muñoz.
Foto: Ciudadreal.digital.es


LA TRUCULENTA HISTORIA DEL PASTELERO DE MADRIGAL, FRAY MIGUEL Y LA PRIMA DEL REY


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
10/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Dijo Federico II el Grande, rey de Prusia: “Todo el que aspira a avasallar a sus semejantes, se ve obligado a ser impostor y sanguinario”. Esta es la insólita historia de un par de falsarios que fueron ejecutados por suplantar la personalidad del rey. Síganme los curiosos en esta desconcertante crónica.

Empezaré por el principio… solo con el objeto de dar facilidades.

El rey Sebastián I de Portugal sucedió a su abuelo Juan III con tan solo tres años de edad. Fue educado por los jesuitas de la época, quienes le inculcaron el espíritu de la cruzada, el afán de conquista y la intolerancia por la religión del prójimo (judíos, templarios, musulmanes o turcos hacían lo propio por ser costumbre de la época).

Corría el año 1578 cuando en tierras marroquíes se libró la batalla de Alcazarquivir, también llamada batalla de los Tres Reyes. Las tropas del joven Sebastián (cuyo objetivo era conquistar el norte de África) se enfrentaron a las hordas saadís (cuyo pretendiente al trono, Abd el-Malik, pretendía suceder al depuesto sultán marroquí). El exsultán (de nombre Muley al-Mutawakil) había pedido ayuda al rey cristiano para recuperar su trono, y pese a todos los consejeros contrarios a la empresa, Sebastián I acabó pidiendo ayuda económica a su tío Felipe II, dilapidó el tesoro portugués, convocó a sus nobles y familiares, emplazó a los aliados europeos y moros, y con todos ellos se marchó a la guerra.

Sin contar prisioneros, en la contienda fallecieron unos 9.000 guerreros del bando portugués (incluido el poeta Francisco de Aldana), unos 1.500 hombres en las tropas contrarias, así como sus máximos representantes. La muerte de los tres reyes en un mismo campo de batalla causó gran asombro en la época, y el pueblo portugués se vistió de luto, pues no había familia que no hubiese perdido a un miembro o más en la masacre.

Tras la batalla surgió una leyenda que afirmaba que el rey Sebastián había dicho a sus tropas que “ellos no serían quienes tendrían que luchar, sino que se encargaría la misma cruz contra le media luna”, así que los soldados se habían marcharon del campo de batalla. Al regresar habían encontrado que la batalla había terminado a favor de los adversarios, y que el rey Sebastián había desaparecido. La fábula se basaba en las profecías de Bandarra, un zapatero de la época al que le encantaban la literatura y las profecías sobre la vuelta del Mesías. Hoy en día esta historia no se la hubiera tragado nadie…

La leyenda profética hizo surgir a su vez un movimiento político-secular denominado Sebastianismo, que aseguraba que el rey no estaba muerto y que regresaría algún día para ocupar su trono. Así pues el enredo propició que se dieran algunos episodios de suplantación de personalidad, pues el joven rey no había dejado descendencia.

Uno de estos episodios lo protagonizó Gabriel Espinosa, y fue tan sonado que derivó en el célebre poema dramático “Traidor, confeso y mártir” de José Zorrilla; y en una novela histórica escrita por Manuel Fernández y González, titulada “El pastelero de Madrigal”, que a finales del siglo XIX vendió más de doscientos mil ejemplares.

Espinosa probablemente nació en Toledo. El documento más antiguo que se conserva de él es un título de pastelero expedido en esa ciudad. Según datos contrastados llegó a Madrigal en 1594 ejerciendo el oficio de pastelero (elaboraba empanadas y pasteles de carne). Hablaba francés y alemán, y era diestro a caballo. Iba acompañado por su hija Clara Eugenia, de dos años, y una mujer gallega de nombre Inés Cid, de unos veintitantos años y que ama de la niña. Espinosa vivía desde con ella desde 1591, y la había conocido en Allariz (Orense). Su hija nació en Oporto, ya que el pastelero servía en la compañía del capitán Pedro Bermúdez ejerciendo su oficio. Las escalas que habían realizado eran Salvatierra, Zamora, Toro, La Nava del Rey y finalmente Madrigal. El 15 de abril de 1595 fue bautizado en esta última localidad su segundo hijo “hijo de Inés, pastelera, y de su amo, que dijo ser suyo”, según un apunte en el libro de bautismos de Santa María del Castillo de Madrigal.

Pues bien, la historia se pone interesante. Les presento a otros dos personajes en esta trama que semeja obra de teatro.

Vivía en Madrigal un agustino portugués, vicario del convento de Nuestra Señora de Gracia el Real de Madrigal y conocido como Fray Miguel de los Santos. Había sido confesor en la corte de Sebastián, pero fue desterrado a Castilla por Felipe II. Su delito fue apoyar al prior de Crato en sus intenciones de suceder al rey desaparecido.

También fue relevante en el suceso María Ana de Austria, hija natural de Juan de Austria (quien a su vez fue hijo natural de Carlos I, capitán de los ejércitos españoles y además héroe de Lepanto). Su madre, María de Mendoza, se la entregó a Magdalena de Ulloa para ser educada, y esta a su vez la ingresó en el convento de Agustinas de Madrigal cuando la niña tenía seis años de edad. 

Por supuesto en el convento estaba fray Miguel, quien no dudó en llenar la cabeza de la muchacha de aventuras sobre su padre y su primo Sebastián (a quien como muchos creía vivo, pues solo tenía diez años cuando el rey murió). En los interrogatorios del proceso se cuenta cómo le decía a la niña que tenía visiones en las que aparecían ella y su primo uniendo sus vidas para llevar a cabo grandes empresas (No debía rezar mucho fray Miguel).

Al llegar el pastelero a Madrigal, el fraile creyó reconocer a su rey, y al preguntarle si lo era, solo consiguió de él respuestas ambiguas. Lo puso en contacto con su prima María Ana de Austria, de veintisiete años de edad y monja sin vocación. Pastelero y monja se prometieron en matrimonio, condicionados por la circunstancia de que la joven debía conseguir la dispensa papal de su voto.

Cuando comenzaron los rumores sobre la relación del pastelero y la sobrina del rey, Espinosa viajó a Valladolid con las joyas y dineros de su prometida, y haciéndole creer que iba en busca de un hermano que la monja creía tener y regresar con él a Madrigal. Pero fue mostrando las alhajas y faltando el respeto al rey, así que le denunciaron y fue apresado por Rodrigo de Santillán, alcalde del crimen en la Chancillería (nombre antiguo del tribunal superior de justicia español). Al registrar sus pertenencias encontraron dos cartas de nuestro amigo el fraile dándole el trato de majestad, y otras dos de María Ana de Austria, en la que le trataba como prometido, e incluso llamaba hija a la niña del detenido. El asunto se consideró de gravedad y se derivó directamente a la corte de Felipe II. Solo habían pasado tres meses desde la llegada del pastelero a Madrigal… 

El propio Rodrigo de Santillán viajó con sus alguaciles a Madrigal, y allí hizo encerrar a María Ana de Austria en sus aposentos, requisó las cartas de la joven y prendió a fray Miguel, quien no dudó en sostener firmemente que el detenido era el reaparecido rey portugués. Así que se abrió directamente un proceso contra los detenidos por suplantación de la personalidad del rey. Ambos fueron torturados e interrogados, y el proceso fue tutelado personalmente por Felipe II desde la Corte, pues se jugaba el título de rey.

Lo cierto es que aquella no era la primera reaparición del real desaparecido, y dos casos de aspirantes al trono habían surgido diez años antes acabando en prisión y muerte (por este orden).

Durante el juicio nada declaró Gabriel Espinosa sobre sus padres u origen. De su nombre dijo no ser el suyo, sino que lo usaba por figurar en el permiso para ejercer de pastelero. Durante su estancia en la cárcel, Simón Ruiz, que era el comerciante más influyente de la villa le hacía llegar comida en vajilla de plata. Fue condenado a morir en la horca, y la sentencia se cumplió el 1 de agosto de 1595 en la plaza de Madrigal. El pueblo quedó sorprendido de su orgullosa mirada, de la cólera con que citó a don Rodrigo ante el Tribunal de Dios, y la tranquilidad que tuvo al ajustarse la soga al cuello. Tras el ahorcamiento fue decapitado y descuartizado, se exhibieron sus despojos en cada una de las cuatro puertas de la muralla, y su cabeza se expuso en la fachada del Ayuntamiento.

El hermano agustino también fue ahorcado, en la Plaza Mayor de Madrid el 19 de octubre, tras reducirse su condición a laico (que ajusticiar a un simple civil debía ser mucho más cómodo que a un bellaco religioso). A pie de horca el exfraile insistió en su inocencia y en la identidad real, ya que había conocido a Sebastián I personalmente, en su época de confesor de la corte (aunque del destierro por apoyar al prior de Crato en sus intenciones de suceder al rey seguro que no dijo nada). Tras su ahorcamiento fue decapitado y su cabeza se envió a Madrigal para acompañar por unas horas a la del pastelero (a quien habían decapitado dos meses y dieciocho días antes).

Felipe II tampoco se apiadó de su sobrina, y la encerró en estricta clausura en el convento agustino de Nuestra Señora de Gracia, en Ávila. Allí pasó algo más de tres años, pero su suerte cambió al morir el rey, ya que su primo Felipe III la retornó al convento de Madrigal, del que acabó siendo priora hasta 1611, que dejó la orden de San Agustín. Llegó a ser abadesa del cisterciense monasterio de Huelgas de Burgos, que era la mayor dignidad eclesiástica a la que una mujer podía aspirar. Curiosamente ejerció como una magnífica prelada.

También se apresó a Inés Cid, quien azotada y desterrada de Madrigal, partió con sus dos hijos hacia un destino del que no nos ha quedado constancia.

Aquí acaba la historia…

Pero ¿y si imaginamos por un momento que el pastelero y el rey Sebastián hubiesen sido la misma persona? Eso explicaría la actitud de ambos protagonistas en su ejecución, y le daría un giro de 90º a la historia. Las leyendas siembre encierran alguna verdad, y bien pudiera ser que la desaparición del joven rey podría haber sido un ardid de sus enemigos para arrebatarle el trono. ¿Por qué se implicó tanto Felipe II en el proceso? ¿Acaso no conocían María Ana de Austria y el confesor suficientemente al rey para intentar colar en la corte a un impostor? ¿Cómo en solo tres meses el pastelero y fray Miguel se habían jugado el cuello sin conocerse? ¿Y si la correspondencia requisada a Gabriel hubiese sido verdadera? ¿Por qué no sabemos nada del pastelero antes de su llegada a Madrigal? ¿Y si la bravuconería de Espinosa en realidad era la ira de un rey despojado?. Posiblemente yo también me hubiese escondido bajo otra identidad si hubiese sido causante de la masacre de Alcazarquivir. ¿Era la monja a la fuerza realmente tan pava para dejarse engañar a sí? ¿Y si los tres personajes de esta historia hubiesen dicho la verdad? ¿Dónde está Sherlock Holmes cuando se le necesita?

En el poema del romántico José Zorrilla, una vez ahorcado el pastelero encuentran una nota suya donde confiesa ser el verdadero rey Sebastián de Portugal. “Sacrifico mi vida a sostener esta patraña que mi historia desde hoy hará famosa (…) ahogad la duda, morir debo si no por Sebastián, por Espinosa”, dice.

Adeus, senhor confeiteiro.

Por cierto, el cuerpo Sebastián I de Portugal fue recuperado en el campo de batalla y se le dio sepultura en Alcazarquivir. En diciembre de ese mismo año fue entregado a las autoridades portuguesas de Ceuta, y allí permaneció hasta 1580. Finalmente fue trasladado al monasterio de los Jerónimos de Belém, en Lisboa, para su definitivo descanso.


Fuentes: Wikipedia y Madrigal-aatt.net, Blog El Asomado
Foto: Madrigal-aatt.net


LA DOCTORA MARGARET ANN BULKLEY


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
03/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas




¿Qué tienen en común películas como Albert Nobbs, Víctor o Victoria, Mulán o Tootsie? Pues que su temática semeja nuestra historia de hoy. Sin embargo esta última, aunque menos conocida, es real y todo un ejemplo de superación, vocación y empeño.

Encendemos motores…

James Barry nació entre a finales del siglo XVIII en Belfast, Irlanda del Norte, y su biografía documentada no comienza hasta 1809, cuando ingresó en la Universidad de Edimburgo para estudiar medicina. Se doctoró en 1812.

Era de baja estatura, pelo rubio rizado y voz atiplada, y fue uno de los cirujanos más destacados del ejército británico. Trabajó como asistente de hospital, sirvió en la batalla de Waterloo (donde Napoleón terminó con su sueño de grandeza) y ejerció su profesión en India y Sudáfrica.

En Ciudad del Cabo trabajó para mejorar el suministro de agua potable, higiene y prevención; y realizó con éxito una de las primeras cesáreas de las que se tiene noticia. También denunció la forma inhumana en la que eran tratados los enfermos mentales, y organizó colonias para leprosos. Por su dedicación fue nombrado Inspector Médico de la colonia británica, y llegó a ser médico personal del gobernador.

En 1828 viajó como cirujano militar a Isla Mauricio, Trinidad, Tobao, Santa Helena, Malta, Corfú, Crimea, Jamaica, y en 1831 a Canadá.

Decían de él que tenía una personalidad polémica, y que no tardaba en pasar de educado y solícito a demostrar su fuerte carácter. Llegó incluso a batirse en duelo a pistola, por lo que fue sometido a juicio militar. En la isla de Santa Helena puso el grito en el cielo ante las condiciones en las que se encontraban los enfermos, por lo que se creó enemigos entre los oficiales, que hicieron todo lo que pudieron por desprestigiarlo. Así fue degradado a cirujano de campo y destinado a las Indias Occidentales en 1838.

Gracias a su impecable trabajo, en este último destino fue promocionado de nuevo. En 1845 contrajo la fiebre amarilla y regresó a Gran Bretaña. Se jubiló en Marylebone, Inglaterra, donde falleció el 25 de julio de 1865.

Pero el asombro surgió tras su muerte, en la funeraria.

La empleada Sophia Bishop preparaba el cadáver cuando descubrió que se trataba de una mujer. Al principio pensó que se debía a un error administrativo, ya que el cuerpo femenino revelaba incluso haber dado a luz en algún momento de su vida. Tras comprobar la documentación y verificar que se trataba del cuerpo del doctor Barry, hizo público su hallazgo.

Fue entonces cuando algunas personas que habían trabajado con él afirmaron haber sospechado su verdadero sexo. Sin embargo, aprovechando que no se le realizó la autopsia al cuerpo (ya que había muerto de disentería en la epidemia que flageló Londres aquel verano), el ejército inglés negó el escándalo, y fue enterrado en el cementerio de Kensal Green, con el nombre de James Barry y su rango militar: Inspector General de Hospitales (que equivale a General de Brigada).

Durante más de un siglo se ocultó el expediente del médico, pero a mediados del siglo XX por fin se hicieron públicos los detalles. Su verdadero nombre era Margaret Ann Bulkley, y se cree que la razón de su transformismo se debió a que en aquel tiempo la medicina y el ejército estaban vetados a las mujeres.

No tenemos muchos más datos, así que querida doctora Bulkley, conocida su historia sirva este pequeño reconocimiento para restituir su derecho a elegir profesión. También deseo declararle mi más sincera admiración por su empeño en querer cambiar el mundo. No debió ser fácil… Gracias por su tesón, doctora, ha sido un placer conocerla (y un abrazo para los puristas del leísmo).

¿Una cita para finalizar? Mejor otro día, que hoy no tengo muchas ganas de pensar, o como escribió Leonardo Da Vinci (con efecto espejo en sus apuntes de trigonometría) “Etcétera porque la sopa se enfría”. Les prometo que no lo he hecho a propósito. Hasta otro día.


Fuentes: Blog Enroque de Ciencia, Wikipedia, Muy Interesante.es.
Foto: Listas.20minutos.es