CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
31/03/2014
Por Eva Martínez Cabañas
Desde 1965, la ONU cuenta con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, creado por el premio Nobel de Economía Amartya Kumar Sen. Está diseñado para mejorar la calidad de vida de las distintas naciones. El programa está presente en 177 países, y desde 1990 publica informes sobre el Índice de Desarrollo Humano con el propósito de elaborar y compartir opciones que permitan solucionar retos.
Esta red internacional ha establecido metas claras denominadas Objetivos de Desarrollo del Milenio cuyos fines son erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género y el papel de la mujer, reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años, mejorar la salud materna, combatir el sida, la malaria y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad medioambiental, y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Según la ONU, el país con el índice más alto de desarrollo humano es Noruega.
Desde los años setenta, estos criterios de bienestar también son el eje político de dos líderes que aúnan sus fuerzas en beneficio de su pueblo, quienes se han convertido en ejemplo de muchos otros. Si así lo deseáis, os cuento la historia.
El reino de Bután es un pequeño y espiritual país montañoso situado en la cordillera del Himalaya, que ocupa un lugar geoestratégico muy delicado por su vecindad con China, India, Nepal y Bangla Desh. Su nombre local es Druk Yul, que significa “la tierra del dragón del trueno”, y su capital se llama Thimphu, con una población similar a la de Ciudad Real en número.
Los recursos económicos de Bután provienen del turismo, del agua de las nieves y los glaciares, y de la energía hidroeléctrica que vende a la India.
Este reino budista se modernizó en los años setenta sin perder ninguna de sus tradiciones. En su política está conservar el medioambiente, a lo que llaman crecimiento sostenible, el Ministro de Agricultura, que también es agricultor, ha anunciado que antes de 2020 Bután será el primer país del mundo en el que el 100% de sus alimentos se cultiven con prácticas de agricultura ecológica. También en esta fecha quedará prohibida la venta de pesticidas y herbicidas químicos artificiales. Bután apenas cuenta con delincuencia; desde 2004 se ha prohibido la venta de tabaco, y su constitución ordena que el 60% del territorio nacional se dedique a bosques.
Al haber permanecido aislados del resto del mundo tanto tiempo, los butaneses poseen uno de los ecosistemas más conservados del mundo, y su reino es uno de los diez países con más biodiversidad del planeta. Así mismo, sus carreteras bordean las lomas sin túneles ni viaductos, así como cada meandro de los ríos, dando prioridad a la conservación del medio antes que a la velocidad de sus vehículos .
Debido a todo ello es una potencia en cuanto a plantas medicinales se refiere. Entre sus especies más exóticas está la Cordyceps sinensis, o Hierba de verano y gusano de invierno. Este hongo crece a partir de 4.000 m. de altitud, y es una importante fuente de ingresos para los pastores locales, ya que su valor en el mercado alcanza los 5.000 euros por kilo. La variedad es al mismo tiempo un animal y un vegetal, ya que el hongo parasita dentro de la larva de una oruga conocida como Thiratodes. El proceso se inicia en invierno, debajo de la tierra, cuando las esporas se han posado sobre el gusano y han consumido su cuerpo para convertirlo en planta.
Pues bien, en 1974, el cuarto Rey Dragón de Bután, el rey Singye, tenía solamente dieciocho años cuando la repentina muerte de su padre le obligó a convertirse en el monarca más joven del mundo. El muchacho declaró en su discurso de coronación: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto”. Y desde entonces, su filosofía ha guiado el desarrollo de su país.
La felicidad nacional bruta (FNB) o felicidad interior bruta (FIB) es un indicador que mide la calidad de vida en términos más holísticos y psicológicos que el producto interior bruto (PIB), que es una medida macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de un país durante un periodo determinado de tiempo.
Durante su reinado, el rey Singye encomendó a sus ministros la redacción de un borrador de Constitución para Bután, por lo que curiosamente la democracia, que suele ser una conquista del pueblo, esta vez llegó de la mano de un rey. El comité designado estudió unas cien constituciones extranjeras y entre ellas seleccionó veinte. Cuentan que les inspiró especialmente la española por tratarse también de una monarquía constitucional. Después de diez meses de trabajo, se elaboró un borrador y se colgó en internet para que los ciudadanos pudieran verlo. Recibieron unos cuatrocientos comentarios de universidades, intelectuales y organizaciones de derechos humanos de todo el mundo. Tras hacer un estudio, se redactó un nuevo borrador y se distribuyó al pueblo.
En diciembre de 2006, el rey Singye anunció que pretendía abdicar a favor de su primogénito y que se celebrarían elecciones. Padre e hijo recorrieron todo el país para convencer a sus súbditos, incluso las aldeas más remotas. La novedosa idea no era bien vista por el pueblo, que no quería una Constitución por estar a gusto con sus tradiciones. Sin embargo, el monarca consiguió convencerles de que traería desarrollo, seguridad y progreso. El pueblo acabó por darle su voto de confianza.
Celebraron reuniones y explicaron y discutieron el borrador de la Constitución. El 24 de marzo de 2008 se celebraron las primeras elecciones parlamentarias. Se presentaron dos partidos: El Partido de la Paz y la Prosperidad ganó 45 de los 47 escaños. El otro partido, de centroderecha y cuyo nombre es Partido Democrático del Pueblo, es el partido que gobierna desde 2013. El 18 de julio de 2008 se aprobó la Carta Magna. La nueva Constitución abolía la pena de muerte para aquellos que cometiesen el delito más común: el expolio del patrimonio artístico; y en su artículo 9.2 establecía que: “El Estado se esforzará en promover las condiciones que permitan la consecución de la felicidad interior bruta”.
El joven rey Khesar es el quinto Rey Dragón de Bután desde el 6 de noviembre de 2008, a las 08:31 horas, instante más auspicioso para su coronación según los cálculos astrológicos.
Lo más sorprendente es que, entre diciembre de 2007 y marzo de 2008, también se realizó una encuesta a la población con el propósito de conocer el índice de felicidad del que gozaba Bután. Novecientos cincuenta ciudadanos respondieron ciento ochenta preguntas organizadas en nueve apartados: Bienestar psicológico, Uso del tiempo, Vitalidad de la comunidad, Cultura, Salud, Educación, Diversidad medioambiental, Nivel de vida, y Gobierno.
Estas son algunas preguntas del cuestionario: “Definiría su vida como a) Muy estresante, b) Algo estresante, c) Nada estresante, d) No lo sé”. “¿Ha perdido mucho sueño por sus preocupaciones?”. “¿Ha percibido cambios en el último año en el diseño arquitectónico de las casas de Bután?”. “En su opinión, cómo de independientes son nuestros tribunales?”. “En el último mes, ¿con qué frecuencia socializó con sus vecinos?”. “¿Cuenta usted cuentos tradicionales a sus hijos?”.
El estudio comparaba la felicidad nacional bruta por apartados, en función de los distintos distritos, a largo plazo, por géneros, ocupaciones, edades, etc. Así obtuvo una poderosa herramienta con la que orientar políticas de gobierno.
Mientras que la mayoría de países observan el crecimiento económico como objetivo principal, el concepto de FBN se basa en la premisa de que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en unir desarrollo material y espiritual. Los cuatro pilares de la felicidad nacional bruta son la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno, convirtiéndose así en un indicador cualitativo de progreso calificador del bienestar y la felicidad.
La encuesta del rey Singye atestiguó en 2005 que el 45% de los butaneses se sentía muy feliz, el 52% se sentía feliz y el 3% no era feliz.
En 2006, el profesor Adrian White de la Universidad de Leicenster, en Reino Unido, realizó un estudio donde Bután aparecía como el octavo país más feliz de los ciento setenta y ocho estudiados. Los primeros países fueron Dinamarca, Suiza, Austria, Islandia, Bahamas, Finlandia y Suecia. España ocupó el puesto número 46.
Y en 2007, Bután fue la segunda economía con el crecimiento más rápido de todo el mundo. Actualmente la educación es gratuita y en inglés y llega a casi todos los rincones del país. Así, la filosofía del bienestar ha inspirado a grandes mandatarios y empresarios.
En 2008 el presidente francés, Nicolas Sarkozy, creó la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social.
La NEF, o Nueva Economía Fraterna, es una cooperativa bancaria de financia ética que financia proyectos profesionales, asociativos o particulares con fines medioambientales o de utilidad social desde 1988. La entidad trabaja con principios éticos y solidarios, y su responsable de Economía Medioambiental, Aniol Esteban, ha dicho: “Si no eres pobre, tener más no significa ser más feliz; cuando los gobiernos presentan cada trimestre los datos del PIB también deberían dar a conocer la evolución del capital natural, es decir, si vivimos fuera de los límites de la tierra; de bienestar humano, si la gente tiene tiempo libre, sufre estrés... y de justicia social, si los recursos están repartidos de manera equitativa”.
Y el Índice Legatum de Prosperidad es un ranking anual elaborado por el Instituto Legatum de Londres. Agrupa a 110 países de acuerdo a factores como la riqueza, crecimiento económico, bienestar personal, calidad de vida, emprendedores y oportunidades, gobernabilidad, educación, salud, seguridad y protección, libertad personal y capital social. Noruega encabeza esta lista desde 2010.
Por todo esto me gustaría hacer un pequeño comunicado. Ya saben, al estilo Mafalda.
Distinguidos dirigentes de cabeza hueca y bolsillo imputado: ¿Ven? ¡Hay inteligencia por encima de sus posibilidades! El liderazgo moral e intelectual es esencial, los nuevos modelos económicos pueden basarse en el bienestar, es esencial para la sociedad dar paso a los jóvenes para que aporten nuevas ideas, el cuidado del planeta es prioritario, y además, contamos con expertos y sabios que están deseando colaborar para que las cosas funcionen mejor. ¿Tanto les gusta el viejo sistema? Ya sean rojos, azules o amarillos, les aconsejo que cuando visiten Suiza se hagan instalar un reloj de cuco en el pecho, como en la novela, así tendrán algo de lo que estar orgullosos. Nos están empujando a prescindir de ustedes y a sentir vergüenza ajena. Márchense a casa... seguro que alguien les está esperando.
Fuentes: El País, Wikipedia, Diseño Social.org, undp.org, blog Temas para un mundo que compartimos de Eva Rodríguez Braña, La Nef, Indra Company.com, Tendencias 21.net y Alta Alegremia.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario