CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
02/12/2013
Por Eva Martínez Cabañas
Hoy
vamos en busca de un tesoro... uno con misterio, grandeza, polémica y bandera
verde.
Sabemos
que los grandes proyectos en realidad no se tratan de trabajo, sino de profundas
pasiones donde poner nuestro tiempo. Así debe ser, y así sucede en esta
historia en pos de un grial que asombre los ojos y acelere el corazón. Pero
empecemos por el principio.
La batalla de Anghiari es una pintura al fresco de Leonardo
Da Vinci que fue pintada en uno de los muros del Salón de los Quinientos, en el palacio Vecchio de Florencia
(Italia). La estancia fue símbolo del poder de la ciudad desde el siglo XIII, y
fue llamada así por acoger a los quinientos miembros de su gobierno.
Para
la realización del mural, Leonardo dispuso de varios ayudantes: entre ellos su
discípulo Fernando Yáñez, nacido en la ciudadrealeña Almedina (qué pequeño es
el mundo). El mural se pintó entre 1503 y 1506, y se perdió alrededor del 1563
al remodelarse la decoración del salón. Se conservan varios bocetos de la
pintura, pero ninguno permite ver la escena en conjunto. Su parte central, a la
que se ha llamado La lucha por el
estandarte, es la más conocida.
El
confaloniero Piero Soderini (un cargo municipal florentino) encargó unos
murales de tema bélico a Leonardo y a Miguel Ángel, por lo que ambos genios
coincidieron en el Salón de los
Quinientos con el objeto de embellecer sus muros. Los murales debían medir 7 m . de alto y 17 de largo, y
aquella fue la única vez que ambos trabajaron juntos en el mismo proyecto (qué
buen argumento para una película...) Miguel Ángel representó un episodio de la
batalla de Cascina que dejó inacabado. Tanto la batalla de Leonardo como la de Miguel
Ángel estuvieron expuestas durante décadas, por lo que muchos las reprodujeron.
Gracias a que Rubens copió la parte central de la de Leonardo, hoy podemos hacernos una idea de cómo era el
fresco original.
La
remodelación del salón se produjo cuando el Gran Duque Cosme I de Médici
decidió alojar allí a su corte, así que acortó la sala y subió el techo unos 7 m . para poder dorarlo,
colocarle unos casetones (adornos huecos geométricos) y representar allí el
triunfo de Cosme, el nuevo soberano de Florencia. También destruyó el fresco
inacabado de Miguel Ángel y la batalla de Leonardo, ya que decidió sustituirlos
por seis preciosísimos y delicados frescos que simbolizaban el poder de los
Médicis. ¡Y que nadie lo cogiera de las solapas...!
En
los años sesenta, Carlo Pedretti (profesor emérito de Historia del Arte en la Universidad de
California y experto en la figura del genio Leonardo Da Vinci) publicó un libro
titulado Leonardo inédito, donde exponía
la necesidad de iniciar una investigación sobre la perdida Batalla de Anghiari. Y además tenía una pista: el mural podía estar
oculto tras otra pintura.
Se
refería al fresco conocido como La
batalla de Marciano y realizado por Giorgio Vasari, un pintor, arquitecto y
escritor florentino de la época a quien
se le encomendó la reforma del Salón de
los Quinientos.
Carlo
Pedretti señala otros casos donde Vasari había ocultado obras de arte para que
estas no fuesen destruidas, como la
Trinidad de Masaccio, en Santa María Novella, un Giotto en la Santa Croce o una
Anunciación en los Uffizi aún sin identificar. Según Pedretti, Vasari
“intervenía pero no destruía”.
Años
después de la publicación del libro, el ingeniero italiano Maurizio Seracini se
puso manos a la obra con un proyecto de investigación que va acompañado de mucha
pasión; pero también de una larga recopilación de datos, esperas, intereses
varios y hasta desacuerdos. Por cierto... Maurizio Seracini es el único
personaje real que aparece con su nombre en la novela El Código Da Vinci de Dan Brown, un bonito homenaje para un hombre
que ha dedicado más de la mitad de su vida a buscar el mural perdido de Da
Vinci.
¡Así
que la batalla de Leonardo podría estar escondida!
Seracini
argumenta que, al encargarse de la remodelación de la sala, Vasari se encontró
con la pintura de Leonardo y que probablemente la ocultó para evitar su
irremediable destrucción. ¿Y cómo lo hizo?
Gracias
a la tecnología se ha comprobado que detrás del muro de Vasari existe otro
muro, y ambas paredes están separadas por una pequeña cámara de aire que
posiblemente construyera él mismo. Esto se pone realmente interesante...
Además, el pintor también pudo dejarnos una importante pista del ocultamiento en
su propia obra, ya que en La batalla de
Marciano uno de los soldados sujeta una pequeña bandera de color verde con
una inscripción en latín: Cerca trova.
La traducción de estas palabras al castellano dice: El que busca, encuentra. No sé vosotros, pero a mí estas cosas me
ponen el vello de punta.
El
equipo del ingeniero Seracini inicialmente utilizó tecnología no invasiva sobre
el mural de Vasari: georradar, escáner con láser, termografía, radar y una sonda
endoscópica. Los trabajos comenzaron a mediados de los años setenta sin
conseguir resultados decisivos.
En
el año 2000 la investigación ganó un nuevo impulso gracias al filántropo Loel
Guinness y su sociedad Kalpa Group. Se anunció entonces un cambio de método que
consistía en practicar una serie de agujeros en el fresco de Vasari. Nos dice
Seracini: “Mis pesquisas sobre La batalla
de Anghiari durante treinta y seis años siempre han previsto métodos no
invasivos. Ahora, a un paso de la meta, todo podría cambiar”.
En
2005 Seracini presentó los primeros resultados de su investigación, y la
asociación Italia Nostra lo denunció
por considerar que había provocado “un daño y una violación del patrimonio
italiano”, por lo que Seracini no tuvo más remedio que parar la investigación.
Así
que en 2007 se creó una comisión científica que planificó una serie de análisis
en todos los muros del Salón. En la comisión participaba el Opificio delle
Pietre Dure de Florencia (el Instituto de Restauración del Estado Italiano). Durante
año y medio, se sirvieron de un novedoso escáner atómico de activación
neutrónica. Mediante rayos gamma, este registraría las respuestas a distintas
profundidades y variaciones de intensidad, verificando o descartando la
presencia de pigmentos de color en el muro oculto. Las pruebas efectuadas en el
laboratorio demostraron la inocuidad de la máquina desde el punto de vista
radiactivo, pero aún así surgieron las primeras protestas.
De
los catorce orificios solicitados para introducir una sonda hasta el muro
oculto, el protocolo solo autorizó siete, y todos ellos en lugares específicos que
aprovechaban una grieta o desconchón en el mural de Vasari. Finalmente se
practicaron seis pequeños agujeros. Cuatro de ellos no llegaron a alcanzar la cámara,
y de los dos últimos solo uno dio resultados: Más allá del muro (se nota que
estoy leyendo Juego de Tronos) existe una superficie con manchas de un material
que todavía no se ha extraído y analizado. Este podría tratarse de pintura o de
un revestimiento.
La
perforación del mural de Vasari también ha desatado quejas de las autoridades
florentinas y de cerca de cuatrocientas personas, quienes presentaron su firma
en contra del proyecto.
También
hay quienes opinan que, en el caso de que se hallara el mural de Leonardo,
probablemente este no se habría conservado, ya que Da Vinci era un gran
experimentador y a veces no utilizaba los materiales más adecuados. O que
incluso pudo haberse estropeado antes de la remodelación del Salón... Cierto...
Leonardo fabricaba sus propias pinturas y algunas no salieron muy buenas; sin
embargo me parece que eso no es excusa para interrumpir la búsqueda... ¿qué
clase de investigadores y aventureros seríamos entonces?
El
que busca, encuentra.
Seracini
se defiende de todo argumentando que son maldades y que su equipo de trabajo cuenta
con la autorización de Ministerio de Bienes Culturales, la del Ayuntamiento de
Florencia y la del Opificio delle Pietre Dure. Además, los orificios son muy
pequeños y se han practicado en zonas donde no había pintura. También invita a
los que firmaron el manifiesto en su contra a que inspeccionen su trabajo, y asegura
que la investigación no es un cargo para el contribuyente, ya que National
Geographic está filmando un documental por el que ha pagado 250.000 dólares al
Ayuntamiento de Florencia, además de realizar diversos vídeos y artículos
durante cinco años que atraerán más turistas a la ciudad.
Cerca
trova... Cerca trova...
Seracini
también afirma que continuará trabajando y que invita a historiadores y
expertos a estudiar los documentos originales. Algunos de estos se encuentran
en Toledo, ya que las tropas españolas de Carlos V durmieron durante años en el
palacio Vecchio, al abrigo de La batalla
de Anghiari.
La
escritora e investigadora Dolores García Ruiz, autora de El secreto de Monna Lisa y La
cara oculta de Da Vinci, también opina que el mural de Leonardo se
encuentra tras la batalla de Vasari. “Ahora parece que su lucha contra la
desesperanza y la oposición de intelectuales y buena parte de la opinión
pública está dando sus frutos” dice refiriéndose a Seracini. La investigadora
también nos invita a reparar en la bandera verde del mural de Vasari, un
estandarte que se encuentra paralelo a otro, lo que interpreta como una alusión
a los dos planos paralelos que representan los dos muros; así como la inscripción
Cerca trova y el hecho de que el
mensaje estuviese escrito sobre una bandera como alusión a un lienzo donde
plasmar pinturas.
Particularmente
no sé si este simbolismo es certero, pero como aprendiz de todo y maestra de
nada, llama mi atención el hecho de que el centro del mural de Leonardo se conozca
como La lucha por el estandarte. El
caso es que la investigadora Dolores García refuerza la teoría de Pedretti y
Seracini.
Hoy
en día la búsqueda continúa. Y mientras aparece el mural de Leonardo, unos
momentos publicitarios:
No
deje de visitar Almedina (en el Campo de Montiel) donde podrá encontrar una
preciosa fuente pública del siglo XIV o un curioso museo al aire libre, ya que varias
representaciones en azulejo nos muestran los trabajos de Fernando Yáñez adornando
sus calles. También hallará su puente romano, sus formaciones pétreas en las
cumbres cercanas, el cerro Morrón, el color rojo de su tierra arcillosa y espectaculares
atardeceres. Ya sabe, Visite Almedina y Beba... lo que le venga en gana.
Fuentes:
National Geographic, Wikipedia, 20 minutos, ABC y Minube.
No hay comentarios:
Publicar un comentario