miércoles, 29 de julio de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: LA SANTA HERMANDAD


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
27/7/2015
Por Eva Martínez Cabañas



Señoras y señores, este era el sonoro nombre que ostentaba un grupo de armados rurales pagados por los concejos para proteger los caminos. Los concejos eran asambleas de vecinos que se crearon en el Medievo con el objeto de tratar temas locales de importancia, como el aprovechamiento de prados, bosques y montes, ganadería, regadíos o la explotación del molino. La Santa Hermandad fue el primer cuerpo de policía rural de Europa, en el año 1300 se fundó en las ciudades de Toledo y Talavera de la Reina para defender los intereses de los colmeneros, y dos años después Ciudad Real se unió a ellos.

Trabajaban en cuadrillas formadas por capitanes, ballesteros y cuadrilleros, y lucían un uniforme con chaleco que dejaba al descubierto las mangas de su camisa, que era de color verde. De ahí surgió la expresión “A buenas horas, mangas verdes” que utilizamos cuando algo o alguien muy esperado se presenta cuando ya no es necesario.

Tenían jurisdicción para perseguir a los delincuentes que hubieran delinquido en el campo y potestad para juzgarlos y condenarlos a muerte allí mismo. Sin embargo no tenían poder en las ciudades.

En sus inicios infringían castigos severos y favorecían  que la nobleza perdiera parte de su poder, pero con el tiempo relajaron su disciplina, no llegaban a tiempo y los crímenes quedaban impugnes. Su declive se atribuye a que el número de agentes no era suficiente, resultaba una carga económica para los pueblos y con más frecuencia se fue solicitando al ejército regular para instaurar el orden público. Fue el papa Celestino V quien le concedió el título de Santa.

En cuanto a sus sentencias, podían apelarse ante el cabildo de la Hermandad y en segunda instancia ante el Consejo, estando prohibido acudir a los corregidores u otras instancias de la jurisdicción.

Con el paso del tiempo fueron surgiendo hermandades similares en otros lugares, y los Reyes Católicos acabaron refundiéndolas en 1476 con el nombre de Real Hermandad General. La Santa Hermandad de Toledo, Ciudad Real y Talavera pasó entonces a conocerse como la Santa Real Hermandad Vieja.

Pertenecer a la hermandad ciudadrealeña suponía relevancia social, ventajas fiscales y permiso para utilizar armas de fuego. De la misma manera, los Reyes Católicos eximieron a sus cuadrilleros a pagar algunos impuestos, y quedaban excluidos de ciertas prestaciones personales en el concejo y en los sorteos militares.

Posteriormente el rey Fernando IV de Castilla y León les concedió el “Derecho de Asadura”, que consistía en cobrar en carne de cada manada o rebaño de ganado que pastaba en los montes de Toledo o los cruzaba. De la misma forma, el rey Carlos I les concedió autoridad sobre las llamadas Penas de Cámara, que eran delitos por traición o herejía. Los requisitos para poder acceder a la institución eran limpieza de sangre, buena fama personal y familiar o no haber ejercido oficios viles.

La Hermandad de Ciudad Real ha quedado históricamente vinculada a la barbarie de sus sentencias. La pena capital por asaetamiento fue abolida en 1532 por Carlos I, quien tuvo la delicadeza de sustituirla por la horca. También fueron frecuentes las condenas a galeras en las minas, sobre todo en época de Felipe II, y en el siglo XVIII se practicaron el destierro y los azotes. Por suerte la mayoría de sentencias acababan en multa…

Y ojo, hasta 1820 se ajustició por ahorcamiento en la aldea de Peralbillo, y después en la “Torre del Cubo” de Ciudad Real, que se encontraba frente al cementerio, muy cerca de la Puerta de Toledo en la muralla ciudadrealeña.

Hasta el año 1934 la cárcel de la Santa Hermandad de Ciudad Real estuvo ubicada en la calle Ruiz Morote, y el edificio se derribó en la década de los años cincuenta del siglo pasado para construir la actual Delegación de Hacienda. La cárcel tenía enfrente la puerta del Perdón de iglesia de San Pedro, cuyo nombre surgió de la costumbre de solicitar la noche antes de la ejecución de un reo el perdón de su alma y el dinero necesario para su entierro. Una cofradía recaudaba fondos para estos tristes menesteres desde una mesa instalada en la puerta.

En el siglo XIX la institución se convirtió en honorífica. La disolvió la reina Isabel II en el año 1835, y ocho años después se creó el cuerpo de la Guardia Civil.

Y nada más que decir. Aquí termina esta pequeña historia sobre el antiguo orden de nuestra querida ciudad. Como suele ser costumbre, me gustaría cerrar con una cita que creo habría hecho pensar a los antiguos cuadrilleros.

Dice la activista Aung San Suu Kyi: “La verdadera medida de la justicia de un sistema es la cantidad de protección que garantiza a los más débiles”.

Buen día a todos.


Fuentes: Wikipedia, Ciudad-Real.es, Monumental.miciudadreal.net, TodaCultura.com
Foto: Blog.libros.universia.es


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