CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
08/02/2016
Por Eva Martínez Cabañas
En cierta ocasión un monitor de yoga
me regañó por no ir en la misma dirección que los demás. Derecha, izquierda,
¿qué más da? Cuando terminó la clase me sentí fatal por su incomprensión y mi torpeza.
Pero entonces una señora se acercó.
-¿Eres ambidiestra?” –preguntó.
-Sí.
- Ah, como mi hija. ¿Sabes planchar
con las dos manos? -me dijo.
Entonces recordé cómo de niña ponía
pegatinas en las cubiertas de los cuadernos para saber cómo abrirlos. Mis
trucos… Hace poco descubrí que puedo escribir con efecto espejo y dibujar con
las dos manos a la vez. Bueno, fantásticas habilidades que sirven para poco. Como
Albert Einstein o Leonardo da Vinci, me dicen… Lo cierto es que me he dado
cuenta de que no sé nada sobre la ambidextria. Qué vergüenza.
Si empezamos por la definición, podemos
decir que una persona ambidiestra tiene la capacidad de usar con la misma facilidad
ambas manos, o bien realiza algunas tareas con una mano y otras tareas con
otra.
Me puse a leer sobre el tema y lo
primero que encontré es que la mayoría de los pediatras consideran la
ambidextria como la señal de una lateralización mal afirmada. Algunos
neuropsicólogos prefieren definirla como "lateralidad ambigua" o, más
prosaicamente “ambigüedad”. Antiguamente los neurólogos la veían como un
trastorno patológico. Hoy en día es precipitado denominarlo así dado que para
establecer si la ambidextria está vinculada con algún trastorno habría que
realizar estudios con una gran cantidad de población.
Vamos, que no se sabe si somos biológicamente
raros porque somos pocos para estudiarnos. Me dejó el mismo sabor en la boca
que debieron sentir los zurdos hace cien años, cuando la iglesia afirmaba que
la izquierda era demoníaca, y los profesores ataban la mano a sus alumnos
zurdos para que no la utilizaran. ¡Pero leches! Sin embargo, investigando
descubro una lista de ventajas de ser ambidiestros. ¿Trastornada yo? ¡Pues
claro que sí! Pero no por eso.
Luego encontré un curioso artículo. Sostiene
que las personas ambidiestras tienden más al pensamiento mágico. Esta predisposición,
sin embargo, no tiene un origen neuropsicológico, según afirman los
especialistas de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda. El
estudio también afirma que esta diferencia no está provocada por las
diferencias entre el cerebro de ambidiestros y el de zurdos y diestros, sino
que tiene su origen en el comportamiento (en mi caso han acertado con lo del
pensamiento mágico, pero soy poquísima población para reforzar el estudio, ya
saben).
Hay más. La Universidad de Slippery Rock, en Estados Unidos,
ha demostrado que las personas ambidiestras son más propensas a creer en la Teoría de la Evolución de Darwin. ¡No
se rían, aun es tema de debate en Estados Unidos! Allí muchas personas siguen
creyendo en la teoría creacionista bíblica. Yo soy más del Diseño Inteligente y
me pregunto: ¿Será Punset ambidiestro? Lo digo porque su perro se llama Darwin.
La explicación que los investigadores dieron a estos resultados fue que los
individuos ambidiestros tienen una mente más abierta y creativa. El estudio
también demostró que las personas ambidiestras son más ingenuas y más
autorreflexivas.
Me hice un test para ambidiestros en
Internet. Es divertido hacerlo porque te preguntan muchas cosas que nunca te
has planteado. Después continué investigando. Por cierto, hay blogs que cuentan
anécdotas y curiosidades de ambidiestros. Bichos raros…
Algunos especialistas afirman que ser
ambidiestro conlleva graves problemas de aprendizaje, dislexia y confusión
sobre izquierda y derecha. Me parece que llevan razón. Todavía recuerdo cómo me
quedaba en blanco y angustiada ante cosas sencillas cuando era niña. Dichosos
dictados cuando no recuerdas cómo se escribe la letra S. En mi caso me ayudó mucho
aprender a repartir las tareas de manera intuitiva. Unas las realizo con la
mano derecha, y otras con la otra mano derecha…
Me encuentro en la red que esto tiene
su lógica. Por lo visto, se distinguen dos tipos de ambidiestros: los que
utilizan ambos hemisferios indistintamente para todas las tareas (estrictamente
ambidiestros) y los que, sin preferir ningún hemisferio en general,
especializan uno en una tarea en particular (ambidiestros cruzados). Por
cierto, Rafa Nadal asegura utilizar el brazo derecho para casi todas sus tareas
fuera del deporte pero, sin embargo, cuando juega al tenis lo suele hacer con
la mano izquierda.
Dice un estudio que es poco frecuente
ser ambidiestro de nacimiento pero que sin embargo puede aprenderse. Cada lado
del cerebro controla el lado opuesto del cuerpo, y algo que a menudo hacemos
los ambidiestros es pensar primero qué mano escoger para realizar una tarea.
Eso es verdad. Solo un instante para decidir… En cuanto a las características
principales de la ambidextria parece que frecuentemente son la inteligencia y
los trastornos de aprendizaje y conducta. Bueno, si nos dejan elegir, nos
quedamos con la primera característica.
El hemisferio izquierdo de nuestro
cerebro controla la parte derecha del cuerpo y es el más objetivo. En él se
llevan a cabo funciones relacionadas con el lenguaje, razonamiento, lógica o matemáticas.
El pensamiento que surge de este hemisferio recibe el nombre de pensamiento
lineal, y su capacidad principal es la síntesis.
En cuanto al hemisferio derecho,
controla la mitad izquierda del cuerpo y es subjetivo. El tipo de pensamiento
que nace en este hemisferio se denomina pensamiento holístico. Es el hemisferio
del arte, de las emociones, de la música, la memoria visual y la música. Su
capacidad predominante es el análisis.
El hecho de ser ambidextro refleja que
las dos mitades del cerebro no han llegado a estar completamente especializadas,
como lo están en otras personas.
Actualmente se habla mucho de las dos
partes del cerebro. Yo creo que es importante hablar de él en su totalidad, ya
que es un órgano muy plástico y, seguramente, ambas mitades están más
relacionadas entre sí de lo que creemos. En la mayoría de los adultos los
centros del habla están situados en el lado izquierdo, pero un 15% de zurdos y
un 2% de diestros tienen centros del habla en ambas partes del cerebro, y algunos
zurdos desarrollan el habla solo en el hemisferio izquierdo. Y es que no todos
somos iguales… Como curiosidad, podemos afirmar que el cerebro de un niño
pequeño posee, en potencia, la capacidad de tener facultades de lenguaje y habla
en ambos hemisferios. Una lesión en el lado izquierdo en los primeros años de
vida da como resultado el desarrollo de la facultad del lenguaje en el lado
derecho del cerebro.
La lateralidad cerebral es la
especialización del cerebro en un determinado hemisferio. Los que tengan el
hemisferio izquierdo más desarrollado serán diestros, y viceversa. Sobre los
factores que determinan que la mayoría de la población sea diestra los predominantes
podrían ser la genética y la imitación. Se ha descubierto que el gen de la
destreza es el encargado de determinar la lateralidad cerebral del individuo,
aunque dicho gen no está presente en el 20% de la población, por lo que este
grupo tiene la posibilidad de ser diestra, zurda o ambidiestra a voluntad.
En fin, tengo poco más que añadir
porque, en definitiva, el cerebro es un órgano del que conocemos poco y
utilizamos menos (apenas un 10% de su capacidad). Alguna cosa más he aprendido,
lo cual me lleva a pensar que cada uno es como es: un diseño único con ventajas
e inconvenientes propios de su mezcla biológica. Y en mi caso, aunque me
regañen en clase de yoga, tengo que decir que no plancho si puedo evitarlo, aunque
sé hacerlo con las dos manos.
Por cierto, si quieren saber qué parte
de su cerebro utilizan más, averigüen hacia dónde gira la bailarina: YouTube - “Cerebro
Derecho Vs Cerebro Izquierdo (Ilusión Óptica)”. A mí me baila hacia los dos
lados.
Hasta otro día.
Fuentes: Rincón del Logos, Medciencia,
Ambidiestros del Mundo, Tendencias 21 y eHow y Wikipedia.
Foto: Anveger.wordpress.com
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