CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
14/02/2016
Por Eva Martínez Cabañas
¿Recuerdan
la imagen de Iavcho Savov en la que los personajes del cuadro “El Guernica”
luchan por sus vidas en una barca? De escenario el océano, y al fondo un lujoso
transatlántico en el que viajan los más favorecidos. El arte es sin duda una de
las mejores formas de denunciar lo catastrófico, de hacernos conscientes de lo que
no funciona, y de hacernos reflexionar sobre nuestras prioridades y conductas.
Dijo
el escritor y poeta mexicano Alfonso Reyes: El
arte de la expresión no me apareció como un oficio retórico, independiente de
la conducta, sino como un medio para realizar plenamente el sentido humano.
Si
les parece bien, concretemos sobre esto.
Lesbos
es una isla griega situada en el mar Egeo, su capital es Mitilene, y está muy
cerca de Turquía. Además fue la patria de Safo, una poeta de la antigüedad
cuyos versos tenían como temática el amor que profesaba a sus compañeras, y que
dio origen al término lesbianismo. Por cierto, a mi queridísima Gloria Fuertes
no le gustaba la palabra poetisa, y a mí tampoco. Poeta acaba en A, ¿no? Pues
entonces que sean ellos los poetisos.
Sin
embargo en nuestra moderna y compasiva sociedad conocemos la isla de Lesbos por
la llegada de 800.000 migrantes y refugiados que han llegado a Europa por el mar
huyendo de una guerra. Unos llegan vivos, otros llegan muertos, y más de 10.000
niños, niñas y adolescentes menores de edad han caído en manos de mafias o
simplemente han desaparecido. Solo en Italia se han perdido 5.000 menores, y
otros 1.000 han desaparecido de Suecia.
Ante
este panorama el artista y disidente Ai Weiwei, hijo del gran poeta chino Ai
Qing, denuncia a través de su arte la angustiosa situación que viven los refugiados
sirios. Weiwei recuerda el triste fallecimiento del pequeño Alan Kurdi, de solo
tres años de edad, y cuya fotografía tomada en la arena de una playa turca, dio
la vuelta al mundo en 2015. La imagen se convirtió en icono y resumen brutal de
la situación de miles de migrantes… de personas migrantes.
El
activista y la revista India Today se
suman a otros artistas mediante una foto en blanco y negro donde, inerte, Ai simula
ser el pequeño Alan. Esta vez la foto fue tomada en la isla de Lesbos. La
revista nos cuenta que Weiwei vive entre Berlín y Grecia y que, exiliado desde
su niñez, solo se siente chino por su documentación e idioma.
Nos
dice el artista: De alguna manera, todos somos refugiados. No soy un artista chino sino
un artista humano, un defensor de los derechos humanos y eso es una cosa
hermosa para defender y una condición que no podemos permitirnos el lujo de
perder.
Ai
también ha anunciado el cierre de una exposición en Dinamarca, protestando así
por la nueva ley que permite a las autoridades del país confiscar a los
solicitantes de asilo su dinero y sus objetos de valor. Para costear su
estancia y limitar la reagrupación familiar, dicen. Suena ridículo e
intolerable, pero sin embargo es una ley aprobada por el parlamento danés por
81 votos a favor y 27 en contra.
Weiwei
también ha instalado un taller en Lesbos para llamar la atención sobre la
situación de los humanos que llegan a la isla de la poeta Safo… y a Turquía… y
al resto de Europa. Sin nada pero con frío y calados hasta los huesos. Son ancianos,
niños, padres... dejando atrás familia y amigos, sus casas y cosas, su calle,
su escuela, su mundo conocido. Lo dejan absolutamente todo. Todo.
Como
la poeta de Lesbos no puede decir nada al respecto, me remito a las palabras de
uno de los carteles del comité español de la Agencia de la ONU para los Refugiados
que dicen así: Cuando te encuentres con
un refugiado, imagínate cómo se debe sentir. Y en vez de darle la espalda,
ofrécele una sonrisa. Tal vez no parezca gran cosa. Pero para un refugiado
puede serlo todo.
A
pie del cartel yo añadiría: Y agua, alimentos, ropa, mantas, amor, medicinas y
un techo… Aunque tengamos que conseguir el dinero gracias a una ley que cobrara
una tasa por gastos de seguridad, limpieza, ornamentación de la ciudad u
organización de recorridos. ¿A quiénes? A aquellas personas que al hacernos una
visita mueven masas… como por ejemplo el Papa, reyes y príncipes, o estrellas
de la canción. Sé que la propuesta contradice la moda actual de robar a los
pobres para repartirlo entre los ricos, pero qué quieren, yo soy más de Robin
Hood, pues decía nuestro poeta Antonio Machado: Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con
lo inepto, sino voluntad de bien.
Para
terminar busco una imagen de la isla en internet, para verla en mi mente, buscando no sé qué...
Para mi sorpresa me encuentro con que su silueta semeja un ángel de perfil, con
el brazo caído, y a punto de apoyar su frente entre los bordes de su túnica. No
me explico por qué.
En
fin, gracias a todos los disidentes de la sinrazón, suerte a todos los
refugiados humanos, y Sol en nuestros confundidos corazones.
Hasta
otro día.
Fuentes:
Agencia Efe, BBC.com, BBC Mundo, LaVanguardia.com, Wikipedia.
Foto: bbc.com
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