domingo, 26 de mayo de 2013

EL MECANISMO DE ANTICÍTERA


 

Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

27/05/2013

EL MECANISMO DE ANTICÍTERA

por Eva Martínez Cabañas


  


¿Os acordáis de Hipatia de Alejandría, la protagonista de la película Ágora de Alejandro Amenábar? Fue filósofa, maestra neoplatónica, matemática, astrónoma y pagana convencida. Estudió lógica y ciencias exactas y fue educadora; ya que impartió clases a los jóvenes aristócratas de la época que más tarde ocuparían altos cargos institucionales. Hipatia escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios  e inventó el densímetro.

Y el de Hipatia no es un ejemplo aislado. La Grecia clásica está plagada de filósofos y estudiosos que dominaban ciencias como la astronomía; y con instrumentos de medición y observación absolutamente básicos. Y aún así eran precisos hasta dejarnos asombrados.

¿Cómo lo hacían? ¿Acaso nuestra tecnoloca, digo tecnológica civilización es apenas un vestigio de aquellos tiempos de columnas de piedra, bibliotecas de papiros y pergaminos y túnicas hasta los pies? A ver si nos creemos que, por ser más modernos, el razonamiento, los valores sociales, el bien común y la tolerancia son los cuatro pilares dóricos que sostienen la mesa de nuestra convivencia… No sé yo…

El caso es que me gustaría hablar de una máquina muy antigua.

Se conoce como el mecanismo de Anticítera o Antikythera, y su diseño nos permite conocer con precisión la posición del Sol, los movimientos de la Luna y también la de otros cuerpos celestes. También predice eclipses ¡Sí, señor! Y no solo el día y la hora en que se producirían, sino el color que tendrían. Y eran certeros.

Fue descubierto por unos buscadores de esponjas en 1900, entre los restos de un pecio romano cerca de la isla griega de Anticítera, entre Cítera y Creta. Toda una aventura para Indiana Jones.

El artilugio es de bronce y originariamente estaba montado en una caja de madera. Se trata de uno de los primeros mecanismos de engranajes conocido y mide más o menos lo que un libro grande. En su reconstrucción se comprobó que sus metálicas ruedas dentadas eran muy precisas y se trataban de engranajes diferenciales, lo cual nos sorprende porque los primeros casos que conocíamos están datados en el siglo XVI. Basándonos en la inscripción que presenta, se ha establecido su año de construcción entre 150-100 a. C.

El primero en estudiarlo fue Derek Price. Este historiador llegó a la concusión de que era una computadora astronómica capaz de predecir las posiciones del Sol y de la Luna en el zodíaco, aunque estudios posteriores demostraron que el dispositivo es mucho más sofisticado de lo que se creía en principio y que posee enorme conocimiento científico tanto en fabricación como en utilidad.

Michael Wright, especialista en ingeniería mecánica del Museo de Ciencia de Londres, le echó “otro vistazo” empleando técnicas de tomografía lineal. Wright probó que el mecanismo podía reproducir los movimientos del Sol y la Luna con exactitud, siguiendo el modelo epicíclico de Hiparco. Y también de planetas como Mercurio y Venus, empleando un modelo derivado de Apolonio de Pérgamo.

Por cierto, Hiparco fue un astrónomo, geógrafo y matemático griego del siglo II a.C. Llegó a ser director de la Biblioteca de Alejandría. Entre sus aportaciones cabe destacar el primer catálogo de estrellas, la división del día en 24 horas, el descubrimiento de la precesión de los equinoccios, la distinción entre año sidéreo y año trópico, mayor precisión en la medida de la distancia Tierra-Luna, la invención de la trigonometría y los conceptos de longitud y latitud geográficas. Como Hiparco fue el más importante astrónomo de la época, se piensa que podría haber sido él quien diseñara el mecanismo de Anticítera.

Apolonio de Pérgamo fue un geómetra del siglo III a.C. famoso por su obra “Sobre las secciones cónicas”. Fue Apolonio quien denominó elipse, parábola e hipérbola a las figuras que conocemos. También se le atribuye la hipótesis de las órbitas excéntricas para intentar explicar el movimiento aparente de los planetas y de la velocidad variable de la Luna. Sus extensos trabajos sobre geometría tratan de las secciones cónicas, de las curvas planas y de la cuadratura de sus áreas. Recopiló su obra en ocho libros y fue conocido como El Gran Geómetra.

Ambos merecen sobradamente unas líneas y nuestro reconocimiento, ¿no creéis?

Volviendo al mecanismo de Anticítera, se piensa que parte de la maquinaria puede haberse perdido. Estos engranajes ausentes podrían haber mostrado los movimientos de los otros tres planetas conocidos en la época: Marte, Júpiter y Saturno.

Existe una reconstrucción del mecanismo en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Fue fabricado por Robert J. Deroski.

La revista Nature publicó en 2008 que el mecanismo servía para fijar con exactitud la celebración de los Juegos Olímpicos en la antigüedad. El interior del artefacto contiene una inscripción que dice Nemea, uno de los juegos más importantes de la época, y la palabra Olimpia; fijándose la última luna llena más próxima al solsticio de verano cada cuatro años, fecha de inicio de los juegos.[

En 2010 la Universidad de Puget Sound (Tacoma, Estados Unidos) y la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina) aportaron nuevos datos. El mecanismo refleja la anomalía solar y no muestra su posición en el zodíaco, sino más bien algunos datos importantes para los astrónomos, como el comienzo o fin de una retrogradación o la ocultación. Sus contribuciones nos muestran cómo el sistema de epiciclos y deferentes surgió para dar una solución mecánica a la problemática de reflejar con engranajes las regularidades planetarias.

En La República de Marco Tulio Cicerón se mencionan dos máquinas que  predicen los movimientos del Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos en aquel momento. Ambos fueron construidos por Arquímedes. ¡Estamos hablando del siglo III a.C.! Pappus de Alejandría afirmó que Arquímedes escribió un manuscrito –hoy perdido- sobre la construcción de estos dispositivos titulado “Sobre hacer esferas”. El dispositivo de Arquímedes es también mencionado por escritores romanos posteriores.

Es probable que el mecanismo de Anticítera no fuera único. La antigua Grecia poseía una tecnología mecánica compleja, la cual transmitió a los bizantinos y al mundo islámico. Durante la Edad Media se construyeron mecanismos más sencillos. Es posible que esta tecnología medieval fuera transmitida a Europa y contribuyera al desarrollo de los relojes mecánicos.

Señores de la antigüedad… ancestros sabios que nos legasteis lo mejor que teníais: Información y Curiosidad. ¡Perdonadnos! Dejamos tendida vuestra sabiduría y se la llevó el viento… No supimos tasar vuestras joyas y las guardamos en los rincones; descuidando vuestro legado de siglos de conocimiento. Nos cubrió el manto de la noche. Cerramos nuestros ojos y corazones y nos entretuvimos en guerras y falsas devociones… Perdón por las bibliotecas quemadas. Perdón por el olvido y la soberbia. Perdón por derramar el mejor vino que teníamos… Pero sabed que, en lo más profundo de nuestro ser, os tenemos presentes. Porque, aunque nos separe un largo camino de siglos polvorientos, aún conseguís enseñarnos con vuestras máquinas de dientes de bronce inquebrantables. Mecanismos sagrados de planetas y luceros que el gitano Melquiades escondió en Macondo, Merlín el mago en Ávalon, y el mismísimo Poseidón en sus entrañas marinas. Perdón y Gracias… Mil gracias y un millón más. Gracias por tantas respuestas y empeño, maestros.

martes, 21 de mayo de 2013

CIPRESES CONTRA EL FUEGO


CIUDAD REAL DIGITAL

Barricada Cultural

20/05/2013

CIPRESES CONTRA EL FUEGO

por Eva Martínez Cabañas




 

  
En España tenemos un problema que se repite todos los veranos sin piedad ni discriminación: los incendios forestales. Con vuestro permiso, me gustaría contar una pequeña historia: La de 946 cipreses.

El nombre que aparece en su DNI es Cupressus sempervirens L. pero todos lo conocemos como ciprés, que es un nombre corto que huele a resina. Es una especie mediterránea que crece orgullosa hacia el cielo pero con los pies bien plantados en la tierra. Y como sempervirens significa siempre vigoroso, nos muestra su fortaleza y verdor durante todo el año, sin dejarse amedrentar por hielos, sequías o contaminación. Es un verdadero fortachón que puede llegar a alcanzar hasta 30 m. Y su aspecto es alto, estrecho, delgado, firme como una vela…

Generalmente lo plantamos con fines ornamentales, pero también se emplea en ebanistería, talla, como cortavientos, pantalla acústica o en la fabricación de buques, llegándose incluso a afirmar que la antiquísima arca de Noé se construyó con su madera.

Su resina se aplica en heridas de lenta cicatrización y en baños de pies para combatir la transpiración. Sus piñas se usaban antiguamente en ungüentos para precaver el aborto, curar la debilidad del útero y para el vientre; riñones, afecciones del sistema nervioso, varices, trastornos de la menopausia y hemorroides. En vahos, la esencia de ciprés es empleada para tratar la tos, y sus hojas cocidas son utilizadas como tisanas.

Y dicen los antiguos que es un árbol sagrado. Los griegos y los romanos lo relacionaban con las divinidades subterráneas. Por esta razón, En Europa es símbolo de duelo y adorna los cementerios con silenciosa discreción. Además es muy resistente al calor extremo, como la mítica salamandra de la que el sabio inventor Leonardo Da Vinci llegó a afirmar que se alimentaba de fuego.

Hace 20 años, un grupo de investigadores plantaron 946 cipreses en el barranco de la Herbasana de Jérica, entre Castellón y Valencia, con el propósito de estudiar sus reacciones a distintos factores ambientales. Formaban parte de un proyecto de cooperación europea denominado CypFire. En junio del pasado año un horrible incendio acabó con todo lo que tenía vida en el barranco. En total ardieron 20.000 hectáreas de monte, a excepción del grupo de cipreses. Solo se quemaron 12 árboles, y las hojas del resto solo perdieron el 10% de su humedad, conservando intacto su verdor y la vida misma.

El director del Departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia comunicó la noticia a uno de los botánicos más prestigiosos del mundo, Francis Hall, adjuntándole la fotografía del milagro. Desde entonces, lo han visitado ingenieros, forestales, científicos, curiosos, bomberos e incluso un equipo internacional de investigadores procedentes del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentación (INIA).

Las teorías de los expertos son varias. El ciprés produce muy pocas ramas muertas y la capa de mantillo que crea es escasa, mantiene la humedad y en él apenas crecen arbustos. Por eso, el fuego no encontró qué quemar a ras de suelo (a pesar de que el barranco no se había limpiado en una década). De la misma manera, el fuego no se propagó por las copas, ya que su follaje es tan denso que corta el flujo de aire y, sin el oxígeno, las llamas no pueden propagarse. Con esta verde armadura el fuego no tuvo más remedio que inclinar la cabeza y pasar de largo ante este batallón de guardas forestales.

Así que se puede combatir el fuego con árboles, que siempre están ahí y son los más interesados en abatirlo. Las barreras de cipreses pueden ser la solución en sitios de difícil acceso para los medios de extinción, en zonas residenciales o como refuerzo a cortafuegos tradicionales. Los ecologistas advierten que no es aconsejable introducir especies ajenas al hábitat autóctono, ya que alteran el ecosistema y perjudica al resto de plantas. Así mismo, la hojarasca del ciprés acidifica y empobrece el suelo, impidiendo que crezca nada debajo.

A mí me parece que es mejor un monte con árboles “extranjeros” que uno calcinado durante muchos años. Sé poco de ecosistemas, y no defiendo la práctica discriminada de especies foráneas, pero en este caso, el ciprés podría salvar montes, vidas humanas y multitud de animales, que no es poca cosa.

En fin, esperaremos los estudios definitivos de los expertos y daremos por terminada la historia de los 946 cipreses. El tiempo dirá si es buena solución o no. Por cierto, ¿conocéis la canción “El guarda forestal” de los sevillanos Pony Bravo?

Hasta el lunes que viene.

domingo, 12 de mayo de 2013

CRISTALES DE AGUA


Barricada Cultural

 13/05/2013

CRISTALES DE AGUA

por Eva Martínez Cabañas





Vamos a organizar los cajones… Tenemos una antigua teoría llamada Creacionista que dice que todo lo que existe fue creado por Dios. Luego tenemos otra más moderna, la teoría de la Evolución de Darwin, que afirma que todos los seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común y mediante un proceso de selección natural. Y cada cual se queda con la que más le gusta. Pero lo cierto es que ambas están reñidas. Una no cree en el proceso creador de la evolución y la otra no cree en una divinidad creadora.

En los años 80, empieza a fraguar en Estados Unidos una tercera teoría llamada Teoría del Diseño Inteligente. La comunidad científica no acaba de verla con buenos ojos, pero lo cierto es que reconcilia las dos teorías anteriores con eficacia, al menos en mi opinión.

El Diseño Inteligente defiende la existencia de una inteligencia que produce pequeños cambios evolutivos a lo largo del tiempo. Por un lado es evolucionista e implica racionalización. Por otro, añade causas inteligentes necesarias para explicar la compleja información de las estructuras biológicas. Tenemos tres principios básicos en esta nueva teoría: Uno: La vida es la unión de partes interconectadas entre ellas a fin de resultar útiles. Dos: Es imposible que procesos fortuitos puedan desarrollar complejos patrones vitales. Tres: El mundo y el universo están “finamente ajustados” para hacer posible la vida en la Tierra.  

¿Y por qué cuento todo esto? Porque ahora que tenemos los cajones ordenados quiero recomendaros un libro. Su título es Mensajes del agua. La belleza oculta del agua, y su autor es un japonés de 70 años que aúna ciencia y espiritualidad de una manera muy interesante y con un estilo soberbio. Su nombre es Masaru Emoto y se graduó en relaciones internacionales, en la Universidad Municipal de Yokohama (Departamento de Ciencias y Humanidades) y como doctor en medicina alternativa en la universidad abierta internacional de India.  

Comenzó a interesarse por las propiedades sanadoras del agua unos quince años antes de la edición del libro. En esa época trabajó con un investigador californiano que estudiaba las vibraciones de las moléculas del agua utilizando resonancia magnética. Fue entonces cuando el profesor Emoto se hizo una pregunta: “¿Sería posible reflejar las cualidades sanadoras del agua de una manera visible y palpable?”. Y entonces comenzó a fotografiar los cristales hexagonales que forma el agua al congelarse, con ayuda de un microscopio.

Encontró que la cristalización del agua de grandes ciudades es tosca comparada con los preciosos cristales que presenta el agua de los manantiales, por lo que empezó a fotografiar el agua congelada de distintos lugares del mundo (glaciares, lagos, agua de lluvia, fuentes) obteniendo los cristales más hermosos en aguas alejada de urbes humanas.

Pero aún hay más. El doctor Emoto llegó al conseguir transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales. Supeditó las muestras de agua a canciones tradicionales, oraciones religiosas, música clásica o etiquetas donde podían leerse palabras como Amor, Comprensión, Gracias… De la misma forma, el agua que sometió a música estridente o palabras como Me das asco, cambiaron su estructura hacia formas caóticas o irregulares y de escasa belleza.

Emoto nos dice: "El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua, y esta cambia a mejor absolutamente. Si el agua lo hace, nosotros que somos 70-80% agua deberíamos comportarnos igual. Debería usted aplicar mi teoría a su vida para mejorarla".

Este mensaje también lo encontramos en la película documental ¿Y tú que sabes? (What The Bleep Do We Know?, dirigida por William Arntz) que nos habla de física cuántica y de cómo la conciencia puede modificar la realidad material.

En la actualidad, la ciencia no ve ningún mecanismo conocido ni hipotético para que esto suceda, por lo que no corrobora esta teoría. Y, como a los adultos nos cuesta entender estos conceptos, Emoto ha decido poner su esfuerzo en transmitírselos a los niños. “Ellos son el futuro y el futuro está en el agua”. “Mi forma de pensar y mis investigaciones no son cosas nuevas. Todos las llevamos dentro”, nos dice Masaru Emoto.

Un combinado de ciencia, arte, espiritualidad, belleza y conceptos que zarandean la mente nos lleva a reflexionar con este libro. Las palabras nos cambian a nosotros… Por esta razón a partir de ahora practicaré el milenario arte de bendecir la mesa, pondré atención en las palabras que pronuncio y, sobre todo, daré las gracias por el agua buena y saludable que me da la vida. Que así sea.

domingo, 5 de mayo de 2013

INTELIGENCIA NATURAL

Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

06/05/2013

INTELIGENCIA NATURAL

por Eva Martínez Cabañas




Decía Antoine de Saint-Exupéry que lo esencial es invisible a los ojos. Y a menudo es tan literal, tan natural y tan desconocido que me pregunto hasta qué punto somos conscientes de la realidad que nos rodea.  

La micorriza, que es la mitad invisible del bosque como diría Juan Carlos Ortega, es una bella historia de colaboración y eficacia. Se origina debajo de la tierra. En lo profundo. Los hongos del suelo se asocian con las raíces de árboles y otras plantas para mejorar la vida de ambos organismos. La mayoría de las personas ignoran este acuerdo sin firmas ni documentos, así como los maravillosos logros que produce.  

El hongo coloniza las raíces, llegando a ser parte de ellas, y se extiende por el suelo como una alfombra benevolente que absorbe nutrientes y agua. La planta protege así sus raíces de enfermedades, incrementa su resistencia y se ancla mejor al suelo. A cambio de su trabajo, el hongo recibe su sueldo: un aporte de hidratos de carbono como azúcares y almidones que no produce por si mismo al no poder realizar la fotosíntesis. La tierra también se enriquece, ya que segregan ácidos orgánicos bastante potentes que disuelven piedras calizas y liberan calcio y otros minerales útiles en la producción de humus.  

La Universidad de Columbia en Vancouver (Canadá), descubrió que, a través de las micorrizas, el agua y los nutrientes tienden a fluir de los árboles con exceso de comida a los que no tienen suficiente. Los árboles jóvenes con mayor acceso a estas redes crecen más sanos. Encontraron que una red de micorrizas cubría toda la superficie del bosque y que cada árbol se conectaba con varias docenas de otros árboles. ¡Y algunos estaban a más de 30 m. de distancia! Además, las redes de micorrizas pueden conectar plantas de distintas especies. ¡Internet biológico!  

¿Os acordáis de Barbol, el ent de El Señor de los Anillos? ¡Cómo me gusta a mí ese árbol andante que protege a los suyos!  

Las plantas tienen relaciones complejas entre ellas. Esta afirmación nos exige un cambio de mentalidad. Tenemos que aprender a ver y a respetar lo que nos nutre. Y es que, aunque puedan parecer indefensas y pasivas, su capacidad de interactuar y comunicarse es admirable, sobre todo a la hora de defenderse de sus depredadores.  

Wouter van Hoven, zoólogo de la universidad de Pretoria (Sudáfrica) encontró varios antílopes llamados kudus muertos por inanición. Y en una zona acotada donde podían alimentarse perfectamente y lejos de cualquier amenaza. Al examinar los estómagos de los animales, encontró restos de hojas de acacia, su alimento natural. Pero con unos niveles de taninos (una toxina vegetal) demasiados altos. Organizó a sus colaboradores y, en nombre de la ciencia, golpearon durante dos horas las ramas y hojas de una acacia. Tras la paliza, tomaron muestras del árbol y comprobaron que el nivel de taninos había aumentado un 250% Al analizar las hojas de los árboles de alrededor, que no habían sido apaleados, hallaron los mismos niveles de taninos. Van Hoven no sabía cómo, pero los árboles se estaban comunicando.  

Los biólogos norteamericanos Ian Balwin y Jack Schultz dieron con la solución en un estudio con arces. Ante la presencia de herbívoros hambrientos, los árboles emitían etileno, una molécula de comportamiento hormonal que provoca en los árboles de alrededor un aumento del nivel de taninos en sus hojas. ¡Guau!  

Una planta de Sudáfrica, Orphium frutescens, solo libera polen cuando el zumbido del insecto que se acerca entona la nota musical Do. Esta pequeña serenata sabe tocarla la abeja carpintera, consiguiendo así el dorado polen de la planta.  

También sabemos que el maíz, al sufrir un ataque de orugas, emite un gas que atrae a avispas que se alimentan de orugas; y que la col consigue hacer algo parecido cuando es atacada por larvas.  

Y es que las plantas saben defenderse y mejorar la especie. Uno de los venenos más poderosos del planeta, la ricina, se encuentra en un “inofensivo” arbusto, el ricinus communis. Las plantas de tabaco eligen el polen mejor preparado genéticamente, y la  Steudnerifolium caladium finge estar enferma para evitar las larvas de las polillas. ¡Y luego nos creemos listos!   ¿Os acordáis cuando en Master and Commander el capitán del barco imita al insecto palo para defender su barco?  

Hoy pido respeto por la naturaleza en su más amplio sentido, porque nos supera con creces en inteligencia, belleza y adaptación; y porque, a pesar de nuestra ceguera, se permite el lujo de cuidarnos como una madre buena y amorosa. Le debemos la vida, multitud de enseñanzas y acomodo ¿Qué más podemos pedir? Yo ya estoy echando raíces…

miércoles, 1 de mayo de 2013

ALGUNAS HADAS

 
 
 
Ciudad Real Digital
Barricada Cultural
29/04/2013
 
 
 
 
      A veces tengo historias en el corazón que huelen a aguarrás y a petróleo. Y en esas ocasiones no sé muy bien cómo sacarlas fuera sin desfribrilador ni sangres que puedan asustar a quien escucha tras el viejo espejo de azogue.
 
       Y sin embargo, acaba soplando un viento del Este que arrastra las palabras a saber qué lejano destino. Es una suerte de viento, de libertad y de refresco de fresas que me lava por dentro y me devuelve la calma. Y funciona siempre.

      Es por eso que hoy, siempre con vuestro permiso, quiero contar la historia de algunas hadas. Y es que algunas hadas viven lejos del bosque y se maquillan temprano porque trabajan en oficinas donde las macetas sustituyen a las secuoyas y la radio suplanta a bilas y arpas entre papeles y rutinas. Y estas hadas caminan de puntillas entre codazos y malas palabras preguntándose en qué lavandería dejaron su alfombra voladora.

     Algunas hadas recuerdan sueños de otros tiempos y verdes praderas donde corrían sobre potros y unicornios. Y se preguntan qué pasó alrededor. Y lloran secretas lágrimas marinas. Y no saben cómo se multiplicaron los que mienten con mirada de plástico. Y es que algunas hadas tienen televisión. Y cierran la ventana porque no les gusta el cuento. Y se preguntan dónde quedan los valientes caballeros, las sabias hechiceras y los acuerdos adoptados en la redonda mesa de Arturo, el Justo.

       Por suerte, algunas hadas no están solas, y se agrupan para intercambiar sortilegios y risas que les devuelvan la fuerza y el eje gravitacional que las mantiene erguidas. Y se cuidan las unas a las otras respirando secretos de solsticio. Y engullen bolitas de verde esperanza y nutricios momentos que les recuerdan que la vida es un largo camino o un breve suspiro, según los ojos que miren.

      Pero, a pesar de ello, algunas hadas no tienen piernas. Y si las tienen les duelen. Y no saben bien de algunas cosas terrenales porque solo disponen de alas. Alas etéreas y vibrantes que no surcan prados ni montañas, pero aletean ilusionadas coloreando mundos al compás de un abanico.

      Alas con agujeros... pero alas.

      Y esas hadas cojitas, como el camello de Gloria, solo quieren aire limpio y correr por la plaza. Y comer pasteles con los suyos. Y encontrar un hueco por donde colarse tras los conejos sin necesidad de preocuparse por miedos y otros agobios que roban el hálito de los pulmones.

      Por eso, algunas hadas se llevan las manos a la cabeza y se preguntan cuál es la puerta correcta. Y algunos días sacan una rabia negra de petróleo y aguarrás sin saber muy bien de dónde pudo salir, y la dejan gotear a su paso en espera de que el sueño nocturno les devuelva las flores robadas.

       Aún así, a algunas hadas cojas les florecen las orquídeas, se les multiplican los besos y saben prescindir de lo no valioso simplemente porque son hadas. Y tienen la certeza de que lo denso pasará y que, a pesar de no tener piernas de atleta o hermosa cola de sirena, tienen los ojos del color de la luz y las emociones que reflejan. Siempre gratis y para casi todos. Y esas hadas saben que de un laberinto se sale por donde se entró, pero que también se puede salir de él volando. Como las mariposas. Como los pájaros. Como las pelusillas que flotan. Y eso es valioso.

      Y es que tengo muchos deseos que pedir al genio de la botella: Que las hadas vuelen alto, que la primavera restaure lo perdido y que la hiedra quiebre el cemento y los viejos sistemas. Que la alegría regrese, como los que se marcharon. Que los jóvenes olviden futuros posibles y vivan ahora su presente, porque son herederos de Merlín. Que las nuevas ideas germinen en buena tierra para el bien de todos. Y como diría el caballero Amancio: Que mi justicia sea la de los fuertes; que mi fuerza sea la de los justos...

      Y dicho esto, me marcho con el viento. Gracias por escucharme con los ojos.





TURRITOPSIS NUTRICULA


Ciudad Real Digital
Barricada Cultural
22/04/2013


Turritopsis nutricula

             Las medusas son de una belleza conmovedora. Eso lo sabemos todos. Si tenemos ocasión de apreciarlas tras el cristal de un acuario o en un documental, podemos llegar a quedarnos extasiados. Sus formas, movimientos y colores nos llevan a mundos mágicos donde la vida se abre paso de la mano de la imaginación y de un no-puede-ser que nos hace ver que todo cabe en los oscuros fondos marinos. Y es que los océanos son el subconsciente del planeta… El lugar donde cobran vida los cuadros de Dalí, El Bosco o las historias de Dante.
            Algunos dicen que estos animales marinos son terribles porque su picadura es dolorosa y hasta puede causar la muerte. Cierto. Pero ya me gustaría tener ese poder si me atacan de noche en un callejón. También se dice de ellas que son casi todo agua, como si tener huesos fuese lo mejor del mundo. ¡Las medusas vuelan en el mar! Y es que, en mi opinión, estos fantásticos animales están poco reconocidos. Y si no, fijaos en la diosa de las medusas, que nos tiene a todos con la boca abierta.
            Se llama Turritopsis nutricula, un nombre elegante que alguien eligió especialmente para ella en la catalogación científica latina. Es caribeña, pero hoy en día se la puede encontrar en otros océanos de agua templada debido al calentamiento de las aguas, al arrastre de los barcos y a sus ganas de viajar.
            Se alimenta de plancton y es un animalito especialmente pequeño. Mide 4 o 5 milímetros y tiene forma de hongo o campanita transparente. En el centro de su cuerpo se encuentra su estómago, que es de un espectacular rojo vivo y tiene filamentos a modo de puntillas con el fin de “rematar” su aspecto y al enemigo, si es preciso.
            Y ahora viene lo bueno. Este microser es capaz de transdiferenciar sus células y convertirlas en otras células distintas. Es el único animal conocido capaz de revertirse en pólipo después de haber alcanzado su madurez. Y además logra hacerlo una y otra vez, convirtiéndose así en biológicamente inmortal.
             Si se la come un depredador, se muere. Si coge alguna enfermedad, también se muere, pero si no ocurre ninguna de estas dos cosas, la turritopsis nutricula regenera su cuerpo una y otra vez en el cuántico fondo oceánico. De oruga a mariposa y de mariposa a oruga invirtiendo su ciclo de vida. ¿Conocéis a alguien que esté interesado en ser bebé de nuevo? Lo pregunto por si hay una lista donde apuntarse…
            En pruebas de laboratorio, el 100% de las muestras estudiadas han madurado y vuelto a la juventud docenas de veces sin variar sus características y siendo el mismo individuo que antes del cambio biológico. Los científicos no han tenido más remedio que llegar a la conclusión de que esta especie ha sido capaz de burlar a la mismísima muerte… como en los cuentos.
             ¿Y cómo lo logra? Pues con imaginación ¿Y con qué más? Pues no lo sabemos. Así que solo me queda decir lo que cantaba Rey Lui… Dubi Du, quiero ser como tú…