domingo, 26 de mayo de 2013

EL MECANISMO DE ANTICÍTERA


 

Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

27/05/2013

EL MECANISMO DE ANTICÍTERA

por Eva Martínez Cabañas


  


¿Os acordáis de Hipatia de Alejandría, la protagonista de la película Ágora de Alejandro Amenábar? Fue filósofa, maestra neoplatónica, matemática, astrónoma y pagana convencida. Estudió lógica y ciencias exactas y fue educadora; ya que impartió clases a los jóvenes aristócratas de la época que más tarde ocuparían altos cargos institucionales. Hipatia escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios  e inventó el densímetro.

Y el de Hipatia no es un ejemplo aislado. La Grecia clásica está plagada de filósofos y estudiosos que dominaban ciencias como la astronomía; y con instrumentos de medición y observación absolutamente básicos. Y aún así eran precisos hasta dejarnos asombrados.

¿Cómo lo hacían? ¿Acaso nuestra tecnoloca, digo tecnológica civilización es apenas un vestigio de aquellos tiempos de columnas de piedra, bibliotecas de papiros y pergaminos y túnicas hasta los pies? A ver si nos creemos que, por ser más modernos, el razonamiento, los valores sociales, el bien común y la tolerancia son los cuatro pilares dóricos que sostienen la mesa de nuestra convivencia… No sé yo…

El caso es que me gustaría hablar de una máquina muy antigua.

Se conoce como el mecanismo de Anticítera o Antikythera, y su diseño nos permite conocer con precisión la posición del Sol, los movimientos de la Luna y también la de otros cuerpos celestes. También predice eclipses ¡Sí, señor! Y no solo el día y la hora en que se producirían, sino el color que tendrían. Y eran certeros.

Fue descubierto por unos buscadores de esponjas en 1900, entre los restos de un pecio romano cerca de la isla griega de Anticítera, entre Cítera y Creta. Toda una aventura para Indiana Jones.

El artilugio es de bronce y originariamente estaba montado en una caja de madera. Se trata de uno de los primeros mecanismos de engranajes conocido y mide más o menos lo que un libro grande. En su reconstrucción se comprobó que sus metálicas ruedas dentadas eran muy precisas y se trataban de engranajes diferenciales, lo cual nos sorprende porque los primeros casos que conocíamos están datados en el siglo XVI. Basándonos en la inscripción que presenta, se ha establecido su año de construcción entre 150-100 a. C.

El primero en estudiarlo fue Derek Price. Este historiador llegó a la concusión de que era una computadora astronómica capaz de predecir las posiciones del Sol y de la Luna en el zodíaco, aunque estudios posteriores demostraron que el dispositivo es mucho más sofisticado de lo que se creía en principio y que posee enorme conocimiento científico tanto en fabricación como en utilidad.

Michael Wright, especialista en ingeniería mecánica del Museo de Ciencia de Londres, le echó “otro vistazo” empleando técnicas de tomografía lineal. Wright probó que el mecanismo podía reproducir los movimientos del Sol y la Luna con exactitud, siguiendo el modelo epicíclico de Hiparco. Y también de planetas como Mercurio y Venus, empleando un modelo derivado de Apolonio de Pérgamo.

Por cierto, Hiparco fue un astrónomo, geógrafo y matemático griego del siglo II a.C. Llegó a ser director de la Biblioteca de Alejandría. Entre sus aportaciones cabe destacar el primer catálogo de estrellas, la división del día en 24 horas, el descubrimiento de la precesión de los equinoccios, la distinción entre año sidéreo y año trópico, mayor precisión en la medida de la distancia Tierra-Luna, la invención de la trigonometría y los conceptos de longitud y latitud geográficas. Como Hiparco fue el más importante astrónomo de la época, se piensa que podría haber sido él quien diseñara el mecanismo de Anticítera.

Apolonio de Pérgamo fue un geómetra del siglo III a.C. famoso por su obra “Sobre las secciones cónicas”. Fue Apolonio quien denominó elipse, parábola e hipérbola a las figuras que conocemos. También se le atribuye la hipótesis de las órbitas excéntricas para intentar explicar el movimiento aparente de los planetas y de la velocidad variable de la Luna. Sus extensos trabajos sobre geometría tratan de las secciones cónicas, de las curvas planas y de la cuadratura de sus áreas. Recopiló su obra en ocho libros y fue conocido como El Gran Geómetra.

Ambos merecen sobradamente unas líneas y nuestro reconocimiento, ¿no creéis?

Volviendo al mecanismo de Anticítera, se piensa que parte de la maquinaria puede haberse perdido. Estos engranajes ausentes podrían haber mostrado los movimientos de los otros tres planetas conocidos en la época: Marte, Júpiter y Saturno.

Existe una reconstrucción del mecanismo en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Fue fabricado por Robert J. Deroski.

La revista Nature publicó en 2008 que el mecanismo servía para fijar con exactitud la celebración de los Juegos Olímpicos en la antigüedad. El interior del artefacto contiene una inscripción que dice Nemea, uno de los juegos más importantes de la época, y la palabra Olimpia; fijándose la última luna llena más próxima al solsticio de verano cada cuatro años, fecha de inicio de los juegos.[

En 2010 la Universidad de Puget Sound (Tacoma, Estados Unidos) y la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina) aportaron nuevos datos. El mecanismo refleja la anomalía solar y no muestra su posición en el zodíaco, sino más bien algunos datos importantes para los astrónomos, como el comienzo o fin de una retrogradación o la ocultación. Sus contribuciones nos muestran cómo el sistema de epiciclos y deferentes surgió para dar una solución mecánica a la problemática de reflejar con engranajes las regularidades planetarias.

En La República de Marco Tulio Cicerón se mencionan dos máquinas que  predicen los movimientos del Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos en aquel momento. Ambos fueron construidos por Arquímedes. ¡Estamos hablando del siglo III a.C.! Pappus de Alejandría afirmó que Arquímedes escribió un manuscrito –hoy perdido- sobre la construcción de estos dispositivos titulado “Sobre hacer esferas”. El dispositivo de Arquímedes es también mencionado por escritores romanos posteriores.

Es probable que el mecanismo de Anticítera no fuera único. La antigua Grecia poseía una tecnología mecánica compleja, la cual transmitió a los bizantinos y al mundo islámico. Durante la Edad Media se construyeron mecanismos más sencillos. Es posible que esta tecnología medieval fuera transmitida a Europa y contribuyera al desarrollo de los relojes mecánicos.

Señores de la antigüedad… ancestros sabios que nos legasteis lo mejor que teníais: Información y Curiosidad. ¡Perdonadnos! Dejamos tendida vuestra sabiduría y se la llevó el viento… No supimos tasar vuestras joyas y las guardamos en los rincones; descuidando vuestro legado de siglos de conocimiento. Nos cubrió el manto de la noche. Cerramos nuestros ojos y corazones y nos entretuvimos en guerras y falsas devociones… Perdón por las bibliotecas quemadas. Perdón por el olvido y la soberbia. Perdón por derramar el mejor vino que teníamos… Pero sabed que, en lo más profundo de nuestro ser, os tenemos presentes. Porque, aunque nos separe un largo camino de siglos polvorientos, aún conseguís enseñarnos con vuestras máquinas de dientes de bronce inquebrantables. Mecanismos sagrados de planetas y luceros que el gitano Melquiades escondió en Macondo, Merlín el mago en Ávalon, y el mismísimo Poseidón en sus entrañas marinas. Perdón y Gracias… Mil gracias y un millón más. Gracias por tantas respuestas y empeño, maestros.

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