CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
02/03/2015
Por Eva Martínez Cabañas
Chantre o
capiscol era el nombre que se aplicaba dentro de la Iglesia católica al
maestro cantor del coro de las catedrales. El cargo también existía dentro de
algunos monasterios, y era responsabilidad del chantre organizar las
procesiones y conservar los libros en ausencia del bibliotecario. Vestían con
una ropa especial, y portaban una batuta o bastón cantoral durante el
cumplimiento de sus funciones. Hoy en día el cargo está en desuso.
Pues bien, Fernando
Alonso de Coca fue chantre de Coria (Cáceres), capellán de los Reyes Católicos,
confesor de Isabel I de Castilla y canónigo-fabriquero de Sigüenza
(Guadalajara), donde estuvo encargado de todo lo relativo a las obras de la
catedral.
Además
dirigió parte de la construcción de la iglesia de San Pedro en Ciudad Real, por
lo que se ganó una capilla en el templo donde ser enterrado. Como reconocimiento
a su trabajo en Guadalajara, su sepulcro tiene algunas semejanzas con otro muy
conocido: el Doncel de Sigüenza, que está considerado uno de los máximos
exponentes del arte funerario español. Se trata de la figura de un caballero de
la Orden de
Santiago que lee un libro recostado durante un descanso de la campaña de
Granada. Fue allí donde murió este joven militar perteneciente a la baja
nobleza seguntina del siglo XV. Se llamó Martín Vázquez de Arce, fue paje del
primer duque del infantado, tuvo una hija de nombre Ana y falleció a los
veinticinco años de edad en el campo de batalla. El padre de Martín, secretario
de la poderosa familia Mendoza, fue quien mandó construir el monumento a su
hijo. En aquella época las estatuas funerarias representaban a los fallecidos
dormidos y con los ojos cerrados, por lo que la postura, ojos abiertos y el
libro son un enigma que ha afamado al personaje. En la capilla de Coca, además
del chantre también están enterrados sus padres.
El chantre
de Coca tuvo su casa en el lugar donde hoy se encuentra el número diecisiete de
la calle Real, conocida con el nombre de Palacio de Coca. Era de estilo gótico
y fue construida en el siglo XV. Lamentablemente la casa ya no existe, aunque a
finales de la década de los noventa todavía se mantenía en pie. Como la mayoría
de las casas principales de la época, contaba con una cueva y un pasadizo que, a
día de hoy, no sabemos dónde conducía. Solamente nos quedan fotografías de sus
elementos más importantes: un arco ojival, una preciosa ventana labrada en
piedra de sillería, o un escudo.
Este
edificio de importancia histórica no estaba incluido en el catálogo de Bienes
Protegidos.
Dijo la
escritora Concepción Arena en el siglo XIX: “El llanto es a veces el modo de
expresar las cosas que no pueden decirse con palabras”.
Fuentes:
Ciudad-Real.es, ciudadreal.wordpress.com, Real Asociación Española de Cronistas
Oficiales, Ciudad Real Monumental, Parroquia San Pedro.com, Rocío Rodríguez
Rodríguez., ABC Viajar, RTVE.es.
Foto: Petalusma.wordpress.com
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