lunes, 27 de abril de 2015

EL OSO DE AGUA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
20/04/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Tengo la inmensa fortuna de tener una sobrina con un corazón de oro y nombre del color del cielo que es capaz de encontrar belleza en las criaturas más anodinas del planeta. Ama a los animales como a iguales, admira sus capacidades, aprende de ellos y hasta se ríe a carcajadas con sus costumbres y movimientos. Otros tildarían a algunos animalillos de espantosos o nocivos, pero ella es capaz de ver su magnificencia y hacerles un hueco en su vida.

Recuerdo cómo a sus pocos años, y sabiendo de mi antipatía por los saltamontes, me llamó por teléfono para contarme que había atrapado uno de estos insectos en un tarro. Me lo describió como un ser feliz sobre una hoja de lechuga, con ojos inmensos y preciosos colores verdes y morados. Mi imaginación no tuvo otra que idear una especie de amigo de la abeja Maya…

Hace tan solo unos días me mostró sus preciosas creaciones Hama (que son unos abalorios de colores que se quedan juntos y rígidos con el calor de una plancha) y una foto en internet de un ser con el que no pude menos que sorprenderme. Es el más resistente del mundo –me dijo.

Hoy me gustaría aprender un poquito más sobre este animalillo, así que lo busco en internet con corazón curioso, que ya dijo la escritora Dorothy Parker que “el aburrimiento se cura con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada”.

Pues bien, esta microscópica criatura tiene aspecto de bolsa de la aspiradora, su piel es del color del cartón de los huevos, es como una patata, un extraterrestre succionador de otra galaxia, un globo con forma de personaje infantil, una gominola sabor café con leche, un personaje de cómic sin ojos. En fin…

El oso del agua es un invertebrado denominado tardígrado. Esta palabra significa que se mueve despacio, como los osos terrestres.

Lo más sorprendente de este pequeñísima criatura es que es capaz de sobrevivir a presiones por encima de las 6.000 atmósferas, teniendo en cuenta que la presión atmosférica en la superficie terrestre es de 1 atm. y de 6.000 atm. en la fosa oceánica de las islas Marianas, que es el punto más profundo de la Tierra y está situado a unos 11.000 m. de profundidad.

Puede vivir sin agua durante años, sobrevive a temperaturas por encima de los 100ºC y por debajo de los -20ºC, y también en un frasco de alcohol del laboratorio. Pero sobre todo es asombrosa su capacidad de entrar en criptobiosis, un proceso de deshidratación que reduce el agua de su cuerpo, un 85% aproximadamente, hasta el 3%. Esto lo consigue sustituyendo el preciado líquido por un azúcar llamado trehalosa (que impide la destrucción de las estructuras celulares), y por glicerina (cuya misión es dar elasticidad a sus deshidratados tejidos y protegerlo del exterior). ¡Sin duda es el ser más resistente del planeta!

Pues aún hay más… En 2007 la sonda ruso-europea Foton-M3 incorporó tardígrados deshidratados que fueron expuestos al vacío y a la radiación ultravioleta solar. A la radiación solo sobrevivieron tres, pero entre los expuestos al vacío sobrevivió el 70%, y muchos después se reprodujeron.

El osito de agua es terrestre y vive en el agua que cubre musgos, líquenes y helechos, pero también puede hallarse en océanos y en aguas dulces. Los adultos más grandes, que suelen ser hembras, pueden llegar a verse sin necesidad de microscopio cuando alcanzan una medida de 0,5 mm. Eso, sí… hay que tener buena vista.

Se alimenta succionando células de vegetales o animales por medio de una boca formada por tres anillos de cutícula que es succionadora (les dije que era como una aspiradora) y sus platos preferidos son algas, bacterias y algunos invertebrados microscópicos.

Otra de sus llamativas características es que su cuerpo se compone de un número constante de células que no se dividen para multiplicarse. Simplemente crecen.

Muchas especies tienen ojos formados por una célula transparente en cuyo fondo se acumulan los pigmentos ópticos, mientras que en otras esta célula tiene forma de lente.

Pone huevos para reproducirse, mudan su cutícula y, cuando se hacen mayores se asemejan a los humanos, ya que engordan, se vuelven menos activos, desarrollan manchas en la cutícula y les crecen pelos donde antes no los tenían.

Los primeros en observarlos fueron dos pastores protestantes del siglo XVIII,  aficionados a la zoología. El investigador alemán lo halló el primero, pero como no publicó su descubrimiento se le atribuyó al segundo, que era polaco. El nombre de tardígrado se lo puso cuatro años más tarde un biólogo italiano.

En 1990, el médico y biólogo alemán Jachi Vettel expuso la teoría de que los tardígrados no son originarios de nuestro planeta, sino que proceden de Marte y llegaron a aquí a bordo de un meteorito hace millones de años (durante el periodo geológico llamado Cámbrico de la era Primaria). La teoría parte del hecho de que es bastante improbable que la adaptación de los tardígrados para sobrevivir en el espacio surgiera en un planeta como la Tierra, que tiene agua en estado líquido y una atmósfera respirable. Pero, ojo, los tardígrados no son alienígenas. Su ADN tiene las mismas proteínas que los demás seres vivos de la Tierra.

Entre otras, encuentro una bonita página donde Allie y Pamela González nos enseñan “Cómo encontrar y tener como mascota a un tardígrado (oso de agua)”. “Serán microscópicos, pero geniales” –nos dicen.

Es fácil observar osos de agua aun con un microscopio muy básico. Lo primero que tenemos que hacer es conseguir un buen trozo de musgo que no esté mojado, y mejor si está en un tejado, muro o roca, ya que los tardígrados necesitan calcio para construir sus estiletes bucales. El musgo mojado puede tener bacterias y hongos que pueden ser incompatibles con nuestros ositos de agua, así que lo segundo que haremos será limpiarlo y ponerlo al Sol. Para ello utilizaremos un recipiente de cristal tipo placa de laboratorio. Después lo empaparemos con agua unos milímetros durante toda la noche, o por lo menos seis horas. Al día siguiente ya podemos retirar el musgo y buscar nuestros amiguitos con ayuda del microscopio.

Y así termina nuestra microinvestigación microcientífica. De lo que no nos queda duda es que hoy hemos aprendido dos cosas importantes. La primera es que siempre hay una nueva ocasión para sorprenderse, y la segunda es que el que no tiene una mascota es porque no quiere…

Un saludo.



Fuentes: Wikipedia, Medioambiente.org, WikiHow, Cienciaes.com
Foto: daypagenia.blogspot.com

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