CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
20/04/2015
Por Eva Martínez Cabañas
Tengo la inmensa fortuna de
tener una sobrina con un corazón de oro y nombre del color del cielo que es
capaz de encontrar belleza en las criaturas más anodinas del planeta. Ama a los
animales como a iguales, admira sus capacidades, aprende de ellos y hasta se
ríe a carcajadas con sus costumbres y movimientos. Otros tildarían a algunos animalillos
de espantosos o nocivos, pero ella es capaz de ver su magnificencia y hacerles
un hueco en su vida.
Recuerdo cómo a sus pocos años,
y sabiendo de mi antipatía por los saltamontes, me llamó por teléfono para contarme
que había atrapado uno de estos insectos en un tarro. Me lo describió como un ser
feliz sobre una hoja de lechuga, con ojos inmensos y preciosos colores verdes y
morados. Mi imaginación no tuvo otra que idear una especie de amigo de la abeja
Maya…
Hace tan solo unos días me mostró
sus preciosas creaciones Hama (que son unos abalorios de colores que se quedan
juntos y rígidos con el calor de una plancha) y una foto en internet de un ser con
el que no pude menos que sorprenderme. Es el más resistente del mundo –me dijo.
Hoy me gustaría aprender un
poquito más sobre este animalillo, así que lo busco en internet con corazón
curioso, que ya dijo la escritora Dorothy Parker que “el aburrimiento se cura
con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada”.
Pues bien, esta microscópica
criatura tiene aspecto de bolsa de la aspiradora, su piel es del color del cartón
de los huevos, es como una patata, un extraterrestre succionador de otra
galaxia, un globo con forma de personaje infantil, una gominola sabor café con
leche, un personaje de cómic sin ojos. En fin…
El oso del agua es un
invertebrado denominado tardígrado. Esta palabra significa que se mueve despacio,
como los osos terrestres.
Lo más sorprendente de este
pequeñísima criatura es que es capaz de sobrevivir a presiones por encima de
las 6.000 atmósferas, teniendo en cuenta que la presión atmosférica en la
superficie terrestre es de 1 atm. y de 6.000 atm. en la fosa oceánica de las
islas Marianas, que es el punto más profundo de la Tierra y está situado a unos
11.000 m. de profundidad.
Puede vivir sin agua durante
años, sobrevive a temperaturas por encima de
los 100ºC y por debajo de los -20ºC, y también en un frasco de alcohol del
laboratorio. Pero sobre todo es asombrosa su capacidad de entrar
en criptobiosis, un proceso de deshidratación que
reduce el agua de su cuerpo, un 85% aproximadamente, hasta el 3%. Esto lo
consigue sustituyendo el preciado líquido por un azúcar llamado trehalosa (que
impide la destrucción de las estructuras celulares), y por glicerina (cuya
misión es dar elasticidad a sus deshidratados tejidos y protegerlo del exterior).
¡Sin
duda es el ser más resistente del planeta!
Pues aún hay más… En 2007 la
sonda ruso-europea Foton-M3 incorporó tardígrados deshidratados que fueron
expuestos al vacío y a la radiación ultravioleta solar. A la radiación solo
sobrevivieron tres, pero entre los expuestos al vacío sobrevivió el 70%, y
muchos después se reprodujeron.
El osito de agua es terrestre
y vive en el agua que cubre musgos, líquenes y helechos, pero también puede
hallarse en océanos y en aguas dulces. Los adultos más grandes, que suelen ser
hembras, pueden llegar a verse sin necesidad de microscopio cuando alcanzan una
medida de 0,5 mm. Eso, sí… hay que tener buena vista.
Se alimenta succionando
células de vegetales o animales por medio de una boca formada por tres anillos
de cutícula que es succionadora (les dije que era como una aspiradora) y sus
platos preferidos son algas, bacterias y algunos invertebrados microscópicos.
Otra de sus llamativas características
es que su cuerpo se compone de un número constante de células que no se dividen
para multiplicarse. Simplemente crecen.
Muchas especies tienen ojos
formados por una célula transparente en cuyo fondo se acumulan los pigmentos
ópticos, mientras que en otras esta célula tiene forma de lente.
Pone huevos para
reproducirse, mudan su cutícula y, cuando se hacen mayores se asemejan a los
humanos, ya que engordan, se vuelven menos activos, desarrollan manchas en la
cutícula y les crecen pelos donde antes no los tenían.
Los primeros en observarlos
fueron dos pastores protestantes del siglo XVIII, aficionados a la zoología. El investigador
alemán lo halló el primero, pero como no publicó su descubrimiento se le
atribuyó al segundo, que era polaco. El nombre de tardígrado se lo puso cuatro
años más tarde un biólogo italiano.
En 1990, el médico y biólogo
alemán Jachi Vettel expuso la teoría de que los tardígrados no son originarios
de nuestro planeta, sino que proceden de Marte y llegaron a aquí a bordo de un
meteorito hace millones de años (durante el periodo geológico llamado Cámbrico
de la era Primaria). La teoría parte del hecho de que es bastante improbable
que la adaptación de los tardígrados para sobrevivir en el espacio surgiera en
un planeta como la Tierra, que tiene agua en estado líquido y una atmósfera
respirable. Pero, ojo, los tardígrados no son alienígenas. Su ADN tiene las
mismas proteínas que los demás seres vivos de la Tierra.
Entre otras, encuentro una
bonita página donde Allie y Pamela González nos enseñan “Cómo encontrar y tener
como mascota a un tardígrado (oso de agua)”. “Serán microscópicos, pero
geniales” –nos dicen.
Es fácil observar osos de
agua aun con un microscopio muy básico. Lo primero que tenemos que hacer es
conseguir un buen trozo de musgo que no esté mojado, y mejor si está en un
tejado, muro o roca, ya que los tardígrados necesitan calcio para construir sus
estiletes bucales. El musgo mojado puede tener bacterias y hongos que pueden
ser incompatibles con nuestros ositos de agua, así que lo segundo que haremos
será limpiarlo y ponerlo al Sol. Para ello utilizaremos un recipiente de
cristal tipo placa de laboratorio. Después lo empaparemos con agua unos
milímetros durante toda la noche, o por lo menos seis horas. Al día siguiente
ya podemos retirar el musgo y buscar nuestros amiguitos con ayuda del
microscopio.
Y así termina nuestra
microinvestigación microcientífica. De lo que no nos queda duda es que hoy
hemos aprendido dos cosas importantes. La primera es que siempre hay una nueva
ocasión para sorprenderse, y la segunda es que el que no tiene una mascota es
porque no quiere…
Un saludo.
Fuentes: Wikipedia, Medioambiente.org,
WikiHow, Cienciaes.com
Foto: daypagenia.blogspot.com
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