miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL MÁGICO TRISKEL


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
26/08/2013
El mágico Triskel
por Eva Martínez Cabañas



EL MÁGICO TRISKEL


Hay símbolos que se repiten en todas partes. Los vemos dibujados en multitud de láminas, en escaparates, en forma de joya, en tatuajes… pero lo cierto es que no conocemos su historia y su significado. A mí me pasó con el triskel. Por si hay algún otro despistado o despistada por ahí, os cuento la historia…

Pues resulta ser (como diría mi madre) que el triskel es un antiguo símbolo mágico celta. Es un emblema geométrico formado por una hélice de tres brazos curvos dentro de un círculo. También se conoce como trinacria celta, trisquel, trikele, triscel o triskellion (tres tristes tigres comían trigo…)

Su origen es indoeuropeo y se documenta por primera vez en pinturas neolíticas. Y, al ser tan antiguo, también podemos encontrarlo en el escudo de la Isla de Man, situada entre Irlanda y Gran Bretaña y, con una cara central de Medusa, en el escudo de la isla de Sicilia, en Italia.

En sus orígenes, fue la representación del Sol en movimiento, la rueda solar, con propiedades de luz y calor para curar enfermedades y disponer de abundancia.

Pero también representa el poder y la fuerza del número 3. Es el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu; la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Todo está en movimiento, como la hélice que asemeja. También representa la triple manifestación del Dios único: Fuerza, Sabiduría y Amor, y las tres clases de la sociedad céltica: guerreros, druidas y artesanos. Así mismo es símbolo de los tres mundos conocidos: Mundo Absoluto, Mundo Espiritual y Mundo Humano o de la Prueba. También nos habla de las tres fases solares: alba, mediodía y puesta de Sol; es la triple manifestación humana: cuerpo, emoción y espíritu; o las tres fases de la edad: infancia, madurez, y vejez. En cuanto al tiempo, representa el pasado, presente y futuro.

San Patricio desplegó el concepto de santísima trinidad cristiana sobre este símbolo. Acabó convirtiéndose en un símbolo universal, ya que también podemos hallarlo en el árbol sefirótico de la cábala hebrea, en la kundalini indú o en la cultura guerrera china.

Al principio, solo los druidas podían llevar esta insignia sagrada. Los magos celtas lo utilizaban para curar heridas y fiebres. Meditaban mirando el triskel y lo reproducían en los claros del bosque, grabándolo en la piedra a modo de petroglifos o grabándolo en las cortezas de los árboles. Se consideraba un poderoso símbolo de transformación, por lo que solo los autorizados y portadores del orden y el poder divino podían llevarlo. Los druidas consideraban que se trataba de una herramienta mágica: la puerta de acceso al estado divino. Para los celtas ser portador de un triskel significaba tener las cualidades necesarias para ser honrado con la magia de las tres esencias de la divinidad. Por lo tanto, el triskel era un poderoso talismán protector, ya que aportaba paz de espíritu y estado de ánimo a aquellos que lo invocaban.

Con el paso del tiempo se grabó en las puertas de las casas y en los establos a modo de protección. En los negocios también se ponía un triskel para que el dinero entrara (tal y como se hace en la actualidad con la figura de San Pancracio y el perejil). Lo encontramos especialmente en hornos, tahonas y panaderías, ya que al ser un símbolo solar también representa el calor y el fuego.

En España, estos vestigios se encuentran fácilmente en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Y también se han encontrado triskeles romanos, que fueron los que echaron a los celtas (a excepción de un poblado galo llamado Celtiberia, Aldea Irreductible o El pueblo de los locos… para más información pregunten por los guías turísticos Astérix u Obélix…) Estos símbolos prerromanos se han encontrado en la septentrional Vizcaya y en la meridional Granada (septentrional significa Norte y meridional Sur, que luego decís que no me explico bien). Hoy en día el triskel ha pasado a ser el símbolo universal de la cultura celta.

Bueno, con todo esto, yo creo que deberíamos sustituir el recuerdo de cerámica que lucimos en casa por uno de estos símbolos protectores. Total, el botijillo ya sabemos que no nos va a refrescar ni a traer abundancia. Pero ¡ojo! no olvidéis que primero debemos ser merecedores de ello… Tampoco el Santo Grial o la magia de la espada Excálibur estaba al alcance de cualquiera… Por ello yo invoco al más poderoso de antaño: ¡Oh, sabio Merlín, si en verdad soy merecedora, trae a mi vida un bello triskel…!


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