CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
16/09/2013
Orgonita roja y la antena feroz
por Eva Martínez Cabañas
ORGONITA ROJA Y LA ANTENA FEROZ
Si queremos hablar de orgonitas y orgón tenemos que hacerlo despacito, con buena letra, empezando por el principio y con la mente de par en par…
Pues bien, el doctor Wilhem Reich fue inventor, postulador de la teoría del orgón, médico, psiquiatra, psicoanalista y discípulo del mismísimo Freud. Nació en Dobrzanica, Imperio austrohúngaro, en 1897 y falleció en Pensilvania, Estados Unidos. Y mientras que algunos lo consideran uno de los pensadores más lúcidos y revolucionarios del siglo XX, otros aseguran que sus teorías son delirantes. Fue expulsado de los círculos comunistas y de la escuela psicoanalítica por radical. También fue perseguido en Alemania por los nazis debido a su libro Psicología de masas del fascismo. Fue expulsado de Dinamarca y Noruega por presiones del gobierno nazi y fue juzgado en Estados Unidos durante la famosa Caza de Brujas del senador McCarthy, donde le diagnosticaron esquizofrenia progresiva. Sus manuscritos fueron quemados en el incinerador Gansevoort de Nueva York en 1956. Un año después, Reich falleció en la cárcel de un ataque al corazón, justo la víspera de la apelación de su sentencia.
El doctor Reich detectó y midió la existencia de la energía etérea. Esa que a lo largo de la historia sabios más antiguos han denominado éter, energía vital, prana, kundalini o chi. Él la llamó orgón. Y la definió como una energía cósmica primordial, libre de masa y que fluye a través de cada organismo como fuerza vital de energía. También afirmó que esta energía etérea podía atraerse y acumularse, e incluso desarrolló un método para transformarla. Así determinó tres tipos de orgón: el orgón negativo, que es energía estancada, orgón neutral y orgón positivo, aquel que es estable, saludable y está en equilibrio energético. De esta forma, limpiando el medio conseguía beneficios en la salud física, emocional y energética de las personas.
El matrimonio norteamericano formado por Don y Carol Croft perfeccionaron el invento de Reich. Para ello mezclaron fibra de vidrio con metal, añadieron cuarzo y lo recubrieron todo con resina orgánica. Consiguieron así que el cuarzo sufriera un cambio eléctrico y sus puntas se polarizasen debido a la presión a la que lo somete la resina. Junto al metal actúa como un filtro para todo tipo de radiaciones, operando como un elemento electromodulador y estabilizador de corrientes electromagnéticas. Este sencillo aparato se conoce como orgonita.
La teoría del orgón está basada en los efectos de la Reactancia e Inducción Magnética entre los Campos Eléctricos. Mediante un espectrómetro se pueden medir campos electromagnéticos y comprobar las diferencias en un espectro concreto antes y después de colocar una orgonita.
¿Y para qué sirve esto? Pues para protegernos de las redes electromagnéticas a las que estamos expuestos continuamente. Nuestra televisión, ordenador, vídeo, móvil, microondas, frigorífico, lavadora, lavavajillas, red wi-fi, etc. producen radiaciones de orgón negativo, por lo que es interesante tener una orgonita en casa que atrape estas frecuencias y las transforme.
Actualmente se conocen cuatro tipos diferentes de orgonita:
La orgonita táctica es la que solemos regalar o tener en casa para transformar el orgón negativo en positivo. Dicen los partidarios de este invento que regalar orgonitas es invertir en nuestra salud y en la del planeta.
La orgonita de protección personal es una variación de la orgonita táctica. Se le suele añadir combinaciones de minerales como la pirita, malaquita, turmalina, etc, así como espirales de cobre, cuarzos más llamativos y combinaciones de metales y colores para que funcionen con más potencia y sean decorativas. También las encontramos más pequeñas, y pueden llevarse como colgante o llavero para protegernos a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Luego tenemos la orgonita tumbatorres. Transforma las emisiones producidas por las antenas HAARP o GWEN, las cuales emiten una radiación que afecta especialmente a nuestro cerebro y sistema nervioso provocando insomnio, ansiedad, apatía y depresión entre otros síntomas.
La orgonita Rompenubes es la más reciente. Está diseñada para regenerar la atmósfera alta y su campo de acción puede llegar hasta los 90 km. a la redonda. Fue creada por Don Croft, y sus efectos positivos son mayores si hay más orgonita básica en los alrededores, ya que se produce una sinergia entre los dos tipos. Está formada por un bloque de orgonita de entre 7 o 10 litros y seis tubos de cobre de 1’80 metros de altura que se fijan en su interior. Cada uno de estos lleva una gran pieza de cuarzo de doble punta. También son eficaces contra radiaciones de grandes antenas y efectos producidos por chemtrails.
Entre los beneficios de las orgonitas encontramos que funcionan las veinticuatro horas del día, mejoran considerablemente el medio donde vivimos, hacen crecer las plantan, nos protegen de radiaciones nocivas producidas por nuestros aparatos electrodomésticos, mejoran la calidad del sueño y nos guardan de radiaciones poco saludables para nuestro cuerpo. Las orgonitas no dependen de otras fuentes de energía y su duración es ilimitada, ya que no necesitan ser recargadas. Tienen un amplio espectro de actuación y trabajan sobre radiaciones electromagnéticas de distinta longitud de onda.
Existen muchos partidarios de estos aparatos que los están fabricando y colocando en sus casas, huertos, pueblos y otros espacios donde todos puedan beneficiarse de sus beneficios, o bien las regalan a familiares y amigos para proteger sus hogares. Pero también hay muchos reaccionarios que dudan que estas piezas de construcción casera puedan producir algún tipo de provecho, ya que la ciencia no ha podido demostrar que exista la energía universal y vital que se supone que es el orgón. Si la energía no existe, se supone que el transformador de poco nos sirve…
Lo cierto es que hoy en día la ciencia es exigente en lo referente a criterios y comprobaciones empíricas... como debe ser. Pero también es cierto que desconoce todavía muchas cosas y que otras que nos ofrece en muchos aspectos no son nada saludables para nosotros.
Wilhem Reich ha sido tildado de loco y de no poder demostrar sus teorías. Pero cuidado… los locos siempre van por delante. A muchos de ellos el tiempo les ha dado la razón. Albert Einstein tampoco pudo demostrar sus teorías sobre la relatividad porque no era matemático. Esto lo hicieron otras personas durante las décadas siguientes. Por cierto, Einstein no empezó a hablar hasta los tres años de edad y evitaba relacionarse con otros niños a excepción de su hermana, por lo que todos pensaban que tenía algún tipo de discapacidad…
A lo mejor dentro de unos años la ciencia puede demostrar que Wilhem Reich estaba loco; o que realmente fue un visionario y sentó las bases de un invento sencillo y beneficioso… o las dos cosas a la vez, que también es posible. En el siglo XV una calculadora de bolsillo hubiese sido considerada un elemento mágico y diabólico, no tecnológico. Pero vivimos en una época en la que todavía hay quienes dudan que el hombre haya pisado la Luna; o que macrobiótica, reiki, acupuntura, flores de Back y otros maravillosos remedios, poco científicos, sean de alguna utilidad.
Las orgonitas las hemos visto muchas veces. Sobre todo en mercadillos temáticos, puestos hippies, tiendas de artículos exotéricos o en cibertiendas. Algunos los consideran pisapapeles llamativos cuya finalidad es sacar dinero a los ingenuos; o simplemente entienden que se trata de un cuento más…
Otros, sin embargo, las regalan e incluso invierten su dinero en materiales para su construcción, pensando así en el beneficio común. Sea como sea, este invento está rodeado de buenas intenciones y el deseo de cambiar el mundo. Se trata de ayudarnos a nosotros mismos y a otras personas. En Internet existen numerosas páginas y vídeos que explican cómo fabricarlas uno mismo en casa.
El psicólogo y escritor alemán Thorwald Dethlefsen (1946-2010) dijo: “No se puede comprobar lo que en realidad existe, su existencia es la prueba”.
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