CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
30/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas
“Si yo pinto a mi perro
exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte”.
Esta afirmación es del poeta Goethe, del siglo XVIII, quien supo definir de
manera sencilla que la buena pintura encierra en sí misma un trozo de alma. Para
mí, ese es el secreto...
Hoy para comer recomiendo la
microbiografía de uno de nuestros principales artistas, de la tierra, servida
con cariño y en bandeja de plata para alimentar nuestra barricada cultural.
Este pintor tenía un nombre
largo. Se llamó Ángel María Isidro Andrade Blázquez, y nació en la
ciudadrealeña calle de la
Azucena , en el año 1886. Su familia era modesta. Su madre se
llamaba Mª del Carmen, su padre José María, y tuvo tres hermanos de nombre
José, Eduardo y Pablo.
Siendo niño copiaba las figuras
que encontraba en las revistas de la época y fue un tío suyo, que era maestro
en Malagón, quien aconsejó a su madre que le proporcionara estudios para
perfeccionar su habilidad.
El muchacho estudió en Madrid, en los Talleres de Arte Decorativo de
Busato y Bonard, con el profesor y pintor paisajista de origen belga Carlos de
Haes. Más tarde en la Escuela
de Arte e Industria, y los finalizó en la Escuela Superior de Pintura,
Escultura y Grabado de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, becado por la Diputación Provincial
de Ciudad Real.
Encuentro estas palabras en una biografía publicada en internet: “Su
obra ha sido olvidada por la crítica y permanece casi en su totalidad en
colecciones privadas, en el Museo Provincial y en la Diputación de Ciudad
Real”. Mmm... me chirría el corazón y se me encogen los dientes... Siempre
pensando en la fama.
La primera persona que catalogó su obra fue el escultor Jerónimo
López-Salazar Martínez, quien nos dejó un busto del pintor y un monumento figurativo
a la Primavera
entre los rosales del Parque de Gasset.
En su primera etapa Andrade como artista fue bastante ecléctico, como
suele ocurrirle a todo principiante. Más tarde su pintura fue cobrando fuerza
hasta tomar cierto estilo postimpresionista. En sus últimos años reduce el
formato de sus creaciones y pinta en pequeñas tablillas.
Un año antes de morir ve cómo se va desarrollando su insistente deseo de
crear un museo en Ciudad Real donde perdurara su trabajo.
El pintor falleció en 1932,
a los 66 años de edad en su casa de la plaza de la Merced. Fue su hermano
Pablo quien, cedió a la Diputación Provincial de Ciudad Real más de 400
de los cuadros heredados de su hermano. Según el asesoramiento de los artistas
Mendía y López-Salazar, los cuadros fueron valorados en más de 150.000 pesetas
(901’52 €, queridos jóvenes), pidiendo a cambio la concesión de una renta
vitalicia de 6.000 pesetas anuales (36’06 €), y de la mitad en el caso de que
su esposa le sobreviviera.
Para disfrutar de la obra de Andrade podemos hacerlo en los patios y
galerías del Palacio de la
Diputación y en el Museo Provincial.
Un dato curioso... Andrade fue quien animó al pintor de Tomelloso
Antonio López Torres a realizar la carrera de Bellas Artes. Excelente, señor
Andrade.
Fuentes: Ciudad-Real.es, edu.jccl.es, Wikipedia. Folleto de Marisa
Giménez Belmar: Exposición Ángel Andrade: la aventura del paisaje,
Biblioteca2.uclm.es.
Foto: Andradedigital.wordpress.com
Foto: Andradedigital.wordpress.com
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