miércoles, 30 de septiembre de 2015

SUMANDO CON LOS DEDOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
07/09/1015
Por Eva Martínez Cabañas





Los neurocientíficos, psicólogos y pedagogos nos dicen que discalculia es el nombre que recibe un trastorno que afecta a entre un 3-7% de la población, y que suele padecer aquellas personas que utilizan los dedos para resolver una sencilla suma o resta.

Cuando nos enfrentamos a un cálculo se inicia un proceso al activarse unos circuitos neuronales en el giro temporal inferior de nuestro cerebro. También se ponen en marcha las neuronas de los lóbulos frontal y parietal.

La discalculia es el déficit que presentan los niños que tienen dificultades en el aprendizaje de las matemáticas, es la equivalente a la dislexia en el lenguaje, y casi nunca se diagnostica ni se trata adecuadamente.

Sus causas pueden ser problemas de percepción visual o de orientación. Los discalcúlicos poseen un coeficiente intelectual normal, pero sin embargo tienen problemas con las matemáticas, las direcciones o las señas.

Los síntomas que se producen son causas genéticas o biológicas, factores ambientales, de tipo perceptivo-visual, dificultades amnésicas, orientación espacial, esquema corporal, figura y longitud, o de distancia y tamaño.

Sus síntomas más característicos son: deficiencias relacionadas con la comprensión de términos matemáticos, en reconocer y entender símbolos, ordenar números, falta de destreza matemática en operaciones básicas, e incluso ansiedad ante operaciones matemáticas.

Cuando encontramos estos signos en un niño, es preciso acudir a un profesional para que realice una valoración completa del problema. La edad habitual para detectar el problema está en torno a los 8 años, ya que a esta edad se puede comparar el rendimientos de unos niños con otros. Para realizar el diagnóstico es necesario que se produzca un rendimiento por debajo del nivel esperado, y realizar algunas pruebas para medir diferentes habilidades. La mayoría de ellas son tests, aunque pueden ir acompañados de dictados o copiados de números, cálculos mediante juegos o gráficos o resolución de problemas de la vida cotidiana.

En los casos en que se diagnostique discalculia, y una vez descartados problemas neuropsicológicos, es necesario comenzar con la reeducación del niño para que asimile de forma correcta la información matemática.

Es importante que las sesiones sean individuales, graduales, sin límites de tiempo, motivadoras y sin presionar en exceso. Es importante animar al aniño a visualizar los problemas, hacerle leer los problemas en voz alta, ponerle ejemplos, dotarle de estrategias cognitivas que le ayuden en el cálculo mental y el razonamiento visual, proporcionarle hojas de trabajo sin amontonamiento visual y adaptar el aprendizaje a las capacidades del alumno.

Los niños con discalculia moderada que no reciben tratamiento pueden presentar dificultades académicas relacionadas con baja autoestima, frustración o depresión, lo cual también podría provocar rechazo en el colegio y trastornos de comportamiento.


Fuentes: Wikipedia, Discalculia.es, FNC, Muy Interesante, Educa Peques y Psicopedagogías.
Foto: Viu.es

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