miércoles, 30 de septiembre de 2015

LAS BILAS DE ALEXANDER Y MARK


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
28/09/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Las bilas forman parte de un instrumento musical de los que se degustan con más de un sentido. A la vista son resplandecientes, luminosas como el Sol, y doradas cual tesoro pirata. Al olfato y al tacto deben traer sensaciones metálicas de hierro, y peso de plomo cuando se cargan. Pero sin duda, al oído son un placer, un lejano recuerdo, amor hecho sonido, y sanación a través de la vibración.

Estas campanas planas y rectangulares parecen enormes chocolatinas de dorado envoltorio puestas a secar en un “tendedero” de madera y cuerdas.  Su sonido te hace soñar, calmar tu mente, te ayuda a tomar conciencia y a compartir la experiencia con los demás.

Es un instrumento joven, pues nació en Rusia en 1988, y su potencia sonora permite realizar conciertos tanto en espacios abiertos como cerrados sin necesidad de amplificarlo. La increíble duración de su resonancia y el amplio espectro de sus armónicos y frecuencias hace viajar el sonido a grandes distancias.

Mark Pulido es el artista e investigador de estos sonidos. Nos cuenta que con 19 añitos sufrió un accidente de tráfico que casi le costó la vida, pero como no hay mal que por bien no venga, durante su convalecencia se volcó en la música y así experimentó en su propio cuerpo el efecto sanador que producen algunos instrumentos como el didgeridoo, un artefacto musical de viento utilizado por los aborígenes australianos que más o menos es como una trompeta de madera larga, larga... Está muy ligada a la espiritualidad de los aborígenes, quienes le otorgan una antigüedad de 40.000 años, y se han encontrado pinturas rupestres que reflejan su antiquísima existencia.

Mark viajó a Suiza y allí conoció a Félix Rohner y a Sabina Schärer, creadores del hang, un instrumento musical de percusión redondo y metálico que nació de una investigación científica con acero y otros instrumentos de metal. Como su sonido era armónico y melódico, Mark decidió especializarse en él.

Nuestro músico, como es inquieto, también vivió en la India. y fue allí donde se enamoró de la voz y altas frecuencias de las bilas. Supo que un ruso llamado Alexander Zhikharev las había donado a la comunidad espiritual donde Mark se alojaba. El impacto fue tal que Mark estuvo buscando a Alexander durante 2 años sin dinero y sin hablar ruso. Y justo cuando pensaba que no lo encontraría, conoció en Barcelona a una chica rusa, quien a través de su familia puso en contacto a ambos músicos.

Alexander Zhikharev es un maestro campanero que ha dedicado casi 20 años a investigar metales sonoros y crear nuevos instrumentos. Cuenta que de niño escuchaba en su interior unos armoniosos y fuertes sonidos que no conseguía encontrar fuera, aunque se parecían a los que producen las campanas clásicas. Esto le llevó en su madurez a estudiar y crear un nuevo instrumento que reprodujese lo que el sentía su ser.

Entonces pasó 10 años fabricando y estudiando campanas tradicionales. Y no debió ser fácil, ya que no acababa de encontrar lo que buscaba y tenía que enfrentarse a todos los que opinaban que el proceso que buscaba no era adecuado o no podía llevarse a cabo. Y había quienes opinaban que no se podía elevarse el alma de una persona más allá del sonido de las conocidas campanas.

Entonces decidió hacerlo sencillo, encontrar formas simples y buscar en la tradición...

La bila era un antiguo instrumento que llegó a Rusia a finales del siglo X a través de los cultos religiosos bizantinos. Se utilizaba en monasterios rusos para reunir a la gente y originalmente estaba hecha de madera. De aquí nació el nuevo instrumento.

Así que se dedicó a investigar el equilibrio ideal entre forma y material, utilizando una aleación especial de metales laminados para conseguir lo que siempre había buscado. Al combinar bilas de diferentes tonos creó un instrumento único con una sonoridad poderosa, cristalina, y yo diría que hasta emocional.

El instrumento creó mucho interés en Europa. Al principio fueron los sacerdotes ortodoxos quienes le encargan los primeros modelos para sus campanarios. Luego lo hicieron médicos, psicoterapeutas y artistas. Alexander tuvo que rechazar encargos debido a que la fabricaba con sus propias manos y no podía atender el volumen de pedidos ni decidir a quién debía fabricárselas y a quién no. Así que solo las fabricó de manera puntual.

Después de 3 años de intentos, Mark consiguió que Alexander viniera a Tarrasa en 2011. A Zhikharev le interesó el proyecto de Mark y decidió construirle un juego de bonitas y sonoras bilas...

El proyecto de Mark Pulido se denomina Khyma (su dirección de Internet es khyma.es) y fusiona arte, ciencia y medicina alternativa. Y es un trabajo de investigación y creación artística que durante años ha venido experimentando con bilas y otros instrumentos musicales en busca de nuevas sonoridades y experiencias.

Alexander dijo: “El instrumento que he fabricado para Mark es el único en Europa. No hay ningún otro instrumento con estas características, ya que solo se han fabricado campanas sueltas para centros de psiquiatría en Suiza y Alemania, que no se pueden valorar como un instrumento completo. Me alegra saber que ahora en estas tierras existen estos preciosos sonidos. He trabajado como si lo hubiera hecho para mí. Estoy contento con mi trabajo. Confieso que ha sido bastante complicado porque no fue solo crear un instrumento musical, sino dotarlo de propiedades adicionales para que influencie positivamente en las personas. Para esto hay que afinarlo con mucha más dedicación, hay que excluir cualquier fallo posible, ya que uno puede engañar el oído de una persona pero nunca puede engañar a su subconsciente”.

Sabemos que desde antiguo el sonido ha sido terapéutico y sanador. Solo tenemos que recordar el cántico de los chamanes, los mantras de los monjes tibetanos o las campanas repicando continuamente en tiempos de lepra.

Las bilas tienen la capacidad de elevar anímicamente al que escucha (y al que toca). Emiten infrasonidos y ultrasonidos por encima y debajo de nuestros umbrales auditivos, y aunque no los escuchamos, nuestro subconsciente los recoge y los procesa.

Recientemente varios estudios han demostrado la influencia positiva que aporta el sonido de la campana. Shipunov F. J. es un científico ruso y académico del Instituto de Ciencias de la Biosfera, que nos dice que las campanas funcionan como generadores de energía en el rango ultrasónico y destruyen campos patógenos. Su sonido elimina el virus de la gripe, de la ictericia y otras infecciones, ya que las estructuras moleculares de estos microbios no toleran este tipo de vibración y las proteínas de sus células se transforman en estructuras cristalizadas. Además añade que cada tipo de virus muere en un rango de sonido concreto. 

El psiquiatra A.V. Gnezdilov de Sant Petersburgo nos cuenta que la campana influye notablemente en nuestro estado anímico, ya que es capaz de liberarla del estrés, y ayuda con la rehabilitación después de traumas o choques graves.

Las vibraciones sonoras activan nuestro sistema nervioso, nuestros órganos internos y aumentan la actividad del sistema inmunológico; así como eleva nuestra energía y defensas. A nivel psíquico nos aporta relajación, paz interior y transforma nuestras emociones y conciencia. 

¿Qué más queremos?

Pues hay más... Y esto es un poco más complicado, pero nosotros somos listos... En un concierto de bilas se producen frecuencias de pulso binaural, un proceso automático que provoca nuestro cerebro a través de la audición alterna de las ondas de sonido que son captadas por una oreja y por otra. Se produce así una resta entre una frecuencia de sonido y otra, equilibrándose de esta manera los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro.
En la actualidad, Alexander y Mark están investigando una afinación especial de los binaurales y comparten con nosotros sus logros y emociones a través de las redes sociales ¡Gracias, chicos por vuestra dedicación y curiosidad!

Podéis encontrar la generosa música de Mark Pulido en YouTube, y os vais a llevar una sorpresa, porque Mark no toca en cualquier parte... Realiza sus maravillosos conciertos en espectaculares grutas, preciosas iglesias, verdes montañas frente a la puesta de Sol y auditorios con imágenes caleidoscópicas. ¿A qué estáis esperando?


Fuentes: Khyma, Biodescodifica-T, YouTube, Facebook Mark Pulido y Galactic Resonance.

Foto: gaiaplanet.tv


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