lunes, 2 de mayo de 2016

CIUDAD REAL CÉLEBRE: EL CURA DE LOS BICHOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
2/5/2016
Por Eva Martínez Cabañas





Hoy vamos a recordar una breve pero bonita biografía de uno de los hombres que forman parte de la historia de nuestra ciudad.

Porque Nuestro tesoro está en la colmena de nuestro conocimiento. Estamos constantemente en el camino hacia allá, siendo por naturaleza insectos alados y recolectores de miel de la mente. Estas palabras nos las brindó el escritor y filósofo Friedrich Nietzsche.

El nombre de nuestro protagonista fue José María Hugo de la Fuente Morales, nació en Pozuelo de Calatrava en 1855 y fue sacerdote e importante entomólogo. ¿Qué es un entomólogo? Pues la persona que se dedica a la entomología, que es la parte de la zoología que estudia los insectos. Terminó sus días en Ciudad Real a los 77 años de edad.

¿Recuerdan la novela La metamorfosis, de Franz Kafka? Todo un thriller psicológico literario. Se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Pero esa es otra historia…

José María fue hijo del médico madrileño Ildefonso de la Fuente Villanueva y de la pozoleña Ramona Morales Hornero, y el segundo de los nueve hijos del matrimonio (de los que solo cuatro llegarían a ser adultos).

Se interesó pronto por el sacerdocio y estudió latín en Moral de Calatrava, ingresando en el seminario de Toledo y después en el de Jaén. Siendo estudiante se interesó por los insectos, y envió un Pycnogaster graellsi (que es un saltamontes que parece tener armadura de guerrero) al catedrático de entomología de la Universidad Central, Ignacio Bolívar Urrutia. Este, tras confirmar su clasificación, le envió nada menos que tres cajones de insectos para animarlo a seguir sus investigaciones. Y como un pequeño gesto puede cambiar el mundo, el seminarista acabó convirtiéndose en uno de los mayores entomólogos europeos.

Miren qué bonito: Cada orquídea se parece a un determinado insecto, así que el insecto se siente atraído por esa flor, su doble, su alma gemela, y no hay un anhelo mayor para el que hacerle el amor, cuando el insecto se aleja, divisa otra flor alma gemela y le hace el amor, polinizándola, y ni la flor ni el insecto entenderá jamás el significado de este acto de amor, pero ¿cómo van a saber ellos que gracias a su danza el mundo sigue girando? Y así es, por el simple hecho de hacer lo que están llamados a hacer ocurre algo grande y magnífico, en ese sentido nos enseñan a vivir, nos enseñan que el único barómetro que tenemos es el corazón, y cuando descubres tu flor no puedes dejar que nada te aparte de ella. El texto es de la película Adaptation, dirigida por Spike Jonze. 

Nuestro cura de los bichos se ordenó sacerdote en Ciudad Real en 1879, y ejerció en Almodóvar del Campo hasta 1888, donde hizo crecer su colección con reptiles y anfibios, y compuso todo un cuadernillo de poesías que se conserva en el Museo de Ciudad Real junto a su sorprendente colección de insectos y sus obras. Después de pasar un año en nuestra ciudad fue trasladado a Almagro hasta 1891, pero finalmente consiguió uno de sus mayores deseos: ser el cura de su pueblo. 

En Pozuelo de Calatrava desarrolló su afición aprendiendo inglés, francés y alemán para poder leer bibliografía especializada en la materia. Su biblioteca llegó a comprender más de cuatrocientos volúmenes en varias lenguas, y allí también comenzó a colaborar con la Real Sociedad España de Historia Natural. La primera comunicación está datada en 1893, y en ella describió dos nuevas especies de ortópteros (una familia a la que pertenecen los saltamontes, grillos, langostas y el alacrán cebollero, al que también conocemos como grillo topo, y es llamado Perrito de Dios en Perú. ¿Perrito? Demasiadas patas…) 

Una visita al balneario de Archena, en Murcia, a causa de su reumatismo le hizo descubrir muchas nuevas especies, y en 1897 empezó la serie titulada Datos para la fauna de la provincia de Ciudad Real. 

Decían en la película La mosca, dirigida por David Cronenberg: Los insectos no hacen política. Son brutales. No tienen compasión ni compromiso. No se puede confiar en un insecto. Pues bien que se organizan y conviven, ¿no? 

En 1934 el diario Heraldo de Madrid publicó una entrevista en la que deducimos mucho de su personalidad. De la Fuente aseguró haber apendido idiomas sin ayuda de nadie, puesto que en aquellos pueblos no había profesores. Adquirí los libros y durante los primeros años me desesperaba, Cuando se quiere no hay nada imposible. Esto, cualquiera que tenga un poco de interés, lo hace. Cuando le preguntaron si había descubierto nuevas especies contestó Para unas cuantas que he clasificado ya me creen algo, pero lo cierto es que fueron alrededor de 280 ejemplares.

La mayoría de especímenes los recogía él mismo, pero también se los hacían llegar las mujeres y niños de su pueblo, o las recibía de otros naturalistas en distintas provincias españolas o del extranjero, con quienes compartía sus ejemplares repetidos.

Cuando le preguntan cómo los cazaba, mataba y conservaba contesta Con esta manga especial llamada Entomológica. La cruzo de un lado para otro por las hierbas y se llena inmediatamente. Al principio los mataba con una llama de alcohol, pero que luego solo con evaporación de azufre y metiéndolos en un frasco. Para conservarlos tenía cuidado de que no entrara el aire, añadiendo una sustancia (cuyo nombre no especifica) que ayuda a que no les ataque la carcoma. También colocaba sus insectos bajo el Sol de vez en cuando, y las cajas expositoras las recibía directamente de París. En total contó con unos 75.000 ejemplares.

Cuando le solicitan una anécdota, cuenta que en Fuencaliente un guarda le confesó que había recibido órdenes del alcalde de detenerlo por considerarlo un loco; y que había dedicado dos especímenes desconocidos de mariposa a una señora y a un alcalde por haber sido estos quienes se los habían entregado. 

El presbítero José María de la Fuente perteneció a la Real Sociedad Española de Historia Natural y a la Entomológica de Francia. Fue fundador y presidente de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales (de la que recibió el primer premio de su concurso en 1907) y vicepresidente del Congreso Zaragozano, fundador y presidente de la Sociedad Entomológica de España, socio de honor del Ateneo Científico de Ciudad Real y miembro de otras sociedades nacionales y extranjeras. 

Para saber más, podemos consultar el libro de Socorro Caballero Klink José María de la Fuente el cura de los bichos, editado por la Diputación Provincial de Ciudad Real.


Decía el peculiar Woody Allen en su película Annie Hall: El campo me pone nervioso. Está lleno de grillos y es tan tranquilo… No hay a dónde ir después de cenar, las polillas se comen las cortinas, y te puedes encontrar probablemente con la familia Manson. Pues a vivir a New York, querido Woody.

De niña en alguna ocasión mi madre nos llevó a mis hermanos y a mí a visitar la exposición de insectos y, aunque ahora me duele el corazón ver animales disecados, en aquel momento aprendí, disfruté y me maravillé con aquellas joyas de mil colores y formas (aunque reconozco que los bichos negros nunca me gustaron). En aquel momento la exposición estaba ubicada en el palacio de la Excelentísima Diputación Provincial de Ciudad Real.

El cura de los bichos es homenajeado en su lugar de nacimiento mediante un busto colocado en el parque, y dando su nombre a una de sus calles y al colegio. En Ciudad Real un obelisco lo recuerda en el parque Ortega y Gasset y también el colegio situado en la calle Alemania. 

Y aquí terminamos. Solo me queda recordar con cariño al saltamontes Muslito de Pollo, que me acompañó tres meses tras la ventana, y ambos nos quisimos y asustamos a partes iguales. 

Hasta otro día.


Fuentes: Wikipedia, Mundifrases.com, Frasesgo.com, Entomología.net. Foto: Entomología.net
 
 

martes, 26 de abril de 2016

EL OJO DE HORUS Y LA GLÁNDULA PINEAL


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
25/04/2016
Por Eva Martínez Cabañas






Decía el poeta Jean-Baptiste Racine, en el siglo XVI, que No hay secreto que el tiempo no revele, y aunque a veces cuesta siglos sacar a la luz un misterio, lo cierto es que hoy en día seguimos encontrándolos en antiguas pinturas o en construcciones levantadas por culturas milenarias. Pero siempre en los rincones más bellos y en forma de símbolo.

Nos sirve como ejemplo, entre otros muchos, una de las obras más emblemáticas de la humanidad: la capilla Sixtina del Vaticano. Michelangelo Buonarroti pintó sus frescos entre 1508 y 1512 obligado por el papa Julio II.  En aquella época, el pintor contaba con treinta y tres años, y llevaba desde los diecisiete o diecinueve diseccionando cadáveres de cementerios, por lo que ya contaba con un conocimiento detallado de la anatomía humana.

Miguel Ángel se resistió a pintar la capilla debido a la corrupción de la iglesia de la época, y hasta se retrató a sí mismo torturado en las figuras del mártir San Bartolomé y el decapitado Holofernes. Porque aunque era devoto, Miguel Ángel creía en el Espiritualismo, creencia prohibida por el papa Pablo IV por sostener que el camino a Dios puede ser encontrado en comunicación directa y no solo a través de la Iglesia.

Desde 1990, varios médicos han descubierto algunos secretos en la Capilla Sixtina, observado en la Separación de la tierra y del agua la forma de un riñón (Miguel Ángel padecía de cálculos renales), o en la Separación de la luz de la oscuridad una escondida y detallada imagen de la superficie interior del tronco cerebral, pintada en el cuello de Dios. También se aprecia una imagen de la médula espinal en el pecho divino, y una de los nervios ópticos y globos oculares en su abdomen. ¡La sempiterna lucha entre ciencia y religión en forma de protesta artística!

De la misma forma, en el cerebro oculto en la Creación de Adán, y representado con las figuras que contiene la nube, se distingue perfectamente una glándula Pineal aumentada de tamaño: es el dedo divino que toca a Adán.

Se llama Pineal por su forma, ya que pinea es piña en latín y así se representa simbólicamente. Aparece en numerosas imágenes sumerias y babilónicas, en el dios griego Dionisio, en el romano Baco, o en el pelo cónico de Buda y Shiva. Así mismo, el Vaticano posee una estatua de cuatro metros de altura situada en el llamado patio de La piña del palacio de Belvedere; también aparece una piña en la plaza de San Pedro y en el bastón del papa.

Sin embargo, existe otro símbolo cuya semejanza con la glándula diseccionada es sorprendente: el Ojo de Horus. Este emblema egipcio también se conoce como Udyat, cuyo significado es el que está completo, y es un talismán al que se le atribuyen propiedades protectoras, de salud y renacimiento. El antiquísimo amuleto aparece en el Libro de los Muertos (escrito hacia el 1550 a.C.) Este libro es un texto funerario del Imperio Nuevo egipcio cuyos sortilegios mágicos tenían como objetivo ayudar a los difuntos en su viaje a la otra vida. El ojo también aparece en los Textos de los Sarcófagos, unos conjuros pintados o grabados en sarcófagos y ataúdes durante el Imperio Medio del Antiguo Egipto, y que también protegían a los fallecidos en su travesía al más allá (2100 a.C.). Pero su origen se encuentra en los antiquísimos Textos de las Pirámides (2350 a.C.), un repertorio de conjuros, encantamientos y súplicas grabados en cámaras sepulcrales de las pirámides del Imperio Antiguo.

Cuenta la leyenda que el dios Osiris tenía dos hijos: Horus y Seth, y que fue asesinado por este último. Horus quiso vengar a su padre y luchó contra su hermano sufriendo graves heridas y la pérdida del ojo izquierdo. Gracias a la intervención de Thot, dios de la sabiduría y los hechizos mágicos, el ojo de Horus fue sustituido por el mágico Udyat para que el dios pudiera recuperar la vista. Horus empleó su poderoso ojo para devolver la vida a su padre.

El ojo de Horus también es un jeroglífico. Los antiguos egipcios utilizaron un complejo sistema fraccional en diversas medidas agrarias de superficie y volumen basado en las potencias de 1/2. Para ello usaron las fracciones mayores que arrojaban las distintas partes del talismán.

Durante miles de años, los místicos orientales han atribuido un tercer ojo al ser humano, también llamado el Ojo de la Sabiduría, y este estaría localizado en la glándula Pineal, justo en mitad de nuestro cerebro.

Este pequeño órgano, también conocido como Epífisis, es una glándula de secreción interna en forma de cono que mide entre cinco y diez milímetros, y se encarga de regular nuestros ciclos de vigilia y sueño, por lo que cumple las funciones de reloj biológico. Después de la pubertad se produce una calcificación en la glándula Pineal en forma de cristales de fosfato de calcio. Es conocida por los científicos como “arenilla del cerebro”.

Está unida, vía ganglio cervical superior, a la retina formando así parte de nuestro sistema visual; y aunque está sepultada en el interior del cerebro, reacciona a la luz solar y a la artificial. Cuando llega la oscuridad, transforma la luz recibida en una secreción hormonal llamada melatonina (que participa en una gran variedad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos), que a la vez procede de otra sustancia que también se encuentra en esta glándula: la serotonina. El déficit de melatonina suele ir acompañado de insomnio, depresión y aceleración del envejecimiento.

La DMT, o dimetiltriptamina, es un neurotransmisor que también se encuentra en la glándula Pineal y es el alucinógeno más potente que existe. Se produce en pequeñas cantidades cada vez que un individuo sueña y en los momentos cercanos a la muerte.

Rick Strassman, psiquiatra e investigador de la Universidad de Nuevo México, nos habla en su libro DMT: La molécula espiritual, y en varios documentales que podemos ver en Youtube, sobre este principio activo. Y lo compara con la ayahuasca amazónica, que es un potente alucinógeno utilizado por chamanes y curanderos dentro de un contexto espiritual y de sanación. Strassman solicitó voluntarios que estuvieran interesados en el proyecto científico, y el 70% de estos calificaron la experiencia como uno de los cinco aprendizajes espirituales más significativos de sus vidas.

Nos dice Strassman: Me fui interesando en la glándula Pineal como una posible fuente de algún químico alucinógeno en el cerebro. Es un órgano extremadamente misterioso y es muy pequeño. Aparentemente existe algún tipo de correspondencia visual relativo a la luz y el color en la glándula Pineal. También tiene una larga historia, en el contexto de la literatura mística. Ha sido descrito como el tercer ojo o el crown chakra y este tipo de cosas y se habla de que puede ser activado cuando se adquiere un nivel elevado de conciencia mística.

De manera esotérica, la Pineal está relacionada con el sexto chakra según la tradición védica anterior al hinduismo. En India se conoce como la Ventana de Brahma, en China la denominan el Ojo Celestial, y es llamada el Palacio Niwan por los taoístas.

El filósofo y matemático sueco René Descartes, la calificó en el siglo XIX de “tercer ojo”, al considerar que allí se asentaba el alma racional.

Existe otra leyenda que cuenta que el Creador introdujo la Pineal en nuestro organismo para poder fundirnos con Él. Sin embargo, el Portador del Mal atrofió la glándula para convertir al ser humano en esclavo.


Con el objeto de descalcificarla y abrir nuestro tercer ojo, los maestros espirituales nos aconsejan practicar una buena alimentación, meditar, escuchar música de altas frecuencias, o visualizar estereogramas; así como practicar a diario cierta filosofía de vida para permanecer en estado de armonía y paz. Om mani padme hum... La joya está en el loto, dice el famoso mantra budista. Parece fácil...

Fuentes: Blog Lo secreto y lo paranormal, Taringa.net, Wikipedia, Onirogenia Magazine, Blog Homo Universalis, y Simbolismos a través de las culturas en Facebook. Foto: Secreto-Paranormal.blogspot.com
 

martes, 19 de abril de 2016

ZANAHORIAS MORADAS, ZANAHORIAS NARANJAS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
11/04/2016
Por Eva Martínez Cabañas


 


Como hoy vamos a hablar de zanahorias, no puedo evitar que me asalte la imagen de mi querido Bugs Bunny, y de datos como que son excelentes para la vista o que tienen gran cantidad de vitaminas. Pero hoy, con su permiso, solo vamos a hablar de su historia y de su llamativo color morado, digo naranja. 

No estoy de acuerdo con el escritor Antón Chéjov cuando dijo Me preguntan qué es la vida. Es como si me preguntaran qué es una zanahoria. Una zanahoria es una zanahoria, y no sabemos nada más. Uf, pues no hay cosas que decir sobre esta verdura… Zanahoria borracha, pan y centeno, llenando la tripa, todo está bueno, dice el refrán. 

El primer testimonio sobre el cultivo de nuestro manjar se remonta al año 3.000 a.C. (ya saben, año arriba, año abajo). Concretamente en Afganistán, y su sicodélico aspecto era anaranjado en su interior, tenía corazón amarillo, y un bonito color púrpura en su revestimiento. Hay que decir que en la antigüedad se cultivaba por sus hojas y semillas aromáticas más que por su tubérculo y, aunque pueda parecernos extraño, eso es lo que hacemos actualmente con el hinojo, el perejil o el comino. Hasta el siglo I no encontramos nuevas referencias sobre ella, donde se nos cuenta que en Grecia y Roma se solía utilizar como afrodisíaco. Fueron los comerciantes árabes quienes introdujeron sus semillas en Asia, Arabia y África, donde surgieron variedades de diferentes tonos púrpura, blanco, amarillo, verde o negro.  

En Europa vuelven a aparecer en ilustraciones del siglo VI, y conocemos que la primera zanahoria de color naranja naranja se cultivó en la Holanda en el siglo XVI, como resultado de un cruce intencionado para que su color coincidiera con el de la casa real holandesa de Orange. Cuenta la historia que el nombre de un pueblo del Sur de Francia llamado Arausio, siempre se pronunció “Aurenja”. La población fue fundada por los romanos en el año 35 a.C. y la pronunciación del lugar acabó derivando en “Orange” cuando los franceses fusionaron el francés con el latín tardío. Guillermo el Taciturno heredó su gobierno en 1544 convirtiéndose en príncipe de Orange. Con este título lideró la rebelión de los holandeses contra la corona española a finales del siglo XVI, ganando su independencia y creando la República de Holanda.

El color naranja de la zanahoria se debe a su alto contenido en carotenos. El β-caroteno es un compuesto químico natural capaz de transformarse en vitamina A dentro del intestino delgado. Como esta anaranjada variedad además posee un sabor dulce y una textura suave, terminó conquistando al resto de los europeos. Hoy en día, aunque se está recuperando el cultivo de zanahoria de otros colores para alegrar nuestros platos, lo cierto es que todavía no es fácil encontrarlas en todas las fruterías. 

Y aunque otro refrán aclame Zanahorias, no. Cosas que unten la barba quiero yo, va a tener que ser otro día, porque hoy nuestro menú es rico pero humilde. Nada de néctar y ambrosía.

Existe una anécdota muy curiosa relacionada con las zanahorias y la Segunda Guerra Mundial. 

El piloto de la RAF John Cunningham, apodado Ojos de Gato, alcanzó fama debido al número de aviones alemanes que derribó durante la noche sobre el Reino Unido. El ejército británico montó entonces una campaña en la que explicaba que Cunningham y sus compañeros del escuadrón 604 habían sido sometidos a una dieta rica en zanahorias durante varios años, y esta les había conferido una extraordinaria visión nocturna. Sin embargo, lo que realmente sucedía, era que un grupo de científicos británicos había desarrollado un sistema de radar instalado en los aviones que guiaba a sus pilotos hasta los bombarderos alemanes. Las zanahorias te mantienen sano y te ayudan a ver en los apagones, clamaba la propaganda inglesa para mantener en secreto su invento. 

Por cierto, es un mito eso de que las zanahorias nos ayudan a ver mejor en la oscuridad. La carencia de vitamina A puede provocar ceguera nocturna, pero la zanahoria tampoco es tan rica en esa vitamina. Los arándanos, albaricoques o espinacas serían una mejor opción a la hora de incrementarla en nuestra dieta.

Terminamos con este poema de Juan Cervera Sanchís de sus Sonetos de las Verdes Verduras:

Es única en verdad la zanahoria,
las glándulas lo saben, endocrinas,
ungidas de sus ricas vitaminas
y su acción saludable y meritoria.
Que es ciertamente ella promisoria
en nutritivos jugos, a las finas
hierbas, a la inglesa y, si la combinas,
con aceite y vinagre, sabe a gloria.
Umbelífera de raíz fusiforme,
la zanahoria, ¡ay! tiene su encanto
cuando su pulpa cruje entre mis dientes.
Que es de un valor nutricional enorme
ella toda, por lo que yo la canto
en versos amorosos e inocentes…

Hasta otro día.

Fuentes: Naukas.com, HistoriasSegundaGuerraMundial.com, Wikipedia, XatakaCiencia.com, VeoVerde.com, Curistoria.com. Foto: AgroHuerto.com.




ERIC ROLF Y SU MEDICINA DEL ALMA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
18/04/2016
Por Eva Martínez Cabañas



Medicina del Alma



Me gustaría recomendaros un par de libros: La Medicina del Alma y La medicina del Alma II. Las enfermedades originales. Su autor se llama Eric Rolf. Lo publica la Editorial Gaia, tienen 183 y 99 páginas respectivamente, y su precio está entre 7,50 y 10 €.

Eric Rolf nació en Nueva York en 1936 y ha dedicado gran parte de su vida al estudio de los procesos internos relacionados con la creatividad y la comunicación. Ha sido consejero personal y mentor de un gran número de corporaciones, agencias creativas y personas como John Lennon, Yoko Ono, Paul Simon o Carlos Santana. También ha colaborado con la NASA para resolver problemas de diseño y construcción a través de la intuición.

La Medicina del Alma nos cuenta cómo la vida se comunica con nosotros y el idioma que emplea para ello.

Dice el autor: Al principio nos habla en susurros; si no somos conscientes de su mensaje, nos habla más alto; si aún no sabemos entender o no hacemos caso, nos sigue hablando más y más alto hasta que nos da un grito. Ese grito es el dolor, la enfermedad o el accidente. El cáncer es un grito bastante más alto que un resfriado.

También tiene importancia el lugar del cuerpo donde se han producido el daño. Esto nos puede decir de forma muy específica la naturaleza y el sentido del mensaje para entenderlo e integrarlo. Una dolencia en un órgano nos indica que esa parte de nuestra vida está fuera de equilibrio y por esto nos está llamando la atención. Si sabemos escuchar, la mejoría se producirá hasta que sanemos. Por ello el libro incluye un diccionario de partes del cuerpo donde podemos encontrar más información sobre la zona del cuerpo que nos está “hablando”.

Estos libros son una nueva forma de comunicarnos con nosotros mismos y con lo que vivimos. Nos abre la mente y nos muestra que la salud es un estado natural, a la vez que holístico, donde saber escucharnos cobra gran importancia para vivir de manera plena.

Rolf nos anima a hacernos preguntas del tipo ¿Cómo esta condición está impactando en mi vida total, en mis relaciones?, ¿Cómo sería mi vida de distinta, y qué sería diferente si esta condición no estuviera? ¿De qué manera esto me ofrece un beneficio? ¿Cómo podría ser también parte de la solución?

A mí me encantaron.
 

Fuentes: Libros La medicina del Alma, La medicina del Alma IIl. Las enfermedades originales, YouTube, Asociación Alameda y EricRolf.com. Foto: EricRolf.com

lunes, 4 de abril de 2016

IMPORTANTES ESPEJOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
04/04/2016
Por Eva Martínez Cabañas







Dice un antiguo proverbio árabe Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate a un espejo.

Un buen consejo, pues nuestros semejantes y estos maravillosos artilugios nos ayudan a conocernos. Alicia atravesó uno para volver al País de las Maravillas, Umbra y Lux atravesaron otro para llegar a Bifáriam, Harry Potter veía a sus padres fallecidos en el espejo de Oesed (que leído al revés es Deseo, pues eso era lo que reflejaba), Galadriel utilizaba su espejo de oráculo en El señor de los anillos, y la madrastra más célebre de todos los cuentos infantiles consultaba al suyo para saber si seguía siendo hermosa.

El espejo en sí es tan poderoso, que en la película Gato negro, gato blanco, de Emir Kusturica, uno de los patriarcas lo utiliza junto a un conjuro gitano para suspender la boda de su nieto. De un modo elegante, añade el abuelo:

Un espejo.
Los muertos con los muertos,
los vivos con los vivos.
Los hijos con sus padres,
las madres con sus hijos.


Otros elementos también han servido de espejo, pues Narciso utilizó un lago para reflejar su imagen y enamorarse de sí mismo bajo el hechizo de Némesis, la diosa de la venganza. Y Perseo acabó con la petrificadora Medusa reflejando la imagen de la gorgona en su brillante escudo.

Escribió el poeta Antonio Machado:

Mis ojos en el espejo
son ojos ciegos que miran
los ojos con los que veo.


Por sus propiedades y una capa de aluminio en su parte trasera (antiguamente se utilizaba cobre, plata, bronce, o mercurio), un espejo de cristal refleja en su superficie plana y pulida casi toda la luz que choca contra esta. De esta manera podemos ver nuestra imagen o hacer señales gracias a la luz solar, o ampliar visualmente el espacio de una estancia, entre otras utilidades. Se atribuye su invención, en 1835, al químico alemán Justus von Liebig, ya que su técnica de fabricación permitió por fin una producción masiva.

Pero muchos siglos antes ya los utilizaban los antiguos egipcios, griegos, romanos y etruscos, chinos, e indios. Y se han hallado representaciones de estos en la antigua Mesopotamia o en la América precolombina. Se empleaban principalmente como utensilio de tocador, y los hebreos lo situaban como elemento de la fuente de metal de la entrada del Tabernáculo de la Reunión. Así, al lavarse, los sacerdotes podían ver sus imperfecciones.

Cuentan que un jovencísimo Thomas Alva Edison robó un espejo en una tienda de su ciudad y junto a este colocó todas las velas de las que disponía, duplicando ingeniosamente la luz en la habitación. De esta forma el doctor pudo operar a la madre del muchacho sin tener que esperar hasta el amanecer. La historia está repleta de espejos célebres, pero hoy vamos a recordar nada menos que una guerra originada por su causa.

En 1665 el ministro de Hacienda del gobierno francés de Luis XIV (amante del lujo y el boato), envió espías a Venecia para convencer a sus artesanos y que revelaran los secretos de la elaboración de los espejos. El objeto era establecer una industria francesa que satisficiera los deseos de la corte. En contraposición. El gobierno veneciano se lucraba considerablemente de esta práctica, así que la ciudad-estado tuvo una furiosa reacción. Al año siguiente estalló una guerra por intereses económicos donde el espionaje industrial, el asesinato y la estrategia tenían amplio campo de acción.

Los espejos fabricados en la isla de Murano se habían puesto muy de moda entre la alta sociedad europea porque su calidad superaba a otros (con color verdoso, de pequeño tamaño y que deformaban las imágenes). Pero eran tan caros que poseer espejos venecianos llegó a ser símbolo de estatus económico.

Fue en esta época cuando comenzaron a utilizarse como elemento decorativo en habitaciones principales, donde se vestían con bellos y valiosos marcos y un pie artístico que permitía su reubicación y recordar su valor. Los espejos grandes podían costar más que un retrato al óleo de un famoso pintor, pero las cortes europeas y sus nobles podían pagarlos. La industria vidriera daba trabajo a muchas familias venecianas, y los mejores clientes los fueron alemanes y holandeses.

El conocido como Consejo de los Diez (un órgano político que controlaba el comercio exterior) estableció una férrea prohibición de revelar la técnica para evitar que la pingüe fuente de ingresos les fuera arrebatada por la competencia extranjera. Así empezó una guerra encubierta.

Pierre de Bonzi, embajador francés en Venecia, convenció a algunos maestros espejeros para que abandonaran su taller en Murano y se establecieran en Francia, prometiéndoles grandes sumas de dinero y un ascenso social. El agente 007 francés del siglo XVI, llamado Jouan, monsieur Jouan, no consiguió rematar la estrategia, así que se encargó la tarea de reclutamiento a dos vidrieros italianos de nombre Giovanni Castellano y Giovanni Bormioli. Ambos se jugaban la vida. En la operación, uno de los espías franceses descubrió que el enemigo conocía sus planes y más muerto que vivo recogió a los artesanos y a varios trabajadores y huyó a medianoche, en un barco vigilado por veinticuatro hombres valerosos, armados hasta los dientes. Llegaron a Ferrara y desde allí partieron en carruaje hasta París.

Los maestros vidrieros y los operarios que los acompañaban se incorporaron a la nueva fábrica francesa instalada en el suburbio parisino de Saint-Antoine, que estaba al mando de Nicolas du Noyer.

Claro, el embajador de la República Veneciana en la corte de París, Alvise Sagredo, comunicó el hecho al Consejo de los Diez, añadiendo que solo habían conseguido producir espejos de 25 cm. Pero nuevamente se armó la de San Quintín

Por cierto, el origen de esta expresión está en una batalla entre las tropas de las coronas española y francesa en el año 1557. Debido a un fatídico error estratégico, el ejército tomó el camino de San Quintín (o Saint-Quentin) donde fueron sorprendidos y derrotados en un cruce por los españoles. El rey Felipe II mandó construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial para conmemorar la victoria. En la contienda murieron unos 6.000 soldados franceses y otros miles de españoles. Un saludo a Quetin Tarantino.

Volviendo a los espejos, el Consejo de los Diez dio la orden de hacer volver a los maestros artesanos y a sus operarios a toda costa. El nuevo embajador de Venecia en París, Marcantonio Giustiniani, primero les rogó, y luego los amenazó de muerte a ellos y a sus familias; así que en secreto Colbert envió un barco a Venecia y se llevó a parís a las familias de los huidos. Como respuesta, los espías venecianos persiguieron a varios de estos expertos fugados hasta Basilea, en Suiza. Como no lograron persuadirlos, envenenaron al mejor de los espejeros en una ejecución ejemplarizante. Como días después otro de los maestros sufrió síntomas de envenenamiento, los demás pidieron perdón y regresaron. 

La guerra fría terminó cuando venecianos y franceses llegaron a un acuerdo de importación, pero cinco años después los franceses dejaron de comprarlos por haber mejorado la calidad de los fabricados en su propia factoría. 

En 1679 Luis XIV decidió construir la maravillosa Galería de los Espejos en el palacio de Versalles. Como los espejos seguían siendo pequeños, se ensamblaron en paneles, y Debido al reflejo de tantos espejos, / el fuego de todos los diamantes con que la corte iba adornada / convierte la noche cerrada en tan resplandecientes como el día. Fue el francés Perrotto quien inventó el método de vertido que permitió fabricar espejos de más de 2 m. de altura. 

Dice un aforismo anónimo: La vida es como un espejo; te sonríe si la miras sonriendo. Y como me encanta Jorge Luis Borges, me permito recordar este grano de arena de su obra El Aleph:

Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó.

Dedico estas palabras al conde Drácula y a sus amigos vampiros.

Hasta otro día.


Fuentes: NationalGeographic.com.es, Wikipedia, Artiggo.com, IESLeonardoAlacant.es, MuyInteresante.com, MuyHistoria.com - Foto: Fotomúsica.net


lunes, 28 de marzo de 2016

PETALOSA Y SERENDIPÍTICA FLOR


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
28/03/2016
Por Eva Martínez Cabañas






En 1899 el comisario de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, Charles H. Duell, afirmó con rotundidad Todo lo que podía inventarse ya se ha inventado. Estaba tan convencido de esto que pidió al Congreso americano que cerrara la Oficina de Patentes, pues no tenía sentido mantenerla abierta por más tiempo.

En contraposición a la rigidez de este señor, nuestra querida Real Academia Española (RAE), que regula nuestra lengua junto a otras veintiuna academias de países hispanohablantes, debe haberse cansado de tanto limpiar, fijar y dar esplendor, y ha considerado oportuno introducir en el diccionario palabras como Almóndiga, Toballa, Bluyín, Palabro, Murciégalo, Asín, Dotor, Culamen, Pechamen o Muslamen. A mí no me gustan mucho estos términos de lija, pero supongo que equilibran el yin y el yan, lo hermoso y lo feo, lo olvidado y lo popular. Una palabra bien elegida puede economizar no solo cien palabras sino cien pensamientos, dijo el matemático y físico Henri Poincaré.

Siempre nos han dicho que el lenguaje es un elemento vivo que se transforma con el uso y las costumbres de la zona donde se emplea y, en estos tiempos, en los que el desaparecido señor Duell nos imaginaba aburridos, nos ha sorprendido hace poco el nacimiento de una nueva palabra: Petaloso, cuyo inventor ha sido un niño de ocho años.

En un colegio del municipio italiano de Copparo trabaja una profesora de primaria llamada Margherita Aurora. Al corregir un examen de adjetivos que había puesto a sus alumnos, descubrió que el pequeño Matteo describía una flor como petalosa (llena de pétalos). Señaló la respuesta como errónea, pues la palabra no está en el diccionario italiano, pero sin embargo le gustó el término. Gramaticalmente es correcto, pues combina la palabra Pétalo con el sufijo -oso, que significa lleno de, así que llegó a la conclusión de que el niño había inventado una nueva palabra, y lo ayudó a escribir una carta dirigida a la Academia de la Crusca (la RAE italiana) solicitando su inclusión en el diccionario.

Al poco tiempo el colegio recibió una carta de la institución destinada a Matteo, y la ilusionada profesora la abrió delante de sus alumnos. La Academia describía la nueva palabra como hermosa y clara. La palabra que inventaste está bien formada y podría ser utilizada en el idioma italiano, escribió Maria Cristina Torchia, consejera lingüista de la Crusca. Sin embargo, también añadió que para que una palabra pueda oficialmente formar parte de la lengua italiana, un gran número de personas debían conocer su significado y utilizarla. Si logras difundir tu voz entre muchas personas para que empiecen a decir ¡Qué petalosa es esta flor, entonces petaloso/-a se habrá convertido en una palabra en italiano” -añadió la experta.

La emocionada maestra escribió en su cuenta de Facebook: Esto vale más que un millar de clases de italiano. Además compartió la carta recibida en las redes sociales. De esta manera se ha desencadenado un movimiento que pretende dar a conocer e integrar la nueva palabra en nuestras vidas. Hasta el presidente del Consejo de Ministros de Italia tuiteó (otra nueva palabra que significa escribir un texto en la red social Twitter) Gracias al pequeño Matteo, gracias a la Accademia Crusca. Una historia bella, una palabra nueva: petaloso. Tal ha sido la aceptación que, a través de esta misma red, la Academia ha confirmado que la iniciativa de Matteo está siendo un éxito y que se ha convertido en tendencia en internet.

Dijo el escritor Mark Twain: La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.

Recientemente nuestra RAE también introdujo en el diccionario español otra hermosa palabra: Serendipia.
 
La define como: f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia.
 
Ya sabemos que el glorioso científico estudiaba cultivos bacterianos cuando al volver de vacaciones descubrió que algunas de sus muestras estaban contaminadas por un microser fúngico de nombre penicillium. Tiró las placas a una bandeja, pero gracias a la visita de un antiguo compañero al que mostraba su trabajo, pudo comprobar que junto al hongo contaminante también aparecía cierta destrucción celular en la muestra.
 
Así pues, (y aunque ya se conocían las propiedades bactericidas de este moho entre los antiguos griegos, indios, ceilandeses, serbios, rusos, chinos, nativos norteamericanos y árabes, que lo utilizaban para curar heridas de guerra en hombres y equinos), Alexander Fleming descubrió la penicilina en Londres el 28 de septiembre de 1928.
 
La palabra serendipia deriva de la inglesa serendipity, un neologismo inventado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento tradicional persa llamado Los tres príncipes de Serendip y cuyos protagonistas solucionaban problemas gracias a increíbles casualidades. En el año 2001 el término fue rescatado en la película Serendipity, dirigida por Peter Chelsom.
 
Así pues, aparco mi carromato de buhonera, hago sonar mis pulseras, y grito al viento para todos aquellos que quieran escuchar: Inventemos nuevas palabras, creemos nuevos seres de la nada, transformemos nuestro mundo mediante soluciones que hubieran dejado sin aliento al rígido señor Duell. Abran, señoras y señores, las puertas de la oficina de patentes y las de su percepción, pues cosas asombrosas están por venir. Porque hoy, como cada lunes, vengo a mostrarles las maravillas de la ciencia, de la naturaleza, de la historia, e incluso la de nuestros propios pensamientos. No todo está perdido. Vean. Un nuevo mundo empieza con cada amanecer.
 
Hasta otro día.
 

Fuentes: Bbc.com, LaVanguardia.com, Wikipedia, Cultura.ElPaís.com, 20Minutos.es
Foto: RTVE.es

lunes, 21 de marzo de 2016

CIUDAD REAL CÉLEBRE: EL SARCÓFAGO DE APOLONIA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
21/03/2016
Por Eva Martínez Cabañas







A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd, decía el historiador y poeta Alphonse de Lamartine. Nos ha pasado a todos, pues la muerte de un ser querido nos rompe en pedazos. Llevada por esta reflexión me gustaría recordar la historia de la tumba más novelesca del cementerio Nuestra Señora del Prado, de Ciudad Real.

Así pues nos preparamos para conmemorar el recuerdo que guarda la escultura yacente de Apolonia, una bella joven de largo cabello y sereno rostro, que entre los delicados pliegues de su sábana y almohada atrae las miradas de los vivos.

Nos narra Mari Cruz de los Ríos en su libro Balcones:

“-¿Quieres que vayamos a ver a La Apolonia?
-¿Quién es esa?
A Julia le divirtió mucho que no lo supiera y por el camino le fue contando que se trataba de una mujer muy guapa que había muerto hacía muchos años y un escultor, que la quería mucho, la copió en su lecho de muerte.
-Pero ¿está en el Cementerio?
-Claro, ¿dónde quieres que esté?
Cruzaron la carretera y después de atravesar los jardines entraron allí para que Paz se sintiera igual que en uno de sus sueños, sin poder creer que aquellos paseos, flaqueados de cipreses y rodeados de lápidas, fueran verdad, hasta que llegaron a una de ellas, muy antigua, sobre la que efectivamente, una mujer de pelo suelto yacía, hermosa y lánguida, los ojos entreabiertos, una mano en el regazo y el otro brazo a lo largo de su joven cuerpo, cubierto con una colcha.
-Si le tocas la mano, verás que está caliente todavía.
Paz, que estaba por primera vez en un cementerio no se atrevía a hacerlo, pero al final cedió porque Julia le insistió mucho. Alargó su mano para tocar la de la estatua, y al sentir que la piedra le transmitía su calor la retiró asustada.
-Tonta -le dijo su compañera-. No te asustes. Es por el sol que le da todo el día.”

Apolonia es un nombre femenino de origen griego que significa Hija del Sol en honor al dios Apolo, y también es el nombre de nuestra protagonista. Su historia tiene más de leyenda que de relato, pues disponemos de pocos datos fiables, y así cuenta la tradición que esta joven llegó a Ciudad Real como esposa de un alto funcionario de la Administración Pública. Era hija de un rico hacendado de Extremadura, mientras que su marido pertenecía a una familia acomodada de Toledo. Se cuenta de él que era un hombre honesto, de fuerte carácter, amigo de llevar siempre la razón, y que encontró esposa ya entrado en años y por conveniencia social.

La belleza de Apolonia motivó al esposo a contratar a un afamado artista local para pintar su retrato, y este acabó enamorándose de la modelo. La agitada vida política de la época quiso que nuestro anónimo marido muriera de un disparo en uno de sus viajes a Madrid, y Apolonia enfermó y murió a los pocos meses de enterrar a su marido. El artista esculpió entonces un magnífico sepulcro que custodiase el cuerpo de su amor platónico, y el paso del tiempo se llevó la historia completa.

Hace mucho tiempo que ningún familiar atiende el cuidado de esta lápida de corte romántico, pero la belleza del monumento fúnebre lleva a algunas visitas a depositar flores entre las manos y a los pies de la joven, porque La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla, decía Hermann Hesse.

Que descanse en paz la bella Apolonia, y recuerden la enseñanza de Antonio Machado: La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.

Hasta otro día.

 
Fuentes: CiudadReal.es, Mari Cruz de los Ríos, Blog Los archivos del bardo, MiSabueso.com
Foto: EducaciónParaPubertosos.blogspot.com

lunes, 14 de marzo de 2016

LA HISTORIA DEL PIRATA CANARIO Y LA SANTA INCORRUPTA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
14/03/2016
Por Eva Martínez Cabañas






Les prometo que no me he vuelto loca y que esta semana acabo con mi pasajera afición por el mundo pirata, pero es que esta pequeña biografía tiene más jugo que una malla de naranjas, ya verán.

El pargo (pagrus pagrus) es un pez comestible, a pesar de sus fastidiosas espinas, y en muchos hogares se le conoce con el nombre de besugo. También fue el sobrenombre con el que se conoció a nuestro pirata de hoy: el temido Amaro Pargo.

Su nombre de bautismo fue Amaro Rodríguez Felipe y Tejera Machado (1678-1747), y como nació en la isla canaria de San Cristóbal de La Laguna, no puedo dejar de imaginarlo dando órdenes con acento dulce y suave. (Chos, qué hase aquí ecte cabo suelto, agüita….) Por cierto, un estudio realizado por la central de reservas de Hoteles.com ha concluido, con un 35% de los votos, que el amable acento canario es el preferido por los españoles. Y yo me digo: piratas manchegos no hay por estar lejos la mar salada, pero qué buen acento hubiera resultado en piratería. (Ea, amos no me jodas que san dejao aquí tirao un cacho cuerda…)

En fin, Amaro Rodríguez fue uno de los corsarios más conocidos del fructuoso siglo XVII. Con veintitrés años embarcó como alférez en el buque Ave María, también conocido como La chata, y que curiosamente fue abordado por piratas. El joven alférez aconsejó al capitán simular la rendición, atacar por sorpresa y quedarse con la carga de su atacante. Como el plan salió bien, el agradecido capitán regaló a Amaro el Ave María. Con él el joven inició sus actividades comerciales, incluido el tráfico de esclavos africanos hacia América.

Prosperó económicamente, se hizo con una nutrida flota de naves, y como ferviente católico hizo importantes donaciones a la Iglesia. Entonces, ¿cómo alguien que está bien situado y es generoso con sus convicciones religiosas acaba siendo un famoso pirata? Pues porque por amor a la patria obtuvo una patente de corso emitida por el rey de España, Felipe V. Como corsario se dedicó a defender los intereses de España desde el Atlántico hasta el Caribe,  y de paso los suyos propios. Así pudo atacar desde la legalidad cualquier barco que ondease la bandera pirata. En esta actividad Rodríguez se convirtió en Pargo, en el hombre más rico en toda la historia de La Laguna, y fue considerado en su tiempo un héroe nacional.

Llevaba a América sus naves cargadas con aguardiente y vino de malvasía de sus propias destilerías y viñedos, y en el trayecto atacaba a los barcos ingleses y holandeses que enarbolaban la Jolly Roger, llegando incluso a combatir al legendario pirata Barbanegra.

Así mismo, este buen corsario mantuvo una estrecha relación con el convento de Santo Domingo, siendo benefactor de este y del convento de Santa Catalina (también de la Orden Dominica), donde tres de sus hermanas se habían ordenado. Cuidó especialmente de los niños huérfanos y fue benefactor en las desgracias, como por ejemplo en la epidemia de fiebre amarilla que asoló la isla en 1701. En 1725 fue nombrado hidalgo en Madrid, fundó una capellanía (que es una institución para beneficio de los más necesitados), y destinó una gran suma de dinero a los pobres de la cárcel.

Fue devoto de la Virgen del Rosario, y tuvo una sólida amistad con la monja Sor María de Jesús León y Delgado, conocida y venerada en la isla como La Siervita, y a quien Pargo consideraba una santa.

María de León Delgado (1643-1731), nació en El Sauzal (Tenerife), y fue una monja a la que se le atribuyen numerosos milagros. Mística y hermana lega (los hermanos legos son religiosos católicos que viven en monasterios y se ocupan de labores manuales diarias, a diferencia de los monjes del coro, que son los que hacen vida contemplativa), perteneció a la orden dominica de Predicadores en el convento de Santa María de Siena de La Laguna, y se le atribuyen estigmas, levitación, éxtasis, hipertermia, bilocación y clarividencia aunque sus milagros no han podido ser demostrados. Actualmente su cuerpo se conserva incorrupto, aunque su proceso de beatificación ha sido suspendido por no ser este signo de santidad.

Su cuerpo sonrosado y flexible se descubrió tres años después de su muerte, cuando fue exhumado para ser trasladarlo a un sepulcro. Así que se decidió que fuese depositado en un artesanal sarcófago, regalo del corsario, y se custodió en el convento de Santa Catalina. Fue cerrado con tres llaves: una de ellas se entregó a las monjas catalinas, otra a los curas dominicos de Santo Domingo, y la tercera la custodió nuestro protagonista. Cada 15 de febrero el féretro es expuesto al público. Está realizado en madera policromada en rojo, azul y pan de oro, y lo ornamentan cinco orlas que contienen composiciones poéticas con las virtudes de la monja.

En sus primeros versos puede leerse un acróstico con el nombre AMARO PARGO. Recordemos que un acróstico es una composición en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, forman un vocablo o locución leída en sentido vertical.

Aquí yace flor preclara,
María de Jesús pura,
A quién fue esplendor de clara,
Rara en virtud y hermosura,
O en todas las virtudes es rara.

Pare aquí el humano afán
A mirar con luz divina,
Rara ave peregrina,
Girando al cielo Guzmán,
O al trono de Catalina.

La Siervita fue confidente del corsario, y este no emprendía ninguna empresa importante sin antes consultarle. Se cuenta que, cuando Pargo fue asaltado y apuñalado en Cuba, la santa se apareció en el momento justo en que le clavaban una daga para interceder por él e impedir su muerte.

La multinacional francesa Ubisoft, dedicada al mundo de los videojuegos, financió hace unos años un proyecto arqueológico, forense, biológico y antropológico de la cripta donde se enterró al corsario. Su principal propósito fue crear un personaje que llevara su nombre en el juego de acción Assasin’s Creed IV: Black Flag.

Los restos de Pargo estaban mezclados y amontonados sobre un banco de cemento en la cripta de la iglesia de Santo Domingo, y el estudio de sus huesos y dientes reveló que medía 1,66 m. de altura, que era delgado, que vivió hasta los 69 años, que comió mucho pescado, y que fue apuñalado de joven.

Los documentos históricos nos cuentan que fue enterrado junto a sus padres y un esclavo. Los restos de este último han determinado que era de raza negra y que medía 1,80 m. aproximadamente. Sabemos que se llamó Cristóbal Linche, que  fue liberado por su amo, y que mantuvo una buena amistad con él.

Sin embargo la Universidad Autónoma de Madrid determinó que los huesos hallados pertenecían a un total de nueve personas. Entre estos estaban los restos incompletos de un bebé, de una niña, una adolescente, un veinteañero con síndrome de Down, una joven, y una persona mayor de la que no se ha podido determinar el sexo. No tenemos referencias históricas de estas personas, así que no han podido ser identificadas, ni se ha determinado la fecha de sus muertes, pero el ADN ha identificado algunos de los restos como sobrinos o sobrinos nietos del corsario.

Antiguamente en España era una práctica generalizada enterrar a los niños junto a un adulto, especialmente a los bebés que morían sin bautizar, pues se creía que este los guiaría hasta el Cielo. ¿Y que mejor persona para esta misión que un héroe nacional, armado, que no temía a la muerte, generoso con los necesitados, amigo de una santa y defensor a ultranza de los huérfanos?

En la cripta no se hallaron restos de féretros o ropas, y algunos dientes estaban colocados al revés en las mandíbulas, por lo que se piensa que fueron saqueados. Lo único que pudo recuperarse fue una suela de zapato, algún clavo y restos de herrajes. Todos los huesos fueron devueltos a la bóveda en cajas individuales, y se les ofició un responso como despedida.

Otro de los objetivos de la empresa Ubisoft era hacer una reconstrucción facial de Pargo, y el estudio del cráneo determinó que tenía la cara alargada y angulosa, aunque no pudo completarse el análisis por falta de financiación.

En su testamento Amaro Pargo dejó escrito que guardaba un cofre en su camarote que contenía plata labrada, joyas de oro, perlas, piedras preciosas, porcelana china, ricas telas y hasta cuadros. También añadió que este cofre estaba catalogado en un libro forrado en pergamino y marcado con la letra D. Pero se desconoce su paradero. Así que a lo largo del tiempo los más avispados han intentado deducir dónde podía estar su tesoro.

La casa del corsario Pargo es una casona de campo de estilo canario ubicada sobre una atalaya estratégica desde donde se podían observar los barcos que aparecieran en el horizonte y que, en la actualidad, está prácticamente en ruinas a pesar de ser declarada de Interés Cultural en 2003. La casa del pirata ha sido saqueada en varias ocasiones por buscadores de tesoros, y también se ha especulado que el “cofre del muerto” podría ocultarse en la cueva de San Mateo, en Tenerife, ya que servía como escondrijo de botines. 

Sabemos que mantuvo una relación sentimental con la cubana Josefa María del Valdespino, con la que tuvo un hijo natural al que llamaron Manuel de la Trinidad Amaro, pero nunca se casó con Josefa. Así, ordenó en su testamento que su sustancial fortuna pasara íntegra a manos de su hermana Francisca, que era viuda, y a sus sobrinos. Su hijo natural se presentó en La Laguna exigiendo su parte de la herencia, pero sus documentados herederos se negaron a complacerlo. El documento también expresó su deseo de que nunca le faltara comida, vestimenta o atención a su liberto esclavo Cristóbal Linche, así como su deseo de que, al fallecer este, sus restos descansaran junto a los suyos en misma sepultura. También incluía su más preciada reliquia: la llave que sellaba el sarcófago de su amiga.

Cuenta el historiador Carlos Fisas cómo Alejandro Magno increpaba a un pirata que había capturado echándole en cara su profesión. Soy pirata -contestó el detenido- porque no tengo más que un barco. Si tuviera una flota, sería un conquistador. Así que Alejandro Magno no tuvo más remedio que dejarlo en libertad.

La lápida de Amaro Pargo luce la calavera con las tibias cruzadas, como no podía ser de otra forma, y aquí damos fin a esta curiosa historia de piratas.

Hasta otro día.
 
Fuentes: Wikipedia, Abc.es, EuropaPress.es, LaVanguardia.es, LaOpinión.es/LaOpiniónDeTenerife, WebTenerife.com. ElBlogoFeroz.com, ElCanario.net.
Foto: Pinake.wordpress.com
 

lunes, 7 de marzo de 2016

UNA MARCA, DOS CÓDIGOS Y TRES DAMAS PIRATAS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
07/03/2016
Por Eva Martínez Cabañas






Bueno, bueno…

Creo que la semana pasada aprendimos algunas cosas sobre la piratería en el Siglo de Oro, pero olvidé mencionar a mi pirata preferido: el literario John Silver el Largo. Quince hombre en el cofre del muerto ¡Y una botella de ron! cantaba el ebrio Billy Bones antes de que Perronegro le entregara la marca negra.
 
-Pero ¿qué es la Marca Negra, capitán? -pregunté.
-Es un aviso, compañero. Ya la verás, si me marcan. Pero ahora tú abre bien los ojos, Jim, y te juro por mi honor que iremos a partes iguales. -Todavía siguió divagando durante un rato, su voz fue debilitándose, y, cuando le hice beber su medicina, que tomó como un niño, me dijo-: Si ha habido un marino con necesidad de estas drogas, ese soy yo… -y se durmió profundamente. Dice la novela La isla del tesoro.

La black spot era un aviso que recibía el pirata de mano de un compañero y que le advertía que iba a ser juzgado, depuesto, o sentenciado a muerte. Era un pequeño fragmento de papel circular pintado de negro por uno de sus lados y con el mensaje escrito en el otro. Esta práctica fue una maravillosa invención del escritor escocés Robert Louis Stevenson, y en realidad no formaba parte de ningún código pirata.

En las películas de Piratas del Caribe conjuraban la palabra Parlamento para llegar a un acuerdo, y enseñaban un as de picas al que era condenado por traidor o chivato; y es que hasta los mafiosos, pandilleros y piratas se rigen por ciertas normas de conducta.

El charter party era el contrato del barco donde se concretaban las normas y castigos que se aplicarían en la convivencia marítima. Esta carta, como buen documento administrativo, incluía el lugar y fecha del acuerdo, el nombre del barco, los objetivos de la operación, como se repartiría el botín, la compensación que tendrían los piratas heridos, y el acuerdo de obediencia a los superiores.

Cada barco o flota pirata establecía sus propias normas, y algunas de estas reglas disponían mantener limpias las armas, la pena por deserción o robo a compañeros, el derecho a voto y a provisiones frescas o licores fuertes, la prohibición de jugar a cartas o a dados por dinero, la hora en que se apagarían las velas, la pena por abandonar el barco o quedarse encerrado durante la batalla, la prohibición de pelearse a bordo junto, las condiciones para los duelos en tierra, o el descanso de los músicos el sábado.

Ante un delito los imputados podrían entregarse a las autoridades sitas en Jamaica o Isla Tortuga, y en faltas menores se abandonaría al pirata en una isla siempre abastecido con una botella de agua, un arma, un poco de pólvora y algunas municiones. Esta acción se llamaba marooning, que significa abandonar o aislar.

La solemnidad del juramento ante el documento se completaba poniendo una mano en una botella de ron y otra sobre una Biblia, un crucifijo o un hacha de abordaje, y el lobo marino firmaba con su nombre, o una cruz si era iletrado.

Ser pirata estaba penado con ser colgado por el cuello hasta la muerte, por lo que el miedo a ser capturado obligaba a los firmantes a quemar estos contratos o a arrojarlos por la borda. Así evitaban que sirvieran de prueba incriminatoria, pero se tiene constancia de un código firmado por los tripulantes de la flota del corsario y filibustero inglés Henry Morgan, y de un segundo emitido por el pirata galés John Roberts. En este último se establece la prohibición de embarcar a mujeres o a niños.

Sin embargo tenemos constancia de que existieron tres mujeres piratas.

Jack Rackham, también conocido como Jack el calicó, fue un marino y capitán pirata nacido (posiblemente en Cuba) en 1682 y muerto en Jamaica en 1720. Fue conocido por su diseño personal de la Jolly Roger (dos espadas cruzadas bajo una calavera), por llevar coloridas ropas de calicó (un tejido de algodón realizado con hilos cruzados a modo de tafetán) y por haber llevado a bordo a dos de las más famosas piratas: Anne Bonny y Mary Read.

Anne Bonny, conocida con el diminutivo de Boon, nació en Irlanda en 1698 y fue hija de un hombre de leyes llamado William Cormac, y de la criada de su esposa, cuyo nombre es dudoso pero sabemos que se apellidaba Brennan. Al conocerse el adulterio, Cormac decidió emigrar con la niña y su madre biológica a Charleston, en la norteamericana Carolina del Sur. Anne tuvo una buena vida pero un carácter muy rebelde, y tras continuos enfrentamientos con su padre dejó el hogar para buscar fortuna en New Providence, actual Nassau y una de las islas Bahamas.

Su carácter violento le llevó a tener continuadas disputas con jóvenes de ambos sexos, y con solo trece años fue acusada de matar con un cuchillo de cocina a una sirvienta llamada María Vargas, y tras disputarse ambas un amante comerciante.

A los dieciséis años la muchacha conoció en el puerto a un marinero llamado James Bonny y se casó con él a escondidas de su padre, que la desheredó. Sin embargo el matrimonio dejó Charleston y viajó a la lejana isla, pues sospechaba que su yerno quería apropiarse de sus plantaciones. La joven se enfadó tanto que, antes de marcharse con su marido, quemó algunos de los planteles de su progenitor. Anne se hizo célebre por su fuerte carácter, sus malos modales, su atractivo físico y por ser frecuentemente cortejada cuando su marido se embarcaba.

En la isla conoció y se enamoró de Jack el Calicó. El marido de la joven denunció su infidelidad al gobernador Woodes Rogers, quien amenazó con azotarla públicamente. Entonces, los amantes reunieron una tripulación, robaron un barco atracado, y se dedicaron a correr aventuras y a asaltar las naves de los pescadores.

Cuentan que la muchacha quedó embarazada, por lo que dejaron al bebé en Cuba a cargo de unos conocidos de Jack. Más tarde capturaron un barco alemán donde viajaba un joven delicado que fue reclutado por los piratas y que llamó la atención de Anne. Resultó que el joven en realidad era una chica vestida con ropas masculinas, y ambas se hicieron amigas ocultando el secreto. La disfrazada joven se llamaba Mary Read, nació en Londres en 1697, ejerció la piratería durante un año, y murió en Jamaica con tan solo veinticuatro años de edad.

A Calicó le molestó la cercana relación que su pareja mantenía con el nuevo marinero, y Mary tuvo que confesar. Sin embargo se le permitió seguir formando parte de la tripulación y, como guinda romántica en este pastel de aventuras, se casó con uno de los tripulantes según el rito pirata.

La tripulación de Calicó obtuvo varios éxitos durante tres meses, pero luego se relajó y cayó en un exceso de celebraciones y borracheras. De esta forma el 20 de octubre de 1720 el gobernador de Jamaica envió al capitán Barnet y a su hueste a apresar su barco. Estos encontraron a los piratas ebrios, sin ofrecer resistencia, y así fueron apresados, sentenciados y ejecutados en la horca.

Mary y Anne aseguraron estar embarazadas, pues una ley establecía que no se podía ejecutar a una mujer embarazada hasta haber dado a luz. Una comadrona confirmó el estado de ambas y así permanecieron presas. El juicio tuvo gran repercusión en el Caribe, y el informe redactado en la época nos ha dejado la historia de estas mujeres.

A Anne, a pesar de ser una prisionera, se le permitió visitar a Jack en su celda, donde la joven le dijo: Lamento verte así, Jack. Pero si hubieras luchado como un hombre ahora no tendrían que colgarte como a un perro. Por otra parte se cuenta que las últimas palabras de Jack en el cadalso fueron las siguientes: Desdichado sea aquel que encuentre mis inumerables tesoros, ya que no habrá barco que pueda cargarlos todos.

Mary murió de unas fiebres en la cárcel, y Anne desapareció. Cuenta una historia que su padre convenció al gobernador para llevarla a un convento, aunque otra fuente asegura que dio a luz al segundo hijo de Jack en Carolina del Sur, donde volvió a casarse, tuvo más hijos, y murió octogenaria y anónima.

Si quieren conocer más sobre estas damas, la escritora Zoe Valdés publicó su novela Lobas de mar donde recrea su historia, y Alain Surget escribió Mary Tempestad con la misma temática. La gallega María Reimóndez también se sumó al homenaje con su obra Pirata.

En el videojuego de acción y aventuras Assassins Creed IV: Black Flag, desarrollado por Ubisoft, el personaje de Mary Read, disfrazada de hombre, utiliza el nombre de James Kidd para integrarse entre los piratas.

Pero todavía no acaba esta historia, pues nos queda mencionar a la pirata china conocida como Madame Ching.

Su nombre fue Ching Shih, y nació en la República Popular China (1775-18449). Fue prostituta antes de casarse con el pirata Cheng I (Zheng Yi), capitán de una flota pirata. Ambos lucharon junto al levantamiento de tres hermanos conocidos como Tay Son (1788-1802), que se rebelaron por disputas dinásticas en Vietnam. Los hermanos tomaron posesión del país asesinando a la familia Nguyen, pero uno de sus miembros sobrevivió a la masacre y formó un ejército y recuperó el poder en 1802.

Cheng I formó una gran coalición de barcos, y fue considerado en Asia como el pirata con mayor éxito de la historia. El matrimonio había adoptado en Vietnam a un niño al que llamaron Chang Pao (Zhang Bao) y, tras enviudar, Madame Ching se casó con su hijo adoptivo y lugarteniente, consolidando así su dominio sobre la flota. El gobierno perdió tantos barcos a manos de esta señora, que se vio obligado a confiscar barcos privados para hacerle frente, pero los verdaderos enemigos de Ching Shih fueron otros piratas, principalmente uno llamado O-po-tae.

Al reagruparse la flota gubernamental, la pirata se vio en la necesidad de pedir su perdón y el de su hijo-marido ante el gobierno chino, y este se lo concedió. Su hijo adoptivo y esposo pasó el resto de su vida en una cómoda posición de funcionario del gobierno, y ella dirigió en Cantón un burdel y casa de apuestas hasta su muerte.

Jorge Luis Borges incluyó el cuento La viuda Ching, pirata en su libro Historia universal de la infamia, lo que me da una excusa indiscutible para acabar con las palabras del escritor argentino:

La palabra Corsarias corre el albur de despertar un recuerdo que es vagamente incómodo: el de una ya descolorida zarzuela, con sus teorías de evidentes mucamas, que hacían de piratas coreográficas en mares de notable cartón. Sin embargo, ha habido corsarias: mujeres hábiles en la maniobra marinera, en el gobierno de tripulaciones bestiales y en la persecución y saqueo de naves de alto bordo.

Nada más que añadir. Hasta otro día.
 

Fuentes: Okodia.com, Wikipedia, ElPaís.com.
Foto: Taringa.net (Anne Bonny)