CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
04/08/2014
Por Eva Martínez Cabañas
El
viernes tuvimos un día de nervios, preparativos, carreras y muchas risas.
Familiares
y amigos fuimos convocados en la preciosa localidad de Torre de Juan Abad para
inaugurar la exposición titulada “El tiempo entre tontunas”. Nuestro
caricaturista y amigo Barry, aunque en realidad se llama José Barahona Parras
desde niño, compartió con nosotros lo mejor de un trabajo de dos años. Y como
no podía ser menos, lo hizo de la mano del humorista más grande que ha dado la
historia de España: Francisco de Quevedo.
La
exhibición está ubicada en la Casa-Museo sita en la calle de Quevedo, 32 desde
el 1 al 15 de agosto en horario de 10:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:00 horas
aproximadamente, y de lunes a sábado si les viene bien, ya que los ciudadanos
de La Torre tienen la bella costumbre de no tomarse el tiempo demasiado en
serio.
Por
prescripción de mi manager me presento allí en autobús. Le pregunto al dibujante:
-¿Te
importa que te haga unas preguntas?
-¿Tiene
que ser ahora?
-Claro.
-¿Pero
puedo cortar jamón mientras tanto?
Así
que comenzamos con humor y nos salimos al patio con cuchillo y libreta. Me
cuenta que la exposición surgió del empeño de familiares y amigos, quienes consideraban
su trabajo “digno de ser mostrado”, y que posiblemente la exposición se
reproduzca en Ciudad Real en los próximos meses. Cuando le pregunto sobre su
primera viñeta me cuenta que tiene la costumbre de garabatear cuando está
concentrado, y que fue en el dietario de mesa de su oficina donde dibujó a
Rajoy con su nuevo teléfono móvil.
Yo
me río por adentro. Basta la hojita de un calendario para crear una historia o
provocar una risa… Así surgió la costumbre de dibujar una sátira diaria sobre
la hoja del calendario, y al compartirla con los amigos apareció la posibilidad
de mostrarlas en el periódico local “Ciudad Real Digital”.
Mientras
intenta no cortarse un dedo, continúa contando que el título de la muestra
surge de la famosa novela “El tiempo entre costuras”, y el localismo “tontuna”
que a menudo utilizaba su abuela Hilaria. Me confiesa que para crear sus
viñetas satíricas se inspira en las barbaridades que aparecen en la prensa
diaria o en la radio, fuentes inagotables de humor, y que mientras hay días que
le cuesta pensarlas, otras salen por sí solas. Utiliza el truco de enviarse
e-mails a sí mismo para no olvidar sus ocurrencias, mezcla aforismos con
personajes públicos, y cuando termina la viñeta del día se fuma un cigarro y se
recrea con ella. “Si a mí me gusta, pienso que también le gustará a los demás”,
me dice. Su personaje más dibujado a lo largo de estos dos años ha sido Artur
Mas.
Cuando
le pregunto por “Telmo y Luis” dice que son oriundos de Torre de Juan Abad, y
que surgieron al contemplar a dos jubilados sentados en el parque. Desde
entonces estos dos observadores de la actualidad no han dejado de hacernos
sonreír.
José
Barahona dibuja personajes muy reconocibles, huye del lenguaje soez y prefiere
la gracia de los localismos, ya que así evita la ofensa y se guarda las
espaldas como buen conocedor del Derecho. También me confiesa que su mayor
deuda es no haber conseguido hacer una caricatura de la alcaldesa de Ciudad
Real, añadiendo que se le da mal dibujar mujeres.
Entre
sus próximos proyectos está llevar sus viñetas a formato libro, crear la
sección “¿Qué pasó con?” en relación a promesas electorales que nunca se
cumplieron, convertir a Telmo y Luis en cómic y crear una tira satírica una vez
por semana. Mucho trabajo por delante…
-Barry,
¿la vida es más bonita cuando se vive con humor?
-Sí,
es la salsa de soja del sushi.
En
la exposición nos recibe con su buen hacer José María Lozano, responsable de la
Casa-Museo, y la amable Vega Morcillo, guía y encargada del lugar que se brinda
a mostrarnos la casa de don Fernando y el museo de Francisco Quevedo. Encontramos
con emoción manuscritos del genio y de la época, su testamento, su tintero de
cerámica de Talavera, la silla donde se sentaba a escribir, e intercambiamos sus
mejores anécdotas.
Tras
las palabras de Arsacio Peña, la exposición es amenizada con el arte y el piano
de Inés Peña Yangüela, quien con desparpajo, sus preciosos diez años y vestido
rojo, nos toca las piezas ensayadas y no ensayadas de su repertorio. Tras su
actuación ambos fueron largamente aplaudidos.
Río
con las viñetas y leo las palabras de Barry colgadas en la pared:
“Es
habitual en los periódicos publicar tiras cómicas, comentando la actualidad
política, social o deportiva. Su origen se remonta a la época dorada de la
prensa norteamericana y en un primer momento se dirigieron a reflejar las
noticias más relevantes o con marcado eco social.
En
estas “daily strips” nacieron los personajes más universales del cómic
americano, desde Popeye a Spiderman y desde Mafalda a Garfield.
El
género no pasó inadvertido en España, donde el humor gráfico contó con los
personajes más ilustres, Chumi Chúmez, Mingote, Forges y un largo etc, sin
olvidar algunas de las grandes revistas especializadas de contenido crítico,
desde “Hermano Lobo” la “Codorniz”,
hasta “El Jueves” más actual.
En
la admiración hacia los grandes dibujantes e ilustradores, el que suscribe esta
exposición tuvo siempre una vocación frustrada, el de ver publicadas sus
“tontunas” a modo de viñeta en alguna publicación periódica.
Lo
que empezó como una afición compartida con amigos y familiares, dibujada sobre
el taco de un almanaque de oficina, tuvo su recompensa a medados de 2013 en las
páginas digitales del diario de Ciudad Real “ciudadrealdigital.es” en la
sección “El almanaque”, en la que sobre las hojas del mismo a diario, o casi
vengo publicando estas viñetas que aquí se exponen, comentando la actualidad
nacional, regional y provincial… en un intento de dar “otra visión” a acontecer
diario.
Esto
que aquí se expone, constituye una muestra de este trabajo”.
Para
concluir decir que después de alguna sorpresa oculta tras blanco paño, nos
tomamos un vino de la tierra para celebrar que sabemos hacer cosas y
compartirlas. Gracias Barry por tus risas de papel. Gracias Vega por tu fuerza
de catarata.
Me
vuelvo a casa en coche con Eva, Inés y Javier. Arsacio nos sigue escoltando el
piano. Llevamos la cara repleta de besos y estamos cansados pero contentos.
Mañana será otro día.
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