lunes, 28 de diciembre de 2015

ENAMORADA DEL ARTE


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
21/12/2015
Por Eva Martínez Cabañas






Hay ocasiones en que algún rincón secreto de no sé qué habitación del alma se vincula silenciosamente a una obra artística. Entonces te magnetizas, escuchas su mensaje implícito, entiendes el porqué, y hasta deseas conocer a la persona que imaginó aquello que te está conmoviendo. Es automático e ineludible, y basta una estatua, un cuadro, un graffiti, una frase…

Siempre que nieva tengo cinco años, dijo Neorrabioso y me enamoré. Me adentré en el acero y el vacío de La memoria del tiempo de Richard Serra y me enamoré. Contemplé la obra de Bansky y de nuevo me enamoré. Y lo mismo sucedió con La consagración de Jacques-Louis David, la serenidad de La Gioconda, la poesía de Wislawa Szymborska, la familia Buendía, o con los dibujos de mis sobrinos.

Dicho así pienso que no soy muy fiel, y entonces recuerdo el poema de Cristina Peri Rossi:

“A los veinte años, en Montevideo,
escuchaba a Mina
cantando Margherita de Cocciante
en la pantalla blanca y negra de la Rai
junto a la mujer que amaba
y me emocionaba

A los cuarenta años escuchaba a Mina
cantando Margherita de Cocciante
en el reproductor de cassettes
junto a la mujer que amaba,
en Estocolmo,
y me emocionaba

A los sesenta años, escucho a Mina
cantando Margherita de Cocciante
en Youtube, junto a la mujer a la que amo,
ciudad de Barcelona
y me emociono

Luego dicen que no soy una persona fiel”.

Mi último gran amor artístico ha sido Juan Muñoz. Sucedió paseando por Oporto.

En el Jardim de Cordoaria me topé con una llamativa composición de bronce de esas que denominan “a pie de calle”. Se trataba de una grada donde varios hombres de rasgos asiáticos se desternillaban de risa a tamaño natural y a mandíbula batiente. Aquellos chinos me hicieron reír a mí también. Había otras composiciones iguales, creo recordar que eran cuatro, y la placa de la obra decía que se titulaba Trece riéndose unos de otros. No sabía quién era el autor, pero al poco tiempo un documental en La 2 de Televisión Española me regaló su biografía.

Juan Muñoz fue un arquitecto madrileño que nació el día de mi cumpleaños pero del año 53, y está considerado uno de los escultores y artistas de instalaciones más importantes. Lamentablemente su corazón se paró en Ibiza en 2001 mientras descansaba junto a su familia.

Realizó exposiciones en las ciudades más importantes del mundo con obras como Doble Vínculo, en el Museo Nacional Británico de Arte Moderno de Londres. Esta alegoría arquitectónica no deja indiferente a nadie, y es una obra de teatro estática que nos cuenta historias sin palabras y de alma a alma.

Se trata de una estructura que incluye una secuencia de escenas escultóricas que nos inquietan. El suelo cuenta con ilusiones ópticas y trampantojos que solo son descubiertas desde arriba, así como ascensores que suben haciendo descender el techo. Me pregunto lo que se les podría haber ocurrido a Muñoz y a Escher trabajando juntos… Lástima, el tiempo y el espacio los separó de esta simbiosis imaginaria.

Juan Muñoz es todo un ilusionista, un jefe de pista que grita “Pasen y vean”. Con su obra reflexionamos, nos sorprendemos, nos reflejamos en el espejo, y somos el observador silencioso que contempla el extraño comportamiento humano, el espacio que ocupa, su forma de comunicarse, o la relación que establece con su comunidad.

Dibuja la realidad humana en 3D, en espacios arquitectónicos sacados de un sueño, y siempre con cierta tensión porque las emociones impregnan las figuras como rociadas con spray. Nos habla de soledad en medio de la multitud, de dolor, de risas, de desigualdades… Sus representaciones son tremendamente reales, y adoptan cambios de tamaños junto a los muebles, escaleras, pasamanos y balcones.

Sus personajes son enanos, orientales, muñecos de ventrílocuos, niños, bailarinas… hasta que descubres que tú mismo formas parte de la acción. Particularmente me gustan sus “escenas de conversación”, que son grupos de figuras que conversan, incluso sentados en la pared, y que te implican en la reunión cuando menos lo esperas. Creo que debe ser casi imposible visitar sus exposiciones y no acabar hablando con alguna figura.

Aquí finaliza un homenaje del tamaño de una semilla, pero que surge del corazón y la admiración. Gracias por tu espejo, amigo, que como dijo George Bernard Shaw “Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma”. De haberte conocido me hubiese encantado crear contigo chinos de plastilina, porque tú también sabías que el mundo en muchas ocasiones es un patio de recreo.


Fuentes: Wikipedia, RTVE.es, Museo Reina Sofía, El País, ABC, Fundación Juan Muñoz.
Foto: EsulturaYArte.com

lunes, 21 de diciembre de 2015

EL MISTERIO DE LOS PINOS CURVADOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
21/12/2015
por Eva Martínez Cabañas






Max Planck, físico, matemático, fundador de la maravillosa teoría cuántica y Premio Nobel de Física, afirmó que "La ciencia no puede resolver el último misterio de la naturaleza. Y eso se debe a que, en última instancia, nosotros mismos somos una parte del misterio que estamos tratando de resolver”.

Si el ser humano es en sí mismo una parte del misterio que queremos resolver, no lo es menos el entorno que nos acoge y nutre, así como las sorpresas que nos ofrece para que nos hagamos preguntas, para que nos mantengamos alerta, para que aprendamos dónde vivimos…

Uno de estos maravillosos enigmas nos lo brinda el bosque de Gryfino, muy cerca del pueblo del mismo nombre en la región de Pomerania, situada en el noroeste de Polonia. La peculiaridad del bosque es que cuenta con unos cuatrocientos pinos silvestres, Pinus sylvestris, que presentan una curvatura de 90º hacia el norte en su base, a pocos centímetros del nacimiento de su tronco. Son como signos de interrogación naturales que abren una pregunta, como hoces arbóreas, como letras C de madera viva… Son fantásticos. El pinar también se conoce como el Bosque Encorvado.

Pero más que encorvado parece encantado. Se diría que un viento prodigioso a ras de suelo hubiera curvado una parte de sus árboles en su niñez, pero nadie es capaz de dar una explicación convincente a la extraña forma de estos árboles. Los expertos los han catalogados de “fenómeno”, pues los pinos curvados están rodeados por otros tantos árboles de su especie que no presentan curvas. Están datados en unos ochenta años de edad.

Pero eso sí, existen varias teorías que intentan explicar lo inexplicado…

Primera: Que la curva la hubiera causado el hongo Melampsora pinitorqua, causante de deformaciones en pinos jóvenes, aunque no provocan distorsiones tan acusadas como en este bosque.

Segunda teoría: Que los cuatrocientos pinos fueron aplastados por tanques de la Segunda Guerra Mundial, cuando los árboles tenían entre siete y diez años.

Tercera: Que la nieve acumulada los moldeó en sus orígenes.

Cuarta: Que es obra de la acción del hombre, quien habiendo plantado los árboles en los años treinta del siglo pasado, les dio esta forma para obtener madera curva que emplearía en la construcción de buques. La invasión de Polonia por los nazis suspendió el proyecto y los pinos siguieron creciendo rectos, buscando la luz solar.

Quinta: Que al igual que los Círculos de las Cosechas los hubieran doblado energías gravitacionales o magnéticas.

Que cada uno elija la que más le guste…

“De alguna manera misteriosa el bosque nunca me ha parecido una cosa estática. En términos físicos, me muevo a través de él, sin embargo en términos metafísicos, parece que él se mueve a través de mí” decía el escritor John Fowles.

Antes de 1945 la región donde se encuentra el bosque formaba parte de Alemania. Después de la Segunda Guerra Mundial fue puesta bajo la administración polaca, y étnicamente se limpió según el Acuerdo de Potsdam. Así que los nativos fueron expulsados y el pueblo se devastó. Esto explica que los posteriores lugareños de los años setenta no tengan ni idea de por qué el cúmulo de pinos ha tomado tan peculiar forma.

En otros lugares también existen otros boques peculiares, con mágicas luciérnagas, con historias de apariciones, de extraterrestres, bosques radioactivos, cubiertos de musgo hasta las raíces, con enormes baobabs o secuoyas, bosques vivos pero viejos como el mundo, bosques imaginados como Fargorn y sus maravillosos ents, o Fartilia y su poblado de inadaptados.

Pero sin duda, uno de mis bosques preferidos es el Bosque Animado o bosque de Oma, en la Reserva Natural de Urdaibai en Vizcaya. El artista Agustín Ibarrola convirtió un grupo de árboles en una obra artística entre los años 1982 y 1985, dentro de la tendencia Land Art. Los troncos de los árboles pintados, vistos desde distintas posiciones, componen figuras geométricas, humanas o animales. El propósito de Ibarrola fue mostrar la relación entre la naturaleza y la presencia del hombre en ella.

Según el escritor Emil Cioran, “Si no poseo el gusto del misterio es porque todo me parece inexplicable, o mejor dicho porque lo inexplicable es mi único sustento y estoy harto de él”.

No es nuestro caso…


Fuentes: Abc.es, Ecoforestalia.blogspot.com, Miscuriosidades.com, Culturacolectiva.com, Wikipedia.
Foto: Misteriosenlaweb.blogspot.com

martes, 15 de diciembre de 2015

EL ENIGMA DE LOS NUDOS QUIPUS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
14/12/2015
Por Eva Martínez Cabañas






Según la revista Science, las cuerdas anudadas del pueblo inca eran documentos administrativos con información contable. Los guardianes de los nudos, o quipucamayu, eran los responsables de su actualización y custodia, aunque su uso estaba ampliamente difundido y cualquier funcionario podía interpretarlo. Su nombre proviene de la lengua quechua, ya que khipu significa “nudo”. Esta maravillosa y antiquísima herramienta mnemotécnica fabricada con cordeles de lana de distintos colores y nudos fue inventada alrededor del año 1500 en la cordillera andina como método contable y anotación histórica. ¿Con nudos? Sí, con nudos.

Constan de una cuerda horizontal de la que cuelgan otros cordeles anudados con diferentes colores, torsión, forma, tipo, distancia entre nudos, posición y tamaño. En ellos pueden encontrarse cuerdas sin anudar, cuerdas que cuelgan de otras secundarias y hasta cuatro tipos distintos de nudo: simples, largos, en forma de ocho y en forma de ocho con vuelta extra. Como si hiciéramos punto o macramé, señoras… Descifrar el código completo de estos preciosos libros de cuerdas sin duda nos aportarían mucha información sobre el imperio inca.

Representaban números en un lugar determinado, y así ponían en lo más alto la decena de millar, después iba la unidad de millar, y así hasta llegar a la unidad en el extremo inferior de la cuerda. El cero era la ausencia de nudo. Así se registraba la contabilidad del ganado, los impuestos laborales, resultados de cosechas, el calendario, o el censo de la población. El color identificaba lo que representaba el número almacenado, y así sabemos que se utilizaba el blanco para la plata, el amarillo para el oro, el rojo para los guerreros…

También se utilizaban como forma de escritura e incluso para llevar mensajes a otros lugares. Algunos investigadores los han catalogado de escritura en tres dimensiones frente al resto de escrituras bidimensionales antiguas y actuales, ya que los quipus registraban la sucesión temporal de los acontecimientos amarrando datos como quiénes fueron sus reyes, con quién se casaron, el número de hijos que tuvieron, o las tierras que conquistaron durante su reinado. ¿Con nudos? Que sí, con nudos. En algunos lugares funerarios incas se han encontrado algunos con setecientas treinta cuerdas agrupadas en veinticuatro sectores, lo que equivale exactamente al número de días y meses que completan dos años. Los libros de cuerdas también varían en tamaño y complejidad, pues aunque cuentan como mínimo con tres cuerdas, su número máximo de cordeles puede llegar hasta dos mil.

Tras la conquista española, se incentivó inicialmente el uso de los quipus tanto por la administración colonial como por la iglesia, y fue el virrey Francisco de Toledo quien los incorporó entre 1570 y 1581 al sistema administrativo del Virreinato. En el culto católico se utilizaban para memorizar oraciones.

Aunque en 1583 el III Concilio de Lima prohibió su uso, las comunidades desoyeron esta prohibición y continuaron utilizándolos. En 1622 el párroco de Andahuaylillas, Juan Pérez Bocanegra, escribió en su “Ritual formulario” cómo los indígenas iban a confesarse con quipus que registraban sus pecados. Sabemos que estas memorias portátiles fueron usadas por lo menos unos ciento cincuenta años después de la Conquista, pues las pruebas de carbono 14 han desvelado que la mayoría de los conservados datan de esta época.


Sin embargo, acabó suprimiéndose su uso, ya que los conquistadores temían que algunos quipucamayocs permanecieran fieles a sus gobernantes nativos, enviándoles mensajes secretos. La Iglesia, por su parte, en su campaña de convertir a todo el mundo al catolicismo, también acabó considerándolos objetos de idolatría. Así que los condenó a la hoguera y los definió como obra del diablo.

Ya decía el cura de don Quijote antes de quemarle sus libros: “Tome vuestra merced, señor licenciado: rocíe este aposento, no esté aquí algún encantador de los muchos que tienen estos libros, y nos encanten, en pena de las que les queremos dar echándolos del mundo”.

La mayoría de quipus fueron destruidos. Sin embargo, una orden religiosa de monjes guerreros rebeldes conservó algunos de ellos con el propósito de descodificar sus secretos. Se trataba de la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, más conocida como la Orden de los Mercedarios. Además de los tradicionales votos de pobreza, obediencia y castidad aplicados al resto de órdenes religiosas, estos se comprometían con un cuarto voto a liberar a otros más débiles en la fe, aunque su vida peligrase por ello.

Por lo tanto su principal trabajo fue rescatar y redimir a los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Se trataba del cuerpo de élite de la Iglesia, de las fuerzas especiales con licencia para matar, y era tal la libertad que gozaban en Lima, lejos de la doctrina romana, que incluso se permitían el lujo de tener hijos. Hasta tal punto llegó su anarquía, que el mismísimo rey Felipe II amenazó con disolver la orden si no acataba la autoridad eclesiástica.

En Lima existe un monasterio Mercedario construido en 1535. Su archivo antiguo atesora un libro escrito por un monje del siglo XVI en el que se describen los quipus como un sistema de escritura. El monje también asegura en su libro haber lograrlo leerlos. En total se han hallado más de setecientos quipus. Los más antiguos pertenecen a la cultura Wari, que floreció aproximadamente desde el siglo VII al XIII. Estos no tenían nudos, sino cuerdas de colores que colgaban de la principal en diferentes puntos. El quipu más antiguo encontrado hasta el momento fue hallado en 2005 en las ruinas de la ciudad de Caral. Se ha datado en el año 2500 a.C. aproximadamente.

En la población peruana de San Cristóbal de Rapaz, la comunidad nativa conserva un quipu que nadie sabe leer, y en Ayacucho existe una tabla quipu elaborada por mercedarios. En esta versión los cordeles anudados se encuentran sujetos a una tabla. Lo conserva la maestra local, y al tener numerosas anotaciones en español, se ha considerado la piedra Rosetta inca. La tabla presenta guano de murciélago, suciedad y texto borroso, pero gracias al escáner multiespectral aportado por un profesor de Utah, Estados Unidos, se ha conseguido rescatar la mayoría de palabras. Este tipo de escáner, que fue diseñado por la Nasa para explorar otros planetas, en esta ocasión ha acabado explorando nuestro propio pasado.

Pero a mi entender, lo más sorprendente es que uno de estos quipus, custodiado por el Museum für Völkerkunde de Berlín, presenta un mapa estelar dimensional con la posición exacta de las estrellas principales de las Pléyades y del planeta Venus, que pasa delante de este sistema de soles cada ocho años. El estudio fue publicado por Alberto Sáez-Rodríguez, integrante de la Dirección de Planificación Económica y Estadística “Pueblos Amistad”, de la Universidad de Rusia en Moscú.

Hay que añadir que la comunidad antropóloga todavía no ha conseguido descifrar de manera precisa todos los secretos de estos documentos textiles, por lo que a día de hoy siguen considerándose un maravilloso enigma sin resolver. Yo por mi parte solo puedo añadir que aunque en líneas generales siempre me impresiona el conocimiento de nuestros ancestros, en este caso debo decir con absoluta seguridad que yo de mayor quiero ser inca. O maya… ¿Conocen su calendario o sus multiplicaciones a base de líneas? Para más información los curiosos pueden dirigirse a la generosa internet.

Para terminar, vayamos de la teoría a la práctica: Si desean aprender a hacer nudos quipus les recomiendo el vídeo de YouTube “Quipus, nudo ancestral, amarrando memoria”.

Hasta otro día.


Fuentes: ElMundo.es, Wikipedia, Es.slideshare.net, documental Expedientes Misterio de la Antigüedad, de Discovery Max, MásLibertad.com, PueblosOriginarios.com.
Foto: Plataformadescaruanda.blogspot.com


lunes, 7 de diciembre de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: EL POETA ÁNGEL CRESPO


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
07/12/2015
Por Eva Martínez Cabañas






“La nada: ese inmenso cajón, alacena o lago de que Dios ha exiliado a todas las cosas; bosque en el que se escucha el balido de todo los pájaros habidos y por no haber. Desgraciado de aquel que no tiene su nada, habrá de conformarse con lo que le den los demás, sacando de sus bolsillos o de sus terribles armarios; vivirá como nuncio, como vicario, como ministro, pero jamás con soberanía, porque no tendrá nada. La mía es el recuerdo, las escamas de los pescados que platean en los mares de medianoche y del mediodía en que el sol nada-; la nada por crear. O bien el largo olor a vida de la nada.”

Estas inspiradoras palabras pertenecen a Ángel Crespo Pérez de Madrid, a quien el Ayuntamiento de Ciudad Real quiere rendir tributo aportando su nombre a la clausurada Casa de la Cultura, con una placa conmemorativa en su casa natal, y mediante un premio literario que también tomará prestado su nombre de poeta. Gran iniciativa. Y por unanimidad. Enhorabuena.

Obtuvo el premio de los Lectores y Libreros Italianos por su traducción de “La Divina Comedia”, la Medalla de Oro della Nascita di Dante en Florencia, la Medalla de Plata de la Universidad de Venecia, el Premio Nacional de Traducción por traducir el “Cancionero” de Petrarca, el premio Ciudad de Barcelona de Poesía en Castellano por su libro poético “El bosque transparente”, y el Premio Nacional a la Obra de un Traductor.

Nació en la calle Ciruela de Ciudad Real el 18 de julio de 1926, en el seno de una familia terrateniente. Además de un gran poeta, fue ensayista, traductor y crítico de arte español. Su padre fue funcionario de Telégrafos, y hasta que finalizó la Guerra Civil vivió en Ciudad Real y en Alcolea de Calatrava, donde su madre poseía varias fincas.

A causa de la guerra no asistió a la escuela, pero recibió educación en su propio domicilio gracias a un profesor de francés, amigo de sus padres, que se hallaba refugiado en la casa.

Leyó a Jean Henri Fabre, las leyendas de Hermes, a Verne, Salgari, Rice Burrougs, los clásicos castellanos, mitología griega, a Rubén Darío, Berceo, Espronceda y al duque de Rivas, entre otros.

Amó la naturaleza y la reflejó en su obra. Sus primeros poemas los publicó en la provincia y, tras terminar el bachillerato en nuestra ciudad, se marchó a Madrid a estudiar Derecho siguiendo los deseos de su padre. Es en la capital donde se relacionó con los fundadores del postismo, un movimiento marginal surrealista que en sus inicios quiso ser la síntesis de todas las vanguardias literarias que le precedieron.

Realizó el servicio militar en Tetuán como universitario en Marruecos, y realizó viajes con amigos musulmanes a Tánger, Chauen y varias cabilas del protectorado, estableciendo contacto con judíos sefardíes y su romancero.

Al finalizar su obligación regresó a Alcolea para preparar oposiciones a notaría. Allí escribe “Una lengua emerge”, publicado en 1950 y que fue el primer libro de lo que se ha llamado su realismo mágico.

En la década de los sesenta se implicó en la lucha clandestina estudiantil contra la dictadura escribiendo poesía de intención comprometida. Fundó y dirigió la sección literaria del diario Lanza de Ciudad Real junto con su amigo Fernando Calatayud, y empezó a publicar crítica de arte en la prensa universitaria. Al lado de Carlos Edmundo de Ory organizó la Exposición “16 artistas de hoy, y durante este periodo visitó frecuentemente Valdepeñas y al poeta Juan Alcaide, quien terminó afianzando su vocación de poeta.

Más tarde regresó a Madrid para trabajar como abogado y, junto con Gabino Alejandro Carriedo y Federico Muelas, fundó la revista de poesía “El pájaro de paja”. A lo largo de su vida él solo fundó y dirigió otras tantas revistas, como la “Deucalión”, que patrocinó la Diputación de Ciudad Real, “Poesía de España” o la “Revista de cultura brasileña”.

Se convirtió en una figura destacada de la cultura española de la postguerra, y en 1956 se casó con María Luisa Madrilley, un año después nació su hijo Ángel, y tras varios años de matrimonio ambos cónyuges se separaron. 

Pilar Gómez Bedate fue su segunda esposa y, tras viajar a Italia, en 1964 decidió abandonar definitivamente su carrera como abogado. En 1967 se vio obligado a partir de España a causa de su oposición al régimen franquista, y aceptó la invitación de la Universidad de Puerto Rico para enseñar Literatura Comparada en el recinto universitario de Mayagüez. 

Se doctoró en la Universidad de Upsala, en Suecia con una tesis sobre “El moro expósito” del Duque de Rivas, y enseñó como profesor invitado en las universidades de Leiden (Holanda), Venecia y Washington. Participó en numerosos congresos internacionales, e impartió conferencias y lecturas de su obra en Dinamarca y Suecia. Un año más tarde realizó un viaje de estudios con Pilar, invitados ambos por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil. Allí conoció a Joáo Guimaráes Rosa, al que tradujo, y a Rosa Chacel, que por aquel entonces vivía en Copacabana. Tradujo en verso “La divina comedia” de Dante, y el “Cancionero” de Petrarca, y con el tiempo su poesía se fue volviendo más doctrinal.

En 1988, instaurada la constitución democrática, regresó a España y se instaló en Barcelona, donde trabajó como profesor invitado en la Universidad Central, en la Autónoma, y fue nombrado profesor emérito por la Universidad Pompeu Fabra. También retomó su temprana relación con la naturaleza al pasar largas temporadas en Calaceite, en la provincia de Teruel. Finalmente murió en Barcelona el 12 de diciembre de 1995, y está enterrado en Calaceite. Su archivo y biblioteca se encuentran en la Fundación Jorge Guillén de Valladolid.

Esta semana se cumplen veinte años de la muerte de este ilustre poeta, y por fin se va a reconocer su labor en la tierra donde nació y creció. Que ya decía Woody Allen “Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”.

Recorro las estanterías de mi casa buscando la “Divina Comedia” y descubro que tengo dos ejemplares, pues soy toda una artista en tener cosas duplicadas. El primero tiene la letra más pequeña del mundo, y el segundo está dividido en dos tomos. Ah, ninguno menciona al traductor. Lástima… A Petrarca no lo encuentro, pues bien se sabe que en ocasiones los libros son orgullosos y cuando los prestas, ya no regresan.

Pero lean paisanos lo que decía nuestro poeta:

La poesía es como una piedra en medio del camino.
El buen poeta tropieza en ella y cae.
El mal poeta nos la tira a la cabeza.

Gracias, gracias, gracias, don Ángel, por llenar el mundo de poesía buena y por nacer manchego, que esta tierra necesita de ángeles poetas para por fin despegar del suelo. Pues solo volando entre versos, agradeciendo con besos y vendiendo nuestros quesos (un saludo a Gloria Fuertes) podremos expandirnos como el universo. Gracias de nuevo, maestro.


Fuentes: Fundación Jorge Guillén.com, Cervantes.es, Poemas del alma.com, Wikipedia, narrativa breve.com
Foto: cvc.cervantes.es


miércoles, 2 de diciembre de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: ÁNGEL ANDRADE


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
30/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas





“Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte”. Esta afirmación es del poeta Goethe, del siglo XVIII, quien supo definir de manera sencilla que la buena pintura encierra en sí misma un trozo de alma. Para mí, ese es el secreto...

Hoy para comer recomiendo la microbiografía de uno de nuestros principales artistas, de la tierra, servida con cariño y en bandeja de plata para alimentar nuestra barricada cultural.

Este pintor tenía un nombre largo. Se llamó Ángel María Isidro Andrade Blázquez, y nació en la ciudadrealeña calle de la Azucena, en el año 1886. Su familia era modesta. Su madre se llamaba Mª del Carmen, su padre José María, y tuvo tres hermanos de nombre José, Eduardo y Pablo.

Siendo niño copiaba las figuras que encontraba en las revistas de la época y fue un tío suyo, que era maestro en Malagón, quien aconsejó a su madre que le proporcionara estudios para perfeccionar su habilidad.

El muchacho estudió en Madrid, en los Talleres de Arte Decorativo de Busato y Bonard, con el profesor y pintor paisajista de origen belga Carlos de Haes. Más tarde en la Escuela de Arte e Industria, y los finalizó en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, becado por la Diputación Provincial de Ciudad Real.

Encuentro estas palabras en una biografía publicada en internet: “Su obra ha sido olvidada por la crítica y permanece casi en su totalidad en colecciones privadas, en el Museo Provincial y en la Diputación de Ciudad Real”. Mmm... me chirría el corazón y se me encogen los dientes... Siempre pensando en la fama.

La primera persona que catalogó su obra fue el escultor Jerónimo López-Salazar Martínez, quien nos dejó un busto del pintor y un monumento figurativo a la Primavera entre los rosales del Parque de Gasset.

En su primera etapa Andrade como artista fue bastante ecléctico, como suele ocurrirle a todo principiante. Más tarde su pintura fue cobrando fuerza hasta tomar cierto estilo postimpresionista. En sus últimos años reduce el formato de sus creaciones y pinta en pequeñas tablillas.

Un año antes de morir ve cómo se va desarrollando su insistente deseo de crear un museo en Ciudad Real donde perdurara su trabajo.

El pintor falleció en 1932, a los 66 años de edad en su casa de la plaza de la Merced. Fue su hermano Pablo quien, cedió a la Diputación Provincial de Ciudad Real más de 400 de los cuadros heredados de su hermano. Según el asesoramiento de los artistas Mendía y López-Salazar, los cuadros fueron valorados en más de 150.000 pesetas (901’52 €, queridos jóvenes), pidiendo a cambio la concesión de una renta vitalicia de 6.000 pesetas anuales (36’06 €), y de la mitad en el caso de que su esposa le sobreviviera.

Para disfrutar de la obra de Andrade podemos hacerlo en los patios y galerías del Palacio de la Diputación y en el Museo Provincial.

Un dato curioso... Andrade fue quien animó al pintor de Tomelloso Antonio López Torres a realizar la carrera de Bellas Artes. Excelente, señor Andrade.


Fuentes: Ciudad-Real.es, edu.jccl.es, Wikipedia. Folleto de Marisa Giménez Belmar: Exposición Ángel Andrade: la aventura del paisaje, Biblioteca2.uclm.es.
Foto: Andradedigital.wordpress.com

lunes, 23 de noviembre de 2015

ALMA Y LAS TRECE TORRES


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
23/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas






Si hoy aprendemos la diferencia entre solsticio y equinoccio, ya me doy por contenta (yo soy la primera en confundirlos). Para ello, vamos a recordar unos sencillos conceptos de manera exprés.

Uno: Sabemos que el ecuador de la Tierra es un plano imaginario perpendicular al eje de rotación del planeta que lo divide en dos partes.

Dos: También conocemos que el Sol sale y se pone en un punto diferente cada día debido a que el plano del ecuador de la Tierra no es paralelo al que forma el planeta al girar alrededor del Sol.

Y tres: Como guinda del pastel, entendemos que el cénit es el punto más alto en el cielo con relación al observador, justo a 90º sobre él. ¿Ok?

Refrescada nuestra memoria ya podemos decir que equinoccio es el momento del año en el que el día y la noche duran el mismo tiempo. Esto ocurre dos veces al año: entre el 20 y el 21 de marzo (equinoccio de primavera) y entre el 22 y 23 de septiembre (equinoccio de otoño). En estos dos días, el Sol sale exactamente por el este, alcanza el cénit si nos encontramos en el ecuador, y se pone justo por el oeste.

Solsticio es el momento del año en el que el día o la noche es de mayor duración, y también ocurre dos veces al año: el 20 o 21 de junio (en el solsticio de verano el día es el más largo del año) y el 21 o 22 de diciembre (en el solsticio de invierno la noche es la más larga del año).

¿Lo tenemos claro? Equinoccio: día y noche de igual duración. Solsticio: día o noche más largo… Fácil, fácil.

Estos conceptos suelen ocasionarnos dudas debido a que cuando en el hemisferio norte ocurre el solsticio de verano, en el hemisferio sur están celebrando el de invierno.

Hablando de hemisferios... se hace saber que la idea de que el agua del lavabo gira en sentidos opuestos en el hemisferio norte y en el sur no se debe al efecto Coriolis, sino a las dimensiones del lavabo, su forma, la rigurosidad de su superficie, la presión del agua en el grifo, la forma del orificio del desagüe, o al estado de reposo del agua antes de retirar el tapón.

La idea partía del concepto de que la Tierra gira sobre sí misma, y que la velocidad de giro es mayor en el Ecuador que en los polos, por lo que los cuerpos en movimiento se desvían de la línea recta y giran hacia la derecha en el hemisferio norte, y hacia la izquierda en el hemisferio sur. A esto se le conoce por efecto Coriolis gracias al ingeniero y matemático francés del siglo XIX Gaspard Gustave de Coriolis. Aunque el fenómeno influye en movimientos de grandes masas de aire o agua (en las trayectorias de los aviones, por ejemplo o en los cañones de artillería, que deben efectuar pequeñas correcciones si el objetivo está a más de 100 m. de distancia), la Tierra gira tan lentamente que los lavabos del mundo no pueden reflejar este principio al verter sus aguas.

Para que el efecto Coriolis sea apreciable, el objeto debe recorrer como mínimo cientos de metros, y el agua de nuestro lavabo apenas recorre unos centímetros. Si observamos varios lavamanos de una misma ciudad, comprobaremos que el agua gira en un sentido u otro dependiendo del lavabo.

Que me voy del tema...

Ahora que ya sabemos astronomía de andar por casa y otras cosillas curiosas, podemos hablar de un precioso y antiquísimo observatorio solar situado en Perú, el país del cóndor andino. Por cierto... cuando Francisco Pizarro y sus muchachos llegaron al Nuevo Mundo (portando pocas letras y muchas armas), preguntaron a unos nativos cómo se llamaba aquel lugar. Los indios contestaron que “Virú”, pero los conquistadores, que no debían oír muy bien con el casco metálico, entendieron “Perú.”

El observatorio se encuentra localizado en el desierto ancahino, en el km. 361 de la Panamericana Norte, sobre la margen izquierda del río Casma, al sur del valle de San Rafael y pertenece al distrito y provincia de Casma... pero todavía no he averiguado si hacen buenos bocadillos por la zona.

Con un área de 4 m2, el conjunto arqueológico tuvo función de fortaleza defensiva, y también de lugar de culto y administración. A la fortaleza se le da el nombre de Chanquillo, y el observatorio solar es llamado de las Trece Torres, siendo el santuario astronómico más antiguo de América. Fue construido mucho antes que los observatorios mayas de Centroamérica o los incas de Cuzco.

El observatorio solar está formado por trece torres alineadas de Norte a Sur, que servían para señalar con precisión los solsticios y equinoccios, que gracias a Dios sabemos diferenciar perfectamente. ¿Os acordáis de esos pequeños montículos que tienen los dragones en el lomo? Lo pregunto porque el observatorio parece un enorme dragón tumbado sobre la tierra, con las protuberancias alineadas y fuerte piel reticulada, aunque también recuerda la almena de un castillo medieval al que se tragó la tierra.

El arqueólogo Iván Ghezzi afirma que su posición está relacionada con los solsticios de junio y diciembre, la primera y última de las torres, y con el equinoccio justo en el centro.

Pero toda cuerda tiene dos extremos... Si ya conocemos el observatorio más antiguo, también tendremos que saber cuál es el más moderno.

Se trata de ALMA, y es el complejo astronómico mayor y más potente de la Tierra. Fue inaugurado en 2013 y se encuentra en el desierto más árido del mundo, en Chile, a 40 km. de la localidad de San Pedro de Atacama, a 2.900 m. de altura. Sus 66 antenas están colocadas en el Llano de Chajnantor, a 5.200 m. de altitud.

El lugar se eligió por su extrema sequedad, ya que el vapor de agua absorbe la luz de las ondas milimétricas y submilimétricas y distorsiona las señales que llegan del espacio. La información que captan las antenas se procesan en el llamado un ordenador de diseño especial y llamado correlador.

Es el resultado de una asociación de países de Europa, Norteamérica y Asia. Su director es un experto mundial en astronomía infrarroja y submilimétrica, y el científico jefe del observatorio ha dicho: “Los desafíos de ALMA están en la aceleración y la expansión del universo y en cómo se formaron las galaxias y planetas. ALMA también va a ayudarnos a entender la química del universo de forma exhaustiva”.

Los radiotelescopios de ALMA no caparán la luz visible, sino las ondas milimétricas y submilimétricas, por lo que pueden trabajar día y noche y podrán penetrar las nubes de polvo.

Los resultados volcados por el nuevo observatorio han permitido que un equipo de astrónomos haya descubierto que las explosiones de formación estelar más potentes del cosmos tuvieron lugar 1.000 millones de años antes de lo que se pensaba.

Porque, como decía la profesora Joan L. Curcio, “Zambúllete en el medio de las cosas, ensúciate las manos, cae de rodillas y después, trata de alcanzar las estrellas”.



Fuentes: El mundo de Rafalillo, Arqueoastronomía, De Perú.com, El Comercio.pe, Wikipedia, Josep Ros, Diario del Viajero, el Mundo.es, cocities.org y Alma.

Foto: Enperu.org

miércoles, 18 de noviembre de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: EL TROVADOR AFONSO EANES Y MARÍA PÉREZ BALTEIRA LA SOLDADERA


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
16/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Hace mucho, mucho tiempo, concretamente en el siglo XII, nació en la pequeña población gallega de Negreira un hombre conocido como Afonso Eanes do Coton.

Cuentan algunos contemporáneos, y se deduce de algunos de sus poemas, que además de trovador era un vividor, y que se amancebó para escándalo de todos con María Pérez Balteira, también conocida como la soldadera de los trovadores. Las soldaderas eran mujeres que acompañaban a los soldados en sus campañas.

También sabemos que María Pérez cedió a los monjes cistercienses la herencia recibida de su madre. Lo hizo a cambio de una renta vitalicia y el compromiso de llevar a cabo servicios en el monasterio como “familiar y amiga”. Ay, ay, ay… el documento que formaliza el acuerdo no da más explicaciones, pero si se refiere a ella como “cruzada”, y posiblemente fue así y peregrinó a Tierra Santa en 1257.

A su regreso a Castilla, y aunque la soldadera ya se conocía en la corte de Fernando III, se ganó la vida cantando y danzando en la corte de Alfonso X, y destacó sobre manera gracias a quince poemas escritos por once trovadores gallegos y portugueses que también trabajaban allí. Muchos de ellos fueron sus amantes, y no dudaron en utilizar su talento para exponer la libertina vida de María. Entre aquellos burlones bardos se encontraba el mismísimo rey Sabio, que con mofa y escarnio contó los amores y la vida licenciosa de la dama

No pienso añadir ni un solo trocito de estos poemas, vive Dios…

Lo más curioso es que Alfonso X el Sabio también utilizó los encantos de la soldadera de los trovadores para tratar con sus enemigos musulmanes, suavizando así algunos espinosos asuntos de índole político. Así que María Pérez fue predecesora de Mata Hari, la bailarina y actriz neerlandesa fusilada por espionaje en la I Guerra Mundial...

Cuando María envejeció y perdió su belleza se hizo alcahueta y facilitó amores y encuentros en la corte. Pero temerosa del espantoso infierno medieval que le esperaba tras su muerte por su vida de meretriz, renovó su fe en la iglesia y se dejó ver asiduamente con un clérigo a sueldo que la defendía del demonio. Eso sí, no sabemos si a capa y espada, o enarbolando la cruz y recitando letanías.

El rapsoda y noble Afonso Eanes también tuvo fama de buen trovador, y se conservan hasta veinticuatro cantigas suyas, la mayor parte “de escarnio e maldizer”. Participó en la Reconquista de Alfonso III, y conocemos por sus poemas que también estuvo en la conquista de Jaén, Córdoba y Sevilla. Recorrió gran parte de Castilla y el camino que llevaba de Burgos a Francia. Además su obra se difundió en el Camino de Santiago.

El poeta Martín Suárez lo describe en una de sus cantigas como trotamundos bohemio, dado al vino, al juego, a las prostitutas y a las peleas. Eanes le corresponde llamándolo “mui gran putanheiraficado”, que sinceramente no sé lo que significa pero me lo imagino, afirmando que su colega se pasaba la vida en tabernas y mancebías. Siglos después Quevedo y Góngora practicaron el mismo juego despectivo, pero con más ingenio y elegancia, respectivamente.

Eanes tuvo un trágico final. Falleció en 1266 en una taberna de Ciudad Real, a cuchilladas y a manos de su amigo y discípulo Pero da Ponte. El rey Alfonso X contó en una cantiga profana que da Ponte había robado poemas a Eanes.

Hoy en día existe en nuestra ciudad una calle dedicada a Afonso Eanes cerca del Hospital General. También contamos con un grupo de música antigua llamado Eanes. La calle María Pérez Balteira no la he encontrado en ninguna parte…



Fuentes: Ciudad-Real.es, Wikipedia, Xacopedia.com, blog Soledad tengo de ti.
Foto: CiudadRealDigital.es

lunes, 9 de noviembre de 2015

LA CARTA DE MELQUÍADES


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
09/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Sabes que he muerto de fiebre en los médanos de Singapur, y aun así te he visto esperar mi regreso sentado en ese cuarto que atesora nuestros juguetes, la fábrica de esperanza y algunos inventos olvidados que sin duda fueron de gran importancia en nuestras vidas.

Solo porque es mediodía, solo porque te echo de menos, y solo porque estoy solo, te escribo esta carta anunciándote mi regreso. Como en otras ocasiones llegaré con algún cachivache bajo el brazo y sin armar jaleo, que ya estamos viejos para espectáculos y apariciones que puedan escandalizar en el pueblo. 

Espera lo inesperado, pues pretendo entregarte unos pergaminos en forma de elucidario donde se hilvana la historia de tu estirpe. En ellos se esconde la luz de los acontecimientos, el orden de las cosas y la memoria de tu linaje, pues sospecho que la ciénaga sin límites del tiempo algún día querrá engullirlos. 

Su contenido me fue susurrado por el sabio cronista Hermannus Contractus el Cojo, y aunque apenas me queda tinta feérica, por fin puedo decir que están terminados. Por fin… Solo queda el alfabeto en clave, algún epígrafe que deseo rectificar y esta carta que alargo más por el gusto de escuchar mis pensamientos que por aclarar el objeto de mi trabajo. 

Sabes que soy viejo como las montañas de Macedonia, cuna de Aristóteles y Alejandro Magno, y que mi lengua materna es tan antigua que precisa de libros traductores salvados de las analfabetas polillas. Así que no pretendas que renuncie a los caracteres sánscritos, pues poseen la mágica facultad de devolverme a mi niñez. 

También he de decir que te entrego la sabiduría de mi susurrador aliado en bellos versos cifrados, ya que no existe nemotécnica más hermosa que la poesía. Los versos pares están encriptados con la clave particular del emperador Augusto, y los impares conllevan los jeroglíficos militares de Lacedemonia, que ya sabes amigo que me gustan las cosas bien hechas. Como hilo de Ariadna he incluido un epígrafe en cada secreta estrofa, y vaticino sobre este legajo de pronósticos, que llevará un siglo exacto desgranar la historia que pretendo acomodar en espiral. 

Estos pergaminos no solo ordenan el caminar de los tuyos, sino que dejan constancia de lo que vendrá. Son la comprensión de hechos y acontecimientos que cobrarán sentido al cumplirse una centuria. “Es como aquella belleza del cuento que durmió cien años”, me dirás. 

Hasta que llegue el momento estas memorias parecerán uno de esos juegos de piezas que se usan para entretener. Pues tú, mejor que nadie, sabes que cada grial necesita un paladín ejercitado para hacer visible el conocimiento que encierra. 

Nada has de temer, pues volverás a beber el elixir de la vida como todos. Incluidos los miembros de mi tribu, borrados de la Tierra por sobrepasar los límites del conocimiento humano… O yo mismo, que tras mi muerte fui despojado de mis capacidades como castigo por mi delirante amor a los vivos. 

Sin embargo la sanción no me desmerece, pues nuestra amistad es firme y verdadera como las muestras de metal que representan los siete planetas, las fórmulas para el doblado del oro de Moisés y Zósimo, o los apuntes y dibujos de Flamel y su roja piedra de la inmortalidad. 

Así pues deseo hacerte entrega de este regalo, que es Fierabrás para el dolor de alma y combina el afecto y discernimiento de este gitano errante. 

Has de saber que mi viaje al más allá ha ampliado notablemente mi espectro como descubridor, mas confieso que echo en falta nuestras conversaciones científicas al caer la tarde. Añoro los días en que tus locuras daban sentido a mis inventos, y hasta siento nostalgia de cómo te burlabas de mi corpulencia o de mis manos pequeñas. Todavía gasto mi viejo chaleco verde, pero debo decir que perdí el sombrero de ala de cuervo. Como su ausencia ha sido sustituida por un gorro picudo, sospecho que la nueva adquisición será objeto de tus chanzas. 

Por otra parte, este insólito estado existencial ha acabado con mi cúmulo de males atesorados alrededor del mundo. No queda rastro de las enfermedades que adquirí en Persia, Malasia, Alejandría, Japón o Madagascar. Soy un viejo sin cicatrices, pero me queda mi lúgubre tristeza que aflora en la oscuridad cuando todo lo demás se ha consumido. 

Quiero que sepas que a veces pienso en los tiempos en que no creías en la honradez de mi tribu ni en mis consejos de hermano. Eran los días en que hacías llorar a Úrsula con tus locos asuntos, y fue por ella que en más de una ocasión traté de frenarte repitiéndote hasta la saciedad “Para eso no sirve…“ 

Espero que me haya perdonado por llenarte la cabeza de ciencia, pues me viene a la memoria aquella ocasión en que el fuerte olor de nuestro laboratorio le impulsó a llevar a los niños a rezar. Tú amabas la tecnología, los avances, el futuro… Y así debatíamos sobre la alquimia de Theophrastus Von Hoheheim, o sobre los pronósticos de Michel de Nôtre-Dame. Te conmovías con los avances del progreso, y siempre fue esa ilusión por mejorar el mundo la que me arrastró allí donde te empeñabas en levantar castillos imaginarios. 

Repaso el día en que me saqué la dentadura postiza que ocultaba mis encías desnudas por el escorbuto. Todos creyeron que tenía poderes sobrenaturales y temblaron como hojas. Tú llegaste a la conclusión de que mis conocimientos habían llegado a extremos intolerables, y tuve que mostrártela a solas. “En el mundo están ocurriendo cosas increíbles”, me decías con los ojos llenos de asombro. 

¿Recuerdas aquella vez que desenterraste una armadura medieval gracias a mis fierros imantados? Realmente me divertí con tu extravagancia. Fue el día en que maravillamos a todos atrayendo cubiertos, clavos, cacerolas y coladores. Tú quisiste sacar partido de los fierros y emprender una nueva vida como buscador de tesoros. Siempre se trataba del oro… 

Y sonrío al evocar aquel mediodía en que no me conociste, pues estabas preso de la peste insomne. La anécdota me resulta lejana, ya que en mi condición de aparecido los eventos se rigen por diferentes realidades… Todo el pueblo estaba infectado, y me llevó varios días preparar un antídoto para aquellas fiebres nubladoras. Sin embargo he de reconocer que la soledad que me perseguía huyó despavorida con tanto trabajo. Tan agradecido estabas que no pudiste dejar de mencionar aquella carta de Desiderio Erasmo a su médico Paracelso: “Has salvado a Frobenius, que es la mitad de mi vida, del mundo de las sombras”. 

Sin embargo sufrí el día que te abrasaste con la enorme lente de los judíos de Ámsterdam; y aun así tu entusiasmo por comprender y compartir me inspiró el mayor de los respetos. Por eso te regalé mi catalejo, te conté el secreto del hielo y compartí contigo mis instrumentos de taumaturgo: sabía que habías nacido para explorador. 

Tú a cambio acogías a mi tribu cada primavera, y comprendías mis largas ausencias de trotamundos, mis apariciones de ectoplasma o mis soliloquios interminables. 

En el cuarto de tu casa al que pusisteis mi nombre permanece la recopilación demonológica y otros importantes libros y pergaminos cuyos títulos no debo pronunciar, pues el último en leerlos fue el cabalista Isaac el Ciego, y de eso hace ocho siglos. Allí queda custodiada la estera voladora, la lámpara de cobre que concede deseos, y el equipo fotográfico con el que retratamos a todo a aquel que se dejó convencer. 

Pongo todo a tu cuidado, pues bien sabes que las cosas tienen vida propia si se les despierta el ánima. No se me ocurre lugar más seguro que ese rincón del mundo al que aún no ha visitado la muerte, pues por nada en el mundo quisiera ver repetida la ignara tragedia de Alejandría. 

Quedan también los viejos mapas portugueses de navegación, y otros dibujados del revés que invitan a nuevos puntos de vista. La brújula, el sextante y el astrolabio… dorados como instrumentos de música; y sobre todo nuestra perla de nácar y cristal: el laboratorio de alquimia. Añoro andar entre filtros, embudos, cazuelas, redomas y probetas. Extraño el huevo filosófico que lo encierra todo en sí mismo, y el destilador construido a partir del alambique de María la judía, que también fue inventora del baño María. 

Allí donde no llegaba mi conocimiento tú sumabas imaginación, y ahora soy yo quien emplea aquella sentencia que a menudo repetías: “Si no temes a Dios, témele a los metales”. 

Así pues, quedas informado de mi próxima visita. Aun debo concluir algún asunto urgente, catalogar una vieja especie abisal y visitar a un familiar apurado pero, como solo me llevará un par de meses, pronto podrás referirme tus últimos proyectos y aventuras. 

No me extiendo más, pues cada cosa requiere su precisa medida y su propio tiempo de exposición, y debo confesarte que ya agoté mi último frasco de tinta feérica… Sí, esa que cambia de tonalidad y evoca misteriosos olores. 

Así pues recibe un sincero abrazo y esta carta que te haré llegar en el próximo tren con destino a Macondo. 

Con consideración y estima, 

Melquíades 


Foto: libreriodelaplata.com 


lunes, 2 de noviembre de 2015

ESPADAS Y BOLÍGRAFOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
02/11/2015
Por Eva Martínez Cabañas



¿Recuerdan la frase “La pluma es más poderosa que la espada”? Se atribuye a Edward Bulwer-Lytton, un escritor inglés del siglo XIX que escribió entre otras novelas la archiconocida “Los últimos días de Pompeya”. Pues bien, con esta metonimia pretendía enseñar que la inteligencia es superior a la fuerza, y que un escrito bien concebido puede hacer más daño al adversario que una estocada. Por cierto, una metonimia es un recurso lingüístico con el que se nombra una cosa o idea con el nombre de otra. Un ejemplo sería: “Estoy leyendo a Shakespeare”, cuando se supone que lo que realmente estoy leyendo es una obra del autor.

Y ya que nombramos a Shakespeare, se me hace preciso añadir que a principios del siglo XVII este escribió en Hamlet: “Muchos que llevan estoque temen a las plumas de ganso”. Su coetáneo Miguel de Cervantes también escribió en El Quijote un discurso sobre las armas y las letras, y siglos antes otros grandes hombres también opinaron sobre el tema.

Pero con el paso del tiempo todo se transforma, y conceptos que antes competían entre sí pueden llegar a colaborar en una bella simbiosis y crear algo nuevo. Pues bien, si antes la triunfadora pluma derrotaba al acero, hoy ambos colaboran en perfecta armonía. ¿Un ejemplo? El caso de Espadas y sus bolígrafos.

Juan Espadas es un artista nacido en la malagueña Antequera y arraigado en la capitalina Madrid. Dibuja seres quiméricos, animales mitológicos, monstruos, porno manga o renacentista, intrigantes personajes, y solo con la ayuda de unos sencillos bolígrafos azules o negros de la marca francesa Bic. Sus obras, además de ser “fantásticas” son soberbias, y están realizadas sobre cartulinas, folios de papel Din-A4, hojas de cuaderno de anillas, o servilletas de bar.

Traza sus diseños en casa, en ferias de cómics, en el Metro… “Cambio dibujo a boli hecho en el Metro por una recarga de abono transporte”, dice Espadas. Comparte sus obras en las redes sociales, donde se identifica como Ioannes Ensis. En Facebook se presenta como dibujante ejecutivo senior, donde sus orgullosos alumnos apoyan su trabajo y comparten sus logros. En Twitter afirma: “Soy un cernícalo. Hago tebeos”.

En el blog subcultura.es/blogs/Ensi escribe: “Se ve que soy comiquero y dibujante y no ilustrador y pintor. Creo que cada ilustración debe tener una historia detrás. Aunque no se la cuentes nunca al público, tú como autor debes conocerla y concentrarte en trasmitir eso que quieres contar, a pesar de que se trate de un solo dibujo”.

Estudió Historia Medieval en la Universidad Complutense de Madrid. Es profesor de dibujo, autor de cómics, que ahora se llama narrativa gráfica con el objeto de intentar igualar este arte con otros más prestigiosos. Es  perfeccionista tanto en figuras como en fondos, y aplica a la par miles de trazos de tinta y muchas horas de trabajo que en numerosas ocasiones no encuentran una compensación económica acorde a su talento y esfuerzo. Ay, amigo Espadas, esta Cabañas sabe de lo que estás hablando. Te cambio un dibujo de duendes por una novela de hadas… Pero una cosa está clara: Si El Rubius y otros jovencitos talentosos han podido hacer de su pasión su forma de vida, ¡nosotros también podemos, criaturita del Señor!

Como buen artista senior transmite su conocimiento y enseña a dibujar cómics en las bibliotecas públicas municipales de Madrid, en academias como C10 o Manga Spirt, y en fundaciones como la Carlos de Amberes. Lleva más de diez años dedicado a esta preciosa enseñanza.

Ha dibujado cómics históricos, eróticos y hasta de terror, y actualmente se encuentra realizando una adaptación de la novela “El Hobbit” de Tolkien con un sencillo, copioso y expeditivo bolígrafo Bic. O con varios… seamos realistas.

Hablando de bolis, dos cositas más… La primera es que todavía no he leído “El bolígrafo de gel verde” de Eloy Moreno. No tengo perdón. La segunda es que según las últimas investigaciones científicas, escribir a mano aviva la creatividad y refuerza la memoria. Tomemos nota…

Hasta otro día.



Fuentes: Vozpopuli.com, Wikipedia, Academiac10.com, Investigación y ciencia.es
Foto: Jornadascomicleganes.blogspot.com