jueves, 3 de septiembre de 2015

CIUDAD REAL CÉLEBRE: UN ESCUDO PARA TODOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
31/08/2015
Por Eva Martínez Cabañas




Decía el escritor Pitigrilli que “El hombre no vive, como las bestias salvajes, en un mundo de cosas meramente físicas, sino en un mundo de signos y símbolos”. Con su permiso hoy hablamos sobre uno de ellos, uno que nos representa, nos une y nos identifica.

Es de saber que el actual escudo de nuestra querida ciudad fue diseñado por Federico Pérez Castilla que, jubilado en la actualidad, fue profesor de dibujo y artes plásticas, alumno del escultor Jerónimo López-Salazar, y director de la Escuela de Bellas Artes. Descubrió que amaba el arte y la arquitectura gracias a su tío, el famoso maestro de obras Federo, y fue amigo del escultor Joaquín García Donaire y de uno de mis artistas preferidos de nuestro tiempo: Antonio López.

Ha formado parte de la ciudad de una manera muy activa, pues ejerció como aparejador en el Ayuntamiento de Ciudad Real. Como curiosidad contaré que se encargó de montar los belenes de Navidad, y lo hizo con dedicación y arte. El primero que elaboró fue una reproducción de un cuadro renacentista, y se instaló en la parte trasera de la Casa Consistorial. Cuenta don Federico que para realizar los vaciados pidió consejo al escultor García Donaire. También que las figuras las hizo de barro junto a los trabajadores del Ayuntamiento, que acudían de noche a su propia casa para elaborarlas. Los vestidos de las figuras los confeccionó la desaparecida Galería Barcelonesa, así que el belén debió ser todo un regalo para los vecinos de Ciudad Real.

Así mismo llevó a cabo trabajos como decorador en establecimientos que forman parte de la memoria de la ciudad. Algunos de ellos son los Almacenes de los Reyes, situados en la calle Toledo, los Almacenes Buendía, en la calle General Aguilera, la tienda Boliche, de José Ruiz, o las farmacias de Calatayud o de Rogelio Burgos.

En cuanto a la arquitectura de la ciudad, Pérez Castilla ha lamentado públicamente la destrucción de inmuebles de valor histórico-artístico que ha sufrido Ciudad Real a causa de la especulación inmobiliaria. “Se ha tirado demasiado” y “Yo soy de Ciudad Real y la quiero mucho, pero los intereses han hecho lo que han hecho” afirmó en una reciente entrevista en la Tribuna de Ciudad Real.

Sinceramente hemos visto mil veces su escudo sin verlo realmente. Así que saquemos la lupa filatélica o las “gafas de ver”, como decimos los manchegos, porque tenemos trabajo…

Podremos observar que sobre campo de azur, que es una manera elegante de decir que el fondo es de color azul intenso, encontramos a un rey sentado en su trono con su espada y cetro en las manos. Me recuerda al rey de espadas de la baraja de cartas, pero en realidad representa a Alfonso X el Sabio. Oh, perdón, majestad.

Su trono se encuentra bajo un arco de sillares de oro, levantado sobre dos columnas de plata con base y capitel también de oro. Como protegiéndolo lo rodea una muralla hexagonal con seis torres también de oro y con puerta de gules, que no tengo ni idea de lo que es… Gules: color rojo heráldico, que en pintura se expresa por el rojo vivo y en el grabado por líneas verticales muy espesas. Gracias señora Rae. Dentro de la muralla las casas e iglesias de la villa.

También lleva bordura de gules con ocho castillos almenados de oro, aclarados de azur y mazonados de sable (realzados en negro). Va timbrado (se refiere a la insignia que se coloca en la parte superior del escudo de armas) con corona real cerrada, y suele llevar una cinta donde podemos leer “Muy noble Ciudad Real muy leal”, concedida por el rey Juan II al otorgarle el título de ciudad.

¿A que hablar de heráldica es como hablar otro idioma?

Me preguntó en cierta ocasión una “forastera”: ¿Por qué en el escudo aparece una muralla si Ciudad Real no tiene? (Qué vergüenza, el mismo tema de siempre) Pero la tuvo (contesté). ¿Y qué paso con ella? (volvió a preguntar la señora). Pues que la tiramos (respondí). ¿Por qué? (re-repreguntó curiosa). Porque no pasaba el aire (contesté en broma). Y se acabó la conversación... Así que hablo conmigo misma: Ay, Evita, qué mal estuvo contestar así, pero en seguida salgo en mi defensa: ¡peor estuvo lo de la muralla!


Fuentes: Ciudad-Real.es, Wikipedia, La Tribuna de Ciudad Real.es
Foto: Wikipedia


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