miércoles, 11 de marzo de 2015

SECRETOS Y ÓLEOS


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
09/03/2015
Por Eva Martínez Cabañas





Cuando queremos esconder un tesoro personal normalmente buscamos una caja fuerte, un recóndito cajón, un hueco perdido en la pared, un calcetín viejo, o la caja de lata de nuestra abuela. Sin embargo, algunos de los grandes pintores de otras épocas prefirieron guardar sus secretos a vista de todos y en sus propios cuadros. El que sepa ver, que vea… Lo esencial es invisible a los ojos… Y es que el mejor lugar donde esconder un diamante es dentro de un bloque de hielo.

En el programa “Cumbres” de TVE, la montañera Edurne Pasabán regalaba al escritor Javier Sierra una lámina de “El triunfo de la muerte” de Pieter Brueghel el Viejo, cuyo original se expone en el museo del Prado de Madrid; y nos contaba que cuatro de los esqueletos tenían forma de letra y formaban la palabra “Vida”. En esta pintura medieval la muerte arrasa con todo lo que encuentra a su paso de una manera cruda y claustrofóbica que recuerda a El Bosco. Sin embargo, en sus mismísimas entrañas, la “vida” encuentra su lugar como un secreto solo a disposición de los ojos más entrenados.

Buen tema sobre el que aprender, pensé, así que me puse a recopilar otros casos similares. Esto fue lo que encontré:

En el Medievo y posterior Renacimiento, los pintores y escultores contaban con escasa libertad a la hora de componer sus obras, ya que eran los mecenas los que generalmente pagaban y dirigían. Por esta causa, los artistas solían esconder mensajes cifrados para revindicar su manera de pensar.

El músico Giovanni María Pala expone en su libro “La música oculta” cómo el cuadro “La última cena de Leonardo Da Vinci” esconde una frase musical perfectamente estructurada y reproducible; “Un réquiem que acompaña el momento dramático del encuentro de Jesús con sus apóstoles”, según sus propias palabras. El músico observa un pentagrama en la pintura, donde las hogazas de pan y las manos de los apóstoles y Jesús representan notas musicales. La obra original está en el convento dominico de Santa Maria delle Grazie de Milán.

La llamada “Madonna de Saint Giovannino”, también oculta un misterio. El lienzo medieval es del pintor italiano Domenico Ghirandaio, y se custodia en el palacio Vecchio de Florencia. En la parte superior de este cuadro podemos ver un objeto volador con apariencia de OVNI que es observado por un hombre que levanta el brazo. Y existen más cuadros donde podemos ver platillos voladores.

El cuadro “El viejo pescador” del expresionista húngaro Csontváry también oculta un pequeño juego: si se coloca un espejo en la mitad del lienzo, se puede ver la cara de Dios al reflejar el hombro derecho del viejo, y la cara del diablo, si se refleja el hombro izquierdo. 

Sin embargo, uno de los reyes del misterio pictórico es sin duda nuestro Leonardo Da Vinci. ¿Recuerdan la novela y película “El código Da Vinci”?

Silvano Vinceti, presidente del Comité Nacional para el Patrimonio Cultural de Italia, afirma que, invisibles al ojo humano y pintadas en negro sobre verde-marrón, Leonardo Da Vinci trazó letras y números en los mismísimos ojos de La Gioconda. Y nos dice: “En el ojo derecho aparecen las letras LV que podrían ser las iniciales de Leonardo Da Vinci y en el izquierdo también hay símbolos. Estos últimos son difíciles de identificar plenamente, pero parecen las letras CE. O podría ser la B”. El historiador también nos cuenta que en el arco de uno de los ojos se encuentra escrito el número 72, la L mayúscula o el número 2. Leonardo sabía divertirse en el trabajo. De la misma forma, un equipo de investigación de la Universidad de Bamberg en Alemania también ha estado estudiando el enigmático cuadro. Al compararla con la copia recién restaurada que alberga el Museo del Prado de Madrid se ha descubierto que los fondos de la pintura fueron realizados siguiendo la técnica de esterografía, la cual representa objetos tridimensionales en un plano por medio de proyecciones. Así, los dos cuadros son las dos mitades de una misma imagen 3D, pero mostrando una perspectiva distinta. Podemos encontrar el cuadro en el museo Louvre de París, detrás de un montón de turistas…

Pero sin duda el secreto más espectacular y mejor guardado, según mi criterio, lo constituye la Capilla Sextina del Vaticano.

Miguel Ángel Buonarroti plasmó su visión científica del Universo en una época donde los dogmas de la Iglesia eran los únicos que podían abrazarse. El pensamiento fuera de esta creencia era causa de apresamiento o incluso de pena de muerte, por lo que era realmente arriesgado exponer los propios pensamientos. 

Este fue el caso del escultor florentino, a quien el papa Julio II obligó a decorar el techo de la estancia. Miguel Ángel se había instruido en las antiguas escuelas de misterios, que eran instituciones masónicas secretas donde se enseñaba conocimiento esotérico. La manera que tuvo de vengarse de la imposición del papa fue ocultar algunos conocimientos de anatomía entre sus frescos.

Además omitió las figuras de Jesús, Juan el Bautista, los apóstoles Pedro y Pablo, la virgen María, los evangelistas o los mártires. Y sí incluyó a personajes judíos del Antiguo Testamento. También pintó cinco sibilas del mundo antiguo, que mujeres capaces de entrar en contacto con los dioses y canalizar las respuestas de estos.

En el siglo XVI, la medicina como ciencia apenas empezaba a dar sus primeros pasos, y las disecciones humanas estaban terminantemente prohibidas. Sin embargo, tanto Miguel Ángel como Leonardo Da Vinci estaban a la vanguardia sobre anatomía humana. Miguel Ángel tuvo acceso a este aprendizaje siendo un joven de diecisiete años, ya que mantenía buenas relaciones con el padre superior de la iglesia del Santo Espíritu, que estaba adjunta a un hospital. Allí el artista diseccionó y estudió los cadáveres de criminales y vagabundos que no eran reclamados por sus familias. El artista llegó a tener su propio cuarto dentro de la iglesia.

La indignación del artista ante la falta de espiritualidad de los altos cargos de la Iglesia quedó patente en una carta que envió a un amigo al terminar de pintar los frescos de la capilla. Se expresa así:

“Aquí hacen cascos y espadas con cálices. Y venden la sangre de Dios al por mayor, su cruz y sus espinas las convierten en lanzas y escudos; pero incluso así la paciencia de Cristo aún llueve sobre ellos. Pero esperemos que él no venga más y que su sangre se eleve hasta las estrellas ya que, ahora, su sangre se vende en Roma y todos los caminos hacia la virtud están cerrados”.

La obra narra la creación del mundo. En centro encontramos “La Creación de Adán”, donde Dios aparece envuelto en una especie de nube-manto color escarlata que representa con gran exactitud la forma de un cerebro humano, con sus arterias, glándulas y nervios ópticos, y visto en un corte lateral. 

Miguel Ángel dejó el fresco denominado “Separación de la luz y la oscuridad” para el final, pintándolo a escasos cuatro meses de la inauguración de la capilla. Este panel oculta otra imagen del cerebro humano aún más detallada que la de “La Creación de Adán”. El cerebro está oculto en el cuello de Dios.

También se puede contemplar la forma de un riñón en otro panel, “La separación de la Tierra del Agua”, y es sabido que el artista sufría de piedras en ese órgano.

Dicen que nuestro genio sufrió lo indecible tumbado de espaldas en un andamio durante cuatro años, de donde no bajaba ni para comer. Para llevar a cabo su plan despidió a todos los asistentes asignados por el papa y contrató ayudantes florentinos con experiencia en frescos y que supiesen tener la boca callada. Posteriormente, llegó a destruir todo el trabajo que el equipo había realizado porque la pintura se desprendía del techo. Nuestro artista continuó pintando casi solo después de haber sufrido dos caídas del andamio y la pérdida de visión por el polvo del yeso. 

Dijo en una ocasión Miguel Ángel: “Dime, oh Dios, si mis ojos realmente la fiel verdad de la belleza miran, o si es que la belleza está en mi mente y mis ojos la ven doquier que giran”.

Aquí se acaba esta pequeña historia de grandes secretos. Espero que les haya entretenido.


Fuentes: Muy Historia.es, Lo que no sabías.com, Taringa! Inteligencia Colectiva, Emol.com, Arucas Blog, Blog Meridianos, Muy Interesante, Contenido, Los Divulgadores, Pijama Surf, Wikipedia.

 
 

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