miércoles, 28 de octubre de 2015

EL TRIUNFO DE ÍCARO


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
26/10/2015
Por Eva Martínez Cabañas




El tiempo, que todo lo cura o mitiga, en ocasiones también nos regala segundas oportunidades con las que redimir los finales de ciertas historias, aunque sea solo con nuestra imaginación. En esta ocasión recuerdo a un antiguo personaje que ya de niña me impresionaba; y lo imagino tranquilo, observando desde su encierro en Creta el hilo azul que cose el cielo con el mar. Me estoy refiriendo al arquitecto e inventor griego Dédalo, quien en mi fértil fantasía el tiempo entrega ahora un artilugio sencillo, como sus alas de plumas, para volar con su hijo Ícaro. Ahora, el joven retoma el vuelo con la experiencia que añaden los siglos, y surca el Gran Azul en una nave de última generación en ingeniería aeronáutica que esta vez llegará a buen puerto.

Y es que la empresa suiza Solar Impulse ha diseñado un prototipo de avión que cruza los cielos sin necesidad de combustible fósil alguno. ¡Como lo oyen! El prototipo HB-SIA consigue volar durante el día propulsado por los paneles solares que cubren sus alas, a la vez que carga las baterías que le permiten mantenerse en el aire durante la noche, lo que le da una autonomía casi ilimitada.

El estilizado aeroplano tiene 63 m. de envergadura, pesa 1.600 k. y su estructura es de fibra de carbono. Sus alas cuentan con 12.000 células fotovoltaicas que, mediante 7 acumuladores, proporcionan al avión la energía necesaria para volar tanto de día como de noche ¡y sin contaminar! Su velocidad de crucero es de 70 km/h y su diseño le permite también volar mediante planeo, lo que reduce prácticamente a 0 el consumo eléctrico instantáneo. El almacenamiento y esa capacidad de planeo también le permiten realizar vuelos nocturnos.

El proyecto comenzó en 2005 y fue parcialmente financiado por empresas privadas que también proporcionaron su experiencia tecnológica. Su presupuesto inicial fue de 90 millones de dólares, aunque ha tenido problemas por falta de financiación.

Los primeros vuelos de prueba se llevaron a cabo en 2009 y 2010. Y en 2011 completó su primer vuelo internacional recorriendo en 13 horas la distancia que separa Duebendorf, en Suiza y de Bruselas, en Bélgica. El segundo vuelo internacional, Bruselas-París, tuvo que posponerse debido a la mala climatología, ya que se agotaron sus baterías por falta de luz solar. A pesar de que el viaje se llevó a cabo unos días después con éxito, no pudo ser homologado, ya que el avión había recargado el 40% de sus depósitos con carburante convencional durante el primer intento.

En 2013 el avión partió de California y finalizó su viaje en Nueva York, invirtiendo para ello 2 meses, 5 escalas y varios problemas técnicos. 

Los directores del proyecto, e intrépidos pilotos en esta aventura, se llaman Bertrand Piccard y André Borschberg, y aseguran que la meta del invento es mejorar la calidad de vida y cuidar el ambiente. No se me ocurren motivos mejores...

Tras aterrizar en el aeropuerto de Nueva York, Borschberg afirmó en la conferencia de prensa: "Lo que hace unos años era un sueño, y durante los últimos días ha sido una realidad, es ahora historia". También contaron que ambos querían sobrevolar la Estatua de la Libertad, pero algo falló en el ala izquierda y tuvieron que adelantar el aterrizaje. A su vez, Piccard aseguraba: "La realidad consiste en derribar las barreras de lo imposible". ¡Así me gusta! Bellas palabras para un bello proyecto.

Los pilotos plantean su hazaña como una cuestión más filosófica que técnica. Piccard añadía: "Cada vez que alguien les diga que algo es imposible pueden decirles que no es verdad. Que la realidad consiste en derribar las barreras de lo imposible". Y añadió: "Simplemente queremos mandar a la gente un mensaje de que toda la tecnología puede destinarse a crear un mundo más limpio. El siglo XX fue el que el hombre conquistó el mundo. Ahora, en el XXI, nos toca mejorar nuestra calidad de vida". Me caen bien estos chicos…

El siguiente paso del proyecto consistió en construir un aeroplano similar al existente pero con mejoras técnicas, y una cabina mayor para que Ícaro y Dédalo pudieran estar más cómodos en su nuevo objetivo, que fue dar la vuelta al mundo en 2014.

El poeta romano Ovidio, del siglo I, dijo hablando de Dédalo e Ícaro: “¿Quién hubiese creído, alguna vez, que el hombre llegaría a volar por los aires? Con plumas hábilmente dispuestas y enlazadas por un hilo de lino, y uniendo las extremidades con cera derretida al fuego, Dédalo concluye así su artística labor”.

Querido Ovidio, si el Sol fue el causante de derretir la cera de las alas de Ícaro, después de veinte siglos volamos gracias a él. Así que te imagino a mi lado, con tu larga túnica y agitando una banderita con la que recibir a los osados pilotos. Ambos disfrutamos del espectáculo y aplaudimos el exitoso aterrizaje de padre e hijo… Y nos preguntamos qué nos tendrá preparado el futuro. No sé tú, pero yo pienso teletransportarme… como Umbra de Magalia.



Fuentes: Agencia EFE, Muy Interesante, El Mundo, Solar Impulse y Wikipedia.
Foto: Ecofield.com.ar

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