sábado, 15 de noviembre de 2014

LA TRIBU PIRO


CIUDAD REAL DIGITAL
Barricada Cultural
03/11/2014
Por Eva Martínez Cabañas





Los piro también son conocidos como el pueblo Cujareño. Se trata de una población indígena de nómadas cazadores-recolectores que viven en la selva amazónica de Perú. Hablan un dialecto, variante del vine, conocido como lengua piro, y actualmente habitan en el Parque Nacional del Manú, en la región de Madre de Dios. Esta tribu se esconde en el interior de la selva y evita celosamente el contacto con pueblos extranjeros.  

Los antropólogos afirman que durante la estación de pesca, la tribu construye chozas de hojas de palma en la ribera de los ríos. En la estación seca se vuelven itinerantes, ya que se forman playas en los meandros de los ríos y es allí donde acampan. En esta estación las tortugas de río desovan en la arena. Los huevos son una fuente importante de proteína para los indígenas, expertos en encontrarlos y desenterrarlos.

Cuando los piro frecuentan estas playas existe mayor posibilidad de que sean vistos por madereros, foráneos o por pueblos indígenas ya contactados. Además de huevos de tortuga, se alimentan de gran variedad de carne, pescado, plátanos macho, frutos secos, bayas, raíces y larvas. Entre los animales que cazan están el tapir, el pecarí, monos y ciervos. Los piro viven según sus propias normas sociales, que incluyen el secuestro de mujeres y niños de otras tribus vecinas.

Mashco es un término despectivo que utilizó por primera vez el jesuita Manuel de Biedma Gallardo en el siglo XVII para referirse a las personas Harakmbut.

En 1894, el ejército privado de Carlos Fitzcarrald (comerciante cauchero conocido por descubrir y navegar el istmo que lleva su nombre) masacró la mayor parte de la tribu piro en la parte superior del río Manú. Los supervivientes huyeron a lugares alejados de la selva.

Pero últimamente ha aumentado el avistamientos de estos indígenas. El antropólogo Glenn Shepard, que tuvo un encuentro con los piro en 1999, afirma que se debe a la tala ilegal de la zona y a aviones de vuelo bajo relacionados con la exploración de petróleo y gas.

En 2007 un grupo de ecologistas filmó desde un helicóptero a unos 20 piro mientras sobrevolaban el Parque Nacional Alto Purús. En 2011 el Ministerio de Medio Ambiente peruano mostró un vídeo de la tribu. Y en 2012 Survival International aportó nuevas fotografías.

Se piensan que existen al sobre unos 15 pueblos indígenas en la selva amazónica peruana. Entre ellos están los cacataibo, isconahua, matsigenka, mashco-piro, mastanahua, murunahua o chitonahua, nanti y yora.

Los pueblos indígenas aislados son extremadamente vulnerables a cualquier forma de contacto con foráneos, ya que no tienen inmunidad frente a las enfermedades occidentales. Cualquier resfriado común pude matarlos fulminantemente.

Los piro y otras tribus podrían desaparecer debido a las enfermedades occidentales o por carecer de un lugar donde vivir. De la misma manera, su modo de vida y sus vida tienen poco valor para las grandes empresas. Los trabajadores de las petroleras y los madereros ilegales están invadiendo sus tierras en busca de beneficios económicos. Los poderes gubernamentales en ocasiones miran hacia otro lado o directamente otorgan derechos y poderes a estas grandes empresas.

Todo lo que sabemos acerca de estos indígenas aislados pone de manifiesto que buscan mantener su aislamiento. En las pocas ocasiones en que se les ha visto o encontrado, han dejado claro que quieren que les dejemos en paz. A veces reaccionan de forma agresiva como forma de defender su territorio o dejan señales en la selva advirtiendo a los desconocidos que se mantengan alejados. Obviamente tienen buenas razones para no querer el contacto.

Las mayores amenazas para los indígenas son los trabajadores de las empresas petroleras y los madereros ilegales que buscan caoba. Un simple contacto con ellos puede mermar la población de la tribu en un 50% debido a la transmisión de enfermedades como catarros, gripe y otras infecciones respiratorias.

Los madereros están forzado a miembros de tribus no contactadas a huir de Perú por la frontera hacia Brasil, tal y como hemos visto en fotos, vídeos,  testimonios o por utensilios encontrados. Las fotografías tomadas por el Departamento de Asuntos Indígenas de Brasil, muestran a una comunidad sana con cestos llenos de mandioca y papaya frescas de sus huertos.

Aún así los indígenas aislados colocan lanzas en forma de cruz para advertir a los foráneos que se mantengan alejados. Y suelen poderse violentos al entrar en contacto con extranjeros. Se conocen varios casos de enfrentamientos violentos, e incluso se les han llegado a atribuir alguna muerte.

La antropóloga Beatriz Huertas, quien trabaja con la agencia de asuntos indígenas de Perú, piensa que la tribu cuenta con varios cientos de integrantes en diferentes clanes. También afirma que los piro cada vez son menos aislados y que aparecen en lugares donde antes no podían verse. Cree que están disgustados porque otras personas estén sacando ventaja de los recursos en sus territorios, y es por eso que demandan objetos y alimento a las poblaciones cercanas.

¿Y qué podemos hacer para mejorar su situación?

El derecho internacional reconoce que los indígenas son dueños de sus tierras y tienen derecho a vivir en ellas de la forma que elijan. Desafortunadamente parece que estamos repitiendo los mismos errores que cometimos en el pasado.

Las leyes peruanas prohíben el contacto físico con unas 15 tribus aisladas. Se calcula que en total son unos 12.000 y 15.000 miembros. La razón principal es la seguridad de los indígenas, ya que sus sistemas inmunológicos son muy vulnerables a los gérmenes que portan otras personas.

Así mismo, la asociación no gubernamental Survival Internacional está recogiendo firmas para pedir al presidente peruano Ollanta Humala que proteja a estas tribus indígenas de la tala masiva, de empresas madereras y petroleras y de narcotraficantes.

Me estoy acordando de una película que me gusta mucho. Una peli de esas que crean conciencia social y nos muestran el mundo de frente. Se llama Los últimos días del Edén, de John McTiernan, con Sean Connery y Lorraine Bracco como protagonistas. Una historia de indígenas, desforestación, investigación médica y, como no, amor por el medio.

Yo, desde este espacio chiquitito, hago mi propio llamamiento subida a una banqueta, como hacía Mafalda. Y así grito mi mensaje: Señores de todo el mundo y todas las culturas… ¡respeto, por favor!



Fuentes: Survival, La Vanguardia, Espectador, RTVE.es, YouTube y América en el Mundo.

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